Puerto Rico como punto inestable para la seguridad de las Américas

06/04/2015
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SAN JUAN, Puerto Rico, 6 de abril de 2015 (NCM) – Los informes sobre la inmunidad del contrabando de drogas a la ofensiva militar y policial, junto a la baja sostenida de la actividad económica y las nuevas denuncias sobre la planificación de más aventuras armadas regionales, presentan a esta nación isleña del noreste caribeño con el perfil de problema de seguridad, tanto para el Norte como el Sur de las Américas.

 

Los aspectos nuevos de ese cuadro han salido a la luz apenas a días de que comience la VII Cumbre de las Américas, en la cual los temas de hegemonía y convivencia serán manejados por más de una veintena de mandatarios del hemisferio, con sus puntos más relevantes en la contradicción de Estados Unidos al tratar de combinar el acercamiento con Cuba con la hostilidad creciente hacia Venezuela.

 

Si la cumbre diplomática atiende o no el tema de Puerto Rico de manera explícita, no cambia el hecho de que están presentes las señales de posibles ondas expansivas con epicentro en este punto estratégico, cerca de  los pasos de la Mona y Anegada, equidistante de Guantánamo y de Caracas.

 

Una de las más preocupantes para la seguridad regional la planteó el jefe de la Policía nacional, el coronel José Caldero, quien tras una reunión del consejo de seguridad en el Palacio de Santa Catalina, admitió que el cálculo sobre el contrabando de drogas es que “en estos momentos, debe mantenerse igual”. El informe da al traste con las expectativas de que la intensificación de los operativos, policiales y militares, hubiesen hecho mella en el uso de Puerto Rico como punto de trasbordo de dicho tráfico ilegal.

 

Por ser Puerto Rico frontera artificial, aunque en la realidad es un punto de “trasbordo” en la ruta hacia la frontera real más cercana, el estado de la Florida, desde el punto de vista legal es puerto de entrada. No es un asunto meramente formal, sino que provee a los contrabandistas un ahorro de 1.700 kilómetros en el recorrido hacia el mercado de drogas de EEUU y el abrigo de llegar transitando por un escenario marino y de archipiélago libre de puntos de ahogo,

 

El descalabro económico y la falta de atención urgente por parte de Washington ponen a este país, colonia de EEUU desde 1898, en una situación de mayor debilidad ante la oferta de flujo de dinero que representa la actividad de los contrabandistas. Esos ingresos, junto con la repatriación de ganancias de corporaciones de los propios EEUU, son los únicos sectores económicos que parecen estables.

 

Mientras tanto, en días recientes se publicó la actualización del índice de actividad económica, que señala que continúa la tendencia general de baja de cuatro puntos anuales como promedio, que de 55,9 sobre 100 en 2006, ya se encuentra en cerca de 24 puntos, con lo cual se ha perdido el crecimiento acumulado en 20 años. El índice de actividad económica es consistente con la baja en los empleos consignada en la base de datos del Departamento del Trabajo, que en los 28 días del mes de febrero marcó una pérdida de ocho mil puestos de trabajo.

 

Los intentos de diversos sectores, de Puerto Rico y de los propios EEUU, para que Washington atienda la crisis no han encontrado eco significativo hasta ahora y las acciones más notables son degradaciones de la clasificación del crédito por parte de Wall Street, cosa que constituye un paraíso para los aventureros que se conocen en el mercado financiero como “buitres”, quienes se benefician obteniendo activos a precios de remate y, por lo tanto, no apuestan a la recuperación sino al desastre. Ante eso, el Gobierno de Puerto Rico trata de encontrar maneras de incrementar los empréstitos, aumentar más los impuestos y negociar acuerdos que le parezcan posibles con los acreedores.

 

Otra avenida es la de tratar de convencer al Pentágono de que esta colonia puede ser útil como punto para sostener operaciones de alcance regional. Pero esa ruta vuelve a marcar consecuencias delicadas en lo que toca a las relaciones caribeñas.

 

La división de inteligencia militar del Ejército Popular Boricua-Macheteros, que en el pasado ha provisto información que ha resultado cierta, denunció que en meses recientes se llevó a cabo una “reunión súper secreta” en República Dominicana en la que participaron oficiales militares y funcionarios de ese país, así como de EEUU, Puerto Rico y la Guardia Nacional de Puerto Rico.  El informe indica que la reunión fue como parte de la preparación de la Operación Respuesta Borinqueña y que “un tema importante” fue el de “la situación de Venezuela y la necesidad de prepararse, según se dijo, para lo que se avecinaba”.

 

De acuerdo al informe de los Macheteros, la maniobra, que poco después se llevó a cabo en Puerto Rico, “sería, entre otras cosas, a manera de un ensayo de acciones militares contra el hermano país”.

 

El informe consigna además lo que sería una contradicción interna y dice que “altos oficiales de la Guardia Nacional puertorriqueña protestaron enérgicamente sobre las acciones contra Venezuela, honrando así su identidad caribeña y latinoamericana” con “valor, integridad y sentido de la moral”.

 

El Palacio de Santa Catalina guardó silencio ante ese informe del Ejército Popular Boricua, como también sobre la parte en que menciona a dos opositores venezolanos –un militar y un empresario- como personas que se mantuvieron en comunicación con los encargados de Respuesta Borinqueña.

 

El panorama se completa con que el gobierno autonomista todavía evalúa si apelará o no la decisión del Tribunal Supremo de Puerto Rico de que el país no tiene, en materia de justicia criminal,  ni siquiera la soberanía que EEUU acepta para las naciones indígenas, por carecer de una historia que la sustente. La decisión se produjo cuando faltaba poco para que este mes se cumplieran 502 años del descubrimiento de lo que hoy es los EEUU por parte del entonces gobernador de Puerto Rico, Juan Ponce de León.

 

https://www.alainet.org/es/articulo/168735
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