Libertad de expresión, ¿está en peligro en la Bolivia de hoy?

05/03/2014
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Hace un par de semanas, el Auditorio de Humanidades reunió a 4 periodistas de conocida trayectoria y a la vez directores de 2 medios televisivos, uno radial y otro impreso, junto a la Ministra de Comunicación Amanda Dávila, para debatir sobre el Poder de los Medios de Comunicación en tiempos electorales.
 
Como preguntas guías: ¿El empoderamiento político de los medios de comunicación, el poder de los medios de comunicación en el discurso electoral, la conducta y la ética periodística en tiempos electorales, existen ideologías e intereses detrás de los medios? ¿Y existe libertad de expresión en el periodo democrático que hoy vivimos?
 
Esta iniciativa de la Carrera de Comunicación Social de la Universidad Mayor de San Simón de Cochabamba tuvo la virtud de poner en el tapete el rol -y poder- de los medios de comunicación social en tiempos electorales, pero el defecto de una falta de moderador, que en determinados momentos derivó en una situación por decir lo menos, inequitativa, que parecía buscar poner en duda la libertad de expresión en el periodo que vivimos. Por supuesto con honrosas excepciones.
 
¡La libertad de expresión goza de excelente salud!
 
Al respecto, hay una tendencia de victimizarse por parte de muchos medios de comunicación, que la misma realidad se encarga de desmentir: No existe medio de comunicación alguno cerrado por el manejo irresponsable de la información, menos periodista preso y ni qué decir, asesinado, como ocurría en la época de las dictaduras militares en nuestro país, y sigue pasando en tantos países hermanos como Honduras, donde las muertes de periodistas suman decenas desde el golpe de Estado del 28 de junio del 2009.
 
Resulta ofensivo confundir la democratización de la comunicación con un atentado a la libertad de expresión. Pues si antes los dueños y señores del manejo de la información, recaía en un puñado de medios grandes de cadenas televisivas, radiales o impresos, ahora ya no existe una sola verdad, ya que surgen otras voces, las de medios alternativos, comunitarios, pequeños medios o simplemente de comunicadores que no venden su conciencia al capital ni a los intereses del imperio.
 
A raíz de la afirmación de la Ministra Amanda Dávila, acerca de la propiedad de ERBOL que pertenece a la iglesia católica, el director presente en el Foro, no pudiendo contener su enojo, llegó prácticamente a negar dicha situación, escudándose en otras emisoras que fueron o son afiliadas a ERBOL.
 
“”La ministra tiene una mala información, no sabe que una de las radios afiliadas a ERBOL, es Radio Soberanía de Chapare, que es una radio cocalera que asiste cada año a la asamblea de ERBOL. La Casa de la Mujer es dueña de ERBOL y son feministas, pro aborto. … No es de la iglesia ERBOL, sino es una asociación de radios donde hay pequeños empresarios, radios indígenas…”
 
El punto es que no es del todo sincero ni ético el Sr. Andrés Gómez al lanzar afirmaciones en ausencia de los aludidos, en vista de que en lo que respecta la situación de afiliación de Radio Soberanía, efectivamente después de 9 años de ser radio “afín” (es decir sin lograr su afiliación), el 2007 se afilia a ERBOL – que dicho de paso, en esos años aún no se había radicalizado en sus posiciones como lo hace ahora. Pero a raíz de precisamente el discurso y línea informativa cada vez más dañina, desde septiembre del 2011 la mencionada Radio Soberanía, deja de bajar los informativos de ERBOL.
 
Acá el tema no es si un medio es propiedad de la iglesia o no, si el director es católico, evangélico o laico. En poco tiempo, se cumplirá un año más del cruel asesinato del Padre Luis Espinal, católico de firme compromiso con los humildes, consecuente aún a costa de propia vida. “Callar es lo mismo que mentir”, afirmó Lucho Espinal, comunicador social y radialista, apasionado por el cine y la radio, director del semanario AQUÍ, es la más clara muestra que la fe no tiene por qué interferir con el trabajo periodístico, si hay compromiso social con el prójimo.
 
Pero hubo un tema aún más álgido en el debate: La publicidad estatal. Nuevamente se escucha el tono acusador de unos o quejumbroso de otros, quienes añoran viejos tiempos.
 
¿Será como se afirma, que la publicidad estatal de hoy, discrimina?
 
 “…La distribución de la publicidad estatal había tenido color político e ideológico. Si el medio de comunicación es del Estado, no hay mayor dificultad para que se le asigne una buena tajada de la torta publicitaria, aun si no ocupa un buen sitial en el rating; ocurre lo mismo si el medio es privado y se inscribe en apoyar el proceso de cambio…
 
El problema está para los medios que son críticos y contestatarios con las acciones que desarrolla el Gobierno, que se siente atacado, porque dice que “no siempre dicen la verdad”. El Gobierno los clasifica, además, como medios de la “oposición” y por tanto, la publicidad estatal está ausente o restringida, siendo que también esos medios cumplen la función social de informar y democratizar la comunicación”… (Publicación en Periódico digital ERBOL, Ojo al Charque, por Constantino Rojas 24 de enero 2014)
 
Acusación seria, que refleja ciertamente una corriente de opinión, tanto en medios de comunicación como en las carreras de comunicación social (no solamente privadas, sino también públicas…) donde se forman los futuros periodistas.
 
En realidad, la cantidad de medios de comunicación que difunden publicidad estatal, ha subido considerablemente, y por supuesto, no todos simpatizan con lo que emiten por sus frecuencias o publican en sus páginas.
 
Antes, de la publicidad estatal se distribuía el pedazo grande de la torta a nivel de las grandes ciudades del eje troncal de nuestro país, y entre unos cuantos medios “elegidos” o privilegiados. Mientras que ahora, el Estado intenta distribuir mejor esta “torta publicitaria”, para grandes y chicos, para urbanos y rurales. Muchos medios pequeños logran un suspiro y hasta florecer, ligado a la otra democratización que es el acceso a frecuencias que permitió la Ley de Telecomunicaciones. ¿Hay algo de malo en pretender democratizar el acceso a la publicidad? Para la mayoría no, para los “afectados”, claro que sí, nunca es fácil dejar la mamadera…
 
Frente a las voces descontentas y que sugieren chantaje para “amordazarse” a cambio de publicidad, es bueno ver los avances en el tema de la comunicación, que ha dejado de ser un privilegio y con el satélite Tupac Katari, sin lugar a dudas, las ventajas tecnológicas y técnicas nos beneficiarán aún más.
 
Es necesario también estar alertas frente a estas acusaciones, que buscan la deslegitimización del proceso de cambio, por verse afectados en sus propios intereses. Hay que seguir profundizando la universalización del derecho a la comunicación, pero es bueno mirar el pasado neoliberal, para no olvidar nuestra historia.
 
Al respecto, Miguel Pinto Parabá, de “Econoticias”, nos recuerda lo acontecido en el gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada, denunciado por periodistas que se negaron a mentir descaradamente a su pueblo ya que el periodista por sobre todo, debe tener ética.
 
“El Gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada utilizó cinco mecanismos de censura y de control de los principales medios de comunicación de Bolivia. Periodistas documentan y prueban cómo se amordazaba y neutralizaba a los medios:
 
1) Mediante la arbitraria distribución de propaganda estatal a los medios, el gobierno presionó a los gerentes de varias redes de comunicación a censurar e incluso despedir a los periodistas.
 
2) El cobro de "cuentas pendientes" (deudas tributarias, bancarias, a la caja de salud estatal y otras) fue también utilizado por algunos jerarcas para mediatizar la actividad periodística de varios medios
 
3) Luego de hacer "escudriñar" policíacamente los obscuros negocios de algunos propietarios de medios de difusión, algunos ministros los "chantajearon" con los resultados de la investigación, obligándolos a delinear en sus medios una agenda pública progubernamental.
 
4) A través de algunas "consultorías" de comunicación, que algunos periodistas realizan con el Estado, el gobierno controló sutilmente a algunos medios. De ahí para adelante, los "consultores" se convierten en instrumentos dóciles del poder y cumplen el papel de censores dentro de los medios donde trabajan.
 
5) La amenaza y la violencia que se desató contra los periodistas fue otro mecanismo estatal de presión que el anterior equipo ministerial, que escapó a Estados Unidos junto con Sánchez de Lozada, utilizó "indiscriminadamente".
 
A lo que se suman otros mecanismo, como ser la censura comprobada del trabajo periodístico y de registro de imágenes por parte de jefes de prensa, editores o dueños de medios, para cambiar el enfoque de las noticias y ocultando o tergiversando una realidad aún con decenas de muertos de por medio.
 
(Los resortes de la censura en Bolivia, Miguel Pinto Parabá, Econoticiasbolivia.com 2003)
 
Estos casos concretos de evidente censura, fueron denunciados por los periodistas bolivianos a escala internacional. Sin embargo, hasta el momento, ni la Sociedad Interamericana de la Prensa (SIP) ni otras instituciones controladas por los empresarios de los medios se pronunciaron.
 
La democratización de la comunicación, una construcción colectiva
 
La Constitución Política del Estado, el nuevo marco legal nos permiten ejercer mejor este derecho tan fundamental y tal vez uno de los derechos más humanos que tenemos: Derecho a la Comunicación y a la Información.
 
Entre los retos tenemos el seguir avanzando en la de-construcción o descolonización de la forma como nos enseñaron a percibir al mundo: a través de grandes medios que nos transmiten una información impregnada de intereses comerciales e ideología capitalista. Y en este punto, el tratamiento es integral, pasa por consolidar nuevos valores desde el sistema de educación, necesitamos garantizar también una permanente formación política a nivel de líderes de la sociedad civil organizada y universitarios. Un claro ejemplo lo constituye la revolución cubana, que después de más 50 años está consolidada y su población “vacunada” contra la intromisión y el avasallamiento de la ideología reaccionaria. Venezuela cuya revolución aún es joven de algo más de una década, tiene un mayor nivel de vulnerabilidad frente a éstos intentos de desestabilización del imperialismo. En Bolivia, estamos apenas a 8 años, por lo cual lejos de consolidar nuestra revolución.
 
Vemos cambios alentadores: la cantidad de nuevas emisoras y canales que tienen la opción de salir al aire después de la aprobación de la Ley de Telecomunicaciones, cuando antes las frecuencias fueron rifadas al mejor postor en un típico concepto neoliberal y mercantil de la comunicación, hasta hay casos de haber logrado un “derecho propietario” de por vida.
 
La democratización está en reconocer que los hechos informativos que son noticia no se restringen a las ciudades del eje troncal, sino a lo largo y ancho del Estado plurinacional. De ahí la necesaria democratización de las pautas también para las provincias y lugares alejados
 
La democratización de la comunicación, es cuando nuestros idiomas oficiales dejan de serlo como premisa en el papel, para hacerse carne en tantas y tantos comunicadores que difunden las noticias en los diferentes idiomas que conforman nuestra esencia plurinacional, para orgullo nuestro.
 
Pero permítanme expresar también una gran preocupación:
 
Los trágicos sucesos de enfrentamiento provocados recientemente por la ultraderecha venezolana, que impotente ante la revolución bolivariana, es capaz de recurrir a sicarios y cuenta con un ejército de periodistas internacionales que los hacen ver como héroes, nos llama a una profunda reflexión:
 
¿Desde el Gobierno nacional, desde las instancias de gestión estratégica y políticas comunicacionales, estamos preparados para defender nuestra Revolución democrática y cultural? ¿Cómo articular mejor las iniciativas de comunicación de todo el aparato estatal, para tener una estrategia capaz de combatir las mentiras, a sabiendas que el enemigo nunca duerme y más aún, en un año tan decisivo como éste?
 
Publicado en Visión Zeta N° 37, febrero de 2014
https://www.alainet.org/es/active/71809
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