La irrupción de lo inesperado

01/05/2013
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Lo indecible
 
El suicidio es algo muy difícil de entender, pero el suicidio de un docente en el aula de sus alumnos es por lo menos incomprensible.
 
Este hecho trágico marca el inicio de "Profesor Lazhar"[1], y se mantiene latente durante todo el film. Sin embargo, algunas notables escenas y una serie de paradojas nos ofrecen algunas pistas para torcer semejante oscuridad animándonos a revisitar aquello que se emparenta con la vida y la existencia en común.
 
Cuando se tapa algo que necesita salir, cuando se evita hablar de lo que se quiere decir, suele suceder que aquello acontezca, de algún modo, sin previo aviso. Que irrumpa de manera inevitable.
 
Aunque lo que motiva la trama fílmica es un suicidio, sin eludirlo, propongo pensar y preguntarnos desde la escuela como afrontamos lo indecible, aquellas pequeñas enormes cuestiones de lo que no se habla. La muerte, un suicidio son situaciones que no solo duelen profundo, sino también perturban y requieren un singular cuidado en su abordaje. Sin dudas, en la película los adultos se empeñan en este intento. No es que no hay voluntad de cuidar, sino que a veces esa motivación no alcanza para construir la mejor respuesta. Suele ocurrir que se acude a especialistas, sin dudas buen indicio, pero allí a veces nos detenemos, como si se tratara de recurrir a un alguien que va a solucionar el problema, y “nos pasamos la pelota”, sin darnos cuenta que los demás adultos somos parte de ese problema. El profesor Lazhar nos interpela sobre la implicación de todos los adultos de la misma escuela, de ese curso, pone de  manifiesto lo que late en los más pequeños, reconoce el valor pedagógico que supone dar visibilidad a la escritura de una alumna que no le permiten hacer pública, intenta romper el silencio temeroso de los adultos. Lazhar nos revela que en muchas ocasiones somos los adultos que necesitamos hacer algo entre nosotros para luego hacerlo mejor con nuestros alumnos. Ocurre que a veces quedamos atrapados en la propia gramática escolar, donde lo habitual de tan natural no nos sorprende y entonces, como sucede en el film, los chicos abordan este hecho traumático con un especialista  en la 2º hora de la mañana y en la 3º retoman el dictado inconcluso de la 1º con su Profesor Lazhar, a quien piden no se involucre en dicho momento.
 
Lo inesperado
 
Este relato fílmico también nos abre la puerta a conversar sobre la irrupción de lo inesperado, y entonces revisar los modos de mapear a nuestros niños, niñas y adolescentes, así como interpelar diversas problemáticas sociales que no suelen invitarse a pasar a las aulas, no solo por negarles acceso, sino también por la dificultad e imposibilidad de involucrarnos con asuntos tan difíciles, controvertidos como el consumo de drogas (legales o ilegales),la trata de personas, el aborto, el suicidio, como también cuestiones ligadas a la construcción democrática de la sexualidad, los noviazgos violentos, como diversos tipos de violencias físicas o simbólicas. Todas ellas aunque no se les abra la puerta de las aulas, se meten por las ventanas, o por cualquier rendija de la escuela.
Alfredo Carballeda[2] es quien lo plantea en términos de la irrupción de un sujeto inesperado, poniendo en evidencia las dificultades que tenemos en las instituciones para hacer lugar a muchos adolescentes, especialmente a aquellos que pertenecen a familias que por primera vez acceden a este nivel del sistema educativo. Sabemos que aun conservamos vestigios o nostalgias de un ideal de alumno de aquella escuela secundaria que conserva la marca indeleble de la “selección natural”, de un colegio diseñado para no tantos. La escuela es una institución expuesta desde su origen a la tensión entre permanencia y cambio, y ha sido una gran herramienta de inclusión ciudadana en nuestra historia latinoamericana, pero ha sido dominante durante largos años una inclusión excluyente, en la que incluir fue equivalente a homogeneizar, señalando y/o condenando la diferencia como deficiencia. El siglo XXI, de la mano de la ley de educación nacional[3], nos desafía a una inclusión más democrática en la escuela, con diversidad de sujetos, de problemas sociales, y la necesidad de ampliar la participación de cada uno y todos sus actores, y desde allí asumir el desafío de una formación de ciudadanía activa, critica y responsable con y por los otros.  Se trata de una oportunidad estratégica para más y mejores encuentros generacionales, donde se junten y dialoguen la cultura escolar con las culturas juveniles, mediáticas, populares, o tecnológicas.
 
Se mira y no se toca
 
“Profesor Lazhar” pone al descubierto la necesidad de revisar los modos de cuidar, los gestos en la enseñanza, el contacto entre las personas, en especial entre adultos y estudiantes. Una alumna y su maestro parecen reprimir con la misma intensidad la necesidad de darse un abrazo (penalizado por la normativa escolar), para comprenderse mutuamente, para ofrecer amparo al otro cuando invade la angustia.
 
Somos parte de una sociedad que aún conserva huellas de una época signada por la supremacía del individualismo como salvación, en donde el otro es casi siempre una amenaza, y la desconfianza el sentimiento más entrenado, por lo que cualquier gesto de afecto que tiende al lazo es sospechado de abuso. El profesor de educación física, revela su impotencia cuando reconoce no poder ayudar a realizar ciertos ejercicios corporales por la limitación de las normas sobre el contacto físico, por lo que reconoce que los chicos dando vueltas al patio es la salida más habitual que empobrece dicho espacio educativo. 
 
La contención, un abrazo, una caricia, todos actos sospechados de corrupción por un dominante sentido común que antepone la sospecha y la desconfianza ante el cuidado del otro.
 
Hace algunos años, Estanislao Antelo advertía sobre la falsa antinomia entre cuidar y enseñar, saliendo al cruce de aquello que lo uno excluye a lo otro. Es imposible enseñar sin cuidar o viceversa, en el marco de lo que queremos ocurra en nuestras escuelas. [4]
 
Paradojas necesarias
 
El profesor Lazhar insiste en la necesidad de hablar y hacer hablar como formas de procesar el dolor, sin embargo omite presentarse con sus propias dolencias, ligadas a su historia e identidad. Cree y hace creer en el valor de las palabras, de la literatura como reparación del dolor, como puente para (re)situarse en el mundo, como pasaporte de humanidad, sin embargo en un momento lo traiciona su propia mano con un suave pero condenable golpecito en la cabeza de un alumno. Y al saberse excluido de su labor en el aula, escribe y lee un cuento en voz alta y repara con una caricia a aquel alumno con quien se había sobrepasado.
 
Al igual que con el profesor François en el filme “Entre los muros”[5], “Profesor Lazhar” nos invita a seguir la sinuosidad de sus contradicciones, ofrece gestos que ofician de llaves, así como se confunde en sus propias paradojas y silencios (como cualquiera). Siempre resulta doblemente valioso el cine o la ficción, como excusa para pensar la escuela y la labor de los adultos que allí nos zambullimos, y más aún si nos distanciamos de la necesidad de modelizar, de ver en un personaje el ideal de profesor, expectativa que nos sobrepasa por lo poco creíble, porque aumenta la impotencia. Preferible un personaje que muestra grises, tropiezos, buenos intentos, también errores, que al observarlo podemos sentirnos más cerca, o mejor aún, aumentar el debate y disminuir el silencio, nos identificamos con algún gesto y rechazamos aquel otro. Nos emociona pero también nos enoja...
 
De esto SI se habla
 
Existen multiplicidad de experiencias formativas en nuestras escuelas que ofrecen tiempos y espacios para reflexionar y aprender con los otros en torno a estas temáticas tan sensibles y controvertidas. Me interesa señalar, dada mi implicancia, la existencia de políticas y acciones desde el ministerio de Educación Nacional para acompañar y fortalecer la reflexión y respuestas de las escuelas frente a estos temas y situaciones problemáticas. Entre ellas, “Hablemos del tema”[6] una campaña que apunta a la prevención de adicciones, centrada en el consumo problemático de alcohol en adolescentes. A través de un recurso lúdico se interpela las propias prácticas de consumo, con información relevante de las mismas para reflexionar sobre ello, y buscar entre pares y con los adultos formas de cuidado, prevención y protección. El Programa Nacional de Educación Sexual Integral en cumplimiento de la ley 26.150 realiza múltiples acciones para garantizar el derecho de niñas, niños y adolescentes al acceso de información relevante en torno a la construcción de su propia sexualidad. Se trata de contenidos significativos acordes a las necesidades de cada uno de los niveles del sistema educativo. En estos días se acaba de presentar el segundo cuadernillo[7] para la escuela secundaria, que a través de diversos recursos didácticos propone que estudiantes y docentes reflexionen y revisen problemáticas sociales  ligadas a embarazo a edades tempranas, abuso sexual, trata de personas, enfermedades de transmisión sexual, noviazgos violentos, así como puedan debatir e interpelar diversas representaciones y actitudes sobre las identidades sexuales, los estereotipos sobre lo masculino y lo femenino, entre otras cuestiones. Es importante dar a conocer estas movidas, que son algunos  ejemplos, de un conjunto de dispositivos y emprendimientos socioeducativos que acompañan y fortalecen las trayectorias educativas de nuestros y nuestras estudiantes.
 
Gabriel Brener es Lic. Educación (UBA) y Especialista en Gestión y Conducción del Sistema Educativo (FLACSO). Es Subsecretario de Equidad y Calidad Educativa del Ministerio de Educación de la Nación. Trabajó como capacitador y asesor de docentes y directivos de escuelas. Ex director de escuela secundaria. Co-autor de “Violencia escolar bajo sospecha” 2009 Ed. Miño y Dávila Bs As.      
 
 


[1] Monsieur Lazhar, película dirigida por Philippe Falardeau. Canadá. Año:2011
[2] Alfredo Carballeda   La intervención en lo social. Editorial Paidós. Buenos Aires. 2002
[3] Ley de Financiamiento Educativo (26075). 09/01/2006 Establece un incremento escalonado del presupuesto para la educación, ciencia y tecnología desde el 4% del PBI en 2006, al 6% en 2010.
Ley de Educación Sexual Integral (26150). 23/10/2006 Todos los alumnos tienen derecho a recibir información veraz, científica y pertinente sobre educación sexual integral, en todos los establecimientos educativos del país desde el nivel inicial al superior.
Ley de Educación Nacional (26206). 27/12/2006. Otorga al Estado Nacional la responsabilidad indelegable de proveer educación y fijar la política educativa. Establece la obligatoriedad de la enseñanza desde la sala de 5 años hasta el último año de la escuela Secundaria.
Ley de Protección Integral de los Derechos de niñas, niños y adolescentes (26061). 21/10/2005 El Estado garantiza la protección integral y el disfrute pleno, efectivo y permanente de los derechos reconocidos en el ordenamiento jurídico nacional e internacional a todos los niños/as y adolescentes. Se enmarca en el principio de reconocimiento del interés superior del niño...
[5] Filme “Entre los muros” (L. Cantet, 2008) una reflexión sobre el mismo en http://denadiesyderechos.files.wordpress.com/2010/02/pensarentremuros_brener.pdf
https://www.alainet.org/es/articulo/75748
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