La emisión secreta de U. S. Dólares

11/04/2006
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Antecedentes del Gran Capital Es habitual que se tache de antiamericano a quien critique el estilo y las políticas de los gobiernos de Estados Unidos que obedecen a sus Multinacionales. Acusación arbitraria, porque el pueblo norteamericano es la primera víctima de sus grandes empresas; algo que se hace evidente por uso del secreto en el régimen Bush, para disimular la complicidad. No es novedad que Washington apoye a la élite económica norteamericana a expensas del ciudadano corriente. Eso se remonta a los orígenes; comienza con los bonos emitidos durante la guerra de independencia. Desde entonces hay una dualidad política contradictoria, encarnada idealmente en dos de sus próceres: Alexander Hamilton y Thomas Jefferson. Hamilton, como Secretario del Tesoro del Presidente George Washington, fue quien puso el Estado al servicio del Gran Capital(1) - como llamaron al ancestro de las multinacionales - además de ser el promotor del proteccionismo industrial(2). Jefferson fue el precursor de la igualdad política y social, un tema con frecuencia subalterno, pero muy manoseado en la retórica. Los hechos señalan la mayor trascendencia de Hamilton, aún durante la presidencia de Jefferson (1801 – 1809) y hasta muchas, muchas décadas después. En 1888, el Presidente Grover Cleveland admitía: “Cuando miramos la actuación del Gran Capital constatamos la existencia de carteles y monopolios, mientras que los ciudadanos se quedan atrás y cuando se rebelan se les aplasta a muerte con un talón de hierro”(3). En 1913, el Presidente Woodrow Wilson repetía: “Los dueños de los Estados Unidos son una coalición de capitalistas e industriales”. Fue la época de los bandidos empresarios, llamados “Robber Barons” (Barones del Robo) de apellidos hoy emblemáticos. Sólo en 1914 se trató de frenar sus contubernios monopolísticos con la Ley Clayton (Clayton Anti-Trust Act)(4). La Primera Guerra Mundial convirtió a los Estados Unidos en la primera potencia económica, pero sin cambiar el modelo. En 1924, el Presidente Calvin Coolidge enunció su prioridad política en una frase famosa: “el Gran Negocio de América [EE UU] son los negocios”, para entonces el Gran Capital ya había evolucionado en Multinacionales. En 1929, el modelo Gran Capital colapsó en una Gran Depresión. Se oyó entonces a John Maynard Keynes, diciendo [síntesis nuestra] que para vender es necesario que la gente tenga dinero para comprar. Ese criterio orientó el New Deal (Nuevo Trato) de Franklin D. Roosevelt, que admitió los derechos laborales y sociales (Ley Wagner). Desde entonces tuvo Estados Unidos una legislación sobre seguridad social y transparencia económica. Ahora, el régimen Bush, con control de todos los órganos públicos, busca revertir la herencia del New Deal y hasta otra herencia más añeja. El período de Andrew Jackson (1832-1836), resalta en la historia económica norteamericana porque por primera vez se frenó la voluntad del Gran Capital. En 1832, el Presidente Jackson vetó a la renovación de la “Carta” del Banco de los Estados Unidos. Esa “Carta” autorizaba la emisión de dinero sin control público. Es decir, sin publicar lo que ahora se llama el M3. Justo esa cuenta M3 que dejó de ser pública el pasado 23 de marzo, 2006. ¡Vaya que es retroceder de época! El M3: de cuenta pública a secreto monetario. El dinero emitido por los bancos centrales no es otra cosa que una deuda del país. Esa deuda se mide con varios criterios, según la inmediatez y tipo de deuda. El sistema de contabilidad que lleva la Reserva Federal de los Estados Unidos tiene cuatro cuentas. • M0 mide el dinero circulante disponible para transacciones y las cuentas en el Banco Central que se convierten de inmediato en circulante (compensación, etc.) • M1 es el circulante (M0) mas la suma de las cuentas girables (cuentas corrientes) • M2 es M1, más cuentas de ahorro, cuentas en mercado de dinero (money market) y certificados de depósito • M3 es la deuda total emitida, incluyendo las deudas internacionales: es el M2 más los certificados de depósito en eurodólares, los acuerdos de recompra, etc. La Reserva Federal ha decidido que a partir del 23 de marzo sólo se publicarán las tres primeras, pero que se mantendrá secreto el M3, que es la más importante para calcular el valor del Dólar. Esa medida desesperada quiere encubrir el aumento de la deuda internacional norteamericana. Con esa decisión de la Reserva Federal el mundo no tiene más una información confiable del valor del US Dólar. Eso enturbia todos los cálculos hechos en dólares: PIB, exportaciones, reservas de divisas, etc., etc. El secreto cubre también informaciones que permitan reconstruir el M3: emisión de eurodólares, cesión de pensiones o plazos fijos en el extranjero. El M3 norteamericano aumentaba desde hace meses, junto con la emisión de dólares. La autorización del Congreso para aumentar un déficit fiscal que supera el Billón (US Trillion), sin aumentar impuestos, indica que algo irresponsable esta en curso. La salida del cauto Alan Greenspan y la llegada de Ben Bernanke a la presidencia de la Reserva Federal lo confirman. Bernanke es partidario confeso de emitir dinero para resolver problemas de liquidez. La emisión secreta del dinero estaba a la vuelta de la esquina. La medida busca esconder dos cosas y facilitar una tercera: a) la monetarización de las deudas norteamericanas de mediano y largo plazo (liquidación de bonos, etc.); b) la emisión monetaria que sostiene la actividad económica en Estados Unidos; c) la especulación de quienes tienen acceso al M3 secreto, a expensas de los dueños de dólares que no lo tienen. Es corriente en Washington, que los intereses a corto plazo de la política interna tengan prioridad sobre cualquier compromiso internacional de largo plazo. El objetivo político interno es sostener la situación monetaria hasta las elecciones de octubre 2006, para evitar la derrota de la mayoría conservadora que respalda al régimen Bush. En términos de la economía internacional, esta medida es tan grave como el abandono del patrón oro en 1971, en violación de los compromisos (Bretón Woods) bajo los cuales se asumió el Dólar como moneda de referencia. La ocultación del M3 implica también dos cosas capitales: a) impotencia política para resolver problemas estructurales que aquejan el Dólar; b) total menosprecio de las reglas económicas internacionales. Sin el patrón oro, las monedas de referencia circulan como un crédito a la confianza. La medida de la Reserva Federal es burda y siembra sospechas, justo cuando el desbalance económico y la agresividad militar de Estados Unidos crean ya una crisis de confianza. El silencio del avestruz La decisión de mantener el M3 – la cantidad de deuda- en secreto debiera generar grandes comentarios y titulares, pero la cobertura ha sido escasa y superficial. La única reacción política ha sido la iniciativa del representante Ron Paul, quien el 7 de marzo introdujo la propuesta HR 4892 para revertir la decisión de la Reserva Federal. Le reconocemos el mérito, pero dudamos que en el presente congreso pueda tener algún éxito. La pasividad del pueblo norteamericano ante decisiones económicas trascendentales es pasmosa. No es que el norteamericano sufra de apatía política. Otros temas económicos, como el CAFTA (100.000 TM de azúcar y el forro de los bolsillos) suscitan polémica y dividen la Cámara en dos. La pasión quema cuando los temas religiosos tienen fines electorales. El matrimonio homosexual o el aborto movilizan masas iracundas. Hasta hay polémica pública sobre la enseñanza en las escuelas de Darwin y la evolución de las especies(5). Claro que a veces es difícil entender a los norteamericanos, porque además de un sistema medieval de medidas, también le dan otro nombre a las cosas. Liberal, en el mundo, significa Adam Smith, “laissez faire”, Guizot: poca intervención estatal, impuestos bajos, libre empresa. En Estados Unidos liberal es el amigo de intervención estatal, altos impuestos, restricción a las empresas. Foot Ball, en el mundo, se juega a patadas (ellos lo llaman Soccer). Foot Ball en Estados Unidos se juega con las manos (un Rugby con armadura). También es oscuro que llamen “libre comercio” al comercio administrado de sus acuerdos bilaterales. Para quienes aspiran al liderazgo mundial debiera ser claro que la conducta de una breve mayoría del pueblo norteamericano no es el buen patrón para medir las reacciones de los otros pueblos. El rechazo musulmán y los resultados de las más recientes elecciones en América Latina y Europa, demuestra que hay patrones culturales más complejos. Mirando esas culturas, milenarias y humildes, aprenderían que no es el gasto sin fondos(6) - mas o menos oculto- sino que es el trabajo y el ahorro, la fuente de la riqueza. - Umberto Mazzei. IREI – Ginebra. Instituto de Relaciones Económicas Internacionales, Ventana Global, www.ventanaglobal.info Notas: (1) Hamilton era de origen humilde. Se caso con la hija de un banquero y desde entonces vio claro:”los hombres de dinero son los amigos más esclarecidos del buen gobierno”, etc. (Hamilton Works, XI, Pág. 341 y 2). Un ejemplo de generosidad con su nueva clase fue la Ley Agraria de 1785. Esta vendía el acre de tierras del Estado a bajo precio ($1.28), pero en lotes de 500 (256 has.) con un valor de $640: un precio inaccesible para el pequeño agricultor. Los compradores ricos parcelaron y revendieron mucho más caro. En 1787 el truco se repitió en Ohio y Carolina del Norte. Ver: Claude Julien, “Le Rêve et l’Histoire”, Grasset, págs, 52 y 70. (2) Su “Report in Manufactures” es la base de la protección aduanera que desarrolló la industria norteamericana, hasta terminada la Segunda Guerra Mundial. (3) Esta frase de Cleveland inspiró el título a la novela social de Jack London “El Talón de hierro” (The Iron Heel, Mcmillan, 1908) (4) Antes, en 1890, se promulgó una Sherman Anti-Trust Act, que se utilizó para… perseguir los sindicatos. (5) La decisión de una Escuela Pública, en Prairie Village, Kansas, de prohibir la enseñanza de la evolución de las especies, desató una polémica nacional. El asunto versa sobre si la Evolución es una ciencia y si la versión bíblica debe enseñarse con paridad académica (ciencia del Creacionismo o del Diseño Inteligente). (6) Economía de la oferta; origen del endeudamiento típico del empleado norteamericano, que trabaja para pagar deudas. Como en las antiguas “Factory Towns”, del siglo XIX.
https://www.alainet.org/es/active/11175
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