Empresarios responden denuncias sindicales en sesión especial de OIT

02/06/2008
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  • Opinión
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Tal y como ocurrió en el año 2007, este año, de nuevo Colombia es la manzana de la discordia en la 97ª Conferencia de la OIT, que se realiza en Ginebra, Suiza. Desde el 28 de mayo, día en el que se inició la Conferencia, en todos los sitios el tema central es Colombia, pues el informe presentado por el Comando Nacional Unitario a la Conferencia, y que fue elaborado con el apoyo del Equipo Jurídico CUT-CTC, la Escuela Nacional Sindical y la Comisión Colombiana de Juristas, es de gran valor y mucha contundencia, ya que reafirma y complementa las denuncias sindicales que presentamos a la Misión de Alto Nivel que la OIT llevó a Colombia en noviembre del año pasado.

Por supuesto que Empresarios y Gobierno haciendo causa común, en una inmensa campaña trataron de desvirtuar la exigencia sindical de que respondan ante la Comisión de Normas. Esta vez se repitió la monolítica unidad entre empleadores y Gobiernos, prevaleciendo las razones políticas de los gobiernos, quienes soslayaron el respeto a la vida y a las libertades sindicales, y dan paso a un lamentable rasero político que debilita la misión de la OIT.

Mientras el contubernio entre empresarios y gobiernos argumentaba la importancia del TLC y la utilización que haría el sindicalismo si Colombia era llamada a responder; la CSI, en cabeza del compañero Guy Rayder se reunió con el señor Juan Somavía, director de la OIT, luego con el señor Funes de Rioja, vocero de los empleadores de la Conferencia, para demandar el cumplimiento de la decisión de la Comisión de Normas que plantea que Colombia debía responder.

Entre tanto, la delegación sindical colombiana publicó y distribuyó entre los delegados a la Conferencia, en inglés y en español, una síntesis del informe que titulamos “derechos y libertades en Colombia”. También elaboramos una carta al presidente de la 97ª Conferencia de la OIT que denominamos “sobre Colombia, el sindicalismo interpela a la Conferencia de la OIT en Ginebra”.

Todo lo anterior, obligó a que Colombia responda el martes 3 de junio de 2008, a partir de las 10 de la mañana en una SESIÓN ESPECIAL, las denuncias sindicales. Esta sesión especial tendrá una duración de tres horas y seguirá las reglas de los debates en donde rinden cuentas los países, y sus conclusiones se asumirán por la Comisión de Normas. De manera que, el contenido del debate hará parte de las actas de la Comisión y sus definiciones se tomarán como orientaciones a cumplir.

El sindicalismo colombiano valora positivamente este hecho que lleva a Colombia a presentarse “voluntariamente” a una sesión especial, pero que evidencia la inexistencia de un diálogo social eficaz en Colombia, que de no fortalecerse, pone en peligro el sistema de la OIT.

Los trabajadores colombianos que sentimos el rigor de la intransigencia y la intolerancia empresarial y gubernamental, seguimos luchando porque en Colombia se cumpla el acuerdo tripartito y se materialicen las garantías democráticas para el ejercicio de la actividad sindical.

Queremos resaltar la gravedad de que una vez más, un país como Costa Rica, no sea llamado a responder cuando su Gobierno elevará a rango constitucional la eliminación del sindicalismo, al darle ese status al solidarismo.

Si bien la CSI y la CSA, en nuestro caso, jugaron a fondo por el llamado a Colombia a la Comisión de Normas de la OIT, lo concreto es que resulta imperativo alertar al sindicalismo sobre las pretensiones de los enemigos del diálogo social eficaz que busca afectar y hasta liquidar el sistema de la OIT.


Intervención Carlos Rodríguez Díaz en la Comisión de Aplicación de Normas


Aprovecho esta oportunidad para reiterar nuestro compromiso con los principios de la OIT, en particular por la eficacia del diálogo social como herramienta para asegurar la vigencia de las libertades y derechos fundamentales del trabajo en todas las regiones del mundo, y por la labor de desarrollo y control normativo que desde su fundación hace la OIT.

Imbuidos de ese espíritu y convencidos de la necesidad de aunar esfuerzos para superar la grave situación de los trabajadores y de las organizaciones sindicales, en el 2006 firmamos, con el Gobierno y los empresarios, un Acuerdo Tripartito “Por el derecho de asociación y la democracia” en Colombia.

Su desarrollo todavía no ha tenido resultados prácticos en la mejora de las condiciones de las libertades y derechos fundamentales del trabajo. Hasta ahora solo se puede mostrar la instalación de la Representación Permanente, y el inicio de los programas de cooperación, sumados a resultados insipientes de la Fiscalía y el poder judicial por esclarecer hechos de violencia contra los sindicalistas y por llevar a los criminales ante la justicia.

Las Centrales Sindicales presentamos una agenda para viabilizar el cumplimiento del conjunto de recomendaciones que los organismos de control de la OIT han realizado para que Colombia adecue su legislación y su práctica a las normas internacionales del trabajo, parte sustancial y que justifica dicho acuerdo. Sin embargo, la voluntad de empresarios y Gobierno, han impedido el desarrollo de esta agenda y el cumplimiento del Acuerdo.

La Misión de Alto Nivel, que visitó Bogotá entre en noviembre de 2007, reitero que para que “cualquier acuerdo tripartito funcione de manera eficaz, es necesario que todas las partes en el mismo mantengan su compromiso con respecto a su aplicación, por muy diferentes que sean sus puntos de vista sobre temas específicos”.

Lo anterior implica que las partes reconozcan que la base de las discusiones debe ser las normas internacionales del trabajo y las recomendaciones de los órganos de control. El Informe de la Misión insiste en “la importancia de un diálogo constante y una supervisión permanente de la aplicación del Acuerdo Tripartito”, para organizar e impulsar un diálogo social útil y efectivo.

Asi las cosas, esta casa no puede permitir la burla de los compromisos, pues en olombia sigue predominando el déficit del trabajo decente, las limitaciones a las libertades sindicales, los asesinatos, la impunidad y la ausencia de diálogo social eficaz. Ademas, menos de una tercera parte de los trabajadores colombianos cuenta con algún grado de protección social y laboral; tan solo 5 de cada cien trabajadores se encuentran afiliados a organizaciones sindicales. En los últimos cinco años a 236 nuevas organizaciones sindicales se les negó el registro sindical por parte del Ministerio de la Protección Social, solo 1 de cada 100 trabajadores cuenta con un convenio colectivo. Este Gobierno ilegalizó la mitad de los ceses de actividades vulnerando con ello el derecho de huelga.

En lo corrido del año, 26 sindicalistas han sido asesinados y 4 desaparecidos forzadamente, lo que significa un aumento del 71.4% con respecto al mismo período de 2007; en los últimos 22 años han sido asesinados 2669 sindicalistas y 193 desaparecidos, y solo en 86 casos el Estado ha sancionado a los responsables materiales.

Pese a lo anterior, Gobierno y empresarios incumplen el acuerdo tripartito y se niegan a desarrollar las recomendaciones de los órganos de control de la OIT y no se disponen a abordar una agenda construida de manera tripartita.

La delegación sindical colombiana, llama la atención de esta Conferencia en el sentido de que la actitud de los empresarios y Gobierno, desconoce y lesiona los mecanismos que hemos construido y respetado los interlocutores sociales. En concreto, golpea la naturaleza tripartita y dialogante de sus métodos de trabajo. Por ello, pedir explicaciones a Gobierno y empresarios para escuchar los planteamientos de los interlocutores sociales no tiene un alcance distinto al de promover el diálogo y el intercambio de opiniones.

Por lo anterior solicitamos a la Comisión de normas que se adopten unas conclusiones y un párrafo especial que insten al Gobierno y empresarios a poner en práctica, de forma inmediata, las recomendaciones de los órganos de control de la OIT, para adecuar la legislación y la práctica a los Convenios 87 y 98 en materia de derechos y libertades sindicales.

Señora presidenta en Colombia el sindicalismo esta de muerte y su vida depende de la solidaridad internacional y del acompañamiento que desde la OIT se le brinde. Por tanto, impidamos el aniquilamiento sindical propugnando por el cese de la violencia antisindical y del cumplimiento de los convenios de la OIT.


- Carlos A. Rodríguez Díaz es presidente de la Central Unitaria de Trabajadores
de Colombia, CUT
https://www.alainet.org/es/active/24469
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