La integración de los países de América Latina es una actitud imperativa y que no debe entramparse en mayores aplazamientos, si se considera las ventajas que esto implica dentro de un mundo cada día más complejo, cambiante y que promueve una competencia voraz en materia de producción, oferta y demanda de servicios, productos, materias prima y mano de obra.

Este escenario empuja a los países de la región a unirse, pero no, únicamente, por un sentido de supervivencia, sino más bien para la consolidación de una actitud política, económica, social y cultural ante el globo. Dentro de este escenario, no se puede omitir que el mundo avanza hacia la consolidación de bloques (Unión Europea, Tigres Asiáticos, Liga Árabe, entre otros) en procura de enfrentar los retos actuales y futuros, los cuales no se puede asumir desde la soledad de cada país. De ahí, la importancia que América Latina consolide una postura de cara a una nueva configuración geopolítica.

Para Augusto Bermúdez, “el carácter sistémico del desarrollo abre la posibilidad de una variada gama de ámbitos de cooperación para elevar el bienestar de los pueblos y la competitividad. Se hacen visibles la realización de esfuerzos conjuntos para la creación de infraestructura, para ampliar y hacer más eficientes los sectores productores de bienes y servicios, para promover inversiones. En fin, para avanzar en el desarrollo de la investigación científica y tecnológica, de la educación y capacitación de la gente, y de la protección del medio ambiente, etc.”.

Los países de Latinoamérica tienen, dentro de este escenario, varias ventajas socio-culturales, así como un bagaje sólido en la creación de una arquitectura institucional regional (CAN, Parlamento Andino, CAB, ALADI, entre otros). Respecto del primer tema, cabe mencionar -en palabras de Casio Luisselli-, que “mejor prueba de ello, es que en todo el continente (con la limitada excepción de Brasil), se habla el mismo idioma, se escucha la misma música, se leen los mismos autores y la cultura latinoamericana, con su vigorosa diversidad, es percibida en todo el mundo como un sola. A todo esto, ayuda la geografía. El enorme subcontinente latinoamericano, el de mayor biodiversidad y riqueza ecológica de todo el planeta, únicamente contiene a esa sola matriz cultural (…) El mestizaje es quizá el más poderoso cemento de cultural de la región”.

Los patrones comunes socio-culturales de la región, así como las necesidades económicas de los países pueden ser socializados, difundidos y promovidos, a través de una actitud comprometida de los comunicadores y periodistas; pues gracias al acceso y uso que tienen de los Sistemas de Comunicación y la nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación pueden construir y crear nuevos significados en torno de la integración y sus valores. En este sentido, es una prioridad realizar encuentros para comunicadores que fomenten la integración y la paz, a partir del rol protagónico que están ejerciendo en los medios.
 

- César Ulloa Tapia es ecuatoriano; licenciado en Comunicación Social, Magíster en Gerencia Cultural. Ha escrito los libros “Apuntes de Comunicación" (UTPL, 2006) y “Comunicación, cultura y desarrollo” (CIESPAL, 2007).  Es editorialista de varias publicaciones dentro y fuera de su país.