La historia del muro se remonta al 1990

24/04/2017
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Cuando algunas personas hablan sobre el muro que Donald Trump ha mencionado tantas veces en sus discursos y que constituye una de las promesas electorales que el mismo realizó, lo consideran algo horrible, que limitará la inmigración ilegal procedente de México y otros países de Centro América.

 

La frontera sur de Estados Unidos, la que limita con México, desde hace muchos años, está protegida contra posibles entradas ilegales. La protección está constituida por un muro, que en algunos tramos está inconcluso.

 

Lo que pretende Trump, precisamente, es terminar de construir el muro y seguramente en algunos tramos mejorarlo, todo eso, para garantizar la disminución de las entradas ilegales a Estados Unidos y además, cerrar la puerta a la entrada de drogas, ya que se calcula que por esa frontera entra aproximadamente el 75 por ciento de la droga que se consume en Estados Unidos.

 

En este mapa podemos ver los tramos edificados del muro y los lugares de la frontera donde este no existe, prácticamente “el acceso es libre”.

 

Recuento histórico

 

Si analizamos la historia del muro, encontraremos que ya en el año 1990 se hablaba del mismo y en la ciudad de San Diego se construyeron 22 kilómetros de un muro cuya altura era aproximadamente tres veces la de una cerca normal.  De eso hace 27 años.

 

 En 1994, bajo la administración del demócrata Bill Clinton, siendo Fiscal General Janet Reno, se trabajó nuevamente en la construcción del muro, como parte de la Operación Guardián llevada a cabo por Estados Unidos en California. La edificación continuó en 1995, en el estado de Arizona, en este caso con la Operación Salvaguarda.  Ambas operaciones se diseñaron para frenar la inmigración ilegal procedente de México y forzar a los infractores a buscar nuevos lugares para realizar el cruce de la frontera.  En 1996 el gobierno federal continúo la fabricación del muro fronterizo. Distintas administraciones trabajaron en el muro, edificando partes de este en varios lugares de la frontera.

 

Una parte del muro fronterizo comienza en las aguas del Océano Pacífico y continúa por la zona montañosa de San Diego hasta Tijuana.  Este segmento mide unos 20 kilómetros. Su extensión en las aguas del Pacífico no representa un serio problema para cualquier nadador que intente cruzar por ese lugar.

 

Existen otros tramos edificados en  las zonas de Tecate-Campo Andrade (California), en San Luis Río Colorado (Sonora), Nogales (Arizona), Naco (Sonora), Douglas (Arizona), Sunland Park (Nuevo México) y Laredo (Texas). En este último estado, donde el Rio Bravo se convierte en una frontera natural, se han edificado 160 kilómetros de distintas formas de muro, también en segmentos, que se interrumpen en las zonas pobladas.

 

 

El 17 de mayo del 2006, hace diez años, con 83 votos a favor y 16 en contra, el Senado de Estados Unidos votó el «Secure Fence Act», ley propuesta por la administración republicana de George W. Bush, que estipulaba la construcción de 1 100 kilómetros de «barreras físicas» fuertemente vigiladas en la frontera con México, para impedir las «entradas ilegales» de trabajadores procedentes de Centro América. Como resultado de dicha ley, que no se ejecutó totalmente, se incrementó la cerca fronteriza hasta un poco más de 1,120 kilómetros, contando todos los tramos edificados.

 

Richer Durbin, uno de los dos Senadores demócratas del Estado Illinois, votó “NO” por la Ley, pero el otro votó “SI”. El nombre de aquel Senador demócrata que voto “SI” es Barack Obama y 2 años después fue electo presidente de Estados Unidos. Entre los 26 demócratas que votaron “SI”, haciendo posible la aprobación de la ley, aparece también el nombre de Hillary Clinton, senadora por el Estado de Nueva York, que 2 años más tarde se convirtió en Secretaria de Estado de la administración Obama y durante su campaña electoral del 2016 criticó fuertemente a Trump por querer construir el muro. ¡Cómo cambian los tiempos!

 

Sin que se formara escándalo alguno, ni protestas de los inmigrantes y sus familias y menos de los miembros del Partido Demócrata, la construcción del muro fue iniciada por  el presidente demócrata Bill Clinton,  la continuó  el republicano George Bush hijo y  también se trabajó en el mismo durante la administración del también demócrata Barack Obama.  Ahora Donald Trump quiere hacer su aporte al muro y tratar de completarlo para cubrir totalmente los 3, 000 kilómetros de frontera. ¡Solamente le faltan por construir 1,880 kilómetros!

 

 Dificultades con la construcción del muro

 

 Uno de los principales problemas para completar el muro fronterizo, tal y como desea el presidente Trump, es precisamente tener el dinero para poder edificarlo, lo cual se ha calculado en 20,000 millones de dólares, suma que representa un serio gravamen para el presupuesto estadounidense, de ahí que Trump ha planteado que el muro, de una forma u otra, lo pagará México. Quizás este asunto representa, en estos momentos, la principal dificultad para llevar adelante tan colosal obra. ¿Dónde está el dinero para pagarlo y quién paga?

 

Los lugares donde administraciones anteriores no han construido el muro, por lo regular son accidentados e inhóspitos, son cientos de kilómetros donde la construcción de un muro resulta altamente difícil, especialmente en algunos lugares de Texas donde el terreno es tan complicado que no tiene sentido llevar a cabo una construcción que costaría tres veces lo que hacerla en otros lugares.

 

Dentro de las dificultades a resolver está la que presenta el Rio Bravo, que con su serpenteante cauce, marca la frontera. Las aguas del rio, que desemboca en el Golfo de México, atraviesan las montañas del Parque Nacional Big Bend, algunas reservas naturales y la Represa de la Amistad. Del centro del rio hasta la rivera mexicana es territorio de México, de acuerdo con un tratado firmado en 1970 entre México y Estados Unidos, por lo que el muro fronterizo debe edificarse a un kilómetro de la rivera estadounidense, para que no interfiera con el cauce del río. Algunos estadounidenses tienen sus propiedades en ese espacio de un kilómetro, por lo que pudiera considerarse que viven fuera de Estados Unidos.

 

 

Esto que planteamos se hace realidad en el campo de golf River Bend Resort, en Brownsville, Texas, del cual quedaría una buena parte y el lugar donde viven 200 personas, del otro lado del muro.

 

Los terrenos de Arizona y Nuevo México donde debe completarse el muro son propiedad del gobierno federal, sin embargo los de Texas son “propiedad privada”, algo que se arrastra por más de 200 años cuando el incipiente país se convirtió en un estado y se integró a la unión. La construcción realizada con anterioridad, de segmentos del muro en la línea fronteriza, originó demandas entre los propietarios de las tierras y el gobierno federal, lo cual debe suceder en cuanto se anuncie el comienzo de la obra en las tierras de dicho estado.

 

La inmigración ilegal que proviene de la frontera con México, es la que realiza toda una serie de labores en Estados Unidos que los residentes legales no desean realizar. Además los que emplean esa fuerza de trabajo, les pagan salarios que representan aproximadamente la mitad de lo que cobraría un residente legal, lo cual incrementa las utilidades para los empleadores. Esta es una fuerza de trabajo que no exige, que no se queja del trato recibido y la cual despide sin tener que dar compensación alguna en cuanto deja de necesitarla.

 

Ninguna de estas dificultades es insalvable, se pueden tomar medidas que viabilicen la construcción del muro, como en el Rio Bravo y hacer la obra en los lugares donde esta tiene todas las condiciones para ser edificada. Siempre existirán los que se opongan a que el muro se complete y los inmigrantes no puedan ingresar en territorio estadounidense.

 

 

Propósitos del muro

 

Puede decirse que el muro tratará de ser un impedimento para la inmigración ilegal hacia Estados Unidos.

 

Otro propósito del muro es dificultar el tráfico de drogas, que se lleva a cabo por la frontera entre México y Estados Unidos.  Este propósito consideramos es más difícil de cumplir, pues los traficantes manejar una importante cantidad de dinero, que les permite utilizar medios y métodos para los cuales el muro pudiera resultar inefectivo. En el tráfico de drogas se utilizan catapultas, aviones no tripulados, construcción de túneles y el soborno a las autoridades estadounidenses que están en la frontera precisamente para impedir la entrada de la droga.

 

El cruce fronterizo entre los dos países es algo bastante complicado de controlar, pues se plantea que diariamente entre los dos países se mueven un millón de personas y 300,000 vehículos de los cuales más de 75,000 son de carga. Debe sumarse a esto el tráfico por ferrocarril, el aéreo y el marítimo.

 

Para tratar de incrementar la efectividad del muro, más de 25,000 oficiales de inmigración lo patrullan diariamente, estos oficiales cuentan con vehículos terrestres, drones, aviones, helicópteros, perros rastreadores, sensores electrónicos para detectar la penetración en distintas zonas y por lo regular, donde existe el muro, este está coronado por una cerca de alambre de púas, que en algunos casos está electrificada.

 

 Conclusiones

 

 Toda la información aquí presentada, ratifica lo incorrecto que resulta decir que Donald Trump va a “construir un muro” en la frontera entre México y Estados Unidos, lo más que este puede hacer, es “completar” la obra de los presidentes anteriores.

 

Tomando en consideración las dificultades que presenta el completar el muro, incluyendo los fondos necesarios para realizar la obra, es bastante improbable que esto pueda terminarse durante la administración Trump.

 

Considerando la evolución que ha tenido el pensamiento de Trump en las últimas semanas y la influencia que sobre el mismo han demostrado las fuerzas del “establishment”, pudiera existir la posibilidad que la obra del muro tenga su modificación. Quizás trabajar ahora en completar algunas secciones, donde la actividad no es tan complicada y fortalecer la vigilancia en aquellas que se mantendrán como están, o donde se realicen obras de menor envergadura.

 

- Dr. Néstor García Iturbe es editor del boletín electrónico El Heraldo (Cuba) sarahnes@cubarte.cult.cu

 

https://www.alainet.org/es/articulo/185011
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