Deuda pública brasileña:

Problema superado?

20/01/2009
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En 1998, cuando en Brasil se reanudó la discusión sobre el peso de la deuda pública en la vida de los trabajadores y trabajadoras, el punto de partida fue el rescate de las deudas sociales, en el contexto del trabajo de las pastorales sociales vinculadas a la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil. En ese mismo año, se realizó un simposio en Brasilia donde conocidos economistas, incluso los de izquierda, por unanimidad afirmaron que la deuda externa ya no era problema para el país. Para aquel entonces, la deuda externa había aumentado de 148 mil millones de dólares, al final de 1994, a más de US$ 235 mil millones al finalizar 1998. En este mismo período, Brasil pagó aproximadamente R$ 126 mil millones a los acreedores, solamente en intereses de la deuda.
 
10 años después, en 2008, la deuda interna en septiembre estaba en R$ 1,5 billón, y la deuda externa en US$ 275 mil millones. Los intereses pagados en 2007 sumaban R$ 138 mil millones y las amortizaciones R$ 52 mil millones. Aun así, la gran prensa, buena parte de los economistas, y la opinión pública general se compraron el cuento que la deuda ya no era un problema para Brasil.
 
Para 2009, el escenario no ha cambiado. Sumados los valores del pago de intereses y comisiones de la deuda (R$ 127,1 mil millones) y la amortización (R$ 106,1 mil millones), se llega al monto de R$ 233,2 mil millones que serán desembolsados para el pago de la deuda financiera. Si sumáramos a eso la parte del presupuesto destinado a diferir la deuda (títulos viejos que son cambiados por títulos nuevos) se llega al monto de R$ 758,8 mil millones. Por lo tanto, casi la mitad del presupuesto fiscal y de la seguridad social de 2009 (48%) está comprometida con los acreedores financieros del gobierno.
 
Aun así, el tema de la deuda todavía no ocupa un papel protagónico en las luchas sociales en Brasil. El trabajo para que eso acontezca se ha venido haciendo en forma sistemática a lo largo de los últimos 10 años. En este sentido, la Red Jubileo Sur está realizando un esfuerzo significativo, impulsando varias actividades. En 1999, se llevó a cabo un tribunal popular sobre la deuda externa que reunió a dos mil personas durante dos días en la ciudad de Rio de Janeiro, donde se elaboró un veredicto que sirvió de orientación política para el trabajo que se ha ejecutado a lo largo de los últimos años.
 
En 2000, una consulta popular, que se denominó plebiscito,  se organizó alrededor de la cuestión de la deuda. La asistencia al mismo sorprendió a todos: más de 6 millones de votantes. En la papeleta constaron las siguientes preguntas: 
 
1.º ¿El gobierno brasileño debe mantener el actual acuerdo con el Fondo Monetario Internacional -FMI-?
 
2.º ¿Brasil debe continuar pagando la deuda externa, sin realizar una auditoría pública de esta deuda, como preveía la Constitución de 1988?
 
3.º ¿Los gobiernos federal, estaduales y municipales deben continuar usando gran parte del presupuesto público para pagar la deuda interna a los especuladores?
 
Basándose en el resultado del plebiscito, y en especial en el de la segunda pregunta con respecto a la auditoría, un grupo de activistas comenzó a reunirse en Belo Horizonte y, a través de articulaciones con otros movimientos y organizaciones,  empezó a realizar un estudio detallado de los contratos de deuda externa de los últimos años.
 
De las 815 resoluciones aprobadas por el senado brasileño para contratación de nuevas deudas, apenas 238 contratos de endeudamiento se localizaron en los archivos del Senado, sugiriendo el hecho de que los senadores no analizaban los contratos, aprobándolos sin siquiera leerlos. Tales contratos encontrados representan US$ 42,7 mil millones, apenas el 20% del aumento del endeudamiento ocurrido desde 1964 hasta la fecha.
 
Es más, en los 238 contratos analizados, se encontraron cláusulas abusivas que violan la constitución y las leyes nacionales. Para tener una idea más clara de la situación, basta ver algunos rubros en la siguiente tabla que demuestran la participación en el total financiado de los contratos de endeudamiento puestos a disposición por el Senado entre 1964 y 2001.
 
Cláusula
%
Intereses flotantes
91,78
Todos los pagos de la deuda se deberán hacer libres de todo o cualquier impuesto o tasa brasileños.
77,19
Pago de intereses sobre la parte no desembolsada del préstamo
58,61
Fuero extranjero (renuncia a la soberanía)
49,24
 
Es decir, en el 77,19% de los contratos analizados, las deudas fueron pagadas completamente exentas del pago de impuestos. En el 58,61% de los contratos, se pagó intereses sobre montos que no habían sido desembolsados... y por allí va la maraña ilegal de la cuestión de la deuda externa en nuestro país.
 
El trabajo realizado por la Campaña de la Auditoría Ciudadana, como parte de la Red Jubileo Sur Brasil, se entrelaza con sus objetivos que son los de: concienciar a la población sobre el hecho que una de las causas de sus problemas sociales y económicos es la deuda externa e interna; profundizar la relación entre deuda externa e interna y deudas sociales y ecológicas, llevando ese debate a la opinión pública y a las bases sociales; y recolocar el tema en la agenda de las movilizaciones populares, cuestionando el modelo económico neoliberal.
 
Hoy, el grupo operativo de la Auditoría Ciudadana se encuentra en Brasilia y una de sus miembros integró la Comisión para la Auditoría Integral del Crédito Público de Ecuador, a nombre de la Red Jubileo Sur Global.
 
En 2009
 
Entre tanto, nuevos ciclos de endeudamiento se avecinan. La crisis económica por la cual estamos atravesando, está sirviendo para mostrarnos cómo el sobreendeudamiento es uno de los mecanismos centrales del capitalismo globalizado. La crisis está en el corazón del funcionamiento del sistema del capital mundial. La crisis financiera, detonada por la crisis inmobiliaria en EE UU, es una crisis de deuda. La deuda de los hipotecados con los bancos, la deuda de los bancos con las aseguradoras y los mercados financieros internacionales y la deuda del gobierno de EE UU con el resto del mundo a través de la venta de títulos del Tesoro norteamericano.
 
El castillo de arena que comenzó a derrumbarseen 2007, nos enseña lo que significa un sistema basado en un poder de compra que no es real y cuyas prioridades son establecidas para abastecer una máquina mortífera que es el modelo de desarrollo actual. Este modelo está basado en la explotación máxima de los recursos naturales y en mega conglomerados industriales, que se desplazan en dirección a los países del Sur, dejando los territorios de los países del centro del capital “limpios” de industrias contaminantes y altamente consumidoras de energía y materia prima. En Brasil, por ejemplo, hoy, han sido implementados o están en implantación unos nueve polos siderúrgicos en regiones de bahías y estuarios. ¿Desarrollo para qué? ¿Para quién? ¿Quién está financiando todo eso?
 
¿Quién está financiando el desarrollo del capital y quién está pagando la cuenta? ¿Quién financia los déficits de las empresas que perdieron en octubre de 2008 con el estallido de la burbuja financiera? Los gobiernos están corriendo para salvar a bancos y financieras, e industrias que especulaban... Esas mismas industrias que nunca hicieron un gesto significativo para con los gobiernos del Sur que estaban sobreendeudados en los años '80 y '90 por inducción de ellas mismas que se endeudaron en el exterior, aumentando la deuda externa consolidada. Al final, la deuda externa privada tiene la garantía de la tesorería nacional y,  en momentos de crisis cambiaria, es común que sea estatizada.   A la vez, las remesas de las ganancias a sus matrices, las remesas de dividendos a los accionistas extranjeros, las importaciones, el pago por servicios realizados en el exterior, etc., demandan dólares, los cuales requieren ser captados mediante las exportaciones y muchas veces también a través de la contratación de nuevas deudas para finiquitar tales débitos. ¿Por qué los gobiernos no dan a los pueblos el mismo tratamiento que están dando a los especuladores que invirtieron en lucrar sin producir y ahora son socorridos premiando incluso su  riesgo?
 
¡Esta crisis está mostrando que ya no hay inversión de riesgo! El riesgo es asegurado por los fondos públicos. Privatizar ganancias, socializar costos y riesgos... y sus consecuencias que ciertamente recaerán en los pueblos, que los gobiernos los  ubican siempre en segundo plano actuando en favor del capital.
 
La crisis está mostrando también que hay recursos disponibles en el mundo y que ellos son fácilmente disponibles cuando hay voluntad política. Podríamos hacer que las muertes por malaria -cerca de 1 millón de personas por año– sean cosa del pasado. La ONU estima que U$ 5 mil millones serían suficientes para lograrlo. (Traducción ALAI)
 

- Sandra Quintela es socioeconomista, de la Red Jubileo Sur /PACS. 

https://www.alainet.org/es/articulo/141127

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