Situación política empantanada

29/06/1998
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Puerto Príncipe.- El impasse gubernamental haitiano ha entrado, en este mes de junio de 1998, en su segundo año. El vacío constitucional dejado por la renuncia del anterior Primer Ministro Rosny Smarth nunca pudo llenarse, por falta de un acuerdo entre las diversas facciones del movimiento Lavalas* que controla el poder político. Al escuchar la radio, el medio de comunicación de mayor alcance en Haití, parecería que la actualidad se paró. El tema político dominante gira en torno a la designación de un Primer Ministro. En este intento el Presidente René Preval ha fracasado en tres ocasiones. Tanto el funcionario internacional Eric Pierre como el profesor de economía Hervé Denis, postulado dos veces, fueron rechazados por el Parlamento. Las múltiples rondas de negociaciones, que nunca llegan a resultados concretos, involucran al equipo presidencial; la Organización Política Lavalas, ahora llamada Organización del Pueblo en Lucha -OPL-, mayoritaria en el Parlamento; Lafanmi Lavalas (Familia Lavalas) del ex-Presidente Jean-Bertrand Aristide; el Bloque Parlamentario Anti-Neoliberal, que agrupa principalmente a los diputados del Partido Louvri Baryé (Abran las Barreras - PLB), el Comité de Resistencia de la Grand'Anse (COREGA) y aquellos del Movimiento Organización del País (MOP). Las acusaciones se oyen de lado y lado de la mesa de negociaciones. Por enésima vez, en el mes de junio la OPL acaba de denunciar las maniobras del Jefe de Estado al dar a entender que ella le habría dado su consentimiento para designar al actual titular de la educación nacional, Jacques Elouard Alexis, al puesto de Primer Ministro. La OPL teme un "golpe de fuerza" de Preval, según la expresión del senador Paul Denis, miembro de la coordinación nacional del partido, que no quiso aportar mayores precisiones. El bloque Anti-Neoliberal, de su lado, ha tomado distancias de la eventual designación de Alexis, colocando a Preval y la OPL en una situación tensa. Los partidos habían, sin embargo, cerrado la séptima semana de una nueva serie de conversaciones, donde los líderes de la OPL notaron una actitud positiva de Preval. En cuanto a Lafamni Lavalas, públicamente niega haber participado en las últimas negociaciones, aduciendo que no está (oficialmente) representado al Parlamento. Pero en los medios políticos, se sospecha que el Presidente Preval integra Lafanmi, o por lo menos está muy cercano al partido de Aristide. Elecciones de abril 97: un nudo difícil de deshacer Uno de los temas más espinosos que impide el desbloqueo gubernamental es la cuestión electoral. Las elecciones legislativas parciales y locales, cuya primera vuelta se realizó el 6 de abril 1997, nunca pudieron completarse. Cuestionado particularmente por la OPL, el proceso se estancó, mientras que el Consejo Electoral Provisional (CEP) fue sacudido por la crisis. Hoy, la institución electoral se revela inoperante, habiendo perdido siete de sus miembros, la mayoría de los cuales renunció mientras que otro murió. Solo dos miembros siguen en funciones, entre ellos, su presidente Gerard Toussaint. A Lafanmi Lavalas (creado a fines de 1996), por su lado, le interesa defender que se mantengan los resultados electorales de abril de 1997. Este partido apuntaba al resultado de esta contienda electoral para hacer su entrada oficial al parlamento e incidir en la correlación de fuerzas. Dos senadores de sus rangos fueron electos en la primera vuelta, pero nunca fueron reconocidos por los parlamentarios en ejercicio. Toda vez, a nivel de las Colectividades Territoriales donde Lafanmi Lavalas parece estar cómodamente implantado, varios de sus miembros han logrado juramentar y no están dispuestos a soltar su puesto. Al contrario, lanzaron ataques violentos contra la OPL acusándola de bloquear el desenlace de la crisis. Entretanto, el plazo electoral normal de noviembre de 1998 podría verse comprometido. La comunidad internacional a la obra Esta situación que dura más de 12 meses ha provocado repetidas declaraciones, algunas en tono amenazante, de la comunidad internacional. Washington ha ido más allá al enviar un emisario especial del Presidente Bill Clinton. Se trata del ex-consejero número uno en asuntos de seguridad nacional, Anthony Lake, quien ha realizado cuatro visitas a Haití en el mes de mayo, para informarse de la evolución de la crisis. De hecho, Lake ha participado en varias reuniones con los protagonistas... Del lado de Lafanmi Lavalas, se acusa al emisario norteamericano de tener una agenda escondida: descartar el tema electoral de las discusiones. Antes de Lake, varios altos funcionarios internacionales han visitado Puerto Príncipe en el primer semestre de este año, entre ellos, la Secretaria de Estado norteamericano, Madeleine Albright y el Secretario General Adjunto de las Naciones Unidas, Bernard Miyet. Este último dio a conocer que la comunidad internacional está impaciente de ver que los dirigentes haitianos solucionen la crisis política y gubernamental. De la misma manera, ciertos sectores de la comunidad internacional se esfuerzan por dinamizar una verdadera oposición de derecha a Lavalas, según análisis realizados en los medios progresistas. Se cita como ejemplo las acciones en Haití del Instituto Republicano Internacional (IRI), una emanación del Partido Republicano estadounidense. Como resultado de una serie de seminarios y encuentros organizados por el IRI, se ha fundado en mayo la Conferencia Haitiana de los Partidos Políticos (CHPP), que agrupa a 26 partidos y grupúsculos políticos. Allí se encuentran, entre otros, la Convención de Unidad Democrática (KID) del antiguo alcalde de la capital, Evans Paul -quien apoyó la candidatura de Aristide en 1990-, la Concentración de Demócratas Nacionales Progresistas (RDNP) de Lesli Manigat -ex- presidente electo en los controvertido comicios de enero 1988, bajo la dictadura militar-, el Movimiento por la Instauración de la Democracia en Haití (MIDH) del antiguo Primer Ministro de facto Marc Bazin, el Partido Nacionalista Progresista y Revolucionario Haitiano (PANPRHA) de Serge Gilles -aliado de Bazin cuando el golpe de Estado-, la Unión por la Reconciliación Nacional (URN) del difunto Roger Lafontant, antiguo jefe de la milicia de los Duvalier. La OPL y el Congreso Nacional de los Movimientos Democráticos (CONACOM) -miembro de la Internacional Socialista junto con el PANPRHA- que participaron en el lanzamiento del proceso, no adhirieron a la CHPP. Pero han firmado otro acuerdo con un conjunto de partidos de este agrupamiento, lo cual genera fricciones entre la base y dirigentes de la OPL. Lavalas lleva la responsabilidad Las reacciones acerca de la creación de la CHPP no se hicieron esperar. En la celebración de la fiesta de la bandera, el 18 de mayo, el Presidente Preval invitó a los aliados de los macoutes a abandonar toda esperanza de un regreso al antiguo orden. Varias corrientes del sector lavalas hablan de ingerencia del Partido Republicano en los asuntos internos del país y esperan que la administración Preval reaccione prohibiendo el ingreso del IRI en el territorio nacional. Denunciando las intervenciones del IRI, pero también las de la Agencia Internacional de Desarrolo (AID), y la política neoliberal en general, se han levantado voces en el seno de las organizaciones populares que enfatizan en que es la actuación de las autoridades lavalas la que ha abierto la vía a las prácticas de ciertas instituciones internacionales. Cerrar el camino a los golpistas Durante las ocupaciones semanales realizadas en Puerto Príncipe desde hace unos seis meses por la Fundación 30 de Septiembre, una organización de víctimas del golpe de Estado, un responsable reclamó el enjuiciamiento legal a todos los macoutes que desean reintegrarse a la sociedad haitiana. Llamó a la población haitiana a cerrar el camino a los políticos del CHPP, a quienes calificó de golpistas y de complotadores contra la sociedad. Los organismos de defensa de los derechos humanos opinan de hecho que el expediente judicial no avanza al ritmo que desea la población. Es cierto que algunos jueces han sido revocados y que se han efectuado nuevas designaciones en el aparato judicial, mientras que una treintena de personas han sido detenidas en relación con las masacres que se desarrollaron durante el período del Golpe o bajo el régimen militar anterior. Mas el proceso de administración de justicia camina a paso lento. Un ejemplo: el juicio por la masacre de Raboteau (Gonaives, Departamento de Artibonite), que se preveía sería una especie de juicio al golpe de Estado, está todavía en su fase de instrucción, sin que las autoridades puedan avanzar una fecha para su apertura. Es más, a las antiguas víctimas se añaden nuevas. Los sectores populares han sido sacudidos en marzo y abril por brutales intervenciones policiacas contra las bases del Movimiento de Campesinos de Milot (en el norte del país) y la clínica de la organización feminista Solidaridad de Mujeres Haitianas (SOFA), ubicada en una zona de la capital. Estos dos capítulos han movilizado la atención estas últimas semanas y continúan causando indignación en la población. La movilización continua sólo ha logrado, hasta ahora, unas promesas de reparación de los daños materiales y morales causados a estas dos organizaciones populares. *Lavalas o avalancha en creol, es la identidad que tomó el movimiento que apoyó la elección a la Presidencia de Jean-Bertrand Aristide en 1990.
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