Las revolucionarias redes sociales de Venezuela

n pleno año 2020, ningún venezolano recuerda a las venezolanísimas redes sociales de la Red Patria, ¿por qué fracasaron?

08/01/2021
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La mayoría de los venezolanos que hoy están leyendo mi artículo, desconocen los significados en idioma español de palabras extranjeras, como: Facebook, Twitter, Youtube, Instagram y WhatsApp.

 

Pero la mayoría de los venezolanos que hoy están leyendo mi artículo, usan y disfrutan a diario las populares aplicaciones y redes sociales extranjeras, como: Facebook, Twitter, Instagram, Youtube y WhatsApp.

 

La mayoría de los venezolanos que hoy están leyendo mi artículo, conocen los significados en idioma español de venezolanísimas palabras, como: Cardenalito, Nido, Colibrí, Mochuelo, Golondrinas y Cóndor.

 

Pero la mayoría de los venezolanos que hoy están leyendo mi artículo, jamás usaron y jamás disfrutaron las impopulares aplicaciones y redes sociales venezolanas, como: Nido, Cardenalito, Colibrí, Golondrinas, Mochuelo y Cóndor.

 

En el pandémico año 2020, se cumplen cinco años del mayor fracaso comunicacional de la revolución socialista de Venezuela, por lo que analizaremos el entorno tecnológico de nuestra querida patria venezolana, para encontrar las razones informáticas que inyectaron el virus de la transculturación, en la mente y en el corazón de todos los internautas venezolanos.

 

¿Qué suceso comunicacional ocurrió en la Venezuela tecnológica del año 2015?

 

En el hiperactivo año 2015, fueron públicamente reveladas las novedosas seis aplicaciones que revolucionarían el entorno comunicacional venezolano, y que gracias a la gran plataforma tecnológica de la Red Patria, se lograría establecer un sistema informático de colectivos para la consolidación del Poder Popular en Venezuela, mediante servicios gratuitos diseñados para teléfonos inteligentes y para computadoras, que ayudarían a lograr la soberanía tecnológica de nuestro país, en aras de frenar la desinformación causada por las redes sociales capitalistas del Imperio, que perjudicaban la salud mental de los venezolanos.

 

La Red Patria fue un proyecto conllevado por el Centro Nacional de Desarrollo e Investigación en Tecnologías Libres (Cenditel), adscrito al Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología.

 

El objetivo principal de las seis aplicaciones desarrolladas por el socialismo del Cenditel, era generar inteligencia social dentro del ambiente tecnológico de un pueblo venezolano, que estaba acostumbrado a consumir los servicios telemáticos de la Web ofrecidos por medios de comunicación privados estadounidenses, los cuales se aprovechaban de la popularidad de sus redes sociales entre los internautas venezolanos, para permitir la publicación de contenidos insanos que generaban zozobra en la población venezolana, y que manipulaban a nuestra colectividad para desestabilizar a su sistema político.

 

La venezolanísima plataforma tecnológica de la Red Patria del Cenditel, era un libre y necesario proyecto comunicacional con sello tecnológico bolivariano, siendo una novedosa alternativa nacida bajo la idea del software público y libre, para contrarrestar toda la basura mediática producida y compartida por el Imperio virtual del Tío Sam en sus oligarcas redes sociales, que siempre han pretendido derrocar al gobierno socialista, democrático y revolucionario de nuestra Venezuela.

 

En mi sincera opinión, los servicios telemáticos socialistas de la Red Patria eran simplemente perfectos, para generar una saludable interacción social en el país.

 

Los nombres de las aplicaciones de las redes sociales venezolanas, invitaban a reconectarnos con nuestra ecológica cultura venezolana, y aunque miles de venezolanos siguen sin saber que el majestuoso Cóndor llegó a volar por los cielos andinos de Venezuela, pues la saludable plataforma tecnológica de la Red Patria sí recordaba a las autóctonas aves venezolanas, para demostrarnos que se podían crear aplicaciones originales, limpias y con un sentido ecosocialista.

 

Cardenalito, Colibrí, Cóndor, Mochuelo, Golondrinas y Nido.

 

Hermosos y creativos nombres que honraban a nuestra fauna criolla, para que el usuario venezolano con cada clic, con cada toque y con cada pestañeo en frente de la pantalla de su dispositivo, se reconectara con el gran trinar del patriotismo.

 

Nido era una red social creada para compartir contenido textual y multimedia, realizar convocatorias, participar en foros de discusión, y promover la conexión de los movimientos sociales y de los colectivos.

http://redpatria.cenditel.gob.ve/nido/

 

Cardenalito era una red de información abierta del tipo bitácora, que con un diseño minimalista permitía publicar mensajes de textos sin limitaciones de caracteres, y también promovía el intercambio de información entre los colectivos sociales.

http://redpatria.cenditel.gob.ve/cardenalito1/

 

Colibrí era una plataforma de mensajería instantánea para móviles y computadoras, que permitía la comunicación directa entre colectivos revolucionarios venezolanos.

http://redpatria.cenditel.gob.ve/colibri/

 

Golondrinas era un sistema de registro y consulta, que permitía la sistematización de actas originadas en asambleas ciudadanas del Poder Popular, así como la realización de consultas públicas para socializar a la información

http://redpatria.cenditel.gob.ve/golondrinas1/

 

Mochuelo era un sistema de alerta temprana para dispositivos móviles, que facilitaba la sistematización de información para las salas situacionales de los movimientos sociales, permitiendo que los usuarios reportaran casos de guarimbas, fallas en el suministro eléctrico, acaparamiento de productos, conflictos universitarios, y demás irregularidades acontecidas en el país.

http://redpatria.cenditel.gob.ve/mochuelo1/

 

Cóndor era una herramienta para el monitoreo y análisis de la actividad de diferentes cuentas de la red social Twitter, en aras de interpretar la actividad social de interés colectivo para la discusión política venezolana, y que usaba el análisis de comportamiento para realizar la monitorización.

http://redpatria.cenditel.gob.ve/condor1/

 

Yo creo que todos los hermanos que están leyendo mi artículo, deben visitar los hipervínculos de las mencionadas redes sociales venezolanas, y seguro que observarán los buenos propósitos que tenían esas aplicaciones para el progreso comunicacional de Venezuela, y basta con visualizar las infografías publicadas por la Red Patria, para comprobar que su proyecto era de primera calidad.

 

En conjunto, todas las cuidadosamente diseñadas aplicaciones y herramientas desarrolladas por la socialista plataforma de la Red Patria, no solamente ofrecían entretenidos servicios interactivos similares a redes sociales extranjeras como Facebook, Twitter, Instagram y WhatsApp, sino que también, las aplicaciones 100% venezolanas buscaban defender la soberanía comunicacional de Venezuela, promover la participación ciudadana de nuestras comunidades en asuntos de interés colectivo, reportar cualquier hecho delictivo o subversivo generado en las calles del país, e incentivar la responsabilidad social del pueblo.

 

De hecho, la seguridad informática que ofrecían las redes sociales de la plataforma Red Patria, realmente abogaban por el derecho a la privacidad de los usuarios venezolanos, y por la transparencia de la información compartida en sus revolucionarias aplicaciones.

 

Aunque en pleno año 2020, los cibernautas venezolanos todavía pueden chatear en la red social Facebook, con el fantasma de nuestro prócer Francisco de Miranda, quien afirma tener 57 años de edad, quien afirma estar divorciado, y quien afirma vivir en Madagascar, pues el dueño de la cuenta en Facebook que creó el perfil de Francisco de Miranda, realmente se llama Pedro Guerrero, vive en la ciudad venezolana llamada Tucupita, tiene 23 años de edad, es viudo aunque nunca ha tenido novia, no sabe qué es la imprenta, no sabe qué es un prócer, y se conecta a Internet robando las contraseñas de las redes Wi-Fi de sus vecinos.

 

Esa clase de abuso informático tan común en las redes sociales estadounidenses como Facebook, no ocurriría en las redes sociales venezolanas, ya que los usuarios venezolanos que quisieran usar las aplicaciones de la plataforma Red Patria, primero necesitaban ingresar y registrarse en el sitio Web oficial de la Red Patria, para crear la cuenta personal y tener acceso a todas sus aplicaciones.

 

Sabemos que en las redes sociales estadounidenses como Twitter y Facebook, cualquier fantasma o delincuente puede llenar los formularios y registrarse en sus redes, inventando nombres, inventando apellidos, inventando correos electrónicos, inventando fechas de nacimientos, inventando ubicaciones geográficas, inventando profesiones, inventando estudios académicos, inventando estados civiles, inventando números de tarjetas de créditos, inventando claves telefónicas, inventando cualquier cosa que se deba inventar.

 

Los ficticios datos personales suministrados por sus ficticios usuarios, es el tradicional conflicto de seguridad generado por las redes sociales estadounidenses, lo cual no solo genera peligrosos lazos comunicacionales entre usuarios fantasmas, sino que también acrecienta la delincuencia informática.

 

No obstante, las redes sociales de la plataforma Red Patria, realmente eran redes sociales muy serias, organizadas, con responsabilidad social, y demostrando que se podía avivar el sentido de inclusión social que siempre ha caracterizado a la revolución socialista venezolana, pero sin caer en el detestable libertinaje informático de las redes sociales estadounidenses, donde abundan los delitos cibernéticos por culpa del anonimato, de las mentiras y del fraude de sus redes.

 

Para registrarse en la Red Patria y usar sus aplicaciones, el usuario debía suministrar no solo su nombre y apellido, sino que también debía incluir números de documentos personales como la cédula de identidad, indicar su nacionalidad venezolana o extranjera, e indicar si pertenecía a algún colectivo, lo cual garantizaba un mayor control legal en caso de presentarse abusos de los servicios informáticos, y también ayudaba a evitar la creación de múltiples cuentas falsas por culpa de las secuencias robóticas de hackers, ya que la Red Patria usaba la captcha de validación para iniciar la sesión del usuario, y para erradicar la delincuencia informática que viola la privacidad de los internautas.

 

Yo creo que todos los lectores venezolanos han comprendido, que las redes sociales y que las aplicaciones de la Red Patria eran buenísimas, para socializar a la información, para entretener, para informar, para trabajar, para reclamar derechos, para valorar a nuestra ecología, para organizar colectivamente al pueblo, para denunciar los atropellos sociales, y hasta para proteger la soberanía tecnológica venezolana.

 

Si ya todos reconocimos que la Red Patria era evolución y revolución tecnológica para la Venezuela del siglo XXI, entonces surge la gran pregunta del artículo: ¿Por qué fracasaron las redes sociales venezolanas de la Red Patria?

 

Si las redes sociales venezolanas de la Red Patria, eran tan atractivas como las redes sociales extranjeras, eran tan adictivas como las redes sociales extranjeras, eran más seguras y más confiables que las redes sociales extranjeras, eran más ecológicas que las pornográficas redes sociales extranjeras, eran más soberanas que las delictivas redes sociales extranjeras, y eran tan prácticas y gratuitas como las redes sociales extranjeras, entonces una vez más nos preguntamos: ¿Por qué fracasaron las redes sociales venezolanas de la Red Patria?

 

Para responder a la anterior pregunta, primero tenemos que incluir una cita textual devenida de un artículo titulado “La Red Patria: Aclaratorias Pertinentes”, el cual fue publicado por el medio cibernético oficial de la Red Patria, y que decía lo siguiente:

 

“Las aplicaciones específicas desarrolladas desde la Red Patria son muy propias y pertinentes a nuestro contexto venezolano. No vemos ninguna razón para creer que esta red sustituya o busque sustituir a otras redes sociales. No obstante, es evidente que es muy necesario que este tipo de herramientas electrónicas -que buscan profundizar la democracia participativa y protagónica- estén sujetas al estamento jurídico y legal venezolano. Es también necesario que esta herramienta proteja la información generada por sus ciudadanos, y no la deje a merced de intereses foráneos, tal como ha sido revelado y ocurre con las herramientas de redes sociales estadounidenses”.

Fuente: http://redpatria.cenditel.gob.ve/2015/07/30/la-red-patria-aclaratorias-pertinentes/

 

Yo creo que con la mencionada cita textual, tenemos mucha tela para cortar y tenemos mucha letra para escribir.

 

“Las aplicaciones específicas desarrolladas desde la Red Patria son muy propias y pertinentes a nuestro contexto venezolano. No vemos ninguna razón para creer que esta red sustituya o busque sustituir a otras redes sociales”.

 

La primera vez que leí esa afirmación hecha por la Red Patria, me pareció un juicio bastante lógico y un pensamiento bastante racional, pues las casi desconocidas redes sociales del Cenditel, no pretendían ni competir ni sustituir a las famosas redes sociales extranjeras, por lo que sentí que los pies del proyecto de la Red Patria estaban muy bien puestos sobre la tierra venezolana, y dichos pies comprendían que las redes sociales criollas no reemplazarían a las redes sociales estadounidenses, que son más publicitadas y visitadas a escala global, y que por ende, gozan de mayor aceptación popular por parte de los internautas.

 

Sin embargo, después de leer con detenimiento las palabras de la mencionada cita textual de la Red Patria, yo reconocí que el motivo por el cual la Red Patria afirmaba que sus venezolanísimas redes sociales no sustituirían a las redes sociales extranjeras, se centraba en el hecho de que sus aplicaciones eran muy propias y muy pertinentes al contexto venezolano, lo cual me hizo sentir que la Red Patria ya estaba justificando su derrota antes de empezar a pelear su batalla comunicacional, y que sus bajas expectativas virtuales no se fundamentaban en términos cualitativos, sino que apelaban a los mundanos términos cuantitativos.

 

¿Por qué la Red Patria usó el contexto meramente venezolano de sus redes sociales, como un obstáculo que impediría que sus aplicaciones vencieran a las redes sociales extranjeras?

 

¿Acaso el periquito australiano es mejor y es más bonito que el cardenalito larense?

 

¿Por qué las cosas extranjeras siempre tienen que superar a las cosas venezolanas?

 

¿Por qué si los venezolanos desarrollamos una red venezolana menos publicitada pero mejor que la red extranjera, al final de la carrera, siempre terminará ganando la red extranjera más publicitada pero no tan buena como la red venezolana?

 

¿Por qué el intelecto del internauta venezolano no pudo reconocer que Nido era muchísimo mejor que Facebook?

 

¿Será que el internauta venezolano prefiere lo popularmente malo, inseguro y peligroso, antes que elegir lo impopularmente bueno, seguro y confiable?

 

¿Culpamos a la ingeniosa Red Patria o culpamos al mediocre internauta venezolano?

 

¿Para qué gastar tiempo, dinero y esfuerzo, creando una buena red social venezolana, que de antemano sabemos que no superará a la mala red social extranjera?

 

Yo sé que son muchas preguntas lanzadas al ciberespacio, y aunque tal vez no existan unívocas respuestas gravitando en el Universo, nosotros seguimos pensando que es importante discutir el motivo por el cual fracasaron las buenas redes sociales venezolanas de la Red Patria, y también debemos analizar el motivo por el cual las malas redes sociales estadounidenses, siguen siendo las aplicaciones cibernéticas favoritas y elegidas por casi todos los venezolanos.

 

Sabemos que los venezolanos eligieron usar y consumir la plataforma tecnológica de las redes sociales diseñadas por manos extranjeras, antes que usar y consumir la plataforma tecnológica de las redes sociales diseñadas por talentos venezolanos del Cenditel.

 

No es una disyuntiva, no es un reclamo, no es una presunción, es una realidad.

 

En pleno año 2020, ningún venezolano recuerda a las venezolanísimas redes sociales del Sistema Red Patria, y la verdad, es que si los venezolanos no recuerdan a las redes sociales desarrolladas por el Cenditel, es porque jamás se enteraron que el Cenditel había creado seis aplicaciones para los internautas venezolanos, y lo que es peor, es que los internautas venezolanos no saben qué es el Cenditel, y lo que es muchísimo peor, es que a los venezolanos no les importó, no les importa, y jamás les importará saber qué es el aburrido Cenditel.

 

Tal vez las redes sociales de la Red Patria fracasaron por falta de apoyo del Ejecutivo Nacional, por falta de publicidad en los medios públicos y alternativos de Venezuela, y también fracasaron por la falta de apoyo tanto de la CONATEL, como del Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología.

 

Quizás el proyecto comunicacional de la Red Patria fue malinterpretado y fue visto, como una rara ocurrencia de los típicos “nerds” venezolanos, que odian a Microsoft Windows y que endiosan a Linux Ubuntu, que defienden con las uñas y con los dientes a sus sagrados repositorios, que saben programar pero que no saben amar, y que viven encarcelados en las frías cuatro paredes del Cenditel.

 

Yo creo que las redes sociales venezolanas desarrolladas por el Cenditel, sin lugar a la duda, son las mejores redes sociales que podemos utilizar en pleno siglo XXI, ya que fueron diseñadas por amor a la cultura y NO por amor al dinero, más sin embargo, las redes sociales venezolanas de la Red Patria, aunque en la teoría fueron bien concebidas, en la práctica fueron mal canalizadas.

 

Hermanos y hermanas, si la Red Patria realmente pretendía establecer un sistema informático de colectivos para la consolidación del Poder Popular en Venezuela, pues la Red Patria tenía que meterse de lleno en los barrios, en las calles, en las alcantarillas, en los colegios públicos y privados, en las universidades, en las urbanizaciones, en las pocetas y en las casas de las familias venezolanas.

 

Sí mis queridos hermanos lectores, si las redes sociales de la Red Patria realmente deseaban triunfar en el ciberespacio de Venezuela, pues tenían que meterse hasta en las escatológicas pocetas de los sucios baños venezolanos.

 

Si nos limitábamos a promover las ingeniosas aplicaciones venezolanas, solamente desde el bonito edificio merideño del Cenditel, y si solo nos limitábamos a escribir y a publicar “aclaratorias pertinentes” para justificar una derrota virtual que jamás fue peleada en el carnívoro ruedo bolivariano, entonces obviamente terminaríamos pensando que las redes sociales venezolanas no podrían sustituir a las redes sociales extranjeras, porque nuestras redes eran muy propias y muy pertinentes a nuestro contexto venezolano.

 

¿Qué tiene de malo el contexto socialista venezolano y qué tiene de bueno el contexto capitalista extranjero?

 

Venezuela intentó defender su soberanía tecnológica con sus patrióticas redes sociales, pero fracasó en su noble intento, y ni siquiera el vil fantasma de Francisco de Miranda se registró en la desconocida y fantasmagórica Red Patria, por lo que los venezolanos tanto de las izquierdas como de las derechas, perdieron la ambidextra oportunidad de independizar sus destinos informáticos.

 

Pero más allá del evidente fracaso de la Red Patria, no debemos olvidar que por la plata baila el mono, y como buenos hijos de primates, los venezolanos también bailan y siempre se emborrachan por amor a la plata.

 

Si las redes sociales venezolanas se hubieran integrado al sistema económico venezolano, estamos seguros de que la Red Patria hubiera sido un éxito en el país.

 

Si Nido, Colibrí, Golondrinas, Mochuelo, Cóndor y Cardenalito, hubieran sido usadas e integradas por el gobierno venezolano para pagarles las pensiones a los abuelitos, para vender la harina PAN a un precio más barato, para vender más baratos los teléfonos androides de Movilnet, para recibir los petrodólares, para recibir gratuitamente papeles higiénicos manchados por otros venezolanos, y hasta para agilizar los trámites del SAIME, pues estamos seguros que Nido, Colibrí, Golondrinas, Mochuelo, Cóndor y Cardenalito, hubieran sido las redes sociales más populares, más usadas, y más amadas por todos los venezolanos.

 

Si se hubieran rifados y regalados las codiciadas cajas CLAP en las redes sociales venezolanas Cardenalito y Nido, no hay duda de que Cardenalito y Nido se hubieran sobresaturados por tanto mundano tráfico cibernético de Venezuela, y hasta de madrugada la gente se hubiera registrado compulsivamente en las redes venezolanas de la Red Patria, para recibir gratuitamente sus potes de leches, sus mantequillas, sus mayonesas, sus salsas de tomates y sus diarreas.

 

Para la comprensión lectora de cualquier hermano con sangre foránea, le informo que las ambicionadas cajas CLAP, son cajas regaladas por el gobierno llenas de comidas para los venezolanos, simplemente, son cajas con comidas.

 

Por la plata baila el mono, y por el mundano deseo de obtener las cajas CLAP, los venezolanos eran capaces de adorar al Cardenalito y de proteger a su Nido.

 

Si se rifan y regalan las cajas CLAP en la Red Patria, seguro que todos los venezolanos se registrarán y se unirán a las redes sociales de nuestro Cenditel.

 

No lo digo ni con ironía ni con nicotina, yo estoy diciendo con mi mano izquierda puesta sobre mi corazón revolucionario, que si se rifan y se regalan las cajas CLAP a través de las redes sociales venezolanas del Cenditel, pues la Red Patria realmente será la Red del Poder Popular en Venezuela, porque se meterá de lleno en el cerebro social de nuestra colectividad venezolana, siendo la misión socialista que hasta ahora no ha podido cumplir la Red Patria, y por eso han fracasado sus redes sociales.

 

Y si el Cenditel no recibe la autorización para regalar cajas CLAP a través de sus redes sociales, entonces el Cenditel podría crear las “cajas Red Patria” y rifarlas entre los usuarios registrados en Cardenalito y Nido, lo cual ayudaría a promover las redes sociales venezolanas mediante iniciativas humanitarias.

 

Quizás las redes sociales venezolanas de la Red Patria, fracasaron por falta de publicidad en los medios y por falta de apoyo gubernamental, no obstante, si aceptamos que nuestras autóctonas redes sociales fracasaron por falta de publicidad, entonces también debemos reconocer que detrás de la aceptación y detrás del uso de una red social, se encuentra la fuerte campaña publicitaria que recibe esa red social, para que pese a no ser la mejor red social, sí termine siendo la red social más usada, lo cual también evidencia que si la gente es adoctrinada por los medios como una masa, es porque la gente disfruta y necesita ser adoctrinada y domesticada, por los más populares medios capitalistas de masas.

 

Facebook no era mejor red social que MySpace, pero Facebook gastó más plata para obligar a que la gente recordara por siempre a Facebook, y Facebook también gastó más plata para obligar a que la gente, por siempre se olvidara de la red social MySpace.

 

En el caso de las redes sociales venezolanas, no hay duda de que la Red Patria del Cenditel, sí tenía grandes expectativas con sus revolucionarias aplicaciones venezolanas, y de hecho, si seguimos leyendo su artículo titulado “La Red Patria: Aclaratorias Pertinentes”, podemos compartir la siguiente cita textual:

 

“En 2015, la Red Patria se encuentra en el período de pruebas de su segunda versión. En los actuales momentos se encuentran en desarrollo otras funcionalidades para la mensajería SMS, realización de módulos para la construcción colaborativa de legislaciones, juegos educativos, entre otros”.

 

Vimos que la Red Patria realmente pretendía integrarse al sistema comunicacional venezolano, mediante la creación de módulos y aplicaciones de usufructo colectivo para el bienestar de nuestro país, pero lamentablemente, el fracasado período de pruebas de la Red Patria, fue prueba irrefutable de que Venezuela no quiso alcanzar su soberanía tecnológica, porque aunque tuvo y sigue teniendo las herramientas telemáticas para conseguir la soberana victoria, por desgracia, Venezuela sigue eligiendo depender de la arquitectura informática extranjera para esclavizar a su libertad.

 

La verdad, yo me siento identificado con el fracaso de la Red Patria del Cenditel.

 

Hace un par de años, yo desarrollé un videojuego educativo venezolano, llamado “Nevado Viajando por Venezuela”.

 

Nadie le hizo caso a ese gran juego educativo y gratuito, protagonizado por el heroico perro Nevado, que ayudó a Bolívar durante la gesta emancipadora de Venezuela.

 

Si yo hubiera hecho un videojuego estilo Grand Theft Auto, y hubiera usado a un famoso malandro venezolano como protagonista del violento videojuego, pues estoy seguro de que el perverso juego hubiera sido un éxito a nivel nacional.

 

A los venezolanos no les gusta la paz de Nevado, no les gusta la paz del Cardenalito, no les gusta la paz del Colibrí.

 

A los venezolanos les gusta la guerra de Facebook, les gusta la guerra de Youtube, y les gusta la guerra de WhatsApp.

 

Por eso las dignas redes sociales conllevadas por el Cenditel, sucumbieron y perdieron las alas, ante las malas e indignas redes sociales estadounidenses.

 

El agresivo proceso de transculturación que sufren los venezolanos del siglo XXI, ha permitido que se menosprecie el pacífico esfuerzo tecnológico criollo, y también ha permitido que se auspicie el perverso esfuerzo tecnológico extranjero, lo cual viene generando graves problemas holísticos en nuestro país.

 

Transculturación es la recepción por un pueblo o grupo social, de formas de culturas procedentes de otros pueblos o grupos sociales, que terminan sustituyendo parcial o completamente a las propias.

 

En Venezuela, la transculturación ha sido un corrosivo proceso sistemático y multidisciplinario, por lo que nuestra vestimenta, nuestro perfume, nuestro teléfono celular, nuestra película favorita, nuestro héroe de la televisión, nuestra música preferida, nuestra vida y hasta nuestros sueños, están supeditados a los estándares culturales internacionales, que terminan robándose nuestra identidad.

 

El resultado de la fuerte transculturación en Venezuela, permite que los venezolanos piensen que WhatsApp es una aplicación venezolana, porque todos los venezolanos usan diariamente WhatsApp, y la transculturación también permite que los venezolanos piensen que Cardenalito es una aplicación extranjera, porque ningún venezolano jamás ha usado Cardenalito.

 

La transculturación confunde, corrompe y vicia el discernir del pueblo venezolano, y es por eso que la mayoría de los venezolanos del siglo XXI, viven espiritualmente confundidos, corrompidos y viciados en sus idiotizadas vidas.

 

Un familiar cercano, siempre me envía mensajitos cristianos a través de las redes sociales estadounidenses. Me envía el salmo del día por WhatsApp, me envía el hipervínculo de un video cristiano por Facebook, me envía reflexiones cristianas de padres agustinos por Twitter, y me envía imágenes cristianas por Instagram.

 

Pero cuando por motivos familiares nos vemos personalmente, yo debo reconocer que mi primo, quien tecnológicamente demuestra ser muy cristiano, muy católico y muy decente, pues siempre habla con malas palabras, dice vulgaridades, escucha bastante reguetón, siempre dice embustes, pone sus codos sobre la mesa del comedor, siempre critica groseramente al gobierno por la crisis del país, y siempre descarga pornografía en su teléfono celular.

 

Nadie pensaría que un hombre venezolano que vive enviando mensajitos cristianos a través de las redes sociales estadounidenses, pues realmente conlleva una doble vida, una doble moral y un doble discurso, y aunque mi primo no lo reconozca, él ha prostituido su fe cristiana por culpa de las redes sociales extranjeras, que moralmente lo echaron a perder en su vida venezolana.

 

Mi primo usa las redes sociales estadounidenses, para aparentar una fe cristiana que realmente no vive y no profesa en su vida terrenal, porque la conducta de mi primo no refleja el noble carácter de Jesús, y es por culpa de vivir de la apariencia, el motivo por el cual la gente venezolana eligió a Facebook y desechó a Cardenalito.

 

Es muy difícil salir del laberinto de la transculturación, y es más difícil escapar de las garras del capitalismo salvaje, más sin embargo, es posible encontrar la llave y la salida del túnel, si nos reencontramos con nuestra cultura venezolana.

 

Una cultura venezolana que nos pide que apaguemos el teléfono celular, una cultura venezolana que nos pide que encendamos la sonrisa en el parque, una cultura venezolana que nos pide que busquemos el eternal amor de Jesús.

 

En el mes de octubre del año 2020, yo visité el blog oficial de las redes sociales venezolanas http://redpatria.cenditel.gob.ve/ y realmente sentí mucha tristeza tras navegarlo, porque es un sitio Web venezolano muy abandonado, muy estancado, y tras visualizar el contenido publicado por la Red Patria del Cenditel, se notaba que habían grandes sueños informáticos entre los años 2015 y 2017, pero debido a la falta de apoyo gubernamental y debido a la ausencia de respaldo del pueblo venezolano, pues para finales del año 2020, las redes sociales venezolanas se notan que están muy olvidadas, incluso, el mencionado medio cibernético ya presenta hipervínculos rotos, páginas no encontradas y fallas técnicas en la navegación, resultando muy evidente que los nidos de las aves venezolanas están vacíos, están heridos, están virtualmente huérfanos.

 

Colibrí, Golondrinas, Cóndor, Mochuelo, Cardenalito y Nido.

 

Sí mis hermanos, son aves venezolanas, son redes sociales venezolanas.

 

Facebook, Twitter, WhatsApp, Instagram, Youtube, Tumblr.

 

No mis hermanos, son bodrios capitalistas, son redes sociales estadounidenses.

 

Las redes sociales extranjeras no solo consumen nuestro tiempo, sino que muchas veces nos engañan, nos hacen creer cosas que no son ciertas, nos estafan, y hasta nos hacen daño emocional.

 

Abundan los verídicos casos de disociados internautas norteamericanos, que han usado y siguen usando la emisión en directo de Facebook Live y de Youtube, para cometer robos a mano armada, para asesinar a personas en las calles, para consumir drogas, para masturbarse, para generar ciberacoso, para incentivar el racismo, para violar a mujeres, para distribuir material pornográfico, y hasta para suicidarse, aprovechando la clandestinidad en tiempo real, la perversión tecnológica y la oscuridad de las redes sociales gringas.

 

Muy por el contrario, las redes sociales venezolanas de la Red Patria, eran redes comunicacionales muy limpias, desintoxicadas y que promovían el pacifismo.

 

Es casi imposible no encolerizarse por el fracaso de las redes sociales venezolanas, ya que la Red Patria supo hacer bien las cosas, el Cenditel supo jugar limpio con sus buenas aplicaciones informáticas, y de verdad que sigue sin justificarse, el fracaso de las revolucionarias redes sociales que tuvo Venezuela.

 

Todos los políticos venezolanos supuestamente socialistas, y todos los políticos venezolanos supuestamente izquierdistas, que se la pasan criticando al capitalista Imperio estadounidense, pues usan las redes sociales estadounidenses como Twitter, para criticar al capitalista Imperio estadounidense, lo cual no solo es absurdo, sino que también nos muestra la careta yanqui del socialismo.

 

¿Por qué los políticos socialistas vuelan con Twitter y pisotean al Cardenalito?

 

Lo más triste, es que aunque para el mes de octubre del 2020, los venezolanos podemos afirmar que las redes sociales venezolanas del Cenditel fueron terribles fracasos comunicacionales, pues irónicamente, los venezolanos sí pueden ingresar a todas las cuentas oficiales que tiene el Cenditel en las famosas redes sociales extranjeras, como: Facebook, Instagram, Youtube, Telegram y Twitter, por lo que el águila calva del Tío Sam terminó robándose el nido venezolano de Bolívar.

 

De hecho, si visitamos el sitio Web www.redpatria.org.ve se comprueba que la Red Patria, realmente no se erige como la Red del Poder Popular de Venezuela, y aunque coloquialmente el medio alternativo nos invita a “echar nuestro cuento”, la verdad es que la Red Patria es casi un cuento chino en nuestro país.

 

Sin embargo, yo creo que si los venezolanos hubieran usado las redes sociales venezolanas de la Red Patria, hubiera sido una experiencia comunicacional más saludable para el pueblo bolivariano, hubiera permitido rescatar nuestra ecológica identidad cultural, hubiera ayudado a despertar la conciencia ciudadana, y nos hubiera hecho sentir la soberanía tecnológica venezolana, para erradicar tanta transculturación que sigue disfrutando el fracaso de la Red Patria.

 

A la Red Patria le faltó calle, le faltó monte, le faltó culebra.

 

Pero aunque se perdió una batalla, no se ha perdido el combate.

 

Yo estoy intentando ayudar a la Red Patria, por eso decidí escribir el presente artículo de opinión, para que más venezolanos conozcan a las redes sociales del Cenditel, pero la Red Patria tiene que abrir los ojos y despertar del limbo, para que así sea regalando cajas CLAP, sus redes despierten el interés del pueblo.

 

Las redes sociales venezolanas de la Red Patria, tan solo necesitan mayor patrocinio gubernamental, para ayudarnos a recuperar la soberanía tecnológica.

 

Felicitamos a los hermanos y hermanas del Cenditel, porque desarrollaron herramientas tecnológicas novedosas y saludables para la buena comunicación venezolana, y aunque los ingratos e ignorantes ciudadanos de nuestro país, rechazaron las buenas redes sociales venezolanas de la Red Patria, pues no hay trabajo más loable en la vida que buscar la independencia del pueblo.

 

Ekologia.com.ve

 

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/210438
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