Reveladores de secretos comprometedores

27/09/2016
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En los últimos años, el gobierno de Estados Unidos ha librado masivas operaciones de persecución y castigo contra “truthtellers” o “reveladores de secretos” en sus filas que han sido calificados indistintamente de héroes, disidentes, patriotas o traidores. Varios de ellos han sufrido persecución, cárcel, exilio o asilo. Sus revelaciones han generado infinidad de debates sobre vigilancia de los secretos del estado y el gobierno, y acerca de la necesidad de equilibrio entre la seguridad nacional y la privacidad de la información. Sin embargo, los debates y las medidas que se han adoptado por efecto de éstos no han logrado poner coto a los ataques de estos osados soldados de la libertad de información. Recientemente se estrenó en Estados Unidos, a sala llena, la cinta biográfica "Snowden", de Oliver Stone, que aborda la vida entre 2004 y 2013 de Edward Joseph Snowden, un ex empleado de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y contratista de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) estadounidense que filtró información clasificada del gobierno sin previa autorización.

 

En junio de 2013, el Departamento de Justicia de Estados Unidos acusó a Snowden de violar la Ley de Espionaje de 1917 y por robo de propiedad del Estado. El 23 de junio, Snowden escapó a Moscú donde recibió de las autoridades rusas asilo humanitario durante un año, que luego le extendieron a tres años. En 2015, aún andaba por algún lugar no revelado de Rusia y seguía buscando asilo en otros países. Bradley Manning era un soldado transgénero del ejército de Estados Unidos que en 2010, siendo analista de inteligencia en Irak, fue acusado de filtrar a WikiLeaks, sin autorización, más de 700.000 documentos con secretos militares y del Departamento de Estado. Fue arrestado y condenado en 2013 a 35 años en la prisión militar en Fort Leavenworth.

 

Manning, a quien poco después de su arresto le fue permitido cambiar oficialmente su filiación sexual y pasó a llamarse Chelsea, fue finalmente acusada de 22 delitos, entre los cuales el de ayudar al enemigo, el cargo más grave que podría haber dado lugar a su condena a pena de muerte.

 

En febrero de 2013, Chelsea Manning se declaró culpable de diez de los cargos imputados y la vista de los restantes comenzó el 3 de junio de 2013 siendo ella declarada el 30 de julio culpable de 17 de los cargos originales y de versiones modificadas de otros cuatro, pero fue absuelta del cargo de ayudar al enemigo.

 

Recientemente, desde la cárcel donde cumple su condena, Chelsea Manning ha protestado por el deshumanizante trato que se le ha aplicado por haber participado en una huelga de hambre. Por su parte, el editor en jefe de WikiLeaks, Julian Assange, sigue asilado en la Embajada ecuatoriana en Londres, donde desde hace cuatro años se mantiene arbitrariamente detenido por la persecución del gobierno estadounidense, continúa editorializando, a la vez que custodiando los documentos más importantes de sus denuncias.

 

Se ha denunciado que está teniendo lugar una especie de cacería moderna de brujas, una guerra sin precedentes contra los denunciantes de secretos públicos, persiguiendo y castigando a quienes justifican sus acciones como actos en defensa de la libertad de prensa y el interés público.

 

Manning fue declarado culpable y Snowden acusado en base a lo prescrito en la ley de espionaje de 1917, una ley federal de los Estados Unidos creada para procesos judiciales durante la Primera Guerra Mundial que ahora está siendo utilizada para desmoralizar y castigar a los reveladores de secretos del gobierno. Esta ley no permite una defensa basada en el interés público y previene contra la utilización de las motivaciones de los acusados en los juicios, lo que hace imposible para ellos defender sus actos y obtener un juicio justo.

 

Estos autoproclamados defensores de la libertad de revelar injustificados secretos del gobierno se consideran verdaderos abogados de la democracia que creen en la capacidad de la gente común de tomar decisiones vitales sobre sus propias vidas.

 

Manning escribió que cumpliría su condena sabiendo que “a veces se tiene que pagar un alto precio por vivir en una sociedad libre. Con mucho gusto pagaré ese precio si ello significara tener un país realmente concebido en libertad y dedicado a la proposición de que todas las mujeres y todos los hombres son creados iguales."

 

En una petición de indulto presidencial que presentó en 2013, Chelsea Manning cuestionó la moralidad de la presencia militar de Estados Unidos en otros países después el once de septiembre de 2001 y apreció que "en nuestros esfuerzos contra los riesgos que representan nuestros enemigos para nosotros, nos olvidamos de nuestra humanidad".

 

Septiembre 26 de 2016.

 

Difundido originalmente en el diario POR ESTO! de Mérida, México.

 

Blog del autor: http://manuelyepe.wordpress.com/

https://www.alainet.org/es/articulo/180547
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