No a la <i>espotización</i> de la política

14/03/2011
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“Primero hay que construir la casa, después piensen en los muebles y acabados”
Giovanni Sartori
 
A principios del mes de marzo del presente año Héctor Aguilar Camín, Miguel Alemán Velasco, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, Juan Ramón de la Fuente, Carlos Fuentes, Enrique González Pedrero, Diego Valadés y José Woldenberg le presentaron al Senador Beltrones una propuesta cuyo propósito es trascender al fenómeno de los spots en la televisión para hacer campaña política y, en su lugar, con el uso adecuado de los tiempos de televisión y radio -previstos en el artículo 41 constitucional- se realicen debates públicos por televisión y radio a fin de que el electorado pueda contrastar las ofertas políticas de los partidos y sus candidatos. Pueda valorar de una forma más realista si le otorga o no su voto a un partido o sus candidatos en función de su preparación, su capacidad de diálogo, debate, preparación académica, experiencia y habilidades políticas personales y no de las televisoras o estaciones de radio.
 
Sin duda, se trata de una propuesta muy digna de considerar y de un método que permitiría a la ciudadanía razonar mejor el destino de su voto en las urnas. Razones sobran si tomamos en cuenta como mediante los spots se han frivolizado las plataformas políticas partidistas y la capacidad -o incapacidad- de los candidatos que las promueven para realizarlas. Lo anterior ha permitido que sea el partido o candidato con mejor asesoría técnica en medios de comunicación quien se posicione mejor frente al electorado. Además, ello ha banalizado las plataformas políticas y proyecto de políticas que -se supone- ofrecen los partidos políticos y sus candidatos para gobernar y administrar los recursos fiscales que pagamos los ciudadanos.
 
Dar preferencia a los debates políticos de forma pública amplia en televisión y radio, además de Internet, me parece muy buena propuesta, siempre y cuando no se pretenda regresar a los empresarios de los medios de comunicación privados el negocio que les permitió quedarse hasta con el 75% de las prerrogativas públicas que manejaban los partidos políticos hasta antes de la reforma electoral de 2007. La ley, así como está, debe mejorarse pero, nunca regresarla a la edad media.
 
Considero, además, mejor que los partidos políticos sigan sin poder contratar o adquirir, por sí o por terceras personas, tiempos en cualquier modalidad de radio y televisión. Me parece correcto, en las actuales circunstancias, que ninguna otra persona física o moral, sea a título propio o por cuenta de terceros, pueda contratar propaganda en radio y televisión dirigida a influir en las preferencias electorales de los ciudadanos, ni a favor o en contra de partidos políticos o de candidatos a cargos de elección popular. Creo correcto que esté prohibida la transmisión en territorio nacional de mensajes contratados en el extranjero, pero sobre todo porque la reforma electoral de 2007.
 
Salvo los spots, las actuales disposiciones electorales federales siguen siendo válidas sobre todo en las entidades del país que no han experimentado la alternancia de partido en el gobierno y, donde el retroceso en las leyes electorales, puede garantizar que una oligarquía política se eternice en el poder sin que nada o nadie les pueda alterar esa nociva lógica de permanencia. Acabar con los cacicazgos -con toda seguridad- seguirá siendo el gran aliciente para evitar que en materia electoral se autoricen retrocesos como los que de una manera simulada, pero real, permite la “Ley Peña” en el estado de México, donde las reformas electorales pretenden dotar al partido del gobierno con beneficios como aquel que afirma: “el que hace la ley, hace la trampa” o el otro que afirma que “desde el diseño de la ley se puede garantizar el resultado previamente”. Ya veremos si eso continúa o la sociedad organizada sale a votar y se decide por la permanencia o el cambio de régimen político en esa entidad.
 
Por lo pronto, si se llegaran a aprobar las propuestas presentadas por diversos actores políticos, bienvenidas, siempre y cuando dichas reformas electorales federales sirven para que se dé prioridad a los debates y se dejen de lado los superficiales y nocivos spots de televisión y radio. ¿Y usted, cómo la ve?
 
- Francisco Velasco Zapata es Politólogo. Miembro del Consejo Nacional de Operación de Parlamento Ciudadano de México. Agradezco sus comentarios en Twitter: @parlamentariofv
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