Tsunami geopolítico en camino a Puerto Rico

06/02/2017
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San Juan, 6 de febrero de 2017 (NCM) – Los intentos de todos los sectores políticos de Puerto Rico por convertir la crisis en punto de partida para un destino nuevo, según las metas de cada cual, están siendo acompañados cada vez más de cerca por fenómenos geopolíticos, como las relaciones de Estados Unidos con China y los acuerdos diplomáticos con Cuba.

Sin embargo, sumido en la contenida tensión interna, el país no da muestras de estar muy atento a esos aspectos internacionales.

Uno de los casos más evidentes de eso es el de los acercamientos con China, cuya mención enciende la imaginación por su economía en expansión, su gigantesco mercado y su capacidad para invertir capitales. Ya en Puerto Rico se están enseñando cursos universitarios de educación continua para aprender mandarín, se evalúa la posibilidad de participar en ferias empresariales en China y hasta se habla de exportar grandes cantidades de café.

Hay otros aspectos sobre los que no hay mucho análisis en los círculos oficiales y mucho menos en los medios noticiosos.

La gestión diplomática de China para promover una “amistad fuerte” con Puerto Rico como paso previo para potenciar el intercambio comercial y empresarial se produce en momentos en que esa potencia asiática incrementa su presencia en la región con proyectos estratégicos.

Ocurre además cuando aumenta la preocupación de que Estados Unidos busque una guerra por el control del Mar de la China y de que se ha informado que muy pronto los chinos comenzarán la construcción del gran canal interoceánico de Nicaragua, proyecto que no es visto con buenos ojos por Washington. En esa misma línea, el acuerdo de China con México para establecer una gigantesca fábrica de automóviles coincide con el tema del interés de EEUU de completar el muro fronterizo y sacar de suelo mexicano empresas estadounidenses.

Pero las consideraciones geopolíticas del acercamiento a China no parecen ser tomadas en cuenta por el gobierno anexionista de Puerto Rico y una fuente del Palacio de Santa Catalina –sede de la gobernación- dijo que ni siquiera se evaluó el tema previo a la visita protocolar de la cónsul general, Zeng Hongyan, al gobernador Ricardo Rosselló. Eso, a pesar de que China ha hecho público su plan estratégico 2015-2019 para las relaciones con el Caribe y América Latina y de que el año pasado hubo expresiones de preocupación en altos niveles del Partido Republicano de EEUU sobre el incremento de la presencia china en el Caribe y Puerto Rico.

La fuente de Palacio en Puerto Rico no supo informar tampoco si se coordinó con el Departamento de Estado de EEUU la visita de la delegación diplomática de China.

Otro evento poco mirado fue el ocurrido el 17 de enero pasado, cuando se anunció la firma de un acuerdo entre EEUU y Cuba para coordinar acciones preventivas contra el terrorismo, el contrabando de armas, el lavado de dinero y otros aspectos de seguridad nacional de ambos países. El memorando de entendimiento formó parte de una lista de acuerdos bilaterales que se llevaron a cabo en los últimos días del gobierno del anterior presidente de EEUU, Barack Obama, y la ceremonia para su firma ocurrió el mismo día en que el mandatario estadounidense conmutó la sentencia de cárcel para el prisionero puertorriqueño Oscar López, de forma que pueda salir de prisión el 17 de mayo próximo.

La amnistía para López, en prisión desde los años ochenta convicto de conspiración sediciosa porque se le imputó formar parte de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN), se produjo también después de una intensa campaña internacional para su excarcelación y del reclamo de todos los sectores políticos de Puerto Rico. El propio López envió desde la cárcel un agradecimiento específico a Venezuela, Cuba y Nicaragua, tres países cuyos embajadores en Naciones Unidas hicieron gestiones directas en su favor con la Misión de EEUU en la ONU.

“Ya comenzamos a preparar el recibimiento del revolucionario, del héroe, del boricua valiente que ha estado secuestrado durante casi 36 años por el imperio que nos oprime”, dijo en un comunicado de prensa el comandante Guasábara, del estado mayor del Ejército Popular Boricua-Macheteros. “Oscar regresa triunfante a su pueblo y su pueblo lo recibirá orgulloso y agradecido por su lucha revolucionaria de la que nunca ha renegado”, agrega el comunicado.

Pocos días después, la Comunidad de Estados de Latinoamérica y el Caribe (CELAC) aprobó por unanimidad reiterar “el carácter latinoamericano y caribeño de Puerto Rico”, saludar la amnistía otorgada por EEUU a Oscar López y reclamar que el caso puertorriqueño y del resto de las colonias caribeñas se resuelvan mediante la autodeterminación e independencia, como lo mandata la Resolución 1514 (XV) de la ONU. La CELAC planteó que la meta es “lograr que América Latina y el Caribe sea un territorio libre de colonialismo y colonias”.

En Puerto Rico, mientras tanto, el liderato del opositor Partido Popular Democrático, autonomista, intenta lograr que Washington decida si reconocerá la condición política actual como una no colonial o si el único camino para los autonomistas será defender la libre asociación en el plebiscito convocado para el 11 de junio. Ese discurso doble es atacado por el oficialista Partido Nuevo Progresista, que dejó fuera la condición actual de las opciones en el plebiscito y al firmar la convocatoria, el gobernador Rosselló expresó su convencimiento de que “provocaremos la transición” para que Puerto Rico se convierta en estado de EEUU.

En el otro lado, el pequeño pero influyente Partido Independentista Puertorriqueño anunció oficialmente que acudirá al plebiscito y su presidente, Rubén Berríos, recordó su pronóstico de 1967, cuando dijo que las tendencias históricas traería “en el futuro” una confrontación definitiva entre las fuerzas de la anexión y la independencia. Cincuenta años después, el vaticinio de Berríos se transforma en una visión sobre el presente.

Para el PIP, el plebiscito tiene además la posibilidad de canalizar la oposición del país hacia la junta de control, que dirige el empobrecimiento del país.
 

https://www.alainet.org/es/articulo/183324
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