Guatemala y las elecciones de ayer

09/09/2007
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  • Opinión
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En un primer acercamiento a los resultados de las elecciones generales celebradas ayer podemos elaborar algunas conclusiones: la primera es que los candidatos presidenciales Álvaro Colom y Otto Pérez Molina tendrán que enfrentarse en una segunda vuelta; la segunda, es que algunos personajes de cuestionada trayectoria se lograron ‘colar’ en el Congreso; otros tantos de oscura reputación se convertirán en alcaldes o fueron reelectos; la tercera apreciación es que Rigoberta Menchú resultó ser la gran perdedora del evento considerando el tremendo empuje mediático, su popularidad y la privilegiada expectativa que causó su candidatura; un cuarto hecho concreto es la marginal posición en que la izquierda quedó finalmente; y, por último, no conseguimos como país disminuir el frecuente 40% de abstencionismo electoral. 3.3 millones acudieron ayer a las urnas para elegir autoridades locales y nacionales. El padrón está compuesto por 5.9 millones de electores. Hoy podemos imaginar que tipo de gobierno nacional o local tendremos en los próximos 4 años.

De entrada hay que subrayar el elevado abstencionismo. La inasistencia a las urnas supera el 40%, un dato que podría estimarse dentro de lo normal considerando la cultura política de nuestra sociedad y los porcentajes de las últimas 4 elecciones generales, sin embargo el Tribunal Supremo Electoral hizo el esfuerzo de acercar las urnas a la población y teniendo en el menú de candidatos 14 binomios presidenciales, el 40% nos resulta muy elevado.

Es decir que la ampliación en el número de mesas no consiguió disminuir el tradicional margen de abstencionismo que hemos traído en los eventos eleccionarios. No se trata, sin embargo, de un fracaso en el experimento del TSE, sino se agregan otros factores que determinaron el desinterés. El abstencionismo de alguna manera refleja el desencanto hacia la clase política; un segmento considerable de la población no se ve representado en ninguna agrupación partidaria y, aunque con poca incidencia negativa, la lluvia al final de ayer pudo contribuir al abstencionismo.

Del 57% de los ciudadanos empadronados, que acudió a emitir su sufragio, un 9.42% anuló el voto o dejó la papeleta en blanco, lo cual refuerza la inconformidad hacia los candidatos. Ello significa matemáticamente que solo el 47% (menos de la mitad del padrón) votó por algún candidato.

De ese porcentaje lo más destacado es la indecisión del electorado para elegir al próximo Presidente de la República. Álvaro Colom, de la Unidad Nacional de la Esperanza UNE, y el militar Otto Pérez Molina, del Partido Patriota, PP, obtuvieron la mayoría de votos, pero ninguno consiguió llegar a la mitad más uno de los votos que la ley exige para hacerse de la banda presidencial. Por ley, ahora deberán enfrentarse en una segunda vuelta el primer domingo de noviembre de este año.

Este escenario de segunda ronda no se aplica para los gobiernos municipales ni para los escaños en el Congreso. Los vecinos de cada municipio saben hoy quién es su nuevo alcalde o quién ha resultado reelecto; así mismo conocemos la correlación de fuerzas políticas que estarán en el parlamento.

De los alcaldes lo más relevante es la elección de Manuel Castillo, como jefe edil de Jutiapa. Castillo es aún diputado al Congreso, y posee una cuestionada trayectoria. Se le vincula con redes del narcotráfico, hay un proceso de antejuicio en su contra por su presunta responsabilidad en el asesinato de los diputados salvadoreños en febrero. No menos destacada es la reelección por quinta vez de Arnoldo Medrano en Chinautlá, Guatemala, a quien también se le ha señalado en repetidas ocasiones de corrupción y, ahora, de duplicar cédulas con fines electorales. Este mismo delito se le ha adjudicado al reelecto alcalde de Mixco, Amílcar Rivera, por el Partido Patriota (PP). Y para concluir con las alcaldías, se confirma la reelección de Álvaro Arzú como jefe edil de la Ciudad de Guatemala, con un 55.5%, aunque en el municipio se aprecia un porcentaje de votos bastante elevado (29.85%) a favor del candidato de GANA, Roberto González.

El escenario parlamentario es un poco más incierto, aunque ya podría pensarse en que el poder Legislativo estaría dominado por tres grandes fuerzas (Unión Nacional de la Esperanza, UNE, PP, Gran Alianza Nacional, GANA) sin que ninguna de ellas consiga la mayoría absoluta. El resto de partidos se concentrarían en pocos parlamentarios, algunos incluso con uno solo. En tanto que aquellos que ni siquiera obtuvieron el mínimo (1 diputado) podrían desaparecer legalmente como partidos.

El tercer escenario, y quizá el de mayor interés, es el de la Presidencia de la República. Lo destacado es la obligada segunda vuelta. A diferencia de elecciones anteriores, en esta oportunidad las encuestas de opinión no le atinaron. Colom acumuló 895,513 votos (28.33%) y Pérez Molina 751,620 (23.78%). Ellos se van a segunda vuelta el 4 de noviembre.

El resto de votos se distribuye de la siguiente manera: (resultados oficiales preliminares divulgados por el TSE, el 10/09/07 a las 10:37 am)

Una de las encuestas (publicada 4 días antes de las elecciones por Prensa Libre) pronosticaba un muy cerrado empate entre Colom y Pérez, sin embargo, la diferencia de casi 5 puntos arriba que obtuvo Colom rompieron las predicciones estadísticas. Algunos elementos que pudieron permitirle a Colom mantener o recuperar una distancia es su reacción –tardía por cierto- ante una campaña del PP en la cual se presentaba como una alternativa a la violencia que golpea el país.

La respuesta de Colom fue hacer visible el significado de “la mano dura” que promete su contrincante. Para comenzar, recordó que Guatemala vivió por más de 40 años bajo el régimen militar; recordó que la “mano dura” está estrechamente vinculada con la represión y las masacres cometidas durante la guerra interna; asimismo que el puño cerrado (icono del PP) no es otra cosa que “ocultar las manos manchadas de sangre” de ese militarismo que ahora pretende regresar.

El siguiente factor bastante visible de la elección presidencial es la ubicación geográfica del voto. Colom obtuvo su triunfo de los votos emitidos por las clases socioeconómicas bajas, del área rural, votantes con baja escolaridad y un segmento urbano reconoce en el militar Otto Pérez Molina el camino más equivocado hacia la democracia.
Por el contrario, los votos urbanos, de mayor escolaridad y mejores ingresos económicos votaron por Pérez Molina, el oficialista Alejandro Giammattei (tercer lugar) y por Eduardo Suger, presidenciable de CASA.

Entre los grandes perdedores, pueden mencionarse varios, destaca la Premio Nóbel Rigoberta Menchú, de Encuentro por Guatemala y el ex comandante guerrillero Pablo Monsanto, candidato de Alianza Nueva Nación. Con la marcada diferencia de que Menchú despertó enormes expectativas en diversos círculos, particularmente fuera del país.

La señora Menchú obtuvo el 3.05%, lo cual podría reflejar lo profunda que es la discriminación y el machismo en nuestro país, pero también la creencia de que ella estaba siendo financiada por grupos conservadores de derecha y empresarios poco apreciados en el país. No obstante, su mera participación ha resultado ser un ejercicio muy sano para nuestra endeble democracia.

Como es de imaginar, la cantidad de perspectivas, análisis e interpretaciones que pueden colegirse de las elecciones es bastante grande como para satisfacerlos en un primer acercamiento, que es la intención de este artículo. Así, en el transcurso de la semana iremos desglosando los datos y creando escenarios posibles para los siguientes cuatro años e, inmediatamente para la segunda vuelta electoral.

Fuente: Incidencia Democrática (Guatemala)
http://www.i-dem.org


https://www.alainet.org/es/articulo/123125
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