Contra el racismo y discriminación

17/07/2020
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Nelson Mandela
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Nadie nace odiando al otro por el color de su piel, su origen o su religión. El odio se enseña y sí se puede aprender a odiar, también se puede enseñar a amar, pues el amor es más connatural al corazón humano que lo opuesto.”

Nelson Mandela.

 

El legado de un gigante. En conmemoración del Día Internacional de Nelson Mandela o “Madiba”, Premio Nobel de la Paz, primer presidente negro de Sudáfrica (1994-1999), incansable activista y luchador contra la discriminación racial representada por el “apartheid”, una perversa política segregacionista impuesta en su país desde 1948 por la minoría colonialista holandesa. Mandela destaca como un luchador de toda la vida, primero mediante resistencia pacífica y después armada junto con su brazo político el partido del Congreso Nacional Africano (CNA) exigían igualdad de derechos para la mayoría de población negra.

Durante décadas, fue víctima de represión, persecución, exilio y cárcel. Por opositor político lo condenaron a cadena perpetua, cumplió 27 años en prisión la mayor parte en la isla de Robben, por varios años estuvo confinado en aislamiento total. Fue liberado en febrero de 1990 y elegido presidente de Sudáfrica en 1994, a partir de entonces se eliminó el apartheid y desmantelaron las instituciones racistas, restituyendo a la población negra el reconocimiento de derechos y libertades fundamentales, libre de discriminación y marginación.

 

El racismo y discriminación son una arcaica manifestación de intolerancia por parte de los dominadores hacia los dominados, han existido y coexistido durante todos los tiempos en todas las regiones del mundo. Desde luego, que esa forma de intolerancia persiste hasta nuestros días y en muchas naciones del planeta que además tienen una larga historia plagada de violaciones a derechos humanos, despojo violento de territorios ajenos, colonialismo, neo feudalismo, autoritarismo, supremacía de las elites, por tanto, reproductoras selectivas de la intolerancia, el odio, el desprecio por la diversidad y las diferencias.

 

A lo largo de las fases históricas de la humanidad en el planeta, encontramos pasajes que revelan conductas intolerantes, racistas y discriminatorias practicadas por las elites gobernantes, sociales y económicas contra segmentos de población excluida que socialmente conforman mayorías o minorías. Pasó en los imperios del mundo antiguo cuando predominaron la esclavitud y el feudalismo como modo de producción. Pasa en el mundo actual, en los imperios modernos con el coloniaje, el fascismo, el capitalismo neoliberal y la globalización.

 

En nombre del racismo y discriminación se han cometido crímenes brutales de lesa humanidad como el genocidio, ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas o involuntarias, torturas, tratos crueles e inhumanos. La intolerancia provocó el holocausto, la represión sistemática contra los pueblos originarios, el desprecio por la diversidad étnica y cultural. La intolerancia promueve la supremacía blanca y el uso de la fuerza contra los opositores.

 

En Guatemala, hace más de quinientos años, los invasores españoles quemaron vivos en la hoguera a los reyes Ki’ché. En el siglo pasado, los militares cometieron genocidio contra los pueblos originarios, en particular contra los descendientes Maya Ki’ches.

 

En Estados Unidos, donde ha recobrado fuerza la supremacía blanca, el presidente Trump enfrenta el repudio por la ejecución del ciudadano negro George Floyd, abatido por un policía blanco quien lo asfixió presionando su rodilla contra el cuello de Floyd.

 

El ejemplo de Mandela es un faro inagotable de luz, para eliminar la discriminación, el racismo y la intolerancia.

 

Guatemala, 17/07/2020

 

-Factor Méndez Doninelli es maestro e investigador, consultor en Derechos Humanos y métodos alternativos de resolución de conflictos.

 

 

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/207944
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