Predisposición de ejercer poder popular, no cuoteo con repartija de ministerios

06/11/2020
  • Español
  • English
  • Français
  • Deutsch
  • Português
  • Opinión
arce_choquehuanca_bolivia.jpg
En Tiwanaku Luis Arce y David Choquehuanca Estrecibieron el bastón de mando
Foto: @LuchoXBolivia
-A +A

Desde las organizaciones de base del Movimiento Al Socialismo (MAS), se manifiesta la firme oposición a la inclusión en el gobierno de Luis Arce, que iniciará este 8 de noviembre, de personalidades que formaron parte del gobierno del expresidente Evo Morales. Esto no significa que se hará “cuoteo de poder con repartija de ministerios” por parte de estas organizaciones como tan despectivamente lo afirma Juan Carlos Zambrana Marcheti en su artículo titulado: “Bolivia. Luis Arce ante el cuoteo de poder” publicado en el portal Resumen Latinoamericano en fecha 3 de noviembre de 2020.

 

Esta oposición colectiva, simplemente se trata de una reacción normal que el pueblo boliviano manifiesta después de casi un año de dictadura de la derecha, tiempo que ha servido para reflexionar sobre la pérdida del ejercicio del poder popular y el crecimiento de la permisividad social que ha provocado, durante la gestión de Evo Morales (2006-2019), el ingreso de elementos de clase media de dudosa lealtad en la dirección de altas instituciones gubernamentales, lo que ha derivado en políticas, en algunos casos, en contra de los mismos intereses de los sectores campesinos, quienes defendieron con sus vidas al gobierno progresista en los diferentes momentos de intentos de golpe de Estado (2006, 2008 y 2009).

 

Tal es el caso de la otorgación de tierras por parte del Instituto de Reforma Agraria (INRA) a campesinos procedentes de tierras altas en la Reserva Forestal de Paquió, en el departamento de Santa Cruz, que sirvió a la derecha para movilizarse a través de los comités cívicos en contra del gobierno de Evo Morales, y terminó expulsando de esas tierras a toda la comunidad Tupac Amaru en diciembre de 2018, con cuantiosas pérdidas económicas para los campesinos (El Diario, 19 de diciembre de 2018). Aunque esta dotación de tierras para uso agropecuario en un área prohibida quisieron mostrarla como un error, lo cierto es que fue algo intencional, un complot contra el gobierno por parte de funcionarios del INRA. Es decir, el enemigo estaba dentro del gobierno.

 

El MAS no es el MNR de 1952

 

Zambrana además compara esta posición de la militancia masista con lo sucedido durante el gobierno del MNR de 1952 con la ocupación de ministerios por parte de campesinos y mineros, lo que, según éste autor, terminó “desvirtuando la democracia”. Las peleas y divisiones entre sectores sociales aquella época no le quita el nivel de conquista social que se había alcanzado aunque posteriormente se le dé mala fama a la democracia con actitudes mezquinas. Este logro de las clases trabajadoras fue un avance en la democracia, pues sectores que jamás habían tenido representatividad estatal, ahora lo tenían.

 

La intención del campesinado y los mineros aquella época no fue alcanzar un “cuoteo descarado del poder con repartija de ministerios”, como lo califica Zambrana, aunque sus dirigentes eran susceptibles de corromperse, como al final pasó. Si se confrontaron estos sectores entre sí, lo que faltó entonces en las dirigencias de las organizaciones sociales fue un espíritu nacionalista que anteponga los intereses nacionales a los sectoriales y personales. El gobierno del MNR, lejos de fomentar ése espíritu, reprodujo una identidad colectiva mestiza y racista de desprecio al indio desde un comienzo. La misma denominación de “indio”, que se prohíbe en el plano formal cambiándola por “campesino” con la Reforma Agraria del 53, lo demuestra. Algo que entonces parecía favorecer al indio, con el tiempo demostró ser impulsor del racismo, un hecho que promueve su enajenación, la pérdida de su Yo colectivo, usando una frase de René Zavaleta Mercado. Otro factor que provocó la confrontación entre sectores populares aquella época fue la división y el caos que siempre promueven las oligarquías al interior de los pueblos para gobernar solas o, mejor dicho, con sus aliados extranjeros.

 

Decir que en la actualidad pasará durante el nuevo gobierno del MAS algo similar a lo que pasó con el primer gobierno del MNR, entre los sectores populares si ellos toman los ministerios, y no permiten que lo hagan los antiguos dirigentes políticos que ya estuvieron en función de gobierno, sin consultar a las bases, es simplemente no comprender la realidad boliviana.

 

Predisposición a la acción política y la movilización

 

Lo que provocó la caída de Evo Morales (octubre-noviembre, 2019), fue el repliegue de las bases, la desmovilización que paulatinamente se fue extendiendo por las organizaciones, el dejar la responsabilidad de gobernar solamente a los servidores públicos, y al interior de las organizaciones dejar la responsabilidad a los dirigentes, quienes en ciertos casos daban su aval a personas ajenas a las bases, profesionales clasemedieros que entraron a trabajar para el Estado teniendo mayores vínculos sociales y familiares con las fraternidades carnavaleras de la élite económica cruceña y comités cívicos que con el propio MAS o los movimientos sociales, personas que al final conspiraron contribuyendo al golpe de Estado.

 

La actitud celosa y desconfiada que se manifiesta desde las bases es razonable. “Todo debe pasar por la aprobación de las bases, nadie puede venir con su lista a imponer ministros”, es la posición firme de los dirigentes de los barrios de la zona de Satélite Norte, por ejemplo. Las denuncias rápidamente se publican por internet, por ejemplo en contra de Adriana Salvatierra de quien se rumoreó que ya se había presentado con una lista.

 

Salvatierra, en 2019 durante el golpe de Estado, había renunciado a su investidura de senadora y a su cargo de Presidenta del Senado, renunciando de esa manera también a su derecho de ejercer la Presidencia del Estado ante la ausencia de Evo Morales y Álvaro García Linera, presidente y vicepresidente de Bolivia respectivamente, quienes fueron obligados por los golpistas a abandonar el país. La renuncia de Adriana, fue una clara traición pues con su retiro se consumó el golpe y asumió la presidencia la ultraderechista Jeanine Añez.

 

Las bases no permitirán un asalto al Estado

 

Zambrana también menciona que con la actitud que están adoptando las bases se puede “reducir el gobierno a un botín de asalto de los grupos de poder allí representados”. Esto ya estaba sucediendo durante el gobierno del presidente Morales, pero los que conformaban estos grupos de poder eran personas de clase media que incluso menospreciaban a las organizaciones campesinas, quienes como ya dijimos coadyuvaron al golpe de Estado.

 

Realizar una movilización constante como es la predisposición de las bases para fiscalizar evitando que ingresen elementos que hagan peligrar la Revolución, es una actitud plenamente democrática y de un alto nivel de autoconciencia. De lo que se trata ahora, es generar una identidad fuerte nacional y revolucionaria entre las bases, para que no se antepongan los intereses sectoriales y obstaculicen el desarrollo del país. Por otro lado, se debe fomentar mayor participación de la población en la política, incitándola a informarse, a proponer políticas, a exigir que se cumplan los logros sociales, etc. La apatía al ejercicio de la política que tanto fomenta la derecha, y que ha provocado la reducción de ése ejercicio al simple acto de votar, debe extinguirse.

 

Para finalizar, Zambrana no se queda corto en insultar a las bases del MAS, de quienes dice que acosaran al gobierno de Luis Arce como “una jauría de agentes cabilderos”, y le impedirán a éste tener como ministros a “expertos asesores en las diferentes ramas de la administración pública”. Con respecto a esto, el pueblo se pronuncia: “aquí tenemos gente profesional, no necesitamos depender de ningún infiltrado”. Zambrana con su tono discriminatorio demuestra su desconocimiento del nivel de cualificación en el que se encuentra Bolivia. Vivimos en una sociedad altamente cualificada donde hay jóvenes profesionales de sectores populares en familias que se dedican al comercio, a la pequeña producción agropecuaria y manufacturera. La diferencia entre éstos y aquellos desconocidos tecnócratas que aparecieron como paracaidistas con sus títulos rimbombantes de universidades privadas en los ministerios durante el gobierno de Morales, lo define el compromiso social con el pueblo. Los primeros lo tienen, de los segundos es mejor dudar.

 

Fuentes consultadas

 

“Anularon asentamiento de comunidad Tupac Amaru”. En: El Diario. Decano de la prensa nacional, 19 de diciembre de 2018.

 

“Bolivia. Luis Arce ante el cuoteo del poder”. En: Resumen Latinoamericano, 3 de noviembre de 2020.

 

Emilio Hurtado Guzmán

Periodista y autor del libro “Orígenes del Estado Republicano colonial (Un aporte desde la historia del Oriente boliviano)”.

 

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/209648
Suscribirse a America Latina en Movimiento - RSS