Protagonismo conspirativo y revolución

14/08/2017
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La actual crisis civilizatoria, que estamos mundialmente confrontando, nos ofrece oportunidades concretas para avanzar hacia nuevos paradigmas. Una de estas oportunidades consiste en el establecimiento de una economía que esté basada en el respeto a los límites bio-físicos impuestos por nuestro planeta.

 

Esto no ocurrirá de la noche a la mañana, pero podemos irnos replanteando una nueva cultura que posibilite transitar e ir estableciendo las bases, para una nueva cultura económica. Afortunadamente, en varias dinámicas sociales y productivas, se vienen emprendiendo experiencias fundadas en la interrelación de las variables ecológicas y económicas, que se adaptan a los ritmos de los ecosistemas, al uso exclusivo de energía proveniente del sol y al cierre de los ciclos de la materia.

 

Peter Joseph (2017), fundador de uno de los movimientos sociales de mayor cobertura mundial en la lucha por los derechos humanos, The Zeitgeist Movement, nos sistematiza en su investigación, toda una serie de experiencias, casos, vivencias, posibilidades de re-inventar la economía y de erradicar la opresión social, no sólo en su país de origen, sino en todo el planeta.

 

En su último texto titulado, “El Nuevo Movimiento por los Derechos Humanos: Reinventando la Economía para Acabar con la Opresión” (The New Human Rights Movement: Reinventing the Economy to End the Oppression) (2017), Joseph nos revela con objetividad y audacia las reales posibilidades de como una familia, dependiendo del contexto, puede llegar a tener los niveles adecuados de una vida sustentable. Adicionalmente, en este trabajo nos presenta alternativas a la crisis climática, a la crisis del agua, a la escasez de biodiversidad y a las desigualdades estructurales económicas y sociales.

 

Joseph insiste, que para avanzar en una nueva estabilización social y podamos prevenir el colapso ambiental mundial, nuestras actitudes y acciones personales, serán determinantes. El propone una nueva militancia que supere los vicios y hábitos consumistas e individualistas. Rechaza los comportamientos arrogantes, prepontentes y otras actitudes apegadas y dependientes de nuestros modelos ego-ideológicos. Nuestra ideología, fundada en la fraternidad de los grupos, comunidades, colectivos y otras organizaciones, debe permanentemente exigir corresponsabilidad y el brindarnos la cooperación necesaria en todos los ámbitos.

 

En otras perspectivas ideológicas, culturales y políticas, el Teólogo-Cosmobiólogo Leonardo Boff (2011), nos exige, no ser indiferentes ante la crisis civilizatoria y nos describe varias actitudes:

 

La primera actitud es la de los catastrofistas: la fuga hacia el fondo. Estos enfatizan el lado de caos que encierra toda crisis. Ven la crisis como catástrofe, descomposición y fin del orden vigente. Para ellos, la crisis es algo anormal que debemos evitar a toda costa. Sólo aceptan ciertos ajustes y cambios dentro de la misma estructura. Pero lo hacen con tantos peros que recortan cualquier irrupción innovadora. Dejando las cosas como están, éstas nos llevarán fatalmente al fracaso, a una crisis ecológica y humanitaria inimaginable. Como las fórmulas pasadas agotaron su fuerza de convencimiento y de innovación, acabarán transformando la crisis en una tragedia.

 

La segunda actitud es la de los conservadores: la fuga hacia atrás. Estos se orientan por el pasado, mirando por el retrovisor. En vez de aprovechar las fuerzas contenidas en la crisis actual, huyen hacia el pasado y buscan viejas soluciones para problemas nuevos. Por eso son arcaicos e ineficaces. Se ubican en las instituciones políticas y financieras, en los organismos económicos mundiales como el FMI, el Banco Mundial, la OMC, el G-20. La mayoría de los políticos, las Iglesias y las religiones buscan dar solución a los graves problemas mundiales con las mismas concepciones. Favorecen la inercia y frenan soluciones innovadoras.

 

La tercera actitud es la de los utopistas: fuga hacia delante. Estos piensan resolver la situación de crisis huyendo hacia el futuro. Se sitúan dentro del mismo horizonte que los conservadores, sólo que en dirección contraria. Por eso, pueden llegar fácilmente a acuerdos con ellos. Generalmente son voluntaristas y se olvidan de que en la historia sólo se hacen las revoluciones que se hacen. El último slogan no es un pensamiento nuevo. Los críticos más audaces pueden ser también los más estériles. No es raro que la audacia contestataria no pase de ser una evasión para no enfrentarse a la dura realidad.

 

Una cuarta actitud es la de los escapistas: huyen hacia dentro. Se dan cuenta del oscurecimiento del horizonte y del conjunto de las convicciones fundamentales, pero hacen oídos sordos a la alarma ecológica y a los gritos de los oprimidos. Evitan la confrontación, prefieren no saber, no oír, no leer y no cuestionarse. Estas personas ya no quieren convivir. Prefieren la soledad del individuo pero generalmente conectado a Internet y a las redes sociales.

 

Para Boff se da una quinta actitud: la de los responsables: hacen frente al aquí y al ahora. Son los que elaboran respuestas, por eso los llamó responsables. No temen, ni huyen, ni se evaden, sino que asumen el riesgo de abrir caminos. Buscan fortalecer las fuerzas positivas contenidas en la crisis y formulan respuestas a los problemas. No rechazan el pasado por ser pasado.

 

De las particulares actitudes ante la crisis actual, que nos muestran Boff y Joseph debemos incorporarle otra actitud y que ha emergido con mucha fuerza, en la compleja situación de transición social-económica que vive hoy día el pueblo venezolano. La denominamos, el protagonismo conspirativo. Son aquéllos, que en cualquier espacio o nivel de interacción, actúan afanosamente, buscan sobresalir, mostrándose como personas que se las saben todas y tienen cualidades superiores a los demás. Tienen la habilidad de combinar algunas características de las actitudes definidas por Boff.

 

Siguen un eco-egotista patrón mental, fundado en apreciaciones equivocadas, en la mentira, la descalificación, en la crítica banal y desubicada. Si su supuesta superioridad se ve cuestionada o superada, de inmediato fijan posiciones en contra de alguien o algo, con apoyo de su séquito; ya que tienen mucha habilidad para sumar seguidores mediocres incondicionales, que por beneficios personales, o amenazas a perder privilegios están dispuestos o dispuestas a sumarse a su enfermiza causa. Conspiran contra los que se destacan, contra los que proponen ideas novedosas, contra la gente honesta que no se suma a su causa o no se somete a sus designios de grandeza y poder.

 

No es raro que este tipo de actitud lleve a abusos de poder, a acciones de amenaza y a la aplicación de acciones violentas intimidatorias. Un mínimo desacuerdo en tal interacción social, puede ser la semilla para una agresión física o verbal y para convertir al interlocutor en un potencial enemigo. El protagonismo conspirativo atizará la descalificación y el desprestigio hacia los que no considera amigables.

 

Los practicantes de este tipo de actitud se agrupan y conforman cofradías perversas, para protegerse en sus posiciones de poder relativo, y para sabotear y retrasar procesos económicos, sociales, laborales y políticos.

 

El protagonismo conspirativo se ameniza: por la pantallería, la banalidad, el embuste, el chisme, la cursilería, el acoso sexual y otras actitudes propias de la arrogancia, prepotencia e individualismo.

 

Los excesos burocráticos, la ineficiencia laboral grupal y la preservación de la corrupción pública y privada que actualmente vivimos, son fieles ejemplos, de ese protagonismo conspirativo.

 

En el plano político, el protagonismo conspirativo se acomoda a los que están en el poder; reemplaza la participación con el electoralismo o con el dedismo según sea el caso; y trata de ocultar su atraso e ignorancia cognoscitiva sobre los temas mas acuciantes de hoy, repitiendo el mismo discurso de sus amos. No toma iniciativas por temor a perder su cargo, y cuando actúa, lo hace bajo un temor extremo a perder espacios y parcelas de poder. Por ello, acude a las descalificaciones personales; a la manipulación e imposición de agendas ocultas; a los silencios injustificables; al desagradable nepotismo familiar; y a traficar con los cargos de su aparente dominio.

 

Sin lugar a dudas, el protagonismo conspirativo es uno de los principales enemigos para los avances en las transformaciones sociales y económicas que estamos requiriendo.

 

Al momento de redactar estas reflexiones, en Venezuela se instala la Asamblea Nacional Constituyente. Espacio, en donde se debe avanzar hacia la consecusión de la paz, del diálogo sincero, abierto y comprometido con la verdad, la justicia y la reconciliación definitiva de todas y todos los venezolanos. Millones de esperanzas se encausan hacia los 545 Constituyentistas quienes deben demostrar su prudencia, modestia, bondades y compromiso por emprender nuevas actitudes personales y colectivas, re-significándonos las nuevas relaciones sociales, de armonía y equilibrio que estamos demandando.

 

El pueblo venezolano, atravesó ríos, montañas, barricadas, para derrotar los intentos de la oligarquía y el imperialismo de imponerse por medio del acaparamiento de productos, de la subida de precios, del contrabando, de la violencia y el terrorismo al resto de las y los venezolanos. Pero también corrió esos riesgos para derrotar al protagonismo conspirativo y otras actitudes negativas de algunos sectores y líderes chavistas. El pueblo votó por la Asamblea Nacional Constituyente con la esperanza, con la alegría, con el corazón para lograr importantes cambios culturales que lleven a la participación política verdadera en la conformación de una sociedad estable y armoniosa, de una economía productiva que tome en cuenta los límites de la bio-esfera, ése es el reto. Los constituyentes no son 545, somos 30 millones. Por las asambleas constituyentes comunales, municipales, y estadales y hacia la nueva revolución bolivariana.

 

Referencias Bibliográficas

 

Boff, L. (2011) Actitudes frente a la crisis actual.En línea http://www.servicioskoinonia.org/boff/articulo.php?num=534

 

Joseph, P. (2017) The New Human Rights Movement: Reinventing the Economy to End the Oppression. Ed. Ben Bella Books, Dallas Texas. USA.

 

@17MiguelAngel

 

https://www.alainet.org/es/articulo/187399
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