EEUU: Más sobre el infierno de Carswell

12/10/2015
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Al escribir el primer artículo sobre la cárcel existente en Carswell, dentro de la Base Naval Estadounidense existente en Fort Worth, Texas, en la que se encuentra recluida nuestra hermana Ana Belén Montes, planteamos que continuaríamos denunciando los horrores y violaciones de los derechos humanos que se cometen en dicho establecimiento penitenciario.

 

Al iniciar este artículo viene a mi mente un asunto que considero importante. Esta cárcel se encuentra dentro de una Base Naval de Estados Unidos, en la misma se comenten abusos y violaciones de las cuales hablaremos, sin embargo no puedo dejar de pensar que, al menos, que yo conozca, en otra Base Naval de Estados Unidos, donde también existe una cárcel, igualmente se cometen abusos y violaciones de todo tipo. ¿Será esta una norma para las cárceles existentes dentro de las Bases Navales de Estados Unidos? Esto es algo a lo que, en un futuro, debemos dedicar una investigación especial. Ahora, concentrémonos en Carswell.

 

La información que vamos a brindarle no ha sido fruto de una mente calenturienta que desea afectar el prestigio del sistema carcelario estadounidense, está tomada de un artículo titulado EL HOSPITAL DE LOS HORRORES, publicado en el órgano de prensa Fort Worth Weekly, escrito por Betty Brink y reproducido por la American Civil Liberties Union of Texas. Después del título se publica una nota que plantea.- Cumplir sentencia en la prisión de tratamiento médico de Carswell puede convertirse en pena de muerte para las mujeres prisioneras- Time in Carswell’s prison medical facility can be a death sentence for women prisoners.

 

Una las muertes ocurridas en Carswell fue la de Linda D´Antuono Fenton, de 34 años, que el día 23 de febrero del 2004 fue encontrada, en una de las llamadas celda de alta seguridad del Centro Médico Federal, inconsciente y casi expirando. A Linda le faltaban dos días para obtener su libertad, después de haber estado en prisión por siete años convicta por un problema de droga. Linda en cartas a sus familiares y amigos había prometido que denunciaría a la prensa lo que sucedía dentro de Carswell.

 

Debido al estado en Linda que se encontraba fue trasladada al Forth Worth Osteopathis Medical Center, donde murió ocho días después sin haber podido recuperar el conocimiento. Mientras estuvo en aquel hospital, a pesar de estar en estado de coma, tuvo las piernas atadas con correas y dos guardias de la prisión constantemente vigilándola. Esto provocó la protesta de sus familiares.

 

El médico forense del Tarrant County que examinó el cadáver diagnosticó que había sido muerte por suicidio y que la misma se había ahorcado, algo imposible de creer por los propios reclusos y la familia, primeramente porque se supone que la celda de alta seguridad no tiene elementos que el recluso pueda utilizar para ahorcarse, además ¿por qué ahorcarse dos días antes del momento en que obtendría su libertad?

 

La ropa que Linda estaba utilizando en el momento de ser encontrada en la celda, desapareció. Las autoridades del hospital negaron la solicitud de la familia de que el cuerpo fuera examinado en la búsqueda de si hubieran abusado sexualmente de la misma.

 

Un patólogo de la Florida, nombrado Brian Mc Carthy, que realizó una segunda autopsia al cadáver de Linda, llegó a la conclusión de que las heridas presentadas no eran propias de un suicido por ahorcamiento sino que había sido víctima de estrangulamiento -lethal choke hold- técnica que utilizan muchos guardias de prisión y oficiales de policía, lo cual según los reclusos, es práctica frecuente en Carswell. El cuerpo de Linda presentaba señales de hematomas en los brazos, cuello y muñecas, propios de los efectos de una lucha para tratar de liberarse. Las investigaciones realizadas, escribió, llevan a la única conclusión de que la muerte de Linda Fenton fue un acto de asesinato premeditado.

 

Además de otros casos, se pudieran agregar al de Linda los de Nicole Vásquez de 27 años y Mari Ayn Sailer de 29, las cuales murieron en Agosto y Septiembre respectivamente en circunstancias poco diáfanas.

 

Nicole, que había sido intervenida quirúrgicamente murió de una septicemia después que el personal médico de la prisión ignoró sus reclamos de atención debido al estado en que se encontraba. Otro caso se relaciona con la muerte de Sailer. Al morir ésta la prisión notificó al Tarrant County para que un médico le hiciera la autopsia, sin embargo, posteriormente cambiaron la decisión. La prisión informó al médico que habían decidido no se hiciera la autopsia, lo cual está en contra con las normas establecidas en la prisión. La presión de la familia determinó que los oficiales de la prisión accedieran a que se hiciera la autopsia, sin embargo la familia nunca obtuvo los resultados de la misma.

 

Otros problemas de Carswell están relacionados con negligencias médicas, violación de las detenidas por parte de los guardias de la prisión y la exposición a productos tóxicos por parte de los trabajadores y guardias de la prisión.

 

Beverly Joseph estuvo al borde de la muerte por un problema cardiaco después que un asistente médico le había diagnosticado dolor en el pecho y una infección urinaria. Marilyn Shirley, una prisionera en un campo de baja seguridad en los exteriores del hospital, fue violada por uno de los guardias de la prisión. Janice Pugh murió de un cáncer en el cerebro por el que nunca había recibido atención médica. Tom Charles, un trabajador de la prisión a cargo de mantenimiento fue declarado incapacitado después de estar expuesto mientras trabajaba a una fuerte dosis de polvo de plomo. Darlene Fortwendel murió de un cáncer en el hígado por el que nunca recibió tratamiento médico. Muchos otros casos aparecen en la historia de Carswell.

 

Al parecer el enviar a nuestra hermana Ana Belén Montes a esta fatídica prisión no solamente tenía como propósito el que cumpliera la pena que le fue impuesta, las propias condiciones a que está sometida y los hechos criminales que suceden en Carswell, como dijo la periodista del Forth Worth Weekly es prácticamente condenarla a la pena de muerte.

8 de octubre 2015

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/172934
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