No importa lo que se sigan creyendo

24/04/2014
  • Español
  • English
  • Français
  • Deutsch
  • Português
  • Opinión
-A +A
Si hay un precio temporal que Rusia tenga que pagar ante amenazas de represalias o sanciones por no practicar genuflexiones habrá que tomarlo como un nuevo esfuerzo o sacrificio de resistencia de un pueblo estoico, que la humanidad entera tendrá a la larga que agradecer. Coincidimos con los que opinan que la era de un mundo unipolar en el que Estados Unidos, so pretexto de “defender la democracia” cuando beneficia sus propios intereses, está llegando a su fin. Desde la instauración y el apoyo a las más cruentas dictaduras de América Latina, pasando por invasiones a países que no se les someten, hasta sus recientes incursiones violentas a través de grupos nazi- fascistas en Ucrania y Venezuela, existen sobradas muestras de esa burda hipocresía que pretenden vender como verdad.
 
Pero, al margen de lo que se sigan creyendo para imponérselo a otros, hoy carecen de cualquier vestigio de autoridad moral que les asista para intervenir en los asuntos internos de otros países. Lo que están haciendo en Ucrania, situada a 8.000 km de su territorio, en la frontera de dos países que una vez fueron uno solo, hermanados en una misma historia, desde cualquier ángulo que se lo quiera ver, es otro claro acto de agresión contra los pueblos ucraniano y ruso. De poco les servirá esta vez lo que les queda de ese poder de control de la información monolítica y monopólica, que no acepta competencias, para tratar de seguir engañando a una opinión pública mundial que gracias a esas nuevas autopistas de la comunicación moderna ya no come tanto cuento.
 
Seguir ofendiendo la inteligencia de esa humanidad pensante que rompe incredulidades y silencios permisivos inducidos por los viejos miedos o la ignorancia, no le da los réditos esperados y llevará irremediablemente al actual liderazgo de la potencia del norte a severas condenas en el implacable juicio de la historia. Sus torpezas al informar falsedades sobre la crisis en Ucrania, por ellos provocada, produce de manera acelerada una mayor credibilidad en Rusia y eso hiere, es compresible, los sentimientos de quienes aún se mantienen sumisos o en menguadas servidumbres. Los que, al no encontrar como justificar lo absurdo, recurren a insultos y a esos gastados epítetos descalificadores carentes de argumentos. En cuanto a la “diplomacia” de los eternos agresores, que hoy vuelven a poner en riesgo la propia paz mundial, cabe aplicarle aquel consejo que el gran sacerdote Laocoonte le dio al Rey Priamo cuando a las puertas de la legendaria ciudad, referida por Homero en La Ilíada y la Odisea, y por Virgilio en La Eneida, dejaron el famoso presente: “Señor no creas en los griegos, ni aun cuando te ofrecen regalos”. El resto sobre el Caballo de Troya es historia conocida. Cuando la verdad se impone no importa lo que se sigan creyendo.
https://www.alainet.org/en/node/85094
Subscribe to America Latina en Movimiento - RSS