Combatir la trata de personas

12/05/2008
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  • Opinión
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Cuando el siglo veintiuno transcurre con su impresionante tecnología y la modernidad se encuentra presente en casi todas las sociedades de la comunidad internacional, adquiere especial importancia el conocimiento de la actividad criminal denominada trata de personas.

La importancia de analizar el tema relativo a la trata de personas, se encuentra en el hecho de denunciar la proliferación de adornadas promesas con ofrecimientos de dinero inmediato para jóvenes sin empleo. En la actualidad, se ha ampliado la oferta en Internet, así como otros medios de comunicación, para impulsar -con falsedades- a bailarinas, edecanes o modelos en otras naciones. Su implicación inmediata es la prostitución forzada. Las acciones de los traficantes de seres humanos se sustentan en la necesidad de conseguir trabajo para mujeres y hombres quienes, por desconocimiento, realizan un viaje con o sin documentación.

El argumento de superar las necesidades económicas de mujeres y menores de edad -los sectores más vulnerables en cualquier sociedad- ofreciendo un inmediato salario, es planteado por quienes son miembros de organizaciones vinculadas a la trata de seres humanos para forzar a aceptar deudas económicas. Son compromisos que nunca se solventarán en los lugares de destino. Cualquier convenio entre tratante y víctima o el argumento de un posible consentimiento es inválido, pues siempre estará viciado por el engaño o el secuestro.

La trata de personas -diferente al término tráfico de migrantes- se refiere a la compra o venta de seres humanos cuyo propósito es la explotación e involucra el transporte por las fronteras. Sus características son la violencia, engaño, coerción, abuso de poder o aprovecharse de la vulnerabilidad, para colocarlos en situaciones de esclavitud e incluye el traslado forzoso de ellas con el propósito de ejercer la prostitución, así como pornografía, trabajo forzado, matrimonios no voluntarios, tráfico de órganos, falsas adopciones y las explotación de menores. Son actividades vinculadas a la falsificación de documentos, lavado de dinero y tráfico de drogas. Esta afirmación tiene especial vigencia, pues no son pocas las naciones que no han asumido enfrentar este problema y sus legislaciones carecen de penalizaciones adecuadas. A esta situación debe agregarse la corrupción de autoridades y la pasividad de sus gobiernos.

La lucha contra la trata de personas permite establecer criterios para la defensa de los derechos de la niñez, ubicar las rutas de traslado con el propósito de eliminarlas; asimismo, coadyuva a evitar la práctica de viajeros con la idea de vincularse al denominado turismo sexual, los integrantes de cada sociedad conocerían las formas que adopta el consumismo con la compra de seres humanos, y la información se aplicaría a otorgar atención integral a quienes han sido víctimas.

De igual manera, se lograría un mayor nivel de sensibilización social para enfrentar un problema que afecta a todas las sociedades del mundo. Un esfuerzo internacional lo constituye, entre otros, la campaña Llama y Vives: promoción de líneas telefónicas gratuitas para prevenir y denunciar la trata de personas. En el tráfico de seres humanos participan redes de organizaciones: estructuras criminales que ven a la mujer traficada como un objeto a vender anulando sus derechos. En 1996 la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), puso de manifiesto, señala Francisco Javier de León Portilla en su texto Tráfico de personas e inmigración ilegal, la feminización de la migración laboral internacional y la pobreza. Para enfrentar el crecimiento de esta forma del crimen organizado, se aprobó en Palermo, Italia, en diciembre de 2000, la Convención contra la delincuencia organizada transnacional, y ese año se incluyeron el Protocolo contra el tráfico ilícito de migrantes por tierra, mar y aire y el Protocolo para prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas, especialmente mujeres y niños.

El tráfico de personas anula la libertad de mujeres y menores de edad, quienes son la mayor parte de las víctimas -en un contexto de desigualdad y violencia- y son muy severas las formas de explotación a que son sometidas. La trata de personas afecta el tejido social de cualquier comunidad y, dentro de la ley, las autoridades deben ejercer acciones drásticas contra los traficantes de seres humanos. Sin desconocer las millonarias utilidades del tráfico de drogas y el trasiego internacional de armas, la trata de seres humanos es un negocio mundial con utilidades en millones de dólares producto, entre otros, de explotar a más de 12.3 millones de personas, según estimaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

La trata de personas -una amenaza global en el mundo- viola la Declaración Universal de Derechos Humanos. Se debe, entonces, prevenir y sancionarla por parte de las autoridades. Para lograrlo, es necesario combatir este hecho criminal y, esencialmente, otorgar atención especial -psicológica, médica y legal- a quienes han sido víctimas de este fenómeno. Se ha abusado en forma física y emocional contra hombres y mujeres, han violado su libertad y se les ha agredido en su dignidad.

Fuente: Incidencia Democrática (Guatemala)
http://www.i-dem.org
https://www.alainet.org/es/articulo/127487
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