Consejos para la política económica venezolana

22/01/2018
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La economía de Venezuela anda muy mal y eso es un hecho admitido hasta por el mismo gobierno, aunque atribuya la causa a una conspiración entre empresarios locales y el gobierno de los Estados Unidos. Con independencia de que esa explicación sea valedera, vale explicar de manera exhaustiva el desastre económico que agobia a la población venezolana. Hay algunos principios generales de política económica y de comercio que sería bueno no contravenir, para evitar uno de los más importantes y graves problemas que afectan a la economía de Venezuela: el desabastecimiento.

 

En cualquier curso elemental de Política Económica le van a enseñar, que si se quiere subsidiar para abaratar el costo de vida, nunca se debe subsidiar nada que sea fácilmente transportable, de lo contrario se lo van a llevar más allá de las fronteras y se producirá la desaparición en el mercado local del producto subsidiado, con su consecuente encarecimiento. Cuando un gobierno quiere abaratar el costo de vida con subsidios, los subsidios deben ir a los servicios que son cosas que se consumen en el mismo momento en que se usan y que por eso son intangibles y por lo tanto no son exportables, verbigracia: el transporte, la energía, la educación, la atención sanitaria, la vivienda, los espectáculos públicos (son el caso más clásico).

 

Otra causa del desabastecimiento es la falta de pago a los proveedores. Los empresarios nacionales o extranjeros, buscan la misma cosa: la ganancia. Los motines por el pernil, que amenizaron estas últimas navidades, no se deben, como se dijo, a una intervención del gobierno portugués, para crear problemas al gobierno venezolano; según las declaraciones de los empresarios portugueses a la prensa portuguesa, se debe a que no tenían la intención de mandar nuevos perniles, hasta que no les pagaran unos US$40 millones que se les debía de los perniles del año pasado y que aún están pendientes de pago. Un detalle indispensable para asegurarse un abastecimiento estable es pagar puntualmente a los proveedores. Es una política que el régimen venezolano pudiera copiar del régimen cubano.

 

A pesar de toda la retórica del bloqueo de Estados Unidos a Cuba, el principal abastecedor de Cuba son los Estados Unidos: la mayoría de los alimentos que consumen los cubanos son Made in USA, alimentos que Cuba paga religiosamente. El mítico bloqueo a Cuba no está orientado a provocar desabastecimiento; su objetivo es encarecer los fletes de todas las compras que haga Cuba y que no provengan de los Estados Unidos. El tal bloqueo es en realidad una medida de encarecimiento de fletes dirigida contra los empresarios latinoamericanos que quieran competir con las empresas norteamericanas. Los barcos norteamericanos que abastecen a Cuba, no salen de la cercana Miami, porque eso podría evidenciar contradicciones en las políticas declaradas por Washington. La principal base de las exportaciones norteamericanas a Cuba es el puerto de Nueva Orleáns.

 

En Estados Unidos, como en el resto del mundo, las ganancias empresariales tienen prioridad sobre las divergencias en ideologías políticas: ese es un principio del que están bien conscientes los ideólogos de la República Popular China. Allá saben bien que no hay crecimiento económico sin empresas dotadas de empresarios que utilicen los capitales de que disponen para producir con eficiencia; es algo que comienzan a entender hasta los dirigentes de la Revolución Cubana. El Presidente Maduro debiera actualizarse. Pero por lo que he podido observar viendo y escuchando a los funcionarios bolivarianos en Ginebra; el problema de la Revolución Bolivariana es la abundancia de charlatanes y la ausencia de cuadros  aptos y con capacidad técnica, algo que no sucede con los funcionarios cubanos, que  llegan a Ginebra muy bien preparados técnicamente para el papel  que les toca desempeñar.         

 

Ginebra 20 de enero, 2018

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/190521
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