Sólo con un cambio de sistema se detendrá el calentamiento global

07/10/2019
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Las protestas de sectores juveniles tanto en nuestro país -México- como también del campo internacional, coordinándose en la lucha contra el calentamiento global, deben crecer en lo numérico y en lo cualitativo, formando frente común para influir y movilizar a los demás en la enorme empresa de defensa de la naturaleza y contra el calentamiento global, derivado por la contaminación ambiental motivado por el modo de producción capitalista; defendamos los bosques, selvas, ríos, lagos, lagunas y mares. El capitalismo depredador avanza veloz aumentando sus grandes intereses, dejando una devastación inerte a su paso; debe haber más despertares de conciencias, que sumen acciones, como las que ya se están realizando; la lucha será difícil y complicada, enfrentar a los depredadores ambiciosos no es cualquier cosa: la Amazonía y su diversidad sigue estando en peligro por el fuego y, los glaciares de los polos se derriten. La lucha es global, cualquier lugar afectado, por muy distante que parezca, pone en peligro a la humanidad y la diversidad de vida del planeta. Habrá que plantear acciones puntuales y efectivas que disminuyan considerablemente el calentamiento global, modificando y combatiendo las causas que lo originan.

 

Cruelmente a Bolsonaro no le preocupa la vida de los pueblos indígenas de la Amazonía y el imperialismo yanqui se frota las manos pensando en los negocios que vienen; Bill Gates, el 2º hombre más rico o adinerado del mundo, al igual que otros, han creado la Comisión Global para la Adaptación, (GCA), donde se invertiría a cargo de los Estados fondos económicos, según ellos, con el fin de adaptar generalmente a los habitantes del planeta a la nueva situación. Fraguan implementar nuevas tecnologías conocidas como geoingeniería solar, biología sintética y organismos transgénicos; apuestan a la posibilidad de que ésta geoingeniería solar, manipule el medio ambiente con el supuesto de equilibrar o eliminar algunos de los impactos del cambio climático desastroso en base a series de experimentaciones que tienen que ver con los rayos solares, acciones que serían por demás peligrosas, (regresar bajo reflejos los rayos solares a la atmosfera para enfriar el planeta).

 

Las políticas de Jair Bolsonaro autorizan el genocidio de los pueblos indígenas comenta, la coordinadora indígena Sonia Guajajara- narra cómo los incendios impactan las áreas indígenas, espacios que eran considerados ambientalmente protegidos; tratan de orillar a los pueblos indígenas a que se integren a la sociedad, quitándoles su identidad, sin ningún respeto a sus formas de vida y conocimientos medicinales ancestrales, dejarían de esa manera, dejar de ser los guardianes de la selva.

 

El empeoramiento del calentamiento global y el deshielo glaciar que empezó en algunas regiones del planeta, dan origen a otro problema, - el de la migración- causada por algunos de estos efectos, así como también por cuestiones político-económicas, que hablando en cifras se calculan que existen 272 millones y fracción de migrantes distribuidos en algunos países de África, América, Europa y Asia.

 

Hace poco ambientalistas chilenos advirtieron sobre algunos resquicios legales en su país que pretenden abrir reservas de glaciares localizados en áreas rocosas a inversionistas de la industria minera, lo que sería demasiado peligroso. Chile posee importantes regiones de glaciares en América del Sur, y éstos son importantes portadores de agua dulce, por lo que se debe evitar a toda costa, que éstos sean vistos como zonas de actividad económica extractiva.

 

Los ambientalistas más activos y verdaderos, son los pueblos del mundo que luchan contra la depredación irracional del sistema capitalista, que señalan con toda certeza, que es éste el que está acabando con la naturaleza y, que mientras no se cambie este modo de producción todos los intentos por controlar y disipar el calentamiento global fracasarán.

 

En el Acuerdo Climático de París (2015), se refirieron la necesidad de que se realice lo que llamaron transición justa, refiriéndose asimismo a la población activa y la creación de empleos como prioridades del desarrollo, esto se remontó todavía a los años 70s y 90s bajo el liderazgo de Tony Mazzocchi de la Unión Internacional de Trabajadores del Petróleo, la Química y la Energía Nuclear, haciendo referencia al movimiento sindical y al medio ambiente.

 

Tiempo atrás recordó el Encuentro de París, los trabajadores metalúrgicos y ambientalistas vislumbraban sobre la amenaza del futuro de los niños, de seguir o continuar destruyendo al medio ambiente. Pero la alerta se convirtió en un hecho irreversible.

 

En un Informe que se dio a conocer en el 1990 sobre calentamiento climático planetario ya se advertía que: “La quema de combustibles fósiles como el petróleo y el carbón genera miles de millones de toneladas de dióxido de carbono cada año. Este gas y otros atrapan el calor en la atmosfera. El calentamiento planetario resultante podría derretir los casquetes polares, inundar nuestras ciudades costeras y convertir vastas áreas agrícolas en desiertos. El problema se agrava por la destrucción generalizada de nuestros bosques, que ayudan a absorber el exceso de dióxido de carbono. La pérdida de bosques y otros hábitats amenaza la extinción de muchas especies de plantas y animales. Incluso nuestros océanos están amenazados por sustancias tóxicas y derrames de hidrocarburos vertidos al mar”

 

El concepto de transición justa fue adoptado por la Confederación Sindical Internacional y la Organización Internacional del Trabajo. Al estudiar las realidades, se descubrió la evidente inequidad ambiental mundial, entre los países desarrollados, pero con un alto grado e intensidad en la producción de carbono y, los países en desarrollo que tenían, por lo mismo, bajas emisiones de éste. La conclusión fue que, ninguna solución será posible si no se reconocen estas diferencias; así se fueron dando las formas de cómo las trabajadoras y trabajadores se insertaron en la escala mundial, ante el cambio climático y las necesidades energéticas.

 

El Llamamiento a una transición justa debe ser internacional, tomando en cuenta las necesidades de las poblaciones a escala mundial, de las generaciones futuras y de la diversidad de la vida en la tierra; es evidente que dicha transición es imposible bajo el sistema capitalista, de hecho, esto representaría la negación misma y concreta del capitalismo. Es necesario entonces que el movimiento ecosocialista de los EEUU se pronuncie al respecto, porque la transición justa, necesita urgentemente de un cambio de modo de producción completamente diferente, es decir, fuera de la lógica del consumo capitalista.

 

Si la especie humana se sigue considerando hoy, con altos alcances e índices de inteligencia, como lo ha sido en el área tecno-científica, así como en otras disciplinas, debe tener avances de importancia vinculados al equilibrio natural del medio ambiente y resarcir la destrucción del hábitat o medio ambiente, pues, se trata de la misma naturaleza de la que ha formado y forma parte. Detener el calentamiento global es el gran reto –inmediato- porque el tiempo no sobra.

 

https://www.alainet.org/es/articulo/202540
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