Medios y digitalización

Qué la tele sea para todos

04/07/2010
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  • Opinión
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El gobierno nacional quiere expandir y democratizar la red de conectividad. El rol del Estado a la hora de democratizar la palabra, y la imagen. Una experiencia contada desde la provincia de Buenos Aires.
 
Está cronista comenzó a pensar su texto en la localidad de Arturo Seguí a escasos 20 kilómetros de la ciudad de La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires, y a otros 30 de Capital Federal. Veinte minutos nos separan de los accesos a las grandes ciudades y 50 dólares del acceso a la oferta, tanto pública como privada, de televisión.
 
En Arturo Seguí, como en tantísimas localidades y pueblos de la Argentina no llegaron las prometedoras inversiones privadas de cable operadores. Durante la pasada década del ‘90, esas empresas pisaron con fuerza en el mercado de las comunicaciones para dar “solución” a la ineficacia y desinversión del sector de televisión abierta que proponía interferencia y lluvia constante en la novela de la tarde o arriesgadas visitas a los techos en medio de infartantes domingos futboleros.
 
Si consideramos la extensión que ostenta nuestro país, y la situación descripta de mi barrio, no es difícil sostener que el acceso a la televisión se agrega a la larga lista de desigualdades de nuestra realidad nacional.
 
Sin embargo, hace un tiempo que se está trabajando para reparar esta desigualdad con la implementación de la televisión digital, impulsada por el Estado nacional.
 
Osvaldo Nemirovsci, coordinador del Sistema Argentino de Televisión Digital, aseguró días atrás: “Nos guía un tríptico, que el que no vio (TV) vea; que el que ve mal, vea bien; y que el que ve poco, vea mucho".
 
A finales de agosto de 2009, en el marco de una reunión de UNASUR en Bariloche, Argentina formalizó la elección de la norma japonesa ISDB-T en su variante brasilera MPEG4.
 
No fue casual el marco de presentación del nuevo modelo. Este sistema, en el transcurso del último año, se fue consolidando como la norma sudamericana. Brasil, Argentina, Chile, Venezuela, Perú, Ecuador, conforman el conglomerado de naciones que eligieron el mismo sistema digital.
 
Tal es así que Uruguay, que se había volcado a la norma europea, está reviendo su postura para no quedar afuera de este acuerdo comunicacional.
 
El MPEG4, variante que introdujo Brasil, es una técnica avanzada de compresión de video que permite transmitir hasta ocho canales digitales de definición estándar y una señal para teléfonos celulares en el ancho de banda que hoy requiere un canal analógico (6Mhz). El nuevo dispositivo contempla también mejor calidad de imagen y sonido y capacidad de interactividad.
 
Otra de las ventajas que ofrece la norma ISBD-T es la posibilidad de desarrollo industrial. Japón se comprometió a no cobrar royalties por el uso de la tecnología y junto con Brasil invitaron al resto de los países que adopten el estándar a participar en un Foro de Desarrollo, donde discutirán las innovaciones de manera conjunta.
 
Eso significa que los países de la región no se convertirán en receptores pasivos de tecnología, sino que podrán trabajar para introducir variantes que se adapten mejor a sus necesidades.
 
Tal es así que los decodificadores que están hoy en danza son el resultado de la integración de empresas nacionales que se unieron con el fin de poder ensamblar el conversor Set Top Box (STB), para poder abastecer al mercado interno y a los países del MERCOSUR que se sumen a la iniciativa, generando, de esta manera, trabajo calificado en la región.
 
Con el mes del Mundial llegó la puesta en marcha del nuevo sistema de televisión. Canal Siete, el canal del Estado argentino, fue el encargado de dar el punta pié inicial.
 
El gobierno nacional encargó 1,2 millones de decodificadores que está repartiendo en forma gratuita entre los sectores más postergados, excluidos de la posibilidad del pago de la televisión privada por cable; jubilados que cobren el haber mínimo, beneficiarios de planes sociales, cooperativas y asociaciones sin fines de lucro, son el universo de este beneficio.
 
La oferta prevista hasta el momento involucra a Canal Siete; “Encuentro”, el canal educativo; una señal infantil, Paka Paka; una señal de ciencia y tecnología; INCA TV, dedicado al cine nacional, y un canal de deporte.
 
Tristán Bauer, presidente de Radio y Televisión Argentina, remarcó el sentido de esta propuesta: “Garantizarles el acceso a la información, el entretenimiento, la educación y la cultura es potestad del Estado. El sistema satelital de TV pública es un paso adelante dado en ese sentido.” Para fin de año, el objetivo es llegar a cubrir las dieciséis señales disponibles y la incorporación gradual del sector privado.
 
Llegar a todos con calidad y variedad de propuestas. Hoy se están instalando 47 torres de transmisión en todo el país; el objetivo es alcanzar, a fin de año, la cobertura del 75 por de los hogares argentinos.
 
Este sistema de televisión terrestre se complementa con televisión satelital para llegar a las comunidades más alejadas de los centros urbanos. En junio pasado comenzó una experiencia piloto de televisión satelital destinada a las escuelas rurales del país. En esa primera etapa se llegó a 170 establecimientos y está previsto cubrir en un año a 12.000 escuelas de todo el país.
 
El 12 de junio pasado, los chicos de la Escuela “Paula Albarracín de Sarmiento” del paraje La Granja, en el kilómetro 81 del río Paraná de las Palmas, pudieron compartir y disfrutar el primer partido de la selección nacional en el Mundial 2010. Ganó Argentina.
Fuente: Agencia Periodística del MERCOSUR (APM), Facultad de Periodismo y Comunicación Social, Universidad Nacional de la Plata, Argentina. 
https://www.alainet.org/es/articulo/142573
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