Migas para hoy, muerte para mañana

Sobre la explotación de los campos ITT

01/05/2007
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¿Se deben explotar los campos de petróleo Shpingo-Tambococha-Tiputini –ITT- poniendo en riesgo los pueblos en aislamiento voluntario y el Parque Nacional Yasuní?

El Oriente ecuatoriano fue por mucho tiempo un mito por su belleza, exhuberancia y por la dificultad de ingresar a sus entrañas protegidas por la abundancia verde de la selva. Con el descubrimiento del petróleo en esta zona el mito pasó a convertirse en el sueño dorado de capitales, cada vez más hambrientos por la urgencia de energía en el planeta. De la diversidad de nuestros ecosistemas el Yasuní es tal vez el más importante no solo para el Ecuador sino para el mundo.

Vistazo histórico a un país petrolero

El Ecuador cumplió 40 años de explotación petrolera. Cuando se supo de la existencia de yacimientos y durante el boom petrolero se dijo que para un país como el nuestro, con tantas necesidades, el petróleo sería el recurso que mantendría y desarrollaría nuestra economía y la sociedad en su conjunto.

En fechas más recientes: con la construcción el Oleoducto de Crudos Pesados – OCP-, el incremento de la producción de este crudo, los altos precios del petróleo en el mercado internacional, la reforma a la ley de hidrocarburos, por la cual le pertenece al estado el 50% del excedente de venta y la caducidad del contrato con la OXY; el país pasó de tener por ingresos petroleros de 6.300 millones de dólares en el 2.003 a más de 9.700 para 2.006 [1] .

Sin embargo todos estos ingresos no significaron un mejoramiento de la calidad de vida de los pobres en el país y tampoco de la población de la región amazónica. Solo por mencionar un ejemplo, en 40 años de explotación petrolera no se ha construido para la provincia de Orellana un hospital y tampoco existe en la mayoría de cantones dotación de servicios básicos, según la Prefectura de la provincia.

Las ganancias que ha dejado el petróleo se han llevado las compañías extranjeras en primer lugar, luego, lo que ha quedado en el país se ha distribuido entre la corrupción y las élites. Petroecuador tampoco ha contado con fondos para invertir en la producción, y el manejo petrolero por parte el Estado es deficiente.

Con esta historia a cuestas el Ecuador es el quinto productor petrolero de Sudamérica con un promedio de 536.000 barriles por día. Según cálculos oficiales tiene una reserva aproximada de 4.800 millones de barriles de crudo para los siguientes 25 años.

¿Qué hay en el Yasuní aparte del petróleo?

La actividad petrolera es considerada como una de las industrias que está en franca contradicción con la conservación de los recursos naturales. El Ecuador vive la paradoja de alojar en la misma geografía una invalorable biodiversidad y a la vez grandes reservas de hidrocarburos.

En las provincias amazónicas de Napo y Pastaza se encuentran las reservas de los campos ITT, localizados en territorio Huaorani en las provincias de Napo y Pastaza, y forma parte la llamada Zona Intangible , donde viven pueblos de las etnias Tagaeri y Taromenane en situación de aislamiento voluntario. En esta misma zona está el Parque Nacional Yasuní, el más grande el país. Fue creado el 26 de Julio de 1979, tiene una superficie de 982000 ha , está entre los 230 y 600 metros sobre el nivel del mar.

El Parque Nacional fue declarado “Reserva de la Biósfera Yasuní ” por la UNESCO en 1989. Científicos del Fondo para la Vida Silvestre le declararon una de las 200 áreas más importantes del planeta para ser protegida. El 71% del Parque Nacional Yasuní fue declarado Zona Intangible en 1999, lo que significa que en esta zona no se puede llevar a cabo actividades de extracción petrolera. La zona intangible es de 758.051 hectáreas .

El Yasuní es un bosque húmedo tropical que comprende varios sistemas hidrográficos pertenecientes a la cuenca del Río Napo, los más importantes son los del Río Tiputini, Yasuní, Nashiño y Cononaco y varios afluentes del Curaray. Los ríos se originan en la Cordillera y otro nacen en la misma Amazonía. Dentro del Parque es posible diferenciar 3 tipos de selva: la tierra firme, no inundable, localizada en la parte alta, sobre las colinas; el bosque estacionalmente inundado ó várzea; y, el bosque permanentemente inundado ó igapó.

Los ecosistemas del Parque Nacional Yasuní están entre los más diversos del planeta. Por ejemplo: existen 90 especies de anuros (ranas y sapos), cifra similar al total de especies presentes en Norteamérica y el doble del número de especies que habitan en Europa. Se han registrado 83 especies de reptiles. Hay 2.274 especies de árboles y arbustos: en 1 sola hectárea del Yasuní existen tantas especies como en todo el territorio de Estados Unidos y Canadá juntos. El Yasuní tiene 567 especies de aves documentadas, el 44% del total encontrado en toda la Cuenca Amazónica – un dato que le distingue como uno de los sitios ornitológicos más diversos del mundo. Se ha calculado que existen más de 100,000 especies de insectos por hectárea, y seis trillones de individuos por hectárea, representando la biodiversidad más alta documentada en el mundo. [2]

Pese a la importancia de este espacio único, “casi la mitad del Parque Nacional Yasuní ha sido entregado a empresas petroleras. Cinco bloques petroleros se impusieron en territorio Huaorani. El último bloque que queda por licitar es el Bloque ITT, ubicado al Oriente del Parque, y que constituye el último reducto no intervenido por la industria petrolera en el Yasuní.” [3] El Yasuní es parte del apenas 8 % de la Amazonía que cuenta con la categoría de área protegida.

Pueblos en aislamiento voluntario

En el Yasuní habitan los Huaorani, un pueblo que se mantuvo en aislamiento hasta mediados del siglo XIX y cuya forma de vida necesita de extensos territorios, para este pueblo andar es algo inherente a su existencia. Precisamente la intervención de las empresas petroleras en la zona han provocado que muchos huaoranis pierdan sus hábitos de sobrevivencia y han pasado a depender de las petroleras.

Pese a esto, en la Zona Intangible del Parque Nacional Yasuní aún se mantienen pueblos: los Tagaeri, Taromenane y Oñamenane, que han evitado todo contacto con la parte colonizada y con los cowori (blancos) y han conservado así su forma de vida. Las principales amenazas para estos pueblos han sido la colonización, la presencia de las petroleras, la tala ilegal e indiscriminada de los bosques.

El 10 de mayo del 2006 la Comisión Interamericana de Derechos Humanos otorgó medidas cautelares en favor de los pueblos indígenas Taromenani y Tagaeri ante las sucesivas amenazas en su contra y la negligencia del gobierno ecuatoriano. La CIDH solicita al Estado ecuatoriano “…en consecuencia, la Comisión Interamericana solicita al Estado ecuatoriano que adopte medidas efectivas para proteger la vida e integridad personal de los miembros de los pueblos Tagaeri y Taromenani, en especial, adopte las medidas que sean necesarias para proteger el territorio en el que habitan, incluyendo las acciones requeridas para impedir el ingreso de terceros”. [4] Las medidas cautelares implican adoptar las acciones necesarias para proteger los derechos y garantizar la vida de estos pueblos.

El Presidente de la República en la presentación de la Política Nacional de los Pueblos en Situación de Aislamiento Voluntario dijo: “La propuesta que hoy presentamos tiende a establecer una Política de Estado que consagre el respeto de los derechos individuales y colectivos de los pueblos en aislamiento voluntario, porque es nuestro deber y responsabilidad proteger la vida de los pueblos que se encuentran en situación de indefensión en la Amazonía Ecuatoriana.

Para el desarrollo y aplicación de estos marcos legales y para satisfacer las demandas sociales en estos ámbitos, el Ecuador tiene como reto formular un conjunto de políticas y normas concertadas que garanticen la integridad física y cultural de los Tagaeri, Taromenani y otros que se encuentren en situación de aislamiento voluntario.” [5]

La apertura del bloque ITT a la explotación petrolera es sumamente riesgoso, en 40 años solo hemos sido testigos de deficientes planes de manejo ambiental que ni siquiera han sido respetados. Desarrollar actividades hidrocarburíferas en la zona intangible del Yasuní irreparablemente atentará contra los derechos de los pueblos en aislamiento voluntario, por lo tanto intervenir sus territorios sería contradecir la voluntad de conservar nuestros ecosistemas para privilegiar los capitales.

Por otra parte: “delimitar una extensión de zona intangible para supuestamente proteger estos pueblos, es atentatorio a sus derechos colectivos, por cuanto son pueblo eminentemente nómada y por ende no conocen fronteras, significa por el contrario mayor riesgo, porque estarían protegidos cuando estén dentro de lo que nosotros decimos es su territorio y cuando ellos salgan a caminar o cazar, por lo que nosotros decimos ya no es su territorio, pueden ser objeto de abusos como ya ha ocurrido en el pasado. Esto es sumamente grave y solo puede responder a un total desconocimiento de la realidad de dichos pueblos. Cómo se los puede proteger cuando no se les consulta sobre planes ajenos para su desarrollo, cómo se protege con la pretensión de encerrarlos en una parcela de tierra.” [6]

La propuesta para no explotar el ITT

Frente a la situación el Ecuador planteó a la comunidad internacional la entrega de compensaciones económicas para mantener el crudo en el subsuelo, suspender los planes de explotación y evitar los graves impactos ambientales a la zona del Yasuní rica en biodiversidad. La compensación correspondería al 50% del total de ganancias que dejaría el bloque ITT, es decir de 350 a 400 millones de dólares.

Las primeras reacciones han sido positivas. Varios gobiernos entre ellos el Noruego a través del viceministro Raymond Johansen, ha manifestado el interés por conocer la propuesta. Noruega mantendrá con el Ecuador la colaboración y el intercambio de experiencias, entre las que se podría analizar el Fondo Petrolero noruego, que a su vez es el mayor fondo de pensiones de Europa. María Fernanda Espinoza, Canciller de la República anunció que también el gobierno italiano se encuentra interesado y que realizarán una visita oficial durante el mes de junio a través de su propia Canciller para tratar estos temas.

Además han mostrado interés organizaciones internacionales de conservación como Greenpeace España, Oxford, Amigos de la Tierra y las alemanas Volt e Intermont, entre otras.

La cruzada está liderada por Alberto Acosta , Ministro de Energía, ex ministros del Ambiente: Édgar Isch y Rodolfo Rendón y la Ministra de Ambiente, Ana Albán.

Pareja Yanuselli y la urgencia de la licitación

A pesar de que al interior del gobierno hay voces que promueven la conservación de nuestro mayor Parque Nacional, también hay una voz que aspira concretar una licitación internacional para explotar los campos del ITT, el Presidente de Petroecuador, Carlos Pareja Yanuzzelli ha manifestado que incluso hay interesados.

Pareja Yanuzzelli ha mencionado que para la explotación se ocuparía más de la mitad del territorio del Yasuní, cuya superficie sería de 100 hectáreas . El funcionario se ha valido de argumentos falaces para convencer sobre su propuesta de la explotación. Mencionó que se encuentran preparando gráficos de la zona del Tiputini donde la deforestación ha sido incontrolada. Lo que es decir: si la naturaleza ya está intervenida por qué no seguirla interviniendo, como si la tala justificaría la explotación petrolera en este santuario natural.

Por otra parte ningún estudio ambiental especializado, ninguna tecnología de punta podrá dejar intacta la biodiversidad que se alberga en los ecosistemas del Yasuní. La inmensa cantidad de agua de formación que genera la perforación dejaría huellas irreversibles en el ecosistema.

Conclusiones

Es cierto que muchos sectores de nuestro país tienen necesidades básicas que el Estado no ha cubierto. Pero una de las mayores causas del empobrecimiento es el saqueo sistemático, histórico de nuestra tierra por parte de extranjeros desde coronas hasta imperios de la industria petrolera.

La actividad petrolera ha dejado al país un saldo en rojo de contaminación. El Ecuador no debió ser un país petrolero, tampoco minero como ahora pretenden inversionistas que nos hablan del derecho a explotar nuestra riqueza, cuando así se vulnerarían derechos fundamentales como el de la vida, el derecho a la tierra, al agua, a un medio ambiente sano.

Otra deuda que nos deja el petróleo es la de comunidades indígenas intervenidas, irrespetadas en su forma de vida y organización. A estos pueblos nunca les llegó el desarrollo solo la pérdida de su identidad y su cultura.

La voluntad de los dignatarios y funcionarios del presente gobierno por conservar nuestro patrimonio natural es de respaldar. De un lado están las empresas que verán en el volumen de petróleo del ITT un magnífico negocio, de otra parte hay una conciencia en el país y también internacionalmente de proteger al Yasuní. Esperamos que la sensibilidad del gobierno se mantenga y se traduzca en la viabilización de mecanismos concretos para garantizar la conservación de nuestros recursos naturales. El petróleo en nuestro país se terminará en 25 años, en cambio la protección del Parque Nacional Yasuní será una lección histórica para el mundo.

Nuestro dilema no está entre la necesidad y la conservación sino dejar una herencia sustentable a las futuras generaciones.

- Paulina Ponce, Comisión Ecuménica de Derechos Humanos –CEDHU

Notas

[1] Boletín de Prensa, Comisión de Prensa de la Provincia de Orellana.

[2] Patricio Asimbaya. Coordinador de Programas Ecuador. Finding Species. República del Ecuador. “La carretera propuesta por Petrobras hacia el interior del Parque Nacional Yasuní”. Documento de una cincuentena de científicos a las autoridades ecuatorianas. 2004.

[3] Propuesta de moratoria del proyecto ITT – Parque Nacional Yasuní. Acción Ecológica.

[4] Medidas cautelares para la protección de los pueblos indígenas en aislamiento Tagaeri y Taromenane. Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

[5] Discurso de Rafael Correa Delgado, Presidente Constitucional de la República del Ecuador: " La nueva Constitución deberá incorporar los derechos que hoy proponemos para los pueblos en aislamiento voluntario."

[6] César Duque, asesor legal Comisión Ecuménica de Derechos Humanos – CEDHU-.
https://www.alainet.org/es/active/17213
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