Assange iluminó el mundo democratizando la verdad

29/04/2019
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Son malos tiempos para la lírica y son malos tiempos también para los Derechos Humanos. Es cierto que son escasos en la historia los períodos presididos por «las lilas y la metafísica cubierta de amapolas» de que nos hablaba Pablo Neruda en uno de sus poemas, pero parecía que había llegado la hora de los Derechos Humanos, con organismos internacionales creados específicamente para vigilar su aplicación, con grandes proclamas en su favor, su inclusión en infinidad de declaraciones oficiales y su constante referencia en programas de gobierno. Lamentablemente podemos afirmar que, pese a todo ello, su respeto aún deja mucho que desear. Continuamente tenemos ejemplos claros de su vulneración, y lo que en mi opinión es aún más grave, por parte de países que tendrían que ser ejemplo de democracia, respeto a las leyes y transparencia en su labor de gobierno.

 

Un triste ejemplo de ello lo tenemos en el caso que afecta al periodista australiano Julián Assange, que recientemente fue expulsado por el gobierno ecuatoriano de su lugar de asilo en la embajada de este país en Londres e inmediatamente detenido por las autoridades británicas para su posible extradición a los EEUU, donde le espera un juicio que podría acarrearle hasta la pena de muerte.

 

Julián Assange es responsable de haber filtrado a la prensa para el conocimiento público infinidad de documentos secretos que ponían al descubierto gravísimas violaciones de los Derechos Humanos por parte de EEUU. Uno de los canales utilizados para hacer llegar a Assange estos documentos fue la militar estadounidense Bradley (Chelsea) Manning, que por este motivo pasó 7 años encarcelada en aquel país siendo indultada por el presidente Obama al final de su mandato, aunque en la actualidad, bajo la presidencia Trump, ha vuelto a ser detenida e ingresada nuevamente en prisión.

 

Julián Assange y Bradley Manning pusieron en riesgo su seguridad y sus propias vidas por una causa humanitaria como es la libertad de expresión. No podemos permanecer insensibles ante su persecución. En este sentido las organizaciones de Derechos Humanos de América Latina estamos promoviendo una campaña para que la Dirección General de la UNESCO designe, en el 70 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, a Julian Assange Embajador de Buena Voluntad de la UNESCO.

 

Con el fin de conseguir el apoyo del gobierno de su nación, Australia, los promotores de la campaña de solidaridad nos pusimos en contacto con el Primer Ministro, Scott Morrison, quien ni acusó recibo de la misiva, cosa que no nos sorprendió debido a su posición totalmente alineada con las políticas de los gobiernos de Washington y Londres. Ante ello nos hemos dirigido al Partido Laborista y al Partido de los Verdes de aquel país para que, como fuerzas progresistas, apoyen la campaña y consigamos entre todos que Julián Assange vuelva a casa o sea nombrado Embajador de la UNESCO.

 

Es necesario ampliar la solidaridad con Julián Assange. No permitamos que se apague la luz con la cual él iluminó el mundo democratizando la verdad.

 

- Martín Almada, Premio Nobel Alternativo 2002, miembro del Comité Ejecutivo de la Asociación Americana de Juristas, Ex Consultor de UNESCO,Paris, 1979/1989.

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/199554
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