El conocimiento en la transformación universitaria

21/09/2014
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En todas las revoluciones en revolución (económica, misiones, conocimientos, estado y territorio) propuestas por el Presidente Maduro en nuestro sacudón, requieren de la profundización del conocimiento en cada una de la áreas que les toca lidiar. Al parecer, se exige el conocimiento especializado, ser asimilado por doquier. Máxime que hoy vivimos en la era-época de la sabiduría. De la extrema especialización del saber y saberes. Expertos dicen que los conocimientos deben actualizarse cada tres o cinco años. Otros plantean, que todo el saber, reunido solo en un año, ha de ser mayor que todo el saber acumulado en miles de años. También entendemos que el estar informado, no necesariamente es tener conocimientos.
 
Además de aceptar que nuestro atraso en varias áreas del conocimiento científico es sustancialmente precario e incalculable, debemos críticamente evaluar ¿por qué ello ha sido así?; ¿dónde nos ubicamos?; las ¿tendencias existentes?; y ¿cómo debemos avanzar aceleradamente en la producción del conocimiento más apropiada?
 
La primera tendencia: histórica e interesadamente impuesta sobre el desarrollo del conocimiento, tiene su peso específico en la explotación a ultranza de la naturaleza. No hemos tomado en cuenta los límites de los ecosistemas y del planeta tierra por encima de su reposición. Más del 35% de su biocapacidad la hemos superado, sin considerar las necesidades de las generaciones del futuro. Algo similar sucede con nuestra producción agrícola nacional, la cual se ha visto afectada en más del 30% de nuestros suelos productivos; destruyendo reservorios de agua y biodiversidad. Contaminando considerablemente a nuestras poblaciones. Esta manera de producir y desarrollar conocimiento científico agrícola, es contradictorio, por cuanto contrapone directamente la lógica de la vida. Es la base del conocimiento, que se ha venido impartiendo en todas nuestras universidades e instituciones del estado. Espacios consustanciados por grupos de corporaciones transnacionales, quienes imprimen la relativa direccionalidad a dichos avances científicos y técnicos. Incluso, en el área agroambiental, llegan a proponer relativas innovaciones científicas y tecnológicas sin excluir la explotación irracional de nuestros recursos naturales y sociales. Caso semillas transgénicas y “modernas” tecnologías duras, no aptas para nuestras condiciones agro-ambientales.
 
Las connotaciones anteriores son perfectamente aplicables a los gobiernos enteros y sus ministros, a científicos, empresarios, religiosos, a la gente común, quienes piensan que los recursos naturales son inagotables. Incluso, no hay calentamiento global y menos cambios climáticos. Argumentan que dichas condiciones de la tierra son normales y que está en condiciones de recobrar los equilibrios perdidos.
 
La segunda tendencia es la pasiva y fatalista. Reconocen que el modo de producción agrícola extractivo y contaminante es insostenible, que está en crisis sistémica. El planeta se acaba, vamos hacia el desastre. Pero no pueden ideológica-culturalmente entender que si existen salidas y por lo tanto, continúan re-produciendo el conocimiento adquirido, encontrándose con sus propios límites. Esta puede ser la causa, en muchos investigadores agrícolas nacionales que se involucran pero no se comprometen. El reto para todos, es innovar, para avanzar en los nuevos conocimientos y poder superar los problemas agro-tecnológicos existentes y nuestro atraso cognoscitivo.
 
Algunos investigadores, han surgido con amagos de interesarse por distintas corrientes de la agricultura sustentable, orgánica, en especial la agroecología, aparentando apoyo al desenvolvimiento de la misma. Pero al darse cuenta, que estas nuevas ciencias exigen disciplina y compromiso de vida, manifiestan contradicciones, quejas y críticas en la viabilidad de ellas, denotando que las relaciones con la naturaleza y lo social tienen muy poco valor para ellos. Esta crisis ética-sistémica de producción de conocimientos, les brinda la comodidad para no investigar e innovar. Los otros, de la primera, les hacen el trabajo. A ambas tendencias le debemos agregar; otra nefasta distorsión en el ámbito universitario nacional, que solo puede ser descrita en el tratamiento del conocimiento como una mercancía. Ante esta realidad, las propuestas o proyectos socio-productivos difícilmente tienen cabida en la dimensión innovadora. O bien, están condicionados a la visión especulativa .
 
Este grupo de investigadores neutrales y negativos, viven atrapados en sus miedos, no logran comprender, que tienen capacidades ciertas de construir comunidades con otro orden social, con el fomento de la creatividad y la corresponsabilidad social requerida. Pero sólo si se lo proponen y se comprometen.
 
La tercera tendencia: surge como las respuestas a la crisis sistémica de nuestra civilización. Data de unas cuantas décadas atrás. Dignamente representada por distintos luchadores sociales, investigadores y científicos, quienes han colaborado en diferentes movimientos y espacios institucionales, logrando producir innumerables documentos de obligatoria lectura. Como por ejemplo: La Carta de la Tierra de las Naciones Unidas (2000); Manifiesto por la Vida: Por una Ética para la Sustentabilidad (2002) y la Cumbre Climática de Cochabamba (2010) entre otros.
 
Estos y otros tantos importantes aportes orientan y valoran los conocimientos emergentes que debemos tomar en cuenta, para avanzar en nuestras propuestas de cambio. Estos saberes tienen sus bases en un progresivo proceso de amalgamiento entre las ciencias del universo, de la tierra y la vida. Se congregan en múltiples disciplinas científicas, las cuales se funcionan entre sus distintas dimensiones y están en procesos de evolución.
 
Acá, necesariamente se dan reciprocidades y complementariedades entre los distintos saberes que se expresan. Allí debe estar la innovación. En esta tendencia, no debe existir la fragmentación del conocimiento como en las anteriores. Se hacen tangibles en las realidades específicas para la producción del conocimiento requerido.
 
En el amalgamiento de las ciencias anunciadas y en sus decenas de interrelaciones, cada vez más, se encuentran variadas respuestas en la ecología. Acá, debemos hacer, el mayor número de esfuerzos posibles, para entender la complejidad de tales inter-relaciones que tal disciplina acierta.
 
En la fusión de varias áreas del conocimiento con la ecología surge la agroecología. Manifestándose en su propio devenir, en el apoyo de otras diez ciencias básicas y articulándose con otras treinta y tres. (Caporal, et. 2006). Es posible que al momento pudiésemos agregarles otras más.
 
Esta nueva ciencia del que hacer agrícola, en sólo los últimos 15 años, ha tomado un despliegue inusitado en otras tantas latitudes. Entusiasmando a miles de investigadores en otorgarles el alto valor científico-técnico que está mereciendo. La cual se ha manifestado en oportunos, detallados y convincentes reportes e informes.
 
Organismos internacionales como: las Naciones Unidas (2011) (ver varios informes en línea Oliver Shutter) los cuales promueven la relación del “derecho a la alimentación y la agroecología”; el Informe Francés Etudes El Analyses,(2013) justifica atender esta “nueva ciencia”. Este reporte agrupo a más de 1200 investigadores de la Comunidad Europea.
 
Del seno de esta última institución y en conjunto con distintas redes, vienen apoyando el Proyecto “Africa Más”(2013) con la “agroecología como camino”. Los oportunos aportes de la Sociedad Científica Latinoamericana de Agroecología, SOCLA (2012); que han demostrado distintas ventajas en la aplicación de la “agroecología en los cambios climáticos”. Ver videos de cómo se puede “Salvar a California de la sequía con la Agroecología” (2014). El Instituto de Ciencia para la Sociedad, ISSS-Report(2013); el cual, agrupa un panel de reconocidos investigadores de científicos en el área de la alimentación, quienes también han venido proponiendo la urgencia de avanzar hacia un nuevo paradigma agrícola fundado en las “ciencias agroecológicas”. Otras voces del sur también alientan por la “alternativa agroecológica” ALAI (2013). Agregamos, el reciente simposio organizado por la Food Agriculture Organization (2014), donde, se evaluó el estado actual de la ciencia y las prácticas agroecológicas; al igual que las iniciativas en curso a través del mundo y las múltiples ventajas que se dan para contribuir al desarrollo de un marco internacional de la investigación sobre la agroecología. Sin duda, allí están las respuestas a un buen número de situaciones problematizadoras en el área agroambiental, que todavía no hemos podido superar.
 
Todos estos procesos productivos agroecológicos, nos están proporcionándonos múltiples beneficios: se diversifica la producción y es más rentable; recupera y mejora los agroecosistemas; genera nuevos servicios ambientales e innova y produce conocimientos, superando las limitaciones físicos naturales existentes. Ello ha generado la integración e interdependencia entre otros conocimientos; cohesionando la participación directa de los campesinos en la organización social y la pertinencia de re-encontrarse con los tantos objetivos socio-productivos-culturales del bio-regionalismo. Nueva categoría que debe liderizar nuestra revolución del socialismo territorial, máxime si estamos hablando en Venezuela de poseer más de 462 especies alimentarias entre sus distintas socio-bio-regiones, bases del escalamiento económico productivo ecosocialista exigido.
 
En la visión bio-regionalista, que estamos construyendo y de verdad, avanza hacia la transformación universitaria requerida, se manifiestan en algunos Programas Nacionales de Formación, creados en nuestra revolución bolivariana. Ameritan evaluarse y encomendar reajustes. En el caso del PNF en Agroecología, se acrisolan los miles de saberes y conocimientos, los cuales están proporcionándonos los fundamentos para las nuevas innovaciones científico-técnicas que el mandato: revolución en las revoluciones nos confiere. Asumirlo, es nuestro inmediato reto y definitivamente avanzar, en superar la serie de limitaciones que las tendencias 1-2 señaladas, nos siguen proporcionado y truncan la consolidación de las prácticas agroecológicas, entre los distintos sectores productivos, universitarios y del conocimiento.
 
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
 
Agroecologia, un camino hacia Africa. Proyecto “Africa Más”. En linea http://www.diariodeavisos.com/2013/06/agroecologia-camino-hacia-africa/
 
America Latina en Movimiento (2013) La Alternativa Agroecologica. Nro. 487 En linea: http://alainet.org/publica/487.phtml
 
Caporal, F. B.; Costabeber, L.A.; Paulus G. (2006) Agroecologia. Matriz Disciplinar ou novo Paradigma para o Desenvolvimento Rural Sustentavel. En línea.
 
De Shutter (08/03/2011): “La agroecología y el derecho a la alimentación”, Informe presentado ante el Consejo de Derechos Humanos [A/HRC/16/49] (también disponible en francés, inglés, chino y ruso).
 
Institute of Science of Society (ISSS) Report (2013) Paradigm Shift Urgently Needed In Agriculture UN Agencies Call for an End to Industrial Agriculture & Food System en línea
 
La Carta de la Tierra de las Naciones Unidas. (2000) en línea:
http://es.wikipedia.org/wiki/ La Carta de la Tierra.
 
Manifiesto por la Vida. Para la Etica de la Sustentabilidad(2002)
 
 
Responder a los Desafíos del Siglo XXI con la Agroecología Porque? y Cómo Hacerlo?(2013) http://www.agter.org/bdf/_docs/levard_2013_informe-c2a_agroecologia_es.pdf
 
Oliver de Schutter Relator Naciones Unidas
 
Save California Agriculture with Agroecology (2014). en líneas,
 
Sociedad científica latinoamericana de agroecología, SOCLA (2012) en linea.
Agroecología: única esperanza para la soberanía alimentaria y la resiliencia socioecológica
 
Simposio Internacional sobre Agroecología para la Seguridad Alimentaria y Nutrición
FAO 18 -19 de septiembre de 2014, Roma Italia.
 
Video Insight (2014) : Water & Drought Online Seminar Series. University of California. Using Agroecology Practice to Enhance the resilience of organic farms to drought. https://www.youtube.com/watch? v=7N4z6S68wXA&list=PLLjlfxpbNglYQxsSCr0TFtk2hUr_p1LDv&index=30
https://www.alainet.org/es/articulo/103564
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