De la democracia representativa a la plutocracia represiva
09/01/2012
- Opinión
La llamada "democracia representativa" ha sido utilizada por Estados Unidos como la fórmula principal de lo que pudiera calificarse un gobierno donde se respete la decisión de la mayoría del pueblo. Nada más alejado de la realidad cuando se habla de la forma en que se conduce la actividad gubernamental estadounidense, que como he planteado en distintas oportunidades, ni es democrática, ni es representativa.
Cuando hurgamos en la historia para localizar el origen de tan utilizado término, nos encontramos que el mismo se utilizó durante la etapa en que el país norteño estaba formado por trece colonias bajo el dominio de la metrópoli inglesa. En aquellos tiempos las colonias tenían sus propias asambleas legislativas para ciertas y determinadas leyes que regían dentro de las mismas, pues las leyes fundamentales y principalmente los impuestos eran determinados por Inglaterra.
Como las personas no votaban directamente por esas leyes, lo hacían sus representantes, los elegidos para formar las asambleas. Esa forma de ejercer el voto se denominó "democracia representativa". Lo interesante era que solamente tenían derecho a votar y ser elegidos ciertos y determinados ciudadanos, los hombres blancos que tuvieran un capital adecuado.
Los hombres blancos que no tuviera un nivel determinado de riqueza, las mujeres, los negros y los de otras razas, los que estaban sujeto al pago de una deuda, o que habían estado en prisión, no tenían derecho a votar. Aproximadamente el cinco por ciento de los ciudadanos tenían derecho al voto. De más está decir que todos eran hombres, blancos y adinerados. Esa era la famosa "democracia representativa" en sus orígenes.
Cuando Estados Unidos conquistó su independencia, esta situación no tuvo mucho cambio. La "democracia representativa" se amplió para que todos los hombres blancos pudieran votar, pero todavía la tantas veces cacareada "democracia" no otorgaba ese derecho a las mujeres y las personas de otras razas que no fueran la blanca.
En el artículo primero de la Constitución de Estados Unidos se ofrece un buen ejemplo de lo que se entendía por "democracia representativa". Este artículo plantea que la elección de los "representantes" al Congreso será proporcional a la población de los distintos Estados de la Unión, lo que se determinará sumando el número de "personas libres", incluyendo aquellas que están sujetas a realizar servicio por un término de años, excluyendo los indios y sumándole tres quintos de todas las otras personas, la famosa Ley de los tres quintos. ¿Quiénes eran aquellos no incluidos entre las personas libres y los indios, que eran tomados en consideración de esta forma vejaminosa y discriminatoria?
Lo que se planteaba en la Declaración de Independencia de que "todos los hombres han sido creados de la misma forma" se cambió y la Constitución fue aprobada por "el pueblo de Estados Unidos". Las "personas libres" aprobaron una carta magna que aseguraba "libertad, justicia, tranquilidad doméstica y bienestar" a las "personas libres", lo que se consideraba el pueblo de Estados Unidos. Estos eran aproximadamente el cuarenta por ciento de la población. Un criterio muy exclusivista para una "democracia representativa".
Es indudable que la guerra ha sido un elemento formador del actual sistema imperante en Estados Unidos. La expansión territorial de las trece colonias originales, hasta convertirse en un país continental, se realizó principalmente mediante guerras donde se despojaba a otros del territorio en que estaban asentados. La intromisión en la guerra entre las fuerzas mambisas y España aseguró posesiones fuera del continente y marcó el inicio de una nueva etapa de desarrollo en los intereses gobernantes. La primera guerra mundial permitió un amplio desarrollo del capital industrial y financiero, el cual se consolidó con la segunda, después de la cual los intereses de los grandes consorcios comenzaron a internacionalizarse, la hegemonía encontró nuevos horizontes y la tantas veces mencionada Seguridad Nacional de Estados Unidos se extendió por todo el globo terráqueo. Ya la plutocracia estadounidense estaba creada.
Otro elemento formador de la plutocracia que debe tomarse en consideración es el período de la llamada Revolución Industrial, enmarcado entre finales del siglo diecinueve y comienzos del veinte. En esta etapa se realizaron grandes inversiones y se implantaron nuevas tecnologías productivas en la industria estadounidense, lo que unido al feroz e inhumano régimen de explotación implantado a la clase obrera, permitió grandes acumulaciones de capital en pocas manos.
En aquel período surgieron los primeros sindicatos nacionales, como la Unión Nacional del Trabajo cuyas huelgas y manifestaciones fueron disueltas brutalmente por la policía y la Guardia Nacional. La represión al servicio de la clase dominante causó miles de muertes y heridos, a los que acusaban en aquellos momentos, con el fin de justificar la represión, de ser partidarios de la Comuna y emisarios de la Internacional. El sindicato denominado Caballeros del Trabajo tuvo una vida efímera y lo sustituyó la fundación de la Federación Americana del Trabajo que desde sus primeros días ha sido un órgano al servicio de los intereses patronales.
Aunque se consolidaron los órganos al servicio de la plutocracia no puede negarse que dentro de un número de miembros de la clase obrera y sus aliados, se fue creando conciencia sobre el tipo de régimen de explotación implantado, que unido a la injusta distribución de la riqueza, planteaba la necesidad de un evento que hiciera cambiarla situación desfavorable a la que estaban sometidos. Pudiéramos decir que esas son las raíces de la lucha contra el sistema que se ha puesto de manifiesto en varias oportunidades en la historia de Estados Unidos y que hoy se materializa con el movimiento Occupy Wall Street.
En la medida que la plutocracia fue creándose, los problemas internos de Estados Unidos influyeron en separarla de las grandes masas. Los finales de los años veinte del siglo pasado y los inicios de los años treinta, donde se puso de manifiesto una seria crisis financiera, no solamente agudizaron esta separación sino que también crearon las condiciones necesarias para que la misma continuara ampliándose a costa del sacrificio del pueblo estadounidense, utilizando al poder Ejecutivo y el Legislativo para garantizar sus propósitos.
El aparato represivo fue creciendo y perfeccionándose con el pasar de los años. El fin de la Segunda Guerra Mundial aconsejó no desmovilizar el potente aparato creado, el Complejo Militar Industrial. Tampoco era posible convertirlo en una industria de tiempo de paz, pues implicaría serias pérdidas para sus dueños e inversionistas, la solución era continuar la política de guerra, por lo que se comenzó la llamada Guerra Fría.
Esta guerra había que desarrollarla en dos frentes, el externo, contra el peligro comunista y el interno, contra aquellos que deseaban vivir en paz y que el presupuesto de la nación se empleara en beneficiar a las clases desposeídas, no en continuar fabricando armamentos. La represión interna se perfeccionó y aumentó. La etapa del Macartismo estuvo precedida y acompañada por una serie de leyes como la Mc Carran, la Taft-Harley y la Ley Smith que daban amplias facultades a la administración de turno para aplastar a cualquier movimiento que se opusiera a los intereses de las clases dominantes.
La desaparición del campo socialista imprimió una nueva dinámica a los intereses de la plutocracia. Se había terminado el peligro del comunismo, era necesario crear un nuevo peligro, a lo cual contribuyeron los aún oscuros y tan manipulados sucesos del 11 de septiembre. A partir de ese día existía un nuevo enemigo al cual denominaron Terrorismo.
El surgimiento del nuevo enemigo reforzó la necesidad de mantener la política guerrerista, algo fundamental para que las inversiones pudieran seguir rindiendo el fruto deseado. En este caso las empresas del Complejo Militar Industrial ampliaron sus líneas de producción hacia los medios de protección y el espionaje, lo que les permitió conservar un alto nivel de ingreso y utilidades. En la medida que esto sucedía el abismo entre los dos grupos de la población seguía ampliándose.
En un grupo estaba el 1 por ciento de la población, poseedores de la mayoría de la riqueza, disfrutando de anuales ingresos millonarios y en el otro el 99 por ciento, cuya riqueza y limitados ingresos en algunos casos le permitía vivir y en otros sobrevivir en condiciones verdaderamente críticas y de necesidades permanentes. El régimen de explotación se amplió del sector industrial al financiero y crediticio.
Los que forman el grupo del 1 por ciento, los millonarios y multimillonarios, tienen a su servicio el estado y todas sus instituciones. Los miembros de ese grupo ocupan las bancas del Congreso, están en los lugares prominentes de los poderes Ejecutivo y Judicial. No solamente son los encargados de redactar y aprobar las leyes, sino que son los que deben hacerlas cumplir y de garantizar que estas no se violen. Los poderes de la plutocracia estadounidense no se diferencian mucho de los que disfrutaban la clase dominante durante el imperio Romano. Los del grupo que representa el 99 por ciento están casi totalmente ausentes de las estructuras de gobierno.
Un régimen como este, en el que los derechos y necesidades de las mayorías no son tomadas en consideración, requiere un aparato represivo capaz de contener las manifestaciones de descontento que puedan originarse, de ahí que los órganos policiales, desde hace más de veinte años, se han venido incrementando además de perfeccionando.
Ahora los servicios policiacos cuentan con carros antimotines, escudos protectores, chalecos antibalas, cascos protectores, fusiles lanza granadas, con granadas de gases lacrimógenos, pimienta y otros, escopetas para lanzar bolsas de pellets plásticos, pistolas lanzadoras de pelotas noqueadoras, atomizadores de distintos gases, equipos eléctricos paralizadores, equipos de micro ondas, equipos de alto nivel de ruido y otros de alta tecnología diseñados para ser utilizados específicamente en el enfrentamiento a grupos civiles.
Conjuntamente con la policía, las fuerzas armadas se han preparado para participar en la represión al pueblo estadounidense. Se creó el Comando Continental que tiene la responsabilidad de combatir dentro del territorio estadounidense y cuyo armamento y preparación no es precisamente para enfrentarse a un invasor en una guerra convencional, sino para actuar contra grandes masas de personas mal armadas. En esta actividad se ha involucrado también a la Guardia Nacional.
El Pentágono lleva años trabajando en el expediente digital único de identificación, que se le habilitó a cada residente en Estados Unidos, sea este ciudadano o no. Este expediente registra todos los pormenores de la vida de la persona y permite seleccionar cuales se consideran "peligrosos" o "sospechosos". La Agencia Nacional de Seguridad lleva años interceptando las llamadas telefónicas, mensajes computarizados y todo tipo de mensaje digital o hablado que se origina o recibe en el territorio estadounidense, esto se incluye en el expediente de la persona. Se ha organizado un Comando Cibernético capaz de enfrentar y paralizar cualquier tipo de red que funciones tanto en Estados Unidos como en otro país.
Se han empleado los últimos adelantos de la técnica para espiar y fichar a todo aquel que participa en una manifestación contra el régimen establecido. Dentro de estos medios se encuentran las libélulas mecánicas, el nano colibrí, las súper cámaras de la NASA, utilizadas para identificar rostros en grandes multitudes, los satélites espías, los drones y los localizadores de personas utilizando el GPS.
El Buró Federal de Investigaciones ha incrementado el número de oficiales, analistas y oficinas en todos los estados. Trabaja en la penetración de grupos de izquierda y de luchadores por los derechos civiles. Actúa contra "terroristas" que en la mayoría de los casos son personas a las que incitan hacia ese tipo de actividad como una forma de poder detenerlos. Permite y alientan las organizaciones de extrema derecha que en un momento determinado pueden ser utilizadas como fuerzas paramilitares contra aquellos que protesten contra el sistema establecido.
Otros órganos, como el Departamento de Seguridad de la Patria y la Agencia Central de Inteligencia preparan su personal y colaboran con la búsqueda y análisis de información relacionada con personas desafectas que puedan convertirse en un peligro potencial.
Una evidencia del trabajo conjunto que se desarrolla en este sentido es el informe confeccionado en 1977 por el Programa Conjunto de Armas No Letales del Pentágono y el Departamento de Justicia, representado por el FBI (JNLWP) el cual advirtió:
"Otra consideración que afecta a cómo aplican la fuerza los militares y el control del orden es la mayor presencia de miembros de los medios de prensa u otros civiles que observan, e incluso graban, la situación.
Mientras tanto se han invertido decenas de millones de dólares en la investigación y desarrollo de armas más aceptables en los medios de prensa para la actividad policial rutinaria y el control de multitudes.
Esto ha llevado al reemplazo de las armas de la vieja escuela por tecnologías más exóticas y controvertidas... (Aquí se refiere a las armas no letales).
El creciente desempleo y manifiesta desigualdad ya han causado protestas masivas en España, Grecia, Egipto, e incluso Madison, Wisconsin". (Agreguemos ahora que esos mismos problemas, el desempleo y la creciente desigualdad, ha originado el movimiento denominado Occupy Wall Street, que se ha puesto de manifiesto en New York, Boston, Oakland, Atlanta, Boston, Los Ángeles, Miami, la propia capital de Estados Unidos y en cientos de otras ciudades)
El 30 de diciembre del 2011, el Premio Nobel de la Paz, su Eminencia Imperial, Julio Cesar Obama, firmó la Ley de autorización para el Presupuesto Militar, la cual en una de sus cláusulas establece distintas violaciones a la Constitución y las Leyes de Estados Unidos y convierte el país en un estado policial totalmente legalizado.
De acuerdo con la ley marcial que firmó el "defensor de los Derechos Humanos y las libertades", las autoridades al servicio de la plutocracia pueden encarcelar, interrogar y procesar a cualquier "sospechoso" de terrorismo sin ninguna posibilidad de que este pueda acogerse al "Hábeas corpus", incluso faculta a las autoridades para suspender indefinidamente la posibilidad de presentarlo a juicio.
En la nueva ley no se especifica que se entiende por "terrorista sospechoso", aunque aclara que pudiera ser cualquier persona involucrada en actividades que se consideren como tales. Los antecedentes sobre el encarcelamiento de "terroristas" pueden encontrarse en el tratamiento a los prisioneros de la cárcel existente en la Base Naval de Guantánamo. Antecedentes sobre el tratamiento a "sospechosos" pueden encontrarse en Afganistán y Pakistán, donde los que son denominados como tales por lo regular son abatidos por los cohetes Hell Fire de los "drones". Quizás dentro de poco tiempo comencemos a ver estas escenas en los propios Estados Unidos.
Todos estos órganos aquí detallados y otros que actúan sin aún haber sido detectados, forman el aparato represivo de la plutocracia que detenta el poder en Estados Unidos. Si aquellos eran comparables a la clase dominante en Roma, estos órganos represivos pudieran compararse con los legionarios.
De la llamada "democracia representativa", que ni era democrática ni representaba a los intereses y voluntad de la mayoría del pueblo estadounidense, se ha llegado a este tipo de gobierno, que solamente garantiza los intereses de las clases de mayor potencial económico y ha creado los órganos que en un momento determinado se utilizarán para tratar de aplastar la desobediencia e insurgencia del noventa y nueve por ciento de la población.
Se ha instaurado la Plutocracia Represiva.
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