Entrevista a Valter Pomar

La integración será obra de todos o no será

18/04/2007
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El Secretario de Relaciones Internacionales del PT marcó lo mejor del gobierno de Lula Da Silva y señaló lo que aún falta por hacer. Aseguró que “el uso de las Fuerzas Armadas para garantizar el orden interno es un error brutal".

En momentos donde el presidente brasileño Luiz Inácio Lula Da Silva tiene que enfrentar varios conflictos domésticos, como la violencia urbana y la fuerte oposición política, los cuales podrían costarle el éxito de su segunda mandato, Valter Pomar, Secretario de Relaciones Internacionales del oficialista Partido de los Trabajadores (PT), realizó un profundo y crítico análisis de la actualidad sociopolítica del hermano mayor del Mercado Común del Sur (Mercosur). Los agrocombustibles, la militarización de Río de Janeiro y la integración regional formaron parte del cuestionario. Si bien expresó que “como gobierno, no supimos derrotar la dictadura que el capital financiero mantiene sobre la economía nacional”, también destacó “la prioridad que se le ha dado a la cuestión social”. por parte de la actual administración del Planalto.

Pomar, de 40 años, milita en el PT desde 1982, apenas dos años antes de su fundación a manos de Lula, por entonces el sindicalista metalúrgico más importante de Brasil. Su puesto le permite ocupar la mesa nacional ejecutiva del partido, espacio donde los distintos secretarios deciden las grandes líneas estratégicas a seguir.

Este ya histórico miembro del PT también tiene en su haber una importante producción intelectual sobre los grandes problemas que aquejan a la región y sobre la importancia de que América Latina resista los sucesivos embates del imperialismo estadounidense. En marzo pasado, la voz de Pomar fue la más altisonante para repudiar la visita de George W. Bush a Brasil. “Los Estados Unidos en general y el gobierno de Bush en particular son de una violencia brutal. La integración continental, y en particular la sudamericana, constituye un medio importante para contener a los gringos”, dijo en ese entonces.

- ¿Cuál es la relación del PT con el Gobierno de Lula?

Lula es afiliado al PT. El PT fue la fuerza fundamental en la elección de Lula en 2002 y 2006, tanto como en la sustentación de su gobierno, en la sociedad y en el Congreso Nacional. Además, una parte significativa de los ministros es petista. A pesar de eso, ni el primer gobierno fue, ni el segundo es, un gobierno petista, ni tampoco de izquierda. El de Lula es un gobierno de coalición entre partidos de izquierda, partidos de centro, por lo menos un partido de derecha y diversos sectores sociales. Por eso, la relación del PT con el gobierno de Lula es de apoyo y de autonomía.

- ¿El PT pudo llevar a Lula a la presidencia porque cambió la sociedad Brasileña o porque cambió el PT?

Lula venció en las elecciones por una combinación de motivos, entre los cuales resaltan el desgaste del neoliberalismo y de los partidos que lo implementaron en Brasil; y la acumulación de más de 20 años de lucha política y social protagonizada por el PT y por Lula.

- ¿El PT dice lo que Lula como presidente tiene que callar?

A veces sí. Otras veces decimos lo mismo que Lula. Y hay ocasiones en que Lula piensa y dice una cosa, mientras que el PT piensa y dice otra cosa.

- Por ejemplo, el PT es muy duro con George W. Bush pero Lula lo recibe y luego lo visita. ¿Se deterioró la relación del líder con su partido después de eso?

El estilo de Lula no es ser agresivo con los adversarios. Además, aunque él quisiera, las restricciones diplomáticas y protocolares deben ser tenidas en cuenta. Pero el PT no precisa tener en consideración esas limitaciones. Igual, la diferencia de posturas no generó ningún problema en la relación del PT con el gobierno.

- Como secretario de Relaciones Internacionales del PT, ¿cuál es su trabajo?

En primer lugar, auxiliar a la Dirección Nacional del PT acerca de las cuestiones internacionales. En segundo lugar, acompañar la política de relaciones internacionales desarrolladas por los petistas que están al frente de mandatos parlamentarios; también las relaciones exteriores de los gobiernos integrados por petistas, comenzando por el gobierno federal. En tercer lugar, mantener relaciones permanentes con partidos y organizaciones de la izquierda política y social en todo el mundo, como el Foro Social Mundial y el Foro de San Pablo. En cuarto lugar, organizar a los petistas que actúan en el área de relaciones internacionales, inclusive los que residen en el exterior. Finalmente, apoyar y desarrollar campañas masivas en torno a temas internacionales.

- ¿Cómo es la relación del PT con otros partidos políticos del continente?

Nuestra principal relación se da a través del Foro de San Pablo, sin subestimar las intensas relaciones bilaterales con partidos como el Frente Amplio de Uruguay, el Partido Comunista de Cuba, el Frente Sandinista de Liberación Nacional de Nicaragua (FSLN), el Movimiento Al Socialismo (MAS) de Bolivia, el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional de El Salvador, o el Partido de la Revolución Democrática (PRD) de México, entre muchos otros.

- Muchas veces se habló aquí de formar un PT argentino. ¿La experiencia del PT podría reproducirse en otro país?

El PT es un fenómeno brasileño que sólo puede surgir en una determinada época de la historia de Brasil. No doy crédito a que sea posible construir algo parecido en otros países y en otra época.

- ¿Con que partido político o movimiento de Argentina, el PT tienen más relación?

Tenemos relaciones con varios partidos argentinos que integran el Foro de San Pablo, algunos son oposición al gobierno de Néstor Kirchner y otros participan y apoyan a ese gobierno.

- Sobre el Gobierno de Lula, ¿cuáles son las cosas más positivas hasta el momento?

Principalmente, la presencia en el gobierno federal de sectores políticos y sociales que nunca fueron parte de él. Luego, está la política externa, la defensa de un papel activo del Estado en la economía y la prioridad que se le ha dado a la cuestión social.

- ¿Qué es lo que falta por hacer todavía?

Muchas cosas. Para empezar a conversar, nosotros no conseguimos enfrentar, mucho menos derrotar, la dictadura que el capital financiero mantiene sobre la economía nacional. Tampoco democratizamos la comunicación social. Las elecciones siguen siendo financiadas por el empresariado privado. Las grandes reformas estructurales, como la reforma agraria, siguen pendientes. Y el pueblo brasileño todavía está muy lejos de tener una vida de calidad.

- ¿Cuál es la principal diferencia de Lula con su antecesor Fernando Henrique Cardoso (1995-2002)?

Fernando Henrique Cardoso es un neoliberal, que articula con la derecha y con el gobierno estadounidense.

- Cuáles son los sectores que en Brasil tienen más poder para presionar al Gobierno? ¿Quiénes están más en contra de los cambios?

La respuesta es la misma: el gran empresariado presiona al Gobierno todos los días parar mantener el status quo y para que se apliquen constantemente reformas anti-populares.

- ¿Tiene solución el tema de la violencia en Brasil? ¿Cómo hay que tratar ese tema?

Sí, tiene Solución. Desde el punto de vista estructural, es preciso combatir la pobreza. Desde el punto de vista inmediato, es preciso acabar con la impunidad de las elites que están por detrás del gran crimen organizado. Y, en el corto plazo, es preciso reconstruir el aparato estatal. Está comprobado que donde hay escuela, cultura, recreación, deportes y empleo, la violencia es menor.

- ¿La decisión de Lula, por pedido del gobernador Sergio Cabral, de que las Fuerzas Armadas actúen en las calles de Río de Janeiro, no se contradice con los principios políticos del PT? ¿Cómo hay que leer esa decisión?

Al momento en que respondo a esta entrevista, tal decisión no fue adoptada. La Constitución brasileña establece parámetros que tornan posible la convocatoria de las Fuerzas Armadas para participar del mantenimiento del orden público. El gobierno de Río de Janeiro, hasta el momento, no formalizó un pedido que atienda a esos parámetros (NdeR: al momento de publicarse este artículo, el pedido fue realizado y se encuentra en su evaluación por parte de las autoridades militares). En cuánto al mérito, la utilización de las Fuerzas Armadas para mantener el orden interno, en caso de que tal medida sea adoptada, es un error brutal; primero, porque no resolverá el problema, y segundo, porque abrirá un precedente extremamente dañino.

- ¿Dónde ubicaría al gobierno de Lula dentro del escenario político actual de Latino América? ¿Cómo hay que entender, cómo se explican los acuerdos entre Lula y Bush? ¿Esos acuerdos no debilitan un poco el Mercosur?

El gobierno Lula está contribuyendo en parte al movimiento general que América Latina está realizando en dirección al pos neoliberalismo. En referencia a los acuerdos con el presidente de los Estados Unidos, pienso que, de parte de Bush, es una tentativa de ganar aliento político; y de parte de Lula, es una tentativa de conseguir espacios, mercados, para colocar los productos brasileños. Pero no creo que esos acuerdos debiliten al Mercosur.

- ¿El proyecto de integración latinoamericana de Lula es contrario al de Hugo Chávez o pueden complementarse?

La integración será obra de todos o no será. No entramos en disputas de protagonismo. Creo que la política exterior de Lula, en general, es muy positiva si se tiene en cuenta la defensa que vienen haciendo de la integración continental, la posición contraria que ha tomado con respecto al Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) y a los Tratados de Libre Comercio (TLC), la intensificaciones de las relaciones con África y el privilegio que le ha dado a las relaciones sur-sur.

- ¿Qué opina el PT de que Lula nombre ministros muy cuestionados, por ejemplo, del conservador y derechista Partido del Movimiento Democrático de Brasil (PMDB)?

El PT todavía no avaló la composición del Gabinete. En mi opinión, hay ministros y ministros. Por ejemplo: el ministro de Comunicaciones, Hélio Costa, que está ligado a la Red Globo, no ayuda a democratizar la comunicación social.

Los biocombustibles fueron criticados por el Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST), por varios movimientos sociales, por Chávez, por Fidel Castro y otros. ¿Lula tienen que escuchar esas voces o seguir adelante con ese proyecto?

Lula tienen que escuchar esas voces para que la producción de biocombustibles tenga en cuenta el medioambiente, los intereses sociales y el proyecto nacional. De otra forma, puede resultar un buen negocio para los empresarios y un mal negocio para el país.

- ¿Por qué en Brasil es tan difícil investigar los crímenes cometidos durante los gobiernos militares? ¿Por qué no sucede lo que pasa en Argentina o en Chile?

Por falta voluntad política de los gobiernos brasileños pos dictadura. Se dio una mixtura de falta de claridad estratégica, de no darle prioridad al tema, de comodismo y cobardía.

- ¿Por que Lula, siendo él y sus compañeros víctimas de la dictadura, no muestran voluntad para debatir la Ley de Amnistía de 1979?

La Ley de Amnistía está en debate el en siguiente sentido: no hay base legal alguna para perdonar a los torturadores.

- ¿Las Fuerzas Armadas todavía tienen mucho poder?

Sí y no. Las Fuerzas Armadas precisan tener más fuerza en el sentido de la capacidad para defender la soberanía nacional. Pero no se deben inmiscuir en los asuntos internos ni en las cuestiones de seguridad pública. Pero ese poder también tiene que ver con que hay un sector del poder político que tiene estrecha relación con las Fuerzas Armadas.

En el caso de la crisis área –donde hubo una importante huelga de los controladores de vuelo- los militares enfrentaron a Lula y lo hicieron dar marcha atrás en su decisión, por ejemplo, de pasar estos controles a manos civiles. ¿No fue eso preocupante?

El PT defiende la desmilitarización del control aéreo. Y defiende que haya un ministerio de Defensa. Sin esto, siempre habrá riesgo de que los comandantes militares ejerzan algún tipo de presión indebida sobre el gobierno federal.

- ¿Hay en la sociedad de Brasil una idea que a los militares es mejor no molestarlos porque se pueden enojar?

Depende del sector de la sociedad. Hay algunos sectores que se mueren de miedo ante los militares. Otros están siempre estimulando reacciones de la derecha militar contra la izquierda. Pero hay también sectores de la sociedad que saben que en esos asuntos no se negocia. De todas formas, nuestro problema central es que las hoy Fuerzas Armadas no están preparadas para hacer lo que es su atribución: defender la soberanía nacional.

- ¿A qué se refiere con que las Fuerzas Armadas no están preparadas para defender la “Soberanía Nacional”? ¿Esa “Soberanía Nacional” por quién estaría amenazada?

En los países de América Central y de América del Sur, y también México, la amenaza a la soberanía nacional tiene dos orígenes: las políticas neoliberales y el imperialismo norteamericano. (Traducción del autor)

Fuente: Agencia Periodística del MERCOSUR (APM), Mar del Plata / Argentina
http://www.prensamercosur.com.ar
https://www.alainet.org/es/active/16991
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