Comités cívicos: resabios del colonialismo
07/10/2013
- Opinión
Los comités cívicos siempre fueron antros de los grupos coloniales citadinos: árabes, turcos, alemanes, españoles, italianos, croatas, y todo tipo de extranjeritos con pasaporte boliviano. Los apellidos siempre son exóticos: Marincovich, etc. Personajes que utilizaron esas instancias como trampolín político, porque todos esos “paladines” y “defensores” de sus regiones, engrosaron las filas de los partidos tradicionales, como diputados o senadores o embajadores. Premiados por sus facturas políticas. Es decir, los comités cívicos son nomás ahora los resabios más representativos del colonialismo y los bolsones coloniales de las ciudades en Bolivia. En alguna ciudad cambió en algo los apellidos por Mamani; pero las mentalidades coloniales de esos personajes no. Las excusas las encontraran en todo, las excusas sobran cuando estos sectores han perdido protagonismo y privilegios coloniales, que los tenían en la república a borbotones.
Sin embargo, la legitimidad de estos grupos de poder se ha terminado. Son sólo los resabios de esos grupos coloniales cerrados, que todavía subsisten en las ciudades y se resisten a los cambios, a las exigencias de otros tipos de instituciones, que respondan a las exigencias actuales. Hay que reconocer que todavía tienen poder, deslegitimados pero con poder todavía, sobre todo en los medios de incomunicación. Y en instituciones donde los militantes de los partidos tradicionales son los patroncitos y mandarines. Los comités cívicos además son entes cerrados, donde los compadres y ahijados del colonialismo tienen las llaves maestras de las decisiones. En algunos momentos de nuestras historias, esas llaves fueron utilizadas para juegos oscuros: golpes de estado, asesinatos, o asaltos al patrimonio del estado. Lo último que sabemos exactamente es la utilización del comité cívico de Santa Cruz, en el año 2.008, cuando el croata Marincovich y sus acólitos extranjeros, con mercenarios y lacayos locales, planificaron y ejecutaron el intento de golpe de estado prefectural. Los resultados han sido los que tenían que ser: el país reaccionó en contra de esta aventura extranjera y colonial, les cerró el pasó y algunos de esos pro extranjeros están en la cárcel; otros se han ido del país en buena hora. Por tanto, no necesitamos muchas discusiones y teorizaciones para concluir que esas instancias cívicas, no son precisamente de contenidos bolivianos ni mucho menos.
Para las mentalidades coloniales no han cambiado los procesos, siguen creyendo que estamos en sus espacios y procesos. Mentes estrechas y sin lecturas posibles. Siguen pensando que estamos en su patio trasero. Y en realidad se ha movido todo, todo ha cambiado y las consecuencias de esos cambios empiezan a sentirse. Pero esos patroncitos y señoriales, consideran que el tiempo se ha detenido. Respeto no podemos pedirles, sino que se den cuenta de que todo ha cambiado. No soportan ver en las instituciones ponchos multicolores, polleras, sombreros de distintas culturas, ojotas, coca, distintivos de mando de nuestros ancestros. Sus torpes mentalidades siguen pensando en las corbatas, los perfumes franceses y los idiomas croatas o alemanes de sus reuniones instituciones, a nombre de nuestras regiones. Sus mentalidades siguen pensando en inversiones multimillonarias de sus empresas con dineros del estado. Para estos extranjeros y pro extranjeros los comités cívicos eran centros de lobys para sus negocios. Jamás estos fueron estamentos para nuestras nacionalidades, jamás. Aquí las excusas de desarrollo y progreso son simples excusas. Nunca fueron espacios ni siquiera para aquellos que hoy se dicen “mestizos”. Nunca. Las reivindicaciones de estos sectores siempre fueron políticas y de sus propios intereses. Utilizan muy bien sus medios de incomunicación para esos propósitos. Claro que hoy tienen que gastar de sus bolsillos, antes lo hacían con dineros del estado.
Los comités cívicos no son comités cívicos. Nada de civismo hay y nunca hubo. Son antros de las mentalidades extranjeras y coloniales. Son resabios de esos esquemas anti bolivianos, anti indígenas, que se camuflaron por siempre en los imaginarios populares como esquemas regionales, regionalistas y a favor de estas. En la distancia ahora podemos hacer las evaluaciones y las conclusiones. Estos entes han sido los más peligrosos para el país. Los más funestos y anti nacionales. Hoy disimulan y se camuflan, en los miedos de esas mentalidades, pero son tan peligrosos que salen a la palestra cuando ven que sus intereses, grupales y extranjeros, se mezclan en apariencia con las regionales y populares. Mueven a la prensa y sus contactos políticos, y arman parafernalias para las movilizaciones, sobre todo de clases medias desinformadas y reaccionarias. En estos procesos buscarán lacayos más mestizos, incluso con los apellidos más nuestros. Pero siguen con los mismos objetivos coloniales.
La Paz, 7 de octubre de 2013.
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