Sobre Petro: dolorosa “sanción”, pero ahora el quid de la cuestión es su revisión
30/03/2014
- Opinión
******1*****
Entre las muchas cosas que nos ha enseñado el caso Petro se encuentran dos muy importantes. La primera está asociada al hecho de que las grandes decisiones jurídicas, ya de modo explícito o implícito, poseen un importante determinante político o a favor o en contra del establecimiento[1]; la asepsia jurídica es una macro-mentira aún en el caso de decisiones para dirimir conflictos interindividuales que, más de lo esperado, no dejan de tener un sello de clase, o, por lo menos, de ser bastante subjetivas. La otra, en cambio, se relaciona con su impacto sobre los diálogos de la Habana. De un lado, los miembros del equipo de las Farc en los diálogos deben estar pensando si lo acaecido a Petro será lo que les sucederá a ellos si ingresan al régimen político institucional. Y en lo que al Presidente se refiere, ha escrito William Ospina,
“Con la misma mano con que Juan Manuel Santos firmó la destitución del alcalde Gustavo Petro, negando las medidas cautelares solicitadas por CIDH, es posible que se haya destituido a sí mismo como artífice de la paz en Colombia”. [2]
Pero, volvamos con los contrastes y la precariedad de la autonomía de lo jurídico. Hoy 23 de marzo, sin que los Grandes Medios Oficiales dijeran siquiera “mu”, Petro ha amanecido de nuevo como Alcalde de Bogotá. Apenas a unos días de la formalización de su destitución y ya con alcalde encargado posesionado y despachando, la dramatización jurídica kafkiana no ha terminado, pues el Tribunal de Cundinamarca ha notificado que desconoce esa destitución, que Petro continúa siendo el alcalde, pues al funcionario saliente aún no se la notificado oficialmente de la decisión del Consejo de Estado de negar las tutelas falladas en su contra. Y esto porque se considera parte del debido proceso el que las partes en conflicto sean debidamente notificadas o personalmente o por edicto.
Con seguridad que el asunto no pasará a mayores pues, tras el nuevo enredo, ya se le debe haber notificado, y en total silencio, el presidente sacará otro decreto arreglando la imprevisión oficial. Y lo Medios proclamarán, la que ha ganado ha sido la democracia como cuando los Estados Unidos ocuparon militarmente a Irán.
*****2*****
Continuemos este Atisbos 191 con las palabras finales de un reciente artículo de Alejo Vargas:
“Lo deseable es que la sanción de quince años se revise en los próximos meses porque no hay duda que es un dirigente de izquierda necesario para nuestra democracia. Creo que es altamente posible que así suceda.”[3]
No sabemos si en lo jurídico es posible tumbar una sanción separándola de la decisión tomada, que se debió, de acuerdo con el Procurador, a “faltas gravísimas”, dolosas, de acuerdo con el Procurador[4]. Si no lo hace la Corte prosiguiendo la investigación ya iniciada por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, habría que solicitarle la concesión de medidas provisionales, que sí serían vinculantes por provenir de un Tribunal Internacional. Habrá que recordar que esas Convenciones hacen parte del bloque constitucional. De acuerdo con la propia Constitución de 1991 “Los tratados y Convenios internacionales ratificados por el Congreso, que reconocen los derechos humanos…prevalecen en el orden interno”.
*****3*****
Sobre Gustavo Petro una tempestad de artículos- buenos unos, mediocres otros y pésimos unos terceros- ha caído sobre el país y sus lectores. Casi no hay dimensión o detalle del asunto que no haya sido tocado. Pero, existen algunos puntos, importantes, por cierto, pero muy marginalmente tratados o sobre los cuales las inferencias han sido insuficientes o pésimamente realizadas. Se ha hablado mucho de la destitución en sí, de su naturaleza y alcances, de su legalidad o ilegalidad, pero muy poco, o relativamente poco, de la sanción, catedraliciamente desproporcionada, por unos equívocos o errores administrativos, dos de ellos calificados como dolo que, según Lorousse, significa “maniobra fraudulenta destinada a engañar” De universalizarse este modelo a escala nacional, por lo menos el 20% de los alcaldes del país, unos 200, deberían estar sancionados por genuinos delitos y, por lo tanto, con penas mayores de los 15 años.
No nos volveremos a meter en ese embrollo sobre si la decisión del procurador fue legal o ilegal, pues fue política, sino que nos centraremos en la sanción, que se la mire por donde se la mire, fue, como mínimo, re-doblemente arbitraria.
*****4*****
Sea lo que sea lo que se piense de Petro (que es prepotente, intolerante, grosero, arrogante cabeciduro, díscolo, terco, indomable, inmamable, pero también se ha dicho que es honesto, valiente, frentero, similar al caudillo Jorge Eliécer Gaitán, de buenas ideas aunque poco realizables, que no cometió delito alguno y que no se robó un peso) hay un asunto sobre el cual no se ha insistido con suficiencia: ¿Cómo es eso que el para-presidente llamado procurador Ordoñez, por un error administrativo, solucionable en pocos días y sin investigar a los que complotaron contra él en esa coyuntura y sin que hubiese mediado una decisión judicial, le recarga una catedraliciamente desproporcionada sanción de quince años de pérdida de los derechos políticos cuando ese mismo funcionario, en su pasado inmediato, le ha aplicado sanciones ridículas a personas incursas en conductas delictivas de lesa colombianidad? Por ejemplo, para poner un solo ejemplo, a sus copartidarios que se apoderaron de los bienes quitados a los narcotraficantes o a los funcionarios que, blindados en el dinero y en los apellidos de un poderosísimo grupo de interés y de poder, salieron a la calle 26 a atracar hasta al último de los Bogotanos.
*****5****
Terriblemente doloroso…terriblemente doloroso y cuantas veces sea doloroso… que al bien intencionado Petro se le haya aplicado una histórica sanción de ese tipo: La muerte política por intentar buscarle al problema de las basuras en Bogotá una solución coherente con las lógicas de la BOGOTÁ HUMANA.
Ahora en estos años del 2013 y del 2014 ya no se trata solamente de deshacerse de los contrarios eliminándolos- recordar los casos de Uribe Uribe, Jorge Eliécer Gaitán, Pardo Leal, Carlos Pizarro y Bernardo Jaramillo- sino que el Señor procurador se ha inventado una forma más eficaz de deshacerse de ellos expulsándolos sin apelación del régimen político.
Es hipótesis de Atisbos que esa sanción no fue más que un débil y perverso pretexto, de un lado, para golpear a la izquierda, y, del otro, para deshacerse políticamente de un peligroso rival. No es que Petro estuviese iniciando una revolución al estatizar el manejo de las basuras, sino que en la época del reasentamiento del neoliberalismo se le envió un mensaje a los izquierdistas en general en el sentido de que el establecimiento, enhebrado alrededor de los más poderosos poderes institucionales, no iba a tolerar ningún ensayo estatizante. Y de paso, se aprovechó la ocasión para hacer a un lado, pero terriblemente lejos ese “lado”, a un personaje que pintaba para hacer política de un modo distinto- es decir, sin robar y con proyecto de país- y con aspiraciones futuras a la presidencia de la República en clave de una nueva izquierda democrática. También a Petro había que cobrarle otras cuentas: haber evidenciado y denunciado los vínculos de la clase política con el narcotráfico paramilitar y el haber desenmascarado el carrusel de los contratos.
Hasta la llegada de Petro, los Medios y las elites habían venido pontificando sobre cuál debía ser el modelo de un partido de izquierda moderno, sobre cómo debía comportarse, hasta dónde podía ir, qué decisiones podía tomar y cuáles no, pero con Petro olieron que el díscolo no les iba a obedecer. Pensaban que la nueva izquierda, como ellos, debía tener la flexibilidad ética para hacer alianzas non sanctas, para dejar los monopolios y oligopolios a sus anchas casi sin regulación alguna Por eso desde un principio los grandes medios y hasta comunicadores específicos lo condenaron a muerte y se ensañaron contra él. Cuando llegó a la alcaldía, a los primeros que tuvo que enfrentar fue a los tres o cuatro monopolios, que manejaban las basuras de la ciudad. Sobre las relaciones izquierda-establecimiento ha escrito Santiago Gamboa,
Se podría decir que ahora el establecimiento sí está dispuesto a “convivir con la izquierda, dejarla respirar y agitar sus brazos siempre y cuando sea minoritaria, siempre que permanezca en un tono menor y ocupe lugares relevantes pero secundarios, siempre que su vuelo sea corto y vigilado y que su paso no alcance los centros neurálgicos donde está el verdadero poder. Da la impresión de que con ella se aplica el principio de las vacunas, que consiste en inocular un poco de la enfermedad para que el organismo aprenda a resistirla y evite males mayores. Porque si esa izquierda llega a levantar cabeza y sus músculos electorales se desarrollan, entonces truena y caen rayos”. [5]
Como para decir, entonces, que Petro se estaba saliendo de los límites dentro de los cuales el establecimiento podía aceptar a la izquierda en general y a un izquierdista en particular.
Entonces, como ha escrito Semana
“Ordoñez sancionó al alcalde no sólo por los múltiples errores al ejecutar su plan de recolección de basuras, sino por el cambio de modelo que le quitó el manejo a los privados y lo puso en cabeza del distrito. Esto último es una decisión política que no podía ser objeto de una sanción disciplinaria”. [6]
*****6******
Es cierto que tras tomar la decisión de estatizar el servicio de las basuras de Bogotá, Petro incurrió en errores operativos, pero muchos de ellos explicables por el complot que le armaron los cuatro oligopolios que sintieron que de sus manos se iban a escapar varios billones de pesos, que era el valor del negocio que Petro decidió no entregarles en un contrato a siete años, que era lo que ellos exigían. Es por aquí por donde la Procuraduría debía haber comenzado la recolección de pruebas, investigando al alcalde y a los hasta entonces concesionarios de la recolección de basuras. Pero, sobre ellos no dijo nada el investigador de la Procuraduría, Doctor Juan Carlos Novoa cuyas pruebas le permitieron al Procurador diagnosticar que Petro había obstruido “la libre competencia”, que estas conductas constituían unas faltas “gravísimas” y que, por lo tanto, se había hecho merecedor a una inhabilidad de 15 años para ocupar cargos públicos. Fue tan evidente la defensa que hizo Ordoñez de los intereses de los concesionarios, que en esa dirección le imputó uno de los dolos, “obstruir la libre empresa y la competencia”, llegando a afirmar en el fallo, sin haber investigado, que no hubo complot por parte de los privados y que habían sido precisamente éstos los que en definitiva habían permitido superar la crisis.
Si el investigador hubiese ahondado un poco en la recolección de pruebas, por lo menos, habría co-responzabilizado de la hediondez, que se sentía por algunos lugares de la ciudad, no sólo al nuevo modelo de manejo que las basuras, que apenas se estaba insinuando, sino también a “la iniciativa privada” herida en lo más profundo de sus intereses. Y entonces se podría haber hecho menos arbitraria la sanción al compartirla con los airados concesionarios, que habrían pagado algunas multas y un poco de cárcel.
*****7*****
En el momento del problema estos eran los concesionarios de la recolección de basuras: 1. William Vélez de ATESA que se estaba recibiendo entre 3.700 a 4.000 millones de pesos mensuales por la prestación del servicio en Fontibón; 2. La empresa ASEO CAPITAL, cuyo dueño era Alberto Ríos Veliila y su familia, que recibía entre 3.500 y 5.000 millones de pesos mensuales; 3. LIME, una empresa de argentinos, que recibía aproximadamente 4.500 millones de pesos por la recolección del 45% de la basura; y CIUDAD LIMPLIA, empresa de los caleños Herrera Barona y Losada Salcedo, quien también recibían jugosas ganancias, amén de que tenían participación en el Transmilenio de la calle 80 y eran propietarios de los buses SITP, que transitan las localidades de Engativá a Bosa.
De acuerdo con Emilio Tapia esas empresas y empresarios se alinearon para hacer un complot una semana antes del 18 de diciembre del 2013. El 19 de diciembre Bogotá estaba atiborrada de basura y con un despliegue mediático sin comparación comenzando por el equipo de Radio Caracol dirigido por Arismendi, que trasmitía una información parcial, sesgada y desproporcionada. Coincidencia o no, de ese equipo hacía parte la respetable periodista Darcy Quin, esposa del dueño de ASEO CAPITAL, Alberto Rios Vellilla.
Petro llegó a la alcaldía con la idea de estatizar el servicio de las basuras, y para esos efectos y mientras se daba el tiempo necesario y para no improvisar y para preparar detalles quiso hacerles una prórroga por un año más a los concesionarios existentes, pero éstos exigían una licitación por siete años. Entonces, para presionar, en los días anteriores al 18 de diciembre le hicieron un paro técnico enviando a mantenimiento los 700 camiones compactadores. Por ahí fue por donde se inició el caos, pues de dónde y en dónde iba a improvisar Petro la adquisición de 700 camiones?
*****8****
Es cierto que Petro llegó a la alcaldía de Bogotá con la idea de estatizar el servicio de las basuras, que tenía un costo anual de 300 mil millones de pesos. Para diciembre de ese año del 2012, a los concesionarios se les vencía el contrato de servicios y tenían la esperanza de que hubiese una licitación a siete años con un costo total de alrededor de dos billones de pesos. La posición de Petro era renovarles el contrato por un año más. Quería darse ese año para planificar y ultimar detalles cuando sus asesores ya le habían advertido, con gran dolor suyo, que el Acueducto no estaba en condiciones de asumir ese servicio, que no tenía experiencia para desempeñarlo. Así se lo había manifestado desde mediados del 2012 Diego Beltrán, Gerente del Acueducto, así como Darío Beltrán exM19 y asesor de esa empresa.[7]
“Aguas Bogotá” empezaba a funcionar el 18 de diciembre. Entonces, una semana antes, los concesionarios, para presionar sobre Petro fueron mandando los camiones compactadores a los talleres dizque para mantenimiento llegando hasta 700. Entonces, cuando “Aguas Bogotá “empezó a funcionar tuvo que alquilar volquetas, no podía improvisar de un momento para otro los 700 camiones de los concesionarios. Como lo declaró el ya citado Darío Beltrán, si se hubiesen tenido los camiones compactadores no se habría presentado la crisis, pues sobre la marcha hubo que alquilar volquetas completamente insuficientes para recoger seis mil toneladas de basura en cinco mil barrios de Bogotá.
*****9*****
Entonces, en lo que al caso Petro se refiere, la tarea del momento es solicitar a las Fiscalía para que inicie o prosiga una investigación que cubra al Petro de Aguas Bogotá, a los poderosos señores concesionarios del servicio del aseo en Bogotá en el 2012, y si es competente para hacerlo, al Para-Presidente Ordoñez. Y que los progresistas conformen una Comisión a escala nacional encargada de impulsar las acciones democráticas que sean necesarias para restituirle a Gustavo Petro sus derechos políticos, pues se los han pisoteado y borrado.
Atisbos Analíticos 201, Cali, 24 de marzo de 2014, Humberto Vélez r, Universidad del Valle, Programa de Estudios Políticos y Resolución de Conflictos, IEP-Universidad del Valle; publicación de ECOPAIS, “Un nuevo Estado para un nuevo País”, http://fundacionecopais.blogspot.com, humbertovelezr@gmail.com
[1]. Robles Zabala, Joaquin. “JUSTICIA POLITIZADA Y UN PRESIDENTE CON POCO CRITERIO” SEMANA.COM . 22-03-2014.
[2] . Ospina, William, “LA MANO QUE FIRMA”. El ESPECTADOR, 03-23-2014
[3] . Vargas, Alejo, “El Caso Petro: Una Lectura política", El Colombiano, 23-03-2014
[5] . Gamboa, Santiago, “LA IZQUIERDA POS-POSPETRO “, El Espectador
[6] . Semana No 1664, 24 a 31 de marzo de 2014, pg.
[7]EL TESTIMONIO DE AMBOS APARECE EN EL FALLO DE LA PROCURADURÍA CONTRA PETRO,PG. 226; ver, además, “LOS TESTIMONIOS QUE HUNDIERON A PETRO”, www.eltiempo.com,
https://www.alainet.org/en/node/84405
Del mismo autor
- Carta abierta al Presidente Santos y a los negociadores de La Habana sobre el expresidente José “Pepe” Mujica 13/01/2015
- Sobre Petro: dolorosa “sanción”, pero ahora el quid de la cuestión es su revisión 30/03/2014
- Una veeduría internacional: a pata que falta para salvar el proceso 25/06/2013
- Los guerrilleros no son los únicos victimarios 12/06/2013
- Los enemigos de la pacificación -los ocultos, los visibles y los internos- pueden frustrar el proceso 18/02/2013
- ¿Qué negociar y con quien? 13/11/2012
