Alarma por baja calidad democrática

19/11/2006
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Asunción del Paraguay, domingo 19 de noviembre de 2006.- Luego de las elecciones municipales realizadas en la fecha, se encendieron todas las señales de alarma de la endeble institucionalidad democrática paraguaya debido el elevado porcentaje de ausentismo (cercano al sesenta por ciento a nivel nacional). Ausentismo que bajo ningún motivo puede estar vinculado exclusivamente a condiciones climáticas, técnicas o logísticas.

Y llama la atención el ausentismo-rechazo-desencanto que se da en la ciudad de Asunción, ciudad que cuenta con mayor infraestructura, en relación a otras localidades rurales que podrían justificar mejor la ausencia de electores, respaldándose en algunas lluvias y caminos vecinales anegados en horas de la mañana del domingo.
La infraestructura montada por el Superior Tribunal de Justicia Electoral no ha dado señales de irregularidades mayores, y mucho menos incidentes o enfrentamientos. En términos generales las elecciones técnicamente han sido aceptables. La otra cara de la moneda es que, sencillamente la mayoría absoluta de la ciudadanía no se fue a votar, faltando aún por analizar las razones de esta renuncia a ejercer el derecho a elegir y ser elegido, y demostrar con ello un desinterés claro por la oferta presentada por los partidos políticos y por el sistema de gestión que defienden. El porcentaje de ausentismo, índice claro de rechazo a los candidatos ofrecidos es el más alto en los dieciocho años que el Paraguay lleva de transición inconclusa y limitada a la democracia, en una peligrosa tendencia descendente sin interrupciones.

Los principales beneficiados por el descenso de la participación (sólo cuatro ciudadanos en edad de votar por cada diez), indudablemente, son los candidatos de los grandes aparatos partidarios como el hegemónico colorado que mantiene empleada a la casi totalidad de su electorado dentro de la administración pública, con una tendencia de utilitarismo clientelista que no ha variado mucho en los últimos sesenta años, sea dictadura o transición a la democracia, consolidándose como la minoría más organizada frente a una enorme mayoría inorgánica y disconforme. El ejemplo claro es la ciudad de Asunción, donde la candidata colorada obtiene la municipalidad con sólo el diez por ciento de respaldo ciudadano.

La transición a la democracia en el Paraguay, se abrió a partir de un golpe militar palaciego que permitió elecciones libres, una constituyente, garantías constitucionales limitadas, pero no permitió aún la necesaria alternancia en el poder, y sobre todo, la necesaria alternancia de un modelo autoritario por uno democrático y participativo, que significara para la sociedad paraguaya comenzar a desprenderse definitivamente de la larga herencia dictatorial.

La sociedad paraguaya ha luchado décadas por la democracia, por la libertad y la igualdad, con muchas bajas en el camino. Hoy a dieciocho años, esta misma sociedad comienza a demostrar cansancio por un sistema crecientemente clientelar, cerrado, conservador, oligárquico, e intrínsecamente corrupto. Con la decepción democrática, con la inconformidad, el partido colorado obtiene hoy una victoria electoral pírrica, porque el real participante de estas elecciones es el ciudadano ausente, que ha dado un veredicto claro de rechazo de un ritual electoral crecientemente viciado y manipulado por el poder económico y mediático
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