Engañados de nuevo

18/11/2008
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Si el cambio prometido por el Presidente Electo Obama incluye suspender las guerras de agresión de Estados Unidos y acabar con el robo a los contribuyentes fiscales por los poderosos intereses financieros, ¿como puede explicarse la preferencia de Obama al escoger sus consejeros para política exterior y política económica? Sin duda, la selección de Rahm Israel Emanuel como Jefe de Gabinete de la Casa Blanca es una señal de que el cambio terminó con la elección de Obama. La única cosa distinta en la nueva administración serán las caras.      

Rahm Israel Emanuel apoya la invasión de Bush a Iraq. Emanuel alcanzó preeminencia en el Partido Demócrata como resultado de sus conexiones para buscar fondos electorales en AIPAC (American Israeli Public Affaires Committee).  Es un fuerte partidario del AIPAC, que viene de una familia terrorista. Su padre fue un miembro del Irgun, una organización terrorista judía que durante la administración británica uso la violencia para echar a británicos y palestinos fuera de Palestina para crear el Estado Judío. En 1991, durante la Guerra del Golfo, Rahm Israel Emanuel fue voluntario en las Fuerzas de Defensa de Israel. En 2001, Emanuel fue miembro de la Junta Directiva de Freddie Mac y recibió $231,655 en dietas a directivos. Según Wikipedia “durante el tiempo que Emanuel fue parte de la Junta Directiva, Freddie Mac estuvo plagada de escándalos sobre contribuciones a campañas e irregularidades contables.”          

En “Saludo al Jefe de Gabinete” (“Hail to the Chief of Staff”) Alexander Cockburn describe Emanuel como un “halcón súper-Likudnik”, quien, en 2006, como Jefe del Comité de la Campaña Demócrata para el Congreso “hizo grandes esfuerzos para dejar afuera a los candidatos demócratas en contra de la guerra.”

Mis desalentados amigos del movimiento israelí en favor de la Paz preguntan, “¿Que hace este hombre en una Administración de Obama?”

La elección de Obama fue necesaria como el único medio ofrecido a los estadounidenses  para exigir cuentas a los republicanos por sus crímenes contra la Constitución y los Derechos Humanos, por su violación de las leyes de Estados Unidos y del Derecho Internacional, por sus mentiras y engaños y por sus trampas financieras.  Tal como lo dijo un editorial de  Pravda; “Solo Satán hubiese sido peor que el régimen de Bush. Por eso se puede argumentar que la nueva administración de Estados Unidos nunca podrá ser peor que aquella que divorció los corazones y las mentes de los norteamericanos de sus hermanos de la comunidad internacional, aquella que pasmó al resto del mundo con sus tácticas de asustar y atemorizar que incluyen campos de concentración, tortura, asesinatos masivos y absoluto irrespeto del Derecho Internacional.”   

Pero los asesores de Obama los reclutan en la misma pandilla de matones y banksters que  Bush. Richard Holbrooke, hijo de judíos rusos y alemanes, fue Secretario de Estado Asistente y embajador en la Administración Clinton. Fue él quien implemento la política de aumentar a la OTAN hasta poner la alianza en las fronteras de Rusia, violando la promesa de Reagan a Gorbachev.  Holbrooke esta asociado al bombardeo ilegal de Serbia por la Administración Clinton, un crimen de guerra que mató civiles y a diplomáticos chinos. Aunque no sea un Neo-con, Holbrooke esta estrechamente aliado con ellos.

De acuerdo a Wikipedia, Madeline Albright nació como Marie Jana Korbelova en Praga, hija de judíos convertidos al catolicismo para escapar la persecución. Ella fue la Secretaria de Estado de Clinton que le dijo a Leslie Stahl (60 minutos [programa TV]) que la política de sanciones contra Irak, que causó la muerte de cientos de miles de niños iraquíes, tenia objetivos tan importantes como para justificar la muerte de esos niños. Las palabras infames de Albright fueron: “creemos que vale el precio” (we think the price is worth it). Wikipedia informa que esa inmoralista estaba en la Junta Directiva de la Bolsa de Nueva York cuando el escándalo por la compensación de 187,5 millones a Dick Grasso [Presidente de la Bolsa que debió renunciar].  
 
Dennis Ross tiene largas asociaciones con las “negociaciones de Paz” israelo–palestinas. Un miembro de su equipo en la era de Clinton, Aaron David Miller, escribió que durante 1999 y 2000 el equipo negociador de Estados Unidos dirigido por Ross actuó como el abogado de Israel: “debíamos manejar todo con Israel primero.”  Eso “le quitó a nuestra política la independencia y flexibilidad requerida para buscar seriamente la paz. ¿Si no podíamos poner propuestas sobre la mesa sin consultar con los israelitas primero y negarnos a retroceder aunque dijesen que no, que tan efectiva podía ser nuestra mediación? De acuerdo a Wikipedia Ross es Presidente de un nuevo “think tank” basado en Jerusalem, el Instituto para Planificación de Políticas del Pueblo Judío (Jewish People Policy Planning Institute) financiado por la Agencia Judía”.

Es claro que este no es un grupo de asesores que vaya a parar las guerras de Estados Unidos contra los enemigos de Israel o vaya a forzar al gobierno israelí para que acepte las condiciones necesarias para una verdadera paz en el Medio Oriente.

Ralph Nader predijo eso mismo. En su Carta Abierta  a Barack Obama (3 de noviembre, 2008) Nader señala a Obama que su “transformación desde articulado defensor de los derechos palestinos … a vocero repetidor del lobby de línea dura AIPAC “ pone a Obama en contra de la mayoría de los judíos-americanos y el  64% de los israelíes”. Nader cita la
descripción de la aparición de Obama ante la AIPAC hecha por Uri Avnery, escritor israelí y abogado de la paz como una aparición que “rompió todos los records de obsequiosidad y adulación.” Nader condena a Obama por su “ulterior falta de coraje político al rendirse ante las exigencias de aquellos de línea dura de prohibir que el antiguo Presidente Jimmy Carter  hablara ante la Convención Nacional Democrática.” Carter, fue quien logró el único acuerdo de paz significativo entre Israel y los árabes, ahora es demonizado por el poderoso lobby de AIPAC por criticar la política de Apartheid que Israel practica con los palestinos, cuyo territorio ocupa por la fuerza.

El equipo económico de Obama es igual de malo. Su estrella es Robert Rubin, el banquero que fue Secretario del Tesoro en la Administración Clinton.  Rubin tiene responsabilidad por el rechazo de la Ley Glass-Steagall, por lo tanto es responsable de la presente crisis financiera. Nader señala en su carta a Obama que Obama recibió contribuciones a su campaña electoral provenientes de las grandes empresas y de Wall Street en una escala sin precedentes. “Nunca antes un candidato demócrata a la Presidencia logró tal supremacía sobre adversario republicano.”

Obama hizo un magnifico discurso de su victoria. Las cámaras de TV recorrían las caras en la audiencia que mostraban esa esperanza y esa fe que llevó Obama a la Presidencia. Pero Obama no puede cambiar a Washington. No hay nadie entre la gente de Washington a quien puede nombrar capaz de traer un cambio. Si Obama buscase fuera del sólito gentío, ninguno que sea sospechoso de poder traer un cambio sería confirmado por el Senado. Los grupos poderosos –AIPAC, el complejo militar/seguridad, Wall Street- usarían su influencia política para bloquear nombramientos inaceptables.

Tal como lo puso Alexander Cockburn en su columna “Obama, el republicano de primera categoría” (Obama, the first-rate Republican) “nunca la mano muerta del pasado tuvo a un candidato “reformista” tan firmemente agarrado por la garganta.” Obama confirmó el veredicto de Cockburn en su primera conferencia de prensa como presidente electo. Allí no consideró la estimación unánime de la Inteligencia Nacional de Estados Unidos, donde se concluye que Irán dejó de trabajar en armas nucleares hace cinco años e ignoró también la continuada certificación de la Agencia Internacional de Energía Atómica de que ningún material nuclear del reactor civil de Irán fue desviado para uso en armamento; Obama prefirió seguir la propaganda del lobby israelí y acusó a Irán de “desarrollar una arma nuclear” y juró “ impedir que eso suceda.” http://news.antiwar.com/2008/11/07/obama-hits-out-at-iran-closemouthed-on-tactics/ 

El cambio que viene en los Estados Unidos no tiene nada que ver con Obama. El cambio viene con la crisis financiera causada por la irresponsabilidad y la codicia de Wall Street, de la erosión del dólar como moneda de reserva, de incontables ejecuciones de hipotecas, de la exportación de millones de puestos de trabajo norteamericanos, de una creciente recesión, de que pilares de la manufactura norteamericana –Ford y General Motors- mendigando del gobierno el dinero de los contribuyentes, y de déficits presupuestarios y comerciales que son demasiado grandes para poder cerrarse por medios normales.

Es tradicional que los gobiernos acudan a políticas fiscales y monetarias para sacar a la economía de una recesión. Pero el dinero fácil no esta funcionando. Las tasas de interés ya son bajas y el crecimiento monetario ya está alto, sin embargo el desempleo crece. El déficit presupuestario ya es enorme –un record mundial- y toda esa tinta roja no estimula la economía. ¿Es que una mayor baja de intereses y un déficit presupuestario aún más grande pueden ayudar una economía que se movió al exterior, dejando atrás a consumidores desempleados sobrecargados de deudas?

¿Cuánto más puede pedir prestado el gobierno? Los acreedores de Estados Unidos se están haciendo esa pregunta. Un órgano oficial del partido de gobierno chino pidió recientemente a los países asiáticos y europeos “salgan del dólar en sus relaciones comerciales directas y confíen sólo en sus propias monedas.”

“¿Por qué,” se pregunta otra publicación china, “debe China ayudar a que Estados Unidos emita una deuda sin fin en la creencia de que el crédito nacional de Estados Unidos puede expandirse sin límite?”

El mundo se ha cansado de la hegemonía norteamericana y ha tenido bastante de la arrogancia estadounidense. La reputación de Estados Unidos esta hecha harapos: el debacle financiero, tinta roja infinita, Abu Gharaib, capturas, torturas, guerras ilegales basadas en mentiras y engaños, falta de respeto por la soberanía de otros países, crímenes de guerra, menosprecio por la ley internacional y las Convenciones de Ginebra, el asalto al habeas corpus y la separación de poderes, un estado policiaco en lo doméstico, interferencia constante en los asuntos internos de otros países, hipocresía sin límites.

El cambio que viene es el fin del Imperio Americano. Al Hegemón se le acabó el dinero y la influencia. Obama como “Primer Presidente Americano Negro” levantará esperanzas y eso permitirá que el acto se prolongue un poco más. Pero la “Nueva Centuria Americana” (New American Century) ya se acabó. 

Traducción de Umberto Mazzei

- El Dr. Paul Craig Roberts es norteamericano, economista y un republicano bien conocido. Fue Secretario del Tesoro Asistente durante el gobierno de Ronald Reagan y ha sido columnista editorial del Wall Street Journal, Business Week y el Scripps Howard News Service. En 1992 recibió el premio Warren Books a la excelencia en periodismo y ha sido calificado entre los 7 mejores periodistas de Estados Unidos. Es co-autor del libro "La tiranía de las buenas intenciones" (The Tyranny of Good Intentions).

Este artículo fue publicado en inglés en
Information Clearinghouse: http://www.informationclearinghouse.info/

https://www.alainet.org/es/active/27513
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