Elegido por segundo período 2010-2015 y gran mayoría en Bolivia otra vez presidente, Evo Morales fortalece sus raíces indígenas aimaras en la ceremonia de asunción del mando presidencial como sucedió la primera vez. Un grupo de sabios le purificaron con diversos ritos y vistió ropas ceremoniales de acuerdo a la usanza nativa.

No es esnobismo ni folcklore sino cultura propia de los ancestros de ese país, en franco proceso de descolonización a instancias del Gobierno de Morales en lucha por recuperar su memoria y distribuir equitativamente las riquezas.

En las históricas ruinas de Tiwanaku, centro espiritual y político de dicha cultura, representantes de pueblos indígenas del mundo ungieron al aymara “guía espiritual” del país andino. Una anciana aymara le dio el bastón de mando y en templo de Kalasasaya el presidente ofreció un discurso.

En plaza Murillo y en el estadio Hernando Siles al otro día, tuvieron lugar otros actos de posesión. También comenzaron a trabajar los 166 integrantes de la Asamblea Legislativa Plurinacional, que en dos tercios obedecen al presidente. Para las elecciones del 4 de abril, cuando se votará por alcaldes y gobernadores, el Movimiento Al Socialismo (MAS) ya definió sus candidatos. Mientras tanto, los partidos de oposición siguen sin encontrar rumbo cierto.

Por primera vez en la historia de Bolivia una mujer asume la presidencia del Senado y si se cumple el “mandato” del gobierno, los integrantes del gabinete serán la mitad mujeres y la mitad hombres. Las organizaciones sociales que apoyan a Morales ya le pasaron listas con propuestas de ministros para su segunda presidencia, solicitando en esta ocasión que los indígenas y los campesinos tengan más espacios políticos, así se cumplirá la denominación de “plurinacional” que adquirió el Estado con la nueva Constitución aprobada hace un año.

Tihuanaco a casi cuatro mil metros sobre el nivel del mar y declarado Patrimonio de la Humanidad, es el centro de una civilizacion antigua basada en la agricultura y la ganadería, la llamada cultura Tiahuanaco, caracterizada por su arquitectura decorada con relieves y planos incisos colocados sobre estelas -monumentos conmemorativos con forma de lápida o pedestal erigidos sobre el suelo- abarca el territorio actual del Lago Titicaca, entre el Perú y Bolivia. Está compuesto por siete construcciones arquitectónicas importantes: Kalasasaya, Templete Semisubterráneo, Pirámide de Akapana, Portada del Sol y Puma Punku. Testimonio de una importante historia preincaica, poseía incluso un puerto en el Lago Titicaca. La magnificencia de su cultura se refleja en su excelente obra cerámica con los famosos queros o vasos ceremoniales, los huaco-retratos o retratos tridimensionales de un rostro humano en una vasija, así como los textiles y sobre todo en las construcciones arquitectónicas, muchas de las cuales poseen orientación astronómica.

Esta cultura se inició entre 1500 y 1400 años a.C., y colapsó alrededor del año 1.100 a 1.200 d. C. Dada su antigüedad, algunos estudiosos propusieron que Tiahuanaco fue la cultura madre de las civilizaciones americanas, mientras que otros la consideraban como la capital de un antiguo imperio megalítico extraordinariamente rico y misterioso, o de un gran imperio que se expandió por todos los Andes Centrales.

Que la energía pura y directa de ese lugar especial de nuestro planeta sea iluminando y protegiendo la tarea del presidente indígena para disfrute del pueblo de Bolivia, ejemplo para Latinoamérica, para la que rogamos gobiernos populares a pesar del apretado triunfo de la derecha en Chile y de los deseos imperialistas no reprimidos de algunas potencias que no descansan en su afán de dominación.

Por una región integrada y para su gente lucharemos por el derecho a la soberanía y al desarrollo latinoamericano en libertad.