Puerto Rico desconoce cuánto dinero necesita

30/01/2017
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San Juan, 30 de enero de 2017 (NCM) – A pesar de que la meta institucional de Puerto Rico es superar la crisis económica y volver a los mercados financieros, el país no sabe cuánto dinero necesitará tomar a préstamo, ni mucho menos el tamaño requerido de la economía para sostener el nivel de la deuda que haga falta sin caer de nuevo en otro impago funesto.

La incapacidad para poder determinar el monto de una deuda necesaria y sostenible es apenas una manifestación del problema más amplio de carencia de información, sea la que se difunde al público o la que se usa para formar la opinión privada de quienes gobiernan el país.

El propio gobernador, Ricardo Rosselló, rodeado de funcionarios y figuras del sector empresarial, admitió el desconocimiento e indicó que se han establecido las metas sobre creación de empleos y crecimiento del producto bruto, pero no así sobre cuál sería el monto de una deuda saludable.

La admisión del gobernador, hecha en su estilo de contestar de manera abierta las preguntas difíciles, la hizo luego de que durante días su oficina indicara que se estaba gestionando la respuesta a la interrogante. El problema, según explicó Rosselló, es que no se puede decir con responsabilidad cuál será el nivel de deuda que el país necesita y que pueda pagar hasta que no se tengan listos los planes económicos y fiscales, que hasta ahora no se han producido.

La ignorancia de Puerto Rico sobre el financiamiento que necesita para inversión pública en capital fijo y el tamaño requerido de su economía para poder enfrentar el servicio de esa deuda, convierte los esfuerzos para salir de la crisis en una lucha ciega. El asunto cobra más importancia debido a que una deuda que creció sin control durante décadas llegó a sobrepasar el producto nacional bruto y las casas acreditadoras de Wall Street reaccionaron echando el crédito de Puerto Rico al nivel conocido como “basura” hace ya varios años.

Según se desprende de los Informes Económicos al Gobernador de la Junta de Planificación, la inversión pública de capital fijo –que se financia casi toda con bonos y es vital para activar la economía- se redujo en cerca de 50 por ciento desde 2006 a 2015, lo que dejó una brecha de falta de inversión acumulada de cerca de 20 por ciento en una década. A eso habría que sumarle la deuda que sea necesaria para recapitalizar fondos importantes, como los sistemas de retiro y el banco oficial.

Un plan estratégico que no conteste una pregunta tan básica abre las posibilidades de que se destruyan ahora inversiones estratégicas, o que intereses particulares aprovechen una apertura del mercado financiero para multiplicar deudas que les dejen dinero a corto plazo sin que se produzca la necesaria acumulación de capital fijo.

La pregunta sobre la deuda no fue el primer episodio que puso de manifiesto el problema de la información.

Desde principios de mes, se regó en Wall Street y Washington que el gobernador Rosselló se había reunido en Nueva York con el entonces presidente electo Donald Trump, lo que él ha negado varias veces. Pero, cuando se pidió la agenda de aquel primer viaje de Rosselló a Washington y Nueva York, la contestación del Palacio de Santa Catalina fue decir lacónicamente que lo que se estaba haciendo era todo para mejorar las relaciones con el gobierno de Trump.

Sin embargo, poco después Rosselló recibió en el Palacio a la gente en Puerto Rico del frente de influencia política de George Soros, quien ha sido señalado como un poder económico detrás de las protestas callejeras que piden el derrocamiento del propio presidente Trump.

A la fecha del cierre, Rosselló se unió a varios gobernadores de EEUU en la oposición a las nuevas prohibiciones ordenadas por el presidente Trump contra la entrada de refugiados de Siria y otros países tenidos por musulmanes. El gobernador puertorriqueño indicó que hacía la declaración al amparo de la libertad de expresión y en defensa de los valores que hacen de EEUU una tierra de libertad.

No hay información de que la postura de Rosselló esté vinculada a la reunión con la gente de Soros y el gobernador puertorriqueño ha mostrado ser persona que forma sus propias opiniones.

De todas formas, se pidió la lista de los asistentes y no se pudo obtener. El misterio se aclaró por una fuente de Palacio, con acceso a la programación del gobernador, que informó que no tenían registro de que se hubiera llevado a cabo tal reunión, a pesar de que se trataba de personas que han recibido millones de dólares de Soros para promover sus enfoques en Puerto Rico.

Eso levantó la interrogante de cuán consciente estaba el gobernador sobre las personas con las que se reunió, a pesar de que entre los temas discutidos estuvo el asunto delicado del manejo de la información por parte del gobierno. Así, la incógnita no es cuánto se oculta, sino lo que de verdad se deja saber al gobernador y lo que maneja la curia de palacio junto a otros grupos de intereses.

Las leyes de control de información –llamadas equívocamente de “transparencia”- han provocado en EEUU enfrentamientos cada vez más graves entre el gobierno y la prensa, así como internamente entre los propios medios de noticias.

Mientras tanto, siguen proliferando errores graves cometidos en documentos del Palacio.

Por ejemplo, el anteproyecto de ley enviado por la Oficina del Gobernador para atender la emergencia fiscal contenía la barbaridad de que se convirtiese en ley que Puerto Rico reconocía su “responsabilidad” de pagar la deuda completa de EEUU. El error fue detectado por la comisión legislativa que evaluó el proyecto y se enmendó a tiempo para que se reconociera la deuda de Puerto Rico.

La velocidad con la que se emiten órdenes y se aprueban leyes para enfrentar la emergencia de la crisis hace más grave el peligro de que se cuelen errores graves aquí y allá.
 

https://www.alainet.org/es/articulo/183182
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