Cuando la Historia se quedó al margen

10/07/2020
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Foto: https://mexiconewsdaily.com
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(115 días de confinamiento)

 

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Fallaron los pronósticos: no nos peleamos”. Así le dijo López Obrador a Trump. No hubo oportunidad de los periodistas que le preguntaran al mexicano sobre el muro ni que interrogaran al estadunidense sobre el libro de su sobrina.

 

En vísperas del encuentro bilateral, Roberta Jacobson, embajadora de Estados Unidos en México, lo había vislumbrado como una oportunidad perdida. Definitivamente, una reunión amable y aséptica. A pesar del grupo compacto que lo acompañó con música de mariachi, el presidente mexicano no se entrevistó con migrantes, que es de los grupos más vulnerables y afectados por la doble crisis en EU.

 

2

 

El discurso de Andrés Manuel López Obrador, durante la firma del Tratado México-Estados Unidos-Canadá (TMEC, USMCA en inglés, con EU por delante), se dividió en dos: el estrictamente económico, y el histórico, subrayando las buenas relaciones de los dos países.

 

Con un déficit comercial de América del Norte (AN) con las demás regiones del mundo por 611 mil millones de dólares, en las últimas cinco décadas, su participación en el producto mundial ha pasado de 40.4 a 27.8 por ciento. Por eso, además de “recuperar la presencia económica de AN”, se impone estimular el comercio e inversión interregional, pues se trata de “aprovechar todas las ventajas que nos brinda la vecindad, así como la aplicación de una buena política de cooperación para el desarrollo”.

 

Para cumplir estos objetivos, “México tiene algo sumamente valioso para hacer efectiva y potenciar la integración económica y comercial de la región, me refiero a su joven, creativa y responsable fuerza laboral”. Ésta es, en términos económicos, nuestra ventaja competitiva.

 

En un afán de darle vuelta a la Historia –actual, reciente y pasada—, le aseguró a Trump: “Hemos recibido de usted comprensión y respeto”. Y acudió a su época predilecta, la de mediados del siglo XIX, con Juárez a la cabeza de los liberales: “El mejor presidente que ha tenido México, Benito Juárez García, pudo, como usted lo mencionó, entenderse con el gran presidente republicano Abraham Lincoln” (Republicanos ambos: Lincoln y Trump). De esta manera, López Obrador se montó en la contienda electoral de Estados Unidos.

 

Al mencionar a Maximiliano y la Intervención Francesa, no hizo ninguna referencia al agandalle de Estados Unidos en 1847 y 1848, por el que México perdió más de la mitad de su territorio. Ni siquiera del periodo que va de 1823 a 1836, cuando el presidente James Monroe estable la Doctrina que lleva su nombre y que se resume en la frase: América para los americanos (entiéndase: estadunidenses), al año en que Texas obtuvo su independencia (en Corpus Christi, Texas, nació Ignacio Zaragoza), después de que EU en su expansionismo hacia el oeste y sur, desplazaron, confinaron o exterminaron a los indios, y comenzaron a poblar o colonizar las tierras conquistadas o arrebatadas. Nada de abrir viejas heridas. Son otros tiempos.

 

Por eso, le agradeció al pueblo, al gobierno “y a usted, presidente Trump, ser cada vez más respetuosos con nuestros paisanos mexicanos”. Sobre todo, “lo que más aprecio es que nunca ha buscado imponernos nada que viole o vulnere nuestra soberanía”. En fin, “usted no ha pretendido tratarnos como colonia…”

 

Fuchi la Doctrina Monroe, que para eso tenemos el USMCA.

 

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Por su parte, el presidente Trump destacó que “la relación entre Estados Unidos y México nunca había sido tan estrecha como lo es hoy”. Aún más: “Ambos hemos sido electos para luchar contra la corrupción, regresarle el poder a la gente y fortalecernos, y tanto usted como yo, lo hacemos”.

 

Ponderó las relaciones entre las dos naciones: “Nos une el comercio, la historia, la familia, la fe. Estados Unidos alberga a 36 millones de ciudadanos mexicoamericanos que fortalecen nuestras iglesias nuestras comunidades y colorean todos los trazos de la vida de nuestra nación”.

 

Con el nuevo tratado, al que calificó de histórico, “estamos edificando una alianza económica y de seguridad”, aparte de abordar temas que “no se habían resuelto ni tratado por varios años”. Puso el acento en que “le va a llevar prosperidad a los trabajadores de México, de Estados Unidos y de Canadá”. En definitiva, el TMEC es “el acuerdo comercial más impresionante que hay”.

 

Mencionó el trasiego de armas y drogas, así como la trata de personas, y se felicitó por los “resultados significativos en la frontera sur”. ¿Sur de EU o sur de México? Igualmente, Trump aludió a la lucha contra el coronavirus, y frente las críticas que ha recibido, aseguró: “Estamos salvando vidas”, y anunció el regreso a clases, para el otoño. Una declaración que opacó más el encuentro, para la sociedad estadunidense, pues la reapertura de escuelas significará más muertes, dice William Rivers Pitt, que pone el ejemplo de Florida (Truthout, 7/8/2020).

 

Adelantó Trump que lo esperaba para la cena de gala “con algunos de sus amigos de México”, es decir, sus amigos empresarios (cuatro de ellos, vinculados a grandes consorcios de comunicación); cena en la que Trump llamó a López Obrador: “el mejor presidente de México”.

 

En el comunicado conjunto, se subraya que con el TMEC continuará “nuestra gran historia de cooperación compartida”.

 

A menos de que se adopte el credo de dejar atrás el pasado fangoso de resentimientos y envidias, para aprovechar las ventajas de la geografía o la Geopolítica, en pos del entendimiento, la negociación y el mutuo beneficio, queda la impresión de que la Historia quedó a un lado.

 

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Para que se vea que la violencia es pandémica, y no respeta fechas conmemorativas, días festivos, días de guardar. Si aquí se reclama por la operación de tráfico de armas Rápido y furioso, allá predomina la ley del Viejo Oeste: “Un niño de seis años en Filadelfia, un niño de siete años en Chicago, un niño de Atlanta de ocho años, un niño de 15 años en Nueva York, todos baleados. Y la comunidad grita: Ya es suficiente (Enough is enough)”. Así comienza la crónica de Joanna Walters sobre los festejos de fin semana por la Independencia de Estados Unidos. La violencia por el uso de armas de fuego cobró 160 vidas y dejó más de 500 heridos, lo que expone la existencia de dos Estados Unidos (two Americas), según The Guardian, del 7 de julio.

 

La división social asentada en la violencia estructural.

 

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A manera de contexto: el día de la visita, EU contabilizó tres millones de infectados y 130 mil muertes por el Covid-19. Ambos mandatarios, criticados por su manejo de la pandemia, según The Washington Post (WP).

 

Escasa información en los medios estadunidenses sobre la visita, pero sumemente crítica: “Trump recibe al presidente de México, un aliado improbable” (an unlikely ally), se titula el análisis que ofrece, el día 7, WP en su sección: Today’s WorldView. Recuerda cómo antes de que fuera presidente, López Obrador tachó al presidente Trump de neofascista. La situación habría cambiado desde que llegó a Palacio Nacional. Realpolitik.

 

 “Las relaciones exteriores no son sólo relaciones económicas. Los gestos en la diplomacia tienen profundo valor y como mexicanos en EU sentimos que el presidente López Obrador nos vendió. Este no es el momento para una visita presidencial”. Así lo consideró Zorayda Ávila, líder migrante, del Colectivo de Mujeres Trasnacionales, en artículo de La Jornada, el día 8. Le reprocha que sólo valore a los mexicanos en términos de las remesas que envían a México. Se refiere a las relaciones con EU como relaciones de subyugación. “Hasta ahora López Obrador no ha sido el presidente de las y los mexicanos en el exterior. El gobierno invisibiliza las realidades y necesidades de los casi 12 millones de personas mexicanas que vivimos en EU. La visita y el diálogo debería ser primero con sus paisanos”.

 

A lo largo del tiempo, Trump no ha cansado de insultar y denigrar a los mexicanos. Ni qué decir del muro y de su amenaza de imponer aranceles… Sin embargo, López Obrador, según la AP, es un político pragmático. “Ambos presidentes hablan de una floreciente amistad que parece provenir de su búsqueda de agendas nacionalistas sin disculpas”.

 

Antes de partir a Washington, AP recogía declaraciones de López Obrador: “Se trata de la economía. Se trata de empleos. Se trata de bienestar”. Y Trump le pone números: si con el TLCAN (NAFTA, en inglés), Estados Unidos perdió uno de cada cuatro empleos en la manufactura, con el nuevo tratado, se crearán más de cien mil empleos bien remunerados en la industria automotriz y aumentarán las exportaciones de los agricultores y ganaderos estadunidenses. Un TMEC, que WP califica de un NAFTA moderado.

 

Tony Payan, de la Universidad de Rice, ve la inutilidad del viaje, con el TMEC en vigor: “No hay necesidad de agradecerle a nadie. No hay necesidad de expresar ningún tipo de gratitud. No hay necesidad de una peregrinación”. Por eso, asistieron más empresarios que funcionarios.

 

Simple encuentro para la foto, sin tapabocas. Al respecto, WP reproduce un tweed de Sofía Niño de Rivera, del 7 de julio: “AMLO se hizo la prueba de Covid para ir con Trump porque ‘sería irresponsable viajar enfermo a EUA’, pero no a toda la República en su gira. Está cuidando más a EUA que a México, y ese va a ser el resumen de la reunión”.    

 

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En los días más álgidos de la pandemia, y más que la visita, hay algo que atrae más los reflectores y el interés de la gente: la publicación del libro de la sobrina de Donald Trump, que saldrá a la venta el próximo miércoles 15.

 

“El libro de Mary Trump: Too Much and Never Enough: How My Family Creates the World’s Most Dangerous Man (Demasiado y Nunca Suficiente: Cómo Mi Familia Creó al Hombre Más Peligroso del Mundo), describe a su tío, el presidente, con una horrible luz y revela detalles explosivos sobre su carácter y comentarios despectivos de su hermana, la juez federal en retiro, Maryanne Trump Barry”, quien confirma: “¡Es un payaso!” Una familia de disfuncionales (The Daily Beast, 7/7/2020, NYT, 7/9/2020).

 

“Si se le otorga un segundo mandato, sería el fin de la democracia estadunidense. No puedo dejar que destruya mi país”, dice. Calificado de narcisista, Trump se ha visto envuelto en operaciones fiscales fraudulentas, además de que ha tenido cinco quiebras en sus negocios. En suma, Trump “practica el engaño como forma de vida”. Por ejemplo, que le habría pagado a alguien para que hiciera por él el examen para ingresar a la universidad. Algunas cosas que se intuían o sabían, pero que en palabras de un miembro de la familia resulta dramático.

 

Aparte de ser sobrina de Donald Trump, hija de 55 años de su hermano mayor, George, quien murió de alcoholismo a los 42 años, Mary Trump es psicóloga clínica, por lo que, por partida doble, sabe lo que y de quien habla. Así que hay que tomar sus opiniones en serio. El presidente es ejemplo de una personalidad fría, cruel y brutalmente exigente, afirma, David Cay Johnston, periodista de investigación, con 35 años de seguirle los pasos a Donald Trump (Alter Net, 7/8/2020).

 

El libro se remonta a la llegada de su abuelo, Friedrich Drumpf (que cambiaría a Trump), de origen alemán, “un sociópata” que llegó a Estados Unidos en 1885, huyendo que lo alistaran en el ejército, y posteriormente mintió para obtener la ciudadanía estadunidense. Murió durante la pandemia de hace un siglo…

 

Y algo que corrobora el libro: Donald Trump sólo valora a las personas en términos monetarios. Algo de lo que no escapó el presidente López Obrador. Al tiempo.

 

¿Cuánto le costará –le cuesta ya— a México su relación trumpiana?

 

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Con todo lo significativo que resultó el encuentro entre los presidentes, la visita se redondeó con la cena con empresarios de ambos países con el fin de sellar las relaciones comerciales y financieras, que le dará su contenido y orientación al TMEC. Aunque se hable en nombre de las naciones y de los trabajadores, todo, el tratado y el encuentro, quedó al gusto y beneficio del capital transnacional.

 

“Defenderse es lo que hacen por todo el país los pueblos y comunidades que se niegan a que grandes proyectos de infraestructura los despojen de sus tierras y sus recursos. Es lo que hacen, en medio del acoso y la desinformación, los pueblos del Istmo de Tehuantepec que rechazan la instalación de grandes torres eólicas en sus territorio, sin consulta y pagando rentas miserables” (150 pesos anuales por hectárea). En Siembra de concreto, cosecha de ira, Luis Hernández Navarro pone como uno de los ejemplos, el de Unión Hidalgo, en el propio Istmo: “El parque eólico, que se construirá sobre una superficie de mil hectáreas en tierras ejidales, comunitarias y de pequeños propietarios y tendrá capacidad de 90 megavatios, no abastecerá de electricidad a los pobladores del municipio, sino a 65 centros de las empresas Bimbo y Femsa” (Coca Cola).

 

¿Tal será la tónica este TLCAN recargado?

 

 

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/207797

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