Afrodescendientes: Negro Primero y las religiones populares

22/06/2015
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Las prácticas religiosas populares son generadas por diversos factores; desde los encuentros y desencuentros de sociedades distintas, relaciones de dominación política y las imposiciones por invasiones directas, en nuestro caso, el proceso de colonización partió del dominio político por razones mercantilistas y generó en las sociedades originarias un impacto de un modelo cultural occidental dominante. El primer mecanismo de control social fue el adoctrinamiento encaminado por la iglesia católica, la institución que justifica toda la estructura vertical porque, como aliada, se enriquecía y estableció relaciones de expansión política y económica. No es casual que uno de los países más ricos del mundo sea el Vaticano, los cambios actuales promovidos por el Papa Francisco generan profundas contradicciones con una cúpula de la iglesia reaccionaria. La experiencia de América Latina y los procesos de liberación generaron contradicciones en esa Iglesia produciendo una corriente llamada la teología de liberación. Hoy la lucha es en contra unas transnacionales llamadas iglesias cristianas declaradas enemigas de los patrimonios espirituales de los afrodescendientes.

 

Rechazamos la explicación gratuita de sincretismo para definir las religiones populares, un concepto que partió de la ventaja del dominador, arrancó desde la mentalidad colonizadora, desmejorando el aporte de las culturas dominadas, los pueblos originarios y los hijos de esclavizados que para este modelo de pensamiento no hicieron aportes significativos para nuestra identidad cultural. Desde cualquier espacio sea la institucionalidad de la iglesia reaccionaria o los académicos desconectados con nuestro pueblo, repiten que gracias a la cultura occidental somos los que somos. El racismo institucional se nutre de estas verdades y se inspira consciente o inconscientemente en las explicaciones de las estructuras de dominación, repetimos lo que nos dice la escuela, la iglesia y el gobierno.

 

Ante esta tensa relación, los sectores dominados en nuestra sociedad crean sus propias rutas de resistencia, siempre en desventaja social, asumen formas y mantienen conceptos de fondo, agregan elementos paganos del dominador y los envuelven en conceptos que traen desde sus lugares culturales. Las religiones populares son un largo proceso de creación, desecho y adaptación de elementos culturales que mantienen un pueblo con su propia identidad, manteniendo una tensa lucha desde adentro y desde afuera con la iglesia dominante como modelo de civilización. La lucha por mantener una espiritualidad afrodescendientes es el encontronazo contra un pensamiento occidental colonizador, devenido en pensamiento científico y discurso político del dominador.

 

Quien dirige un estado y que parte de bases de justicia social, igualdad y equidad debe reconocer la complejidad de las religiones populares, los lugares que ocupan sus estructuras y rituales como forma de vida. No es un inventario vacio hablar desde el culto de María Lionza, pasando por los Diablos Danzantes, San Benito y las fiestas de San Juan Bautista. Todos forman parte de nuestro patrimonio espiritual popular. Cuando hoy se realiza honorablemente el ingreso de Negro Primero al Panteón Nacional es justificativo desde un espacio de la sociedad que se llama gobierno, como parte de un discurso político con coherencia de su visión de la sociedad. Hay otra realidad, la realidad de nuestro pueblo con sus creencias y prácticas religiosas que forman profundamente parte de su vida. Es necesario comprenderla, lo otro es desconocer la esencia principal de ese mismo pueblo.

 

El Negro Primero forma parte de los cuadros espirituales del Culto de María Lionza, algunos lo ubican como parte de la Corte Libertadora que encabeza nuestro Libertador Simón Bolívar. Otros lo ubican dentro de una Corte negra que se inspira en héroes y heroínas cimarronas o esclavizadas que ocuparon un papel importante en la historia. Hablamos de Negro Felipe, Negro Miguel y el mismo Negro Primero. Su aparición en las ceremonias del culto de María Lionza es como parte de los elementos culturales africanos que definen las practicas del culto de los ancestros traídas en los barcos negreros. Su compartir con espíritus de Caciques Guerreros, Libertadores Médicos y almas de desobedientes sociales es la caracterización en patrimonio espiritual de nuestro pueblo. Creemos en los que fuimos y lo que somos. El Negro Primero desde hace mucho tiempo está en los altares de nuestro pueblo.

 

Una noche antes del día que Negro Primero entre al Panteón Nacional los afrodescendientes de nuestra tierra se encuentran en sus pueblos retrocediendo a su propia historia con los sonidos que vinieron en sus almas desde el África. El mismo día que entra Pedro Camejo al Panteón Nacional, muchos días antes, por siglos, nuestro pueblo afrodescendiente repica a sus dioses, algunos recordados y otros transfigurados en San Juan Bautista. Un día antes que delegaciones oficiales escuchen un hermoso discurso patriota sobre Pedro Camejo nuestros pueblos por toda la Costa Central y llegando a Yaracuy redoblan el tambor, sudan y encuentran en su espiritualidad las voces de los ancestros. Negro Primero es un ancestro, un héroe afrodescendiente. Negro Primero desde hace mucho tiempo está en los Altares de nuestro Pueblo.

 

Diógenes Díaz

Vocero Internacional

Movimiento Social Afrodescendientes de Venezuela

diogenesd@gmail.com

https://www.alainet.org/es/articulo/170574
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