El circo de la macriacia

17/12/2016
  • Español
  • English
  • Français
  • Deutsch
  • Português
  • Opinión
-A +A

El circo está repleto, a punto de reventar. Malabaristas, trepadores de cuerdas engrasadas, equilibristas varios, payasos sin borlas o con borlas en la nariz, leones y leonas alimentados a pan y agua por los domadores, que ni siquiera rugen, bostezan de cansancio y hastío. Las verdaderas fieras no se muestran: enjauladas, gruñen y rugen verdades inintelegibles para los que están acostumbrados a balar y gemir, a mugir con sus estómagos- que son más de cuatro- llenos de carne y sangre de los muertos de hambre que se filtran por el alambique de la indiferencia y la mentira.

 

Todo es circo en el país de la macriacia, virtualidad demodé donde casi todo el mundo baila alrededor del fuego de utilería de la ilusión, la complacencia y los ladridos que no asustan a ninguno de los sátrapas del poder.

 

El cinismo y la ironía me dictan palabras que, como el Trino del Diablo de Giuseppe Tartini, parecen dictadas por un lucifer también de utilería. Todo es inútil menos la acción. ‘Las palabras entonces no existen, son palabras’, escribía el poeta en el fragor de la batalla para liberar a la España treintañal del fascismo. Hoy, en pleno circo, mimetizo mí alma y, transfigurado en bufón, doy rienda suelta a las infinitas posibilidades que tiene el abecedario para convertir sílabas y párrafos en eso: sólo sílabas y párrafos.

 

Pero hay otra cosa. La dictadura macrista elegida por algunos y toleradas por otros es eso, una dictadura signada por la vulgaridad y la tragicomedia. Es una pizza berreta, hecha con gorgojos de trigo podrido con champán francés made in lamugre city. Pero que nutre a la porquería, indigesta a algunos, harta a otros y envenena a los justos.

 

Hace pocos días, tres hechos reafirmaron la índole inmunda de la macriacia:

 

1) La agresión policial y de funcionarios a la Canciller bolivariana Delcy Rodríguez, quien vino a poner sus ovarios para reclamar el derecho inalienable de ejercer la titularidad pro témpore del Mercosur, conculcado por tres monigotes- y un cuarto que se calló la boca- que dicen ser primeros mandatarios del Paraguay, Brasil, Uruguay y Argentina. Y no ponemos al burro adelante no para que no se espante, sino para dejar en claro que un burro es un burro, un perro un perro, un caballo un caballo, y unos ‘primeros mandatarios’ como estos, -fundamentalmente el que dice representar a nuestro país, - son subhumanos. Poner a los subhumanos en su lugar, dar vuelta la taba porque está cargada y patearles el tablero significa aquí lo mismo. El reo lo corre al juez y el loro a la boleadora, verseaba el Chango Rodríguez, eso es lo que exigimos y debemos ganar de la forma que sea.

 

2) El ‘juicio’ a la compañera Milagro Sala, detenida sin pruebas ni cargos serios ni nada que se parezca a algo más que una fantochada dictatorial revestida de democracia amasada en la materia fecal del truchaje. Milagro Sala, compañera jujeña, chupada hace un año por esbirros de un señor feudal de morondanga, falseada, calumniada, agredida, entera sin embargo, que mostró en su figura demacrada de hace unas horas hasta donde son capaces de llegar- sin que se les pegue siquiera una trompada, como mínimo- estos usurpadores de cargos y funciones, que sólo exhiben como virtud su sumisión a los ricos de aquí y del extranjero.

 

3) El ‘acuerdo’ - fa ridere, gigi, diría mi nonna María- entre el imperio en decadencia del norte de América y ‘la Argentina’, en cuanto a ‘compartir’ funciones de ‘cuidado de fronteras’, ‘prevención de desastres’, ‘misiones humanitarias’ y demás payasadas con que se disfraza una intervención extranjera en el país. ¿Entre quienes ¿Las Fuerzas Armadas argentinas y la Guardia Nacional de Georgia, USA!?

 

Lanzados nuevamente, ahora por la macriacia, a las trapisondas represivas que asoman, los milicos de acá deberán reentongarse con los gringos en eso de hacer deberes ineludibles para una nación, la suya, sometida al capital y las directrices del extranjero. La macriacia en todo su esplendor.

 

Hay más, mucho más, pero para que seguir ‘hiperinformando’ como dicen algunos, si esta es la ‘realidad’ ante la cual habría que hincarse para no ser acusado de ‘marginal’ o ‘provocador’.

 

Y no.

 

El viento de la Historia trae furia de siglos acumulada. Y nadie lo detendrá, ni con decretos, ni con cárceles, ni con amenazas, ni con tiros.

 

La basura no merece tranquilidad ni paz; es más, solo merece ser barrida ya.

 

Llamar al boicot a la macriacia desde el mundo, la región, el país. Tomar el pan y todo lo que es nuestro. Liberar a nuestros compañeros y compañeras de las ergástulas de los in-morales, que brindan y festejan porque no conocen los filos de los facones ni las moharras de las chuzas cimbreando…todavía.

 

Reivindicarnos como pueblo-clase-nación-Patria ante la Venezuela Bolivariana y sobre todo frente a su Canciller, manoseada por cobardes al servicio de los explotadores, los gringos, los narcos, los magnates petroleros, los colonialistas y tutti quanti. Y también por el payaso y títere mayor, que mirándose al espejo y ante tanta vergüenza y miedo tildó de cobarde al presidente bolivariano…si es para reírse si no fuera tan serio…

 

Guerrear contra los que quieren volver a convertir a las Fuerzas Armadas y de Seguridad en verdugos de su propio pueblo, en marionetas recibiendo órdenes de los usurpadores macriacios, vulgares pobres gentes al servicio del imperialismo norteamericano, sus presidentes y funcionarios fantoches, su complejo-militar industrial, sus banqueros y otras excrecencias de ‘su’ democracia.

 

El circo, cuando éramos pequeños, era diversión para niños y grandes, pero en el ahora montado por la macriacia solo se exhibe el dolor, el hambre y el maltrato por parte de los subhumanos al pueblo argentino.

 

Entonces manos a la obra.

 

Echar las carpas abajo, soltar a los leones y leonas enjaulados, honrar a los hermanos Nuestroamericanos, terminar de una vez por todas con el cipayaje neocolonial.

 

Por una Navidad sin paz para ellos. Por un nuevo año en el cual los hagamos desaparecer para siempre.

 

16/12/2016

https://www.alainet.org/es/articulo/182446

Del mismo autor

Suscribirse a America Latina en Movimiento - RSS