América Latina como reservorio de la revolución mundial

29/10/2019
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Los árboles nos impiden ver el bosque. Este dicho sintetiza bien la idea que mientras más próximos en el tiempo analizamos una coyuntura social y política, más ciegos estamos para contextualizar su dinámica y el proceso de la que forma parte.

 

Lo anterior viene a cuento en relación a la tarea de dar cuenta de lo que acontece hoy en América Latina, desde México hasta Chile y Argentina. Es pertinente buscar explicaciones para cada sociedad. Pero también es posible señalar que lo simultáneo de los procesos que conmueven a la región en los últimos años y en los últimos meses parece indicar que es necesario indagar por procesos que -con particularidades para cada caso- atraviesan sin embargo al conjunto.

 

Lo primero es indicar que formamos parte de un sistema mundial que se encuentra en una crisis de larga duración, y que presenta un giro del capitalismo en dos dimensiones relevantes: una, el fuerte peso alcanzado por un gran capital trasnacional que opera en la producción, pero también en el campo financiero y especulativo, que ha acelerado los proceso de explotación del trabajo en todas las regiones y de succión de valores por todo el sistema, generado una aguda concentración de riquezas y una extendida pauperización.

 

Por otro lado esos grandes capitales compiten de manera acelerada por el desarrollo de nuevas tecnologías que modificarán el hacer y la convivencia social y que obligará a sustantivas readecuaciones de las distintas economías. Un ejemplo: los autos eléctricos revolucionarán toda la industria automotriz, una rama de la cual dependen muchas otras ramas y que presenta nervaduras en muy diversas economías, desarrolladas y dependientes. El peso en la fabricación de arneses y asientos para automóviles y el ensamble en México forman parte de esa nervadura extendida por el planeta1.

 

La primera dimensión concentradora y pauperizante va más avanzada, y está en la base de los procesos que conmueven actualmente a la región. Pero la segunda ya mueve el piso al trabajo y a los capitales. El litio, por ejemplo, mineral básico para fabricar pilas para los nuevos autos, debilitará al cobre en Chile en el peso de las exportaciones. Y cambios similares propiciará en Bolivia y Argentina, el triángulo donde se concentra ese mineral.

 

Lo segundo es señalar que hasta nuestros días las revoluciones contra el capital se llevan a cabo en las franjas periféricas/dependientes del sistema mundial, y no en sus centros más desarrollados. Rusia, China, Cuba, Vietnam así parecen indicarlo. Es en esas franjas donde se concentra prioritariamente la dimensión de barbarie del capitalismo y no la civilizatoria, resultado no sólo de la voracidad de capitales locales que se reproducen sometiendo al grueso de la población a condiciones impropias para seres humanos instalados en el siglo XXI, sino también de la voracidad y la succión de valores de los capitales con sede en el mundo desarrollado.

 

Desde esta perspectiva nuestras sociedades se encuentran asentadas en una placa tectónica resquebrajada del sistema mundial que convulsiona en forma recurrente. La propia expansión capitalista en nuestra región ha terminado de gestar un extenso y numeroso entramado de trabajadores urbanos, campesinos, movimientos indígenas, pobres del campo y la ciudad, que se rebelan de manera permanente ante los agravios que suscita la explotación redoblada.

 

A ello se suman los problemas en materia de reducidas pensiones, costos de la educación, bajos salarios, elevados precios de medicinas y de consultas médicas, alzas en servicios básicos, y otros que terminan afectando a una gama de sectores sociales asalariados muy amplia.

 

Las cercanas convulsiones sociales en Argentina contra las alzas de servicios básicos decretados por Macri, las masivas protestas recientes en Ecuador y ahora las acontecidas en Chile forman parte de este cuadro. Y todas ellas se inscriben en los procesos del siglo XXI que llevaron a la emergencia de los gobiernos a Chávez, Morales, Correa, Lula da Silva, Kirchner, y más tarde de López Obrador.

 

Desde esta lógica se puede sostener que América Latina tiene el privilegio de constituir un reservorio de la revolución mundial.

 

Que tanto los procesos recientes y las experiencias anteriores se aproximan a que las respuestas y transformaciones alcancen una dimensión rupturista con el capitalismo es asunto de otra relevante discusión.

 

Jaime Osorio

UAM-Xochimilco

1 .- Crossa, Mateo (2019), Desarrollo desigual y dependiente en la formación del complejo automotriz EUA-México, Tesis de Doctorado, Posgrado en Estudios Latinoamericanos, UNAM.

https://www.alainet.org/es/articulo/202961
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