Desmontando las mentiras sobre el tema de la migración venezolana (IV)
- Opinión
En esta entrega, haremos mención al por qué Estados Unidos desata la actual ofensiva que tiene contra el mundo en este instante, además de algunas cifras del drama humanitario que vive Colombia. Ambas son las que generan flujos migratorios, de los cuales no escapa la República Bolivariana de Venezuela.
Esto es así debido a que el dólar es una moneda sin respaldo en bienes tangibles o commodities (oro, petróleo, plata, etc). Desde 1973, durante la administración de Richard Nixon, cuando a través de los tratados de Bretton Woods, se eliminó el “patrón oro” y estableció el dólar como moneda de intercambio comercial a nivel internacional, lo que hizo algunos señalan que el respaldo de la divisa estadounidense está basada en “la confianza” enmascaran el verdadero respaldo de esta moneda: el enorme poderío de amenazas sustentado en el manejo del complejo tecnológico militar industrial más formidable sobre la faz de la tierra.
Pero para no hacer este relato tan extenso, debemos remontarnos a lo siguiente. El 6 de marzo de 2015, el entonces Secretario del Tesoro de Estados Unidos, Jack Lew, dirigió una carta al Congreso de ese país donde solicitó la elevación del techo de la deuda de ese país en 18 billones de dólares antes de la llegada de la crisis y el estallido de la burbuja económica. Esto es importante de destacar, puesto que tres días después de este hecho, el entonces presidente Barack Obama dictó la orden ejecutiva donde declaró a Venezuela como “amenaza inusual y extraordinaria a la seguridad nacional” de EEUU.
En el año 2012, y aun estando Hugo Chávez con nosotros, 114,5 billón de dólares ascendería el monto de la deuda estadounidense. Se estima que en el año 2020 este monto pudiera alcanzar los 220 billones de dólares. Suma necesaria para que ese país pague los medicamentos, las pensiones, jubilaciones, seguridad social, seguridad ciudadana y demás gastos militares.
Se observa como hoy en día miles de ciudadanos y migrantes de diversos países en EEUU pierden sus casas, y han estado perdiendo hasta el derecho de pernoctar en sus vehículos. Se observan por centenares de miles de ciudadanos durmiendo en aceras por el incremento de la pobreza y la exclusión, los cuales son invisibilizados por los medios hegemónicos que controla el gran capital transnacional.
Ahora bien, para la obtención de esa suma cuantiosa de dinero, la actual administración Trump tiene estas tres opciones:
1.- Imprimir dicha cantidad (Y tienen el cinismo de acusar a los pueblos de emisión de “dinero inorgánico, cuando son los primeros que lo hacen).
2.- Obtener ese dinero pechando a los ciudadanos y ciudadanas estadounidenses y que habitan ese país, a través del aumento de las tasas y alícuotas impositivas y los tributos (le meten la mano en sus bolsillos, literalmente).
3.- Las guerras. Los teóricos nos has señalado que las crisis del sistema capitalista son cíclicas, y por estar sustentado este modelo de desarrollo en el complejo tecnológico militar industrial, nada más propicio para la reactivación de su economía que a través de la generación de intervenciones militares y de guerras. Así de simple.
Ahora, como uno de los pivotes que sustentan el ataque que desde Estados Unidos se impulsa contra Venezuela, proviene desde Colombia. Hay que hacer los siguientes señalamientos y divulgar las siguientes cifras.
Desde el período comprendido de 1969 a 1978, durante las primeras gestiones de Rafael Caldera y Carlos Andrés Pérez, ambos mandatarios contribuyeron a las negociaciones de paz entre los gobiernos de Colombia y los jefes guerrilleros del ELN y las entonces FARC-EP.
Incidentes con Colombia han sido muchos y de variada naturaleza. No podemos obviar que, del 9 al 18 de agosto de 1987, la corbeta colombiana “Caldas” de la Marina de Guerra, incursionó en aguas del Golfo de Venezuela, en abierta provocación a nuestras Fuerzas Armadas, pudiendo este hecho haber generado un conflicto bélico entre ambos países. Afortunadamente, dicho impasse fue zanjado por la vía diplomática.
No es menos cierto también que en la década del 70 del siglo pasado, surge el fenómeno del paramilitarismo como una organización de extrema derecha, fundados en muchos casos por ex militares y ex policías, y que posteriormente se agruparon bajo un comando único denominado “Autodefensas Unidas de Colombia” (AUC), quienes, con armas y estrategias de guerra, han venido combatiendo a las guerrillas de izquierda en la nación neogranadina.
Esta situación ha actuado como hecho desencadenante de grandes movimientos migratorios desde ese país al nuestro, debido al equipamiento de estos grupos de armamento de última generación, motosierras, contando con el financiamiento de las mafias del narcotráfico, lo que ha hecho que se protagonice la más grande y sangrienta ola de desplazados en la historia de Suramérica. De acuerdo a propias cifras de la ACNUR, entre ocho y diez millones de colombianos habrían sido desplazados por la guerra que vive Colombia.
Pero esta es una crisis humanitaria que ha sido invisibilizada a conveniencia.
Esta situación que afronta el vecino país, era de esperarse que la incursión del paramilitarismo en territorio venezolano sería cuestión de tiempo, y en una frontera donde los ciudadanos y el territorio fueron totalmente abandonados a su suerte por diferentes gobiernos que han pasado por la Casa de Nariño en Bogotá, ha hecho que la violencia de estos grupos se enseñoree en varias regiones fronterizas y a practicar sus atrocidades en territorio venezolano.
No podemos olvidar tampoco la fecha del 9 de mayo de 2004 (en ese entonces era domingo y día de las madres) cuando nuestros cuerpos de seguridad ciudadana, coordinados con nuestros servicios de inteligencia, procedieron a la captura de 150 paramilitares en la finca Daktarí, ubicada en el municipio El Hatillo, uno de los cinco que conforma el área metropolitana de Caracas (capital de la República), propiedad de Robert Alonso, quienes se entrenaban ya que tenían la misión de acabar con la vida del entonces Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Comandante Hugo Rafael Chávez Frías.
O no olvidar cuando, en una fecha como la de hoy, 18 de noviembre, día de la Chinita, patrona de los zulianos y de la Guardia Nacional Bolivariana, en el año 2004, el fiscal Danilo Anderson fue brutalmente asesinado. Si bien se responsabilizó a ciudadanos venezolanos por ese evento, y capturados sus autores materiales, la forma como Anderson fue asesinado fue típica de los grupos sicariales y paramilitares de Colombia, hasta el punto de que el ex presidente Álvaro Uribe Vélez aparece como uno de los posibles autores intelectuales de ese crimen.
Asimismo, el 13 de diciembre de 2004, mientras participaba en un foro en Caracas, el Comandante de las FARC-EP y uno de los responsables de esta organización, Rodrigo Granda, fue secuestrado por funcionarios del Departamento Autónomo de Seguridad (DAS) de Colombia desde Caracas. Clandestinamente lograron sacar a Granda hasta Colombia, evento este que también pudo haber generado en una guerra entre ambos países, y cuyo impasse diplomático dejo las relaciones al borde de la ruptura.
El 16 de mayo de 2008, fue denunciado el hecho de la incursión de 60 efectivos del ejército colombiano en el sector Los Bancos (Apure), siendo detectada por nuestro Ejército y obligada esta comisión a retirarse del territorio venezolano.
La presencia, acción y consolidación de grupos paramilitares en diferentes barriadas caraqueñas, cuya presencia es un secreto a voces, cobra vida en Venezuela. Tras la desaparición forzada de las AUC y la muerte de su máximo líder, Carlos Castaño, estos grupos se transformaron en bandas peligrosamente armadas (BACRIM) que controlan la actividad criminal no solo en Colombia, sino que se convirtieron en material de exportación para Venezuela. Sectores de la capital venezolana como Petare, El Valle, Antímano y El Cementerio, por solo mencionar algunos, han sido tomados por este fenómeno, que se ha constituido, además de controlar el negocio de la droga y el crimen organizado, en fuerzas de choque, que operan en contra de líderes de la izquierda, que resultan asesinados selectivamente y cuyos crímenes pretenden ser adjudicados al hampa común, todo ello en el marco de la Guerra No Convencional que se libra contra Venezuela en estos momentos.
Ahora, veamos algunas cifras referidas al drama humanitario que vive Colombia, de acuerdo al siguiente orden:
1.- Durante el gobierno de César Gaviria (1990- 1994) se dio la cifra de 99 mil 360 desplazados. Esto de acuerdo a cifras de Alto Comisionado de las Naciones Unidas para Refugiados (ACNUR y estadísticas de la Unidad de Víctimas del Gobierno colombiano).
2.- Durante el gobierno de Ernesto Samper (1994- 1998) se dio la cifra de 457 mil 735 desplazados. Esto de acuerdo a cifras de Alto Comisionado de las Naciones Unidas para Refugiados (ACNUR y estadísticas de la Unidad de Víctimas del Gobierno colombiano).
3.- Durante el gobierno de Andrés Pastrana (1998- 2002) se dio la cifra de 1 millón 550 mil 409 desplazados. Esto de acuerdo a cifras de Alto Comisionado de las Naciones Unidas para Refugiados (ACNUR y estadísticas de la Unidad de Víctimas del Gobierno colombiano).
4.- Durante el primer mandato de Álvaro Uribe Vélez (2002- 2006) se dio la cifra de 1 millón 573 mil 450 desplazados. Esto de acuerdo a cifras de Alto Comisionado de las Naciones Unidas para Refugiados (ACNUR y estadísticas de la Unidad de Víctimas del Gobierno colombiano).
5.- Durante el segundo mandato de Álvaro Uribe Vélez (2006- 2010) se dio la cifra de 1 millón 296 mil 536 desplazados. Esto de acuerdo a cifras de Alto Comisionado de las Naciones Unidas para Refugiados (ACNUR y estadísticas de la Unidad de Víctimas del Gobierno colombiano).
Es decir, sólo en la época uribista, son 2 millones 869 mil 986 desplazados que alcanzan más de la mitad del total (50,5%) de los 5 millones 685 mil 152 desplazados por su conflicto interno.
6.- Durante el primer mandato de Juan Manuel Santos (2010- 2014) se dio la cifra de 704 mil 148 desplazados. Esto de acuerdo a cifras de Alto Comisionado de las Naciones Unidas para Refugiados (ACNUR y estadísticas de la Unidad de Víctimas del Gobierno colombiano). Quedan pendientes las cifras de su segundo período gubernamental.
Tampoco podemos obviar, que desde 1999 con la implementación del denominado “Plan Colombia”, este se ha convertido en agravante de la situación humanitaria en el país neogranadino. Soldados y contratistas militares estadounidenses violaron sexualmente al menos a 54 menores de edad en Colombia entre los años 2003 y 2007, según un informe de la Comisión Histórica integrada por el Gobierno y las FARC. Según el reporte, los militares quedaron impunes por culpa del "imperialismo sexual".
Y es en ese sentido, en el año 2015, el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro procedió al cierre de la frontera con Colombia. Cuatro elementos clave fueron la que impulsaron al Jefe de Estado venezolano a la adopción de esta decisión:
1.-Contrabando de combustible.
2.- Contrabando de alimentos y bienes básicos.
3.- Ofensiva cambiaria
4.- Violencia paramilitar.
Razones estas que persisten, pero que no viabilizan una nueva adopción de una medida de esta naturaleza, debido a que las fronteras actúan como válvulas de entrada y salida ante un mundo y una realidad cada vez más globalizada.
Pero he aquí otras cifras y datos que ilustran sobre la situación de crisis humanitaria que afronta Colombia:
El hallazgo de la fosa común más grande de Latinoamérica (La Macarena) en abril de 2010 con más de 2.000 cadáveres sin identificar constituye una de las violaciones más grandes a los Derechos Humanos por parte del Estado colombiano. Esto según cifras y declaraciones de la Procuraduría General de Colombia.
Los “falsos positivos” como revelaciones hechas a finales de 2008 sobre el involucramiento de miembros del Ejército de Colombia en el asesinato de civiles inocentes, haciéndolos pasar como guerrilleros muertos en combate dentro del marco del conflicto armado que vive el país. Estos asesinatos tenían como objetivo presentar resultados por parte de las brigadas de combate.
El entonces Procurador General de Colombia, Alejandro Ordóñez, realizó el 3 de septiembre de 2015, una petición de investigación y captura a la Corte Penal Internacional de Nicolás Maduro, Diosdado Cabello, Delcy Rodríguez, José Gregorio Vielma Mora, así como a dos generales de la Guardia Nacional Bolivariana. Por “violación de Derechos Humanos”, de 1091 repatriados colombianos.
La mitad de la población está en situación de pobreza o de pobreza extrema, según los datos del DANE (Departamento Administrativo Nacional de Estadística), el organismo estatal colombiano de estadísticas. Para 2014 el 39, 9 % se ubicó en categoría de pobres. Mientras que otro 10,5 % se calificaba en el renglón de pobreza extrema.
El desempleo y el empleo informal en el departamento Norte de Santander tiene las cifras más altas a nivel nacional. Para el período marzo-mayo 2015 la tasa de desocupación se ubicó en 15.6 % para el conglomerado urbano formado por Cúcuta, Villa del Rosario, Los Patios y El Zulia, mientras que el índice nacional de mayo fue de casi la mitad, es decir, 8, 9 %.
La informalidad laboral, para el mismo período, la tasa se elevó al 69,9%, y logró ser la primera a nivel nacional. Otras cifras, como las del Departamento Nacional de Planeación, ubican la informalidad en un alarmante 78 %.
La región tiene 39.101 negocios vigentes, de los que sólo 18 son catalogados como grandes empresas, 159 medianas, 785 pequeñas, 6.244 no determinadas y la gran mayoría, 31.895 como microempresas. Ese modelo de organización sólo ha garantizado enormes ganancias a la burguesía y precariedad laboral para los trabajadores.
El Producto Interno Bruto per cápita departamental fue de 4 mil 597 dólares para 2013, mientras que el mismo valor para toda Colombia casi lo duplicó con 8 mil 65 dólares. Referencialmente cabe señalar que en Venezuela el PIB per cápita para 2013 superó los 12 mil 200 dólares.
Casi el 20% de la población ha sido víctima del conflicto armado, de acuerdo con el Registro Único de Víctimas (RUV) que lleva la Unidad para la Atención y Reparación Integral de las Víctimas. Las personas afectadas, por ocurrencia superan las 242 mil. Mientras que los casos de desplazamientos se aproximan a las 210 mil personas expulsadas, según la misma fuente oficial de información.
El déficit de viviendas supera las 50 mil unidades, según los datos de Ricardo Carvajal, director regional de Camacol (gremio de la construcción).
La cobertura de educación media es del 38 %, es decir por debajo del propio índice nacional de Colombia, que es del 42 %, y sustancialmente inferior con respecto al promedio de América Latina, de 72 % o el de Venezuela, de 78%.
La cobertura de acueducto es de 82,6 %, mientras que en promedio es de 97, 1 % para Latinoamérica.
11 millones de galones de gasolina (o 41 millones de litros) son llevados desde Táchira hasta esa región colombiana, donde unos 6 mil “pimpineros” se encargan de su venta al detal en las calles de ciudades y pueblos.
En el estado Táchira circulan 160.000 vehículos, pero consume (hasta que se cerró la línea de límites) más gasolina que Caracas, con un millón de unidades automotoras.
Táchira posee el 4,5 % de la población venezolana, pero “consume” el 8,5 % del total de alimentos de este país; es decir, prácticamente la mitad de lo que llega a esta región sigue derecho hacia Colombia como contrabando.
El problema del contrabando es tan grave que representa para Venezuela pérdidas por 3.650 millones de dólares. Esto es mucho más que las exportaciones totales FOB de café de Colombia en el 2014 (2.473.248 millones de dólares)
3.000 casas de cambio colombianas a lo largo de la frontera devalúan artificialmente el bolívar. En el año 2016, un bolívar equivale a 252 pesos colombianos, pero los cambistas lo venden a 4.8 pesos colombianos lo que les permite a los contrabandistas obtener más dinero por el esquema cambiario. Y uno de sus principales promotores fue Donamarys Ramírez, alcalde de Cúcuta quien prometió a los habitantes de esa localidad la construcción de 20.000 casas, y una vez llegado al poder, señaló que no podría construir ninguna.
Son algunas muestras que permiten inferir las razones del desplazamiento de colombianos hacia nuestro país.
En la próxima entrega develaremos las operaciones de amplio espectro del paramilitarismo en el centro del país, además de realizar consideraciones sobre el proceso de emigración venezolana, la develación de algunas cifras y consideraciones y cifras del Plan “Vuelta a la Patria”.
Esto se torna cada vez más interesante. Y espero que otros portales y webs interesadas en este debate permitan la publicación de tablas que mostraremos en lo sucesivo.
Juan Martorano
Abogado, activista por los Derechos Humanos, militante revolucionario y de la Red Nacional de Tuiter@s Socialistas
http://juanmartorano.blogspot.com
http://juanmartorano.wordpress.com
@juanmartorano
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