Redes sociales: del espionaje y otras barbaridades

22/09/2010
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En una de las tantas redes sociales en las que estoy registrado, una amiga mía de origen eslovaco que vive en Guatemala colgó el siguiente mensaje: "Estos espacios son buenos para compartir, pero altamente peligrosos. Cualquiera lo puede espiar a una o chantajearla. Mi madre, por ejemplo, tiene 63 años de edad y se metió a Facebook con un nombre y una fotografía falsas sólo para espiarme, pues no le gustaba que yo usara faldas cortas ni mucho menos que me fotografiaran así. Pero la descubrí y tuve que cerrar mi cuenta en esa red social".
 
El mensaje de mi amiga de 30 años cayó como una bomba de nitrógeno. En menos de una hora había más de un millón de personas opinando sobre el tema. En aras del tiempo de todas y todos, haré una selección de los textos menos frívolos o fútiles. Itziar abrió el foro: "A mí también me vigilaban, pero era mi novio. El infeliz incluso se metía en mis correos electrónicos, en mis redes sociales y en mis blogs. Llegó al extremo de colocarme un GPS en el celular y otro en el carro. Y una vez, mientras yo estaba con un amigo en un lugar que ustedes no tienen derecho a saber, me llamó y me preguntó que en dónde estaba yo. Le respondí que estaba en el Hiper Paiz y él me siguió la corriente, hasta me pidió que le comprara un desodorante. Pero para mi sorpresa, cuando yo salí del lugar con mi amigo, mi novio nos puso el carro enfrente y chocó el de mi amigo, se volvió un lío y hasta la Policía Nacional Civil tuvo que intervenir. En la noche me golpeó y desde entonces terminamos".
 
No entiendo por qué la gente suele hacerse la víctima y le gusta hablar siempre de sus cosas personales. Sin embargo, hay otras personas que no son así, y al debate se fueron sumando la Shirley, Daniel, Boris, Rebeca, Luz Mercedes, Varinia y más de un millón de personas más. Habló Shirley: "Mi jefe el abogado tenía en mi computadora un programa donde quedaba grabado todo lo que yo hacía y después él lo veía. Es más hasta me instaló un micrófono y una cámara oculta. El miedo que tenía era que yo lo delatara porque estaba metido en una red de prostitución de menores y adopciones ilegales. Un día yo intenté hacer un back up y me descubrió y me chantajeó. Me dijo que tenía todos los videos de cuando hacíamos el amor en el sillón de su despacho y amenazó con mandárselos a mi marido que es funcionario público. Tuve que ceder pero el muy desgraciado me obligó además que tuviera relaciones con unos de sus clientes a quienes les cobraba mis servicios y ni siquiera me daba el 75 por ciento que en ley y ante Dios me correspondía...".
 
Daniel rompió el silencio: Pobre Shirley, dijo. Luego agregó: "A mi novia también le hicieron lo mismo, sólo que son unos empresarios peligrosos que me da miedo denunciarlos. Ellos la grabaron también en escenas eróticas muy traumáticas y amenazaron con enviárselas a sus papás y a mí si se atrevía a denunciar que ellos traficaban con cerebros de recién nacidos para hacer perfumes en las compañía de cosméticos más prestigiosas del mundo, porque ustedes saben que las endorfinas y la cerotonina de los cerebros de los recién nacidos son la base de las lociones y perfumes más caros del mundo".
 
¡Imposible, eso no puede ser cierto!, me dije. Pero, como siempre, me abstuve de comentar, de dar mi opinión, pues como dicen los amantes de la democracia y los defensores delirantes de la libertad de expresión: "Es preferible que haya excesos y no limitaciones". No sé si estoy de acuerdo en ello o no. Pero sigamos con el foro. Habló Rebeca: "Nadie ignora que estos sitios son controlados por las más poderosas agencias de inteligencia de espionaje de EE.UU., Inglaterra, Francia e Israel, entre otros países, pero la culpa la tiene la gente imbécil que hasta cuelga las fotos de sus hijos y hasta las de sus mascotas...".
 
Interrumpió Luz Mercedes: "La Rebe tiene razón porque con las fotos los espías hacen análisis psicológicos para saber si uno se deprime o si es alegre o propuesto a delinquir y otras cosas. A ellos les basta con ver la mirada de uno y la forma de la sonrisa para saber eso y luego como tienen acceso directo a toda la información de estas redes entonces cotejan los datos que uno puso como por ejemplo el tipo de música que uno oye, las lecturas preferidas las estrellas de cine o personajes mundiales que uno admira y allí ya tienen el cuadro completo para finalmente sacar de las redes la dirección de donde uno vive, trabaja o se va de parranda...".
 
Boris, con su acostumbrada mente ágil, se apresuró a decir: "Sí, es cierto, y luego esa información la venden a los bancos, a los mercadólogos y publicistas, a las funerarias, a las compañías de seguros, a los supermercados y demás empresas que pueden sacar provecho económico...". Interrumpió Rita Lucía, quien se acababa de conectar: "No sólo eso, también se las venden a las redes de mafias y a los detectives particulares porque yo contraté a uno de ellos para que vigilara a mi marido que estaba saliendo con las gerentes de mercadeo y ventas con las que almuerza los jueves y el tipo de trajo unas fotos con unas cosas que el muy ingrato ni siquiera hacía conmigo pero sí con ellas y por eso me divorcié y lo tengo demandado en los tribunales y ahora para quitarme la depre estoy dispuesta a salir con cualquier chico que me...". (Por respeto a mi público lector he editado esas líneas finales. Aprovecho para aclarar que la redacción de la mayoría de personas cuyas comentarios reproduzco acá también la he compuesto porque, a decir verdad, escriben con las patas, por decir lo menos, pues si algo caracteriza a la gente de las redes sociales es su falta de respeto para redactar).
 
Como una fiera amenazada por una pandilla de cazadores, Marjorie irrumpió entre el más del millón de comentaristas conectados: "A una mi prima la engañó un fulano que parecía guapo y educado. La convenció de que tuvieran un encuentro íntimo y luego la secuestró. El tipo resultó ser de una peligrosa banda de secuestradores y ella jamás apareció, a pesar de que habíamos pagado rescate".
 
Cuándo no la Varinia, incisiva, aguda y audaz: "Tanto los hombres como las mujeres arrastran el moco en el asfalto de las redes sociales sin darse cuenta que 7 de cada 10 aparentes "amigos o amigas" no son más que meras imposturas. Quienes están a acecho de cada pendeja o pendejo resultan ser criminales, extorsionistas, traficantes de drogas, armas y personas que suelen tener un instinto como de aves de rapiña para descubrir un cadáver".
 
Pero el postre lo aportó Tatiana: "No es cierto lo que dice Varinia, porque yo sí conocí varios hombres por Facebook y MySpace de quienes me enamoré pero que no eran de aquí y me abandonaron aunque me los disfruté y por eso no me duele. En cambio hubo un miserable que conocí muchos años antes de conocer a estos caballeros gentiles que trabaja en el Congreso de la República que sólo me desgració y después jugó conmigo hasta el punto de que me pelié con varias mujeres de su trabajo que salían con él mientras me decía que yo era la única, el muy infeliz".
 
Por supuesto que hay millones de comentarios que no puedo reproducir no por mala fe sino por falta de tiempo, pero cada vez más me convenzo de que las redes sociales son verdaderas máquinas de generación de debates, opiniones, comentarios y otros géneros comunicacionales que retratan perfectamente a la sociedad mundial actual. Próxima entrega: "Redes sociales: el fútbol como catarsis o campo de lucha". Recordatorio: Como lo planteamos al principios, si no tiene interés en recibir estos materiales envíe un mensaje con la palabra SIGN OUT en el "Asunto" y automáticamente se le dará de baja en el directorio de envíos.
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