La trama financiera del yuan chino

19/06/2005
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Un tema vigente en comercio internacional es sobre como el crecimiento de las exportaciones chinas se favorece por una supuesta sub-valuación de Yuan, la moneda china. Los chinos responden diciendo que no puede haber manipulación en el valor de su moneda porque su tasa de cambio con el US Dólar es fija (1): 8.3 Yuan por cada Dólar. Antecedentes Ese método de cambio fijo es la base original del sistema mundial de cambios que usa al US Dólar como referencia, según los acuerdos de Bretón Woods, que sentaron las bases para la economía mundial después de la Segunda Guerra Mundial. El sistema de cambios seguía basado en el patrón oro, pero usando el US Dólar como intermediario. Los Estados Unidos se comprometían a cambiar por oro los dólares que los países obtuvieran en su comercio, a razón de 38 dólares la Onza. Antes de la guerra el precio era 21 dólares la Onza. En 1971, durante la Administración de Nixon (2), se devaluó el dólar en 10% hasta 41.8 dólares la Onza, a causa del aumento de los precios de productos agrícolas primarios. En 1973 se violó definitivamente el acuerdo sobre cambios de Bretón Woods y se dejó “flotar” el Dólar, que naturalmente se hundió. El hundimiento arrastró consigo a todas las otras monedas. Al subir los precios petroleros cotizados en dólares, en 1975, los países europeos desvincularon sus monedas y subieron la tasa de cambio para absorber así el impacto industrial del aumento. Para 1979 las monedas fuertes habían subido más de un 200%: el Franco Suizo subió de 4.50 por dólar a 1.80 y el Marco Alemán de 4.20 a 170. En Asia y América Latina las tasas de cambio siguieron fijas con el dólar, cuando no cayeron aún más abajo. Comercio y reservas Las ventas en productos agrícolas y materias primas continuaron cotizándose en dólares, con lo que al caer el Dólar sus precios reales bajaron. Como además su principal mercado eran los EEUU, las reservas de los países en desarrollo, como China, se basaron en dólares. Los productos industriales tenían como referencia los precios en la moneda de los países productores y con ellas subían. Sus reservas comenzaron a sostenerse con un cocktail de divisas europeas, dólares y oro. Así se rompió originalmente el equilibrio tradicional en los términos de intercambio. Desde los 90, China ha aumentado intensamente sus exportaciones, primero al mercado americano y luego al europeo. Como el Yuan no es convertible fuera de China, los exportadores y los inversionistas cambian a yuanes sus dólares en el Banco Central de China. Ese cambio fijo con el Dólar salvó a China de la crisis financiera de los países del sudoeste asiático que habían hecho convertibles y “flotado” sus monedas. Su política cambiaria se miró entonces como un ejemplo virtuoso que había ayudado a restablecer el equilibrio. Para 2004 las reservas chinas en divisas pasaban de los 460 Millardos de dólares. Una cifra equivalente al entero PIB de Brasil y que teóricamente les permitiría comprar 7 veces todo lo que se vende en América Central durante un año (PIB). Esas reservas están hechas con una balanza comercial favorable y con inversiones extranjeras. En 2003 la balanza comercial con Europa seguía más o menos equilibrada, con EE UU la balanza a favor de China era de $152Millardos. Ese mismo año China sobrepasó a los EE UU (40Millardos) como destino de la inversión extranjera (53Millardos). En 2004 la inversión extranjera llegó a $62Millardos y el superávit comercial con EE UU aumentó a $180Millardos, a pesar de que ese año China importó más de cuanto exportó. Desde entonces viene la queja de EE UU sobre un Yuan subvaluado como estrategia para aumentar las exportaciones e incentivar inversiones que trasladan puestos de trabajo a China. La trama El asunto se complica en una mutua interdependencia financiera. Los EE UU, en particular, necesitan mantener ese cambio fijo del Yuan en un complejo asunto financiero. China tiene reservas enormes, pero no puede salir de compras o diversificarse en Euros, porque si las pone en circulación el dólar baja y pierde en sus ahorros. Como los EE UU necesitan financiar su gigantesco déficit comercial (unos 600Millardos) los chinos tienen la solución irónica para el consumismo americano: le prestan el dinero. Es así como los chinos son los principales clientes para bonos del tesoro americano. Como esas compras mantienen el Dólar y con eso el valor de la deuda, eso permite también una baja la tasa de interés en EE UU. La baja tasa de interés americana baja también las de los países de capital abundante, es así como las compras chinas de bonos activan la economía americana y mundial. A su vez ayuda a financiar las inversiones extranjeras en China y a bajar los intereses allá mismo. La tasa de interés baja y las importaciones a un cambio fijo del Yuan estabilizan los precios internos en EE UU y como el dólar cae con respecto al Euro mejoran las posibilidades de exportación chinas y también norteamericanas. Como los chinos se diversifican vendiendo también en Euros y Europa no tiene déficit comercial, la demanda hace subir el Euro, con algunas ventajas. Para los europeos el alza del Euro con el Dólar/Yuan amortigua el alza en el precio de las materias primas que causan las masivas compras chinas y abarata las inversiones que hacen en China para producir allá productos europeos que puedan competir con… los productos chinos. Conclusión Las quejas sobre una sub-valuación del Yuan parecen mera retórica para aplacar los intereses perjudicados con la migración de capitales y puestos de trabajo hacia China. Pero la interdependencia financiera permite creer que las presiones verbales son una cortina de humo. El precio de los productos chinos permanecerá igual. (1) En inglés, ese tipo de cambio fijo se le llama “peg” que quiere decir fijar, colgar. (2) Al Presidente Richard Nixon lo apodaban en EE UU « Tricky Dick ». - Umberto Mazzei, Instituto de Relaciones Económicas Internacionales, Ginebra, Ventana Global www.ventanaglobal.info
https://www.alainet.org/es/articulo/112258
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