¿Cómo se construye verdadera democracia?

21/01/2013
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El 2012 fue un año para constatar, una vez más, que en Guatemala estamos lejos, muy lejos, de construir democracia. No por trillada deja de ser cierta la premisa: ¡un sistema de elecciones por votación no equivale a un sistema de gobierno democrático! Y el primer año de gestión del régimen patriota evidenció, de manera rotunda, que su accionar está determinado por los intereses de los financistas de campaña, no por las necesidades de los y las votantes y sus familias.
 
Las actividades económicas que más generan controversia en los territorios rurales, son precisamente en las que los gobernantes están más comprometidos a garantizar beneficios a las grandes empresas de capital nacional y transnacional como pago por el apoyo recibido en 2011 antes y durante las elecciones. Minería, grandes hidroeléctricas, monocultivos extensivos, distribución energética son rubros con los que el gobierno está totalmente embrollado y por ello se empecinará en su afán de garantizar la extracción y explotación de los recursos naturales del país. ¿Qué democracia vivimos si quienes deciden qué se hace con los recursos naturales en Guatemala son los grandes capitales y no la gente?
 
Otra rotunda evidencia del fracaso de la democracia en 2012 fue el veto que las cámaras empresariales ejercieron para que la propuesta legislativa 4084, Ley de Desarrollo Rural Integral no fuera aprobada en el Congreso de la República. Otra premisa confirmada: ¡el que paga las campañas electorales de los candidatos a diputado, decide qué leyes se aprueban y qué leyes se vetan!
 
Y pese al discurso de mano dura a favor de la transparencia en la administración pública, el cáncer de la corrupción no sólo no se detiene sino se multiplica y se hace más agudo. Muchos perros bajo la mesa de dónde los mafiosos, tanto de cuello negro como de cuello blanco,  dejan caer de forma calculada huesos, huesitos y migajas. ¡Para todos los que pidan da Dios!
 
Del lado de la gente queda la opción del conformismo, el circo de las elecciones cada cuatro años, el espectáculo televisivo de novelas y sangre en las noticias, la religión como escape al reino del más allá, el consumismo de la clase media con aspiraciones de grandeza nunca satisfechas. Pero también queda el camino de la resistencia, que se concreta y se hace evidente en los múltiples movimientos sociales que, pese a la adversidad, se enfrentan a los planes extractivistas del gobierno y las empresas. No sólo están en juego aspiraciones como soberanía nacional, democracia o bienestar social; para las y los que resisten en el campo y en la ciudad, están en juego la sobrevivencia, la posibilidad de vivir en paz y buscar un futuro sano y decente para la descendencia.
 
Para el ciudadano común el nuevo año trae, en el plano personal, buenos deseos y propósitos, pero en el plano político será más de lo mismo. Es necesario reflexionar sobre estos ciclos perversos que se repiten cada cuatro años, no podemos seguir yendo como borregos al matadero de las urnas. La pregunta del millón: ¿Cómo se construye verdadera democracia? ¿Quién la construye?
 
- Pablo Sigüenza Ramírez, Colectivo de Estudios Rurales IXIM
 
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