Pepe va al Papa

25/05/2013
  • Español
  • English
  • Français
  • Deutsch
  • Português
  • Opinión
-A +A
Nuestro Presidente José Mujica no necesita razones puntuales para entrevistarse con un mandatario equis. Dentro de las funciones diplomáticas que ejerza un Estado democrático, tendrá establecer vínculos comerciales, políticos o de relacionamiento social, locales y con el resto del mundo. Y como iba para China y Europa y quedaba de paso el Vaticano, se le ocurrió reforzar el católico-centrismo mundial, no vaya a ser que algún distraído suponga que todas las religiones tienen igualdad de oportunidades en el disfrute de los derechos cívicos.
 
Lamentablemente aún hay jerarquías culturales y por ende también religiosas.
 
Son simples datos de la realidad.
 
Confraternizar con los fieles de la comunidad católica lo hacemos los afroumbandistas con el mayor respeto y alegría.
 
Sin embargo, ciertas asimetrías sociales no deberían ser a nuestro entender, refrendadas por actos gubernamentales exclusivos.
 
Si un presidente visita al Papa expresamente y como líder religioso, es discriminatorio frente a otras religiones.
 
Si lo hace como Jefe de Estado es preocupante: hablamos de una monarquía absoluta y cerrada en la que el Santo Padre acumula poderes legislativo, ejecutivo y judicial, donde se es ciudadano por “concesión” no por nacimiento. La llamada “Santa Sede” es un estado teocrático de novecientas personas, poseedor del segundo tesoro en oro más grande del mundo, bancos multimillonarios y tierras valiosísimas en diversas partes del planeta. Un reinado de Dios para hombres, cuyo gran poder financiero y político nace en la coautoría eclesial, pues eran socios durante la barbarie organizada de las invasiones monárquicas europeas en nuestras américas, donde exterminaron a cientos de millones de indígenas y africanos, esclavizaron, sometieron a servidumbre, torturaron, obligaron a apostatar de su fe, violaron, asesinaron y masacraron para robar metales preciosos y territorios, ejerciendo el despojo cultural y humano más sádico y feroz de la historia, basados en que eran órdenes “divinas”, cambiando el mundo para mal y para siempre.
 
“La Iglesia” fue la justificación filosófica de la “conquista” el mayor genocidio jamás visto.
 
Los líderes de turno o sea los papas, acordes a la prédica de Jesucristo de arrepentimiento, fraternidad, desprendimiento de lo material, podrían revertir los hechos. Si no lo hacen, se transforman automáticamente en cómplices del sistema progenitor capitalista de acumulación de bienes y riquezas de orígenes criminales.
 
La prédica papal de -paz, igualdad entre los hombres, alejamiento de la riqueza, hábitos de trabajo- adolece de la moral que pretende establecer, arengada en sus catedrales forradas en oro producto de la sangre negra e indígena derramada. Ninguna caridad puede reparar tal horror. Hay pocas peores flagrantes injusticias sociales. ¿Eso se avala?
 
Todas las confesiones todas -incluida la apostólica romana- convenimos en brindar mensajes de convivencia y solidaridad, profundizando diálogos interreligiosos, donde cualquier hegemonía es violencia y es revisada con mirada inclusiva, para paliar las inequidades que caracterizan a un continente aplastado por la colonización, saqueado, desposeído de su cultura ancestral, arrinconado por supremacías expropiatorias que nos desvalijaron en forma sangrienta y por ello poseen fortunas, adelantos tecnológicos, y todo lo necesario para perpetuarse en sus privilegios, aunque sus sacerdotes prediquen sinceramente el amor y la buena voluntad.
 
Artigas marcó las primeras acciones afirmativas para corregir desigualdades estructurales; “Que los más infelices sean los más privilegiados” y  “Libertad civil y religiosa en toda su extensión imaginable”.
 
“El que tenga oídos para oír, que oiga” dicen los evangelios bíblicos.
 
- Susana Andrade – ATABAQUE
Grupo afroamerindio umbandista religioso y cultural
https://www.alainet.org/es/active/64243
Suscribirse a America Latina en Movimiento - RSS