La burbuja

26/12/2010
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Sin lugar a dudas, el papel de los medios, sus periodistas y el uso de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) por parte de cualquier actor han revolucionado la era contemporánea. Por eso, se dice -no en vano- que vivimos en la sociedad de la información y el conocimiento. Esta revolución es transversal, de ahí que ni la política pueda escapar de sus efectos, tentáculos e impactos. Eso explica por qué políticos, funcionarios y diversos representantes de colectivos quieren articular y consolidar planes de comunicación para “posicionar” su imagen, gestión y futuro.
 
Incluso, varios de los políticos se han convertido en célebres personajes de la farándula. Por esa razón, se presentan en programas de TV, radio o segmentos de prensa sobre entretenimiento, cocina, espectáculo, deportes y también fabricando sus propios vídeos para subirlos al Youtube, Facebook y toda red social que les permita llegar a sus clientelas electorales o seguidores, si es que algunos se sienten susceptibles.
 
Lo favorable del uso de las TIC es cierto nivel de libertad y democratización del ámbito informativo, pero también invita a publicar cualquier tontería en los famosos blogs. Como se puede ver, entonces, los políticos no pueden vivir sin los medios y las tecnologías, aun cuando despotriquen contra ellos, sino revisemos la presencia mediática de los líderes de varios países en espacios maratónicos de TV, radio y redes. Incluso, hay una sobre exposición, bombardeo y saturación mediática.
 
Ello explica por qué la gestión de los políticos, en gran porcentaje, dependa de su presencia en la tele-sociedad y en los sondeos de opinión. Hasta ahí, nada nuevo. Sin embargo, dentro de esta burbuja, lo preocupante es que la sobre exposición mediática de ciertos líderes (en el ámbito mundial) pretenda restar, minar, horadar la voz diversa, plural y distinta de los demás actores, tratando de consolidar ideas únicas, realidades indiscutibles y fantasías a medida de ellos. Cabe decir que esta burbuja puede durar, pero el rato que explote devendrá en serios problemas, pues la gente ha comprendido que de verdades únicas no se vive.
https://www.alainet.org/es/articulo/146549

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