Aspiraciones de los pueblos originarios:

El nuevo amanecer: un grito de “buen vivir/buen convivir”

20/03/2014
  • Español
  • English
  • Français
  • Deutsch
  • Português
  • Opinión
-A +A
Artículo publicado en la Revista América Latina en Movimiento No. 492:  Francisco y los signos de los tiempos 10/06/2014
Proyecto de vida de los pueblos
 
Pido permiso a Dios, a nuestros pueblos, a nuestras abuelas y abuelos.  A ti amigo/a lector/a para decir esta palabra cosechada en el encuentro y caminar con nuestros pueblos originarios.  Los pueblos de Sangre de Maíz blanco y amarillo, los Indígenas de Mesoamérica, con ustedes.
 
Los pueblos originarios de América, alzan hoy con más fuerza su clamor y su palabra esperanzadora a los cuatro rincones del mundo: El “Buen vivir/Buen Convivir”.  Es un Proyecto que otros pueblos viven y expresan de otras muchas maneras pero que coinciden en los mismos ejes fundamentales.
 
Su Proyecto de “Buen vivir” está en íntima relación con el Proyecto de vida plena que nos ofrece Jesús.  Proyecto de vida que se va recreando de generación en generación.  Hunde sus raíces en la sabiduría y experiencia de  los antepasados, pero se va renovando y actualizando para que las nuevas generaciones puedan acogerlo y hacer frente a los proyectos de muerte y exterminio a la que son sometidos estos pueblos.
 
Esta ha sido su lucha, su experiencia y sigue siendo su sueño y su utopía.  Su capacidad de resistencia y de lucha está fundamentada precisamente en su relación armónica con Dios Corazón del Cielo-Corazón de la Tierra, en su relación con los seres humanos como “su otro yo” y con la naturaleza, con la tierra como madre, la Casa Grande, la Casa común para todos/as.
 
Esa concepción del mundo, de la humanidad y de Dios, que tienen los pueblos indígenas desde hace muchos años y que se prolonga hasta nuestros días, puedeser hoy de nuevo ofrecida a los demás pueblos y culturas.
 
El Papa Francisco dice que en toda acción evangelizadora urge reconocer lo que el Espíritu de Dios, el Espíritu Santo ha sembrado y siembra con anterioridad a cualquier evangelizador.  En esa siembra “hay que reconocer mucho más que unas Semillas del Verbo” (cf. No. 68 de la Evangelii Gaudim)  Pues en verdad hay allí huellas de Evangelio.
 
Son los pueblos y/o naciones originarias de estas tierras los que han hecho posible inculturar el Evangelio. Es preciso entonces acoger esta verdad y así ir construyendo una Iglesia con corazón, rostro, pensamiento, organismos e identidad propia. Es preciso acoger esta verdad.  Es lo que está en el fondo del mensaje de Juan Pablo II a los pueblos indígenas[1]
 
Algunas aspiraciones y expectativas:
 
1.      Un pronunciamiento concreto contra los atropellos a su vida y dignidad, a su identidad y cultura, a su tierra y territorio, al medio ambiente, su organización y economía solidaria, a las fuentes de vida de las que han sido guardianes hasta el día de hoy, a costa de su misma vida (manantiales, cenotes, semillas nativas, etc.) En concreto denunciar el proyecto de exterminio al que están sometidos los pueblos indígenas en América Latina
 
2.      Que se favorezca el protagonismo de los pueblos originarios y su reconocimiento como sujetos adultos en la sociedad, en la Iglesia Católica y en las demás iglesias.
 
3.      Conocer sus propios procesos de reflexión y elaboración teológica desde su matriz comunitaria.  Que se le dé vida y que se reconozca su aporte a favor de la vida de la humanidad y del Planeta Tierra.  Propiciar que se conozca, se valore, se respete y se acompañe
 
4.      La Pastoral Indígena y toda pastoral que se impulse tome en cuenta todo lo dicho anteriormente.
 
5.      Exigir a los jefes de Estado: respeto y reconocimiento de la Madre Tierra como sujeto de derechos y/o como Madre fecunda, y a los territorios de los pueblos indígenas.  Que detengan el negocio e imposición de semillas transgénicas, de todo tipo de concesiones e invasiones por la minería a cielo abierto, hidroeléctricas, los agronegocios, explotación petrolera, que están ocasionando muerte a los pueblos, a sus tierras y territorios.
 
Y hacer más efectivo el llamado del Papa Francisco dirigido a todos de construir juntos “una sola familia y que haya alimentos para todos”, para eliminar el hambre en el mundo. Entre 852 millones y mil millones de personas sufren hambre hoy, en cifras de la FAO y las que señala el Papa Francisco, un escándalo mundial…
 
6.      Urgir a los pastores de las respectivas iglesias que en nombre de Nuestro Señor Jesucristo, conozcan y respeten la espiritualidad de los pueblos originarios. Se involucren en las reivindicaciones y luchas sociales en defensa de los derechos y dignidad de cada pueblo, como lo hizo Jesús. Pedirles promover y apoyar la plena participación de laicos y mujeres en todos los espacios de las diferentes iglesias[2].
 
7.      Comprometernos todos/as a fortalecer la esperanza y la resistencia de los pueblos indígenas y ofrecer al mundo una alternativa al actual sistema de muerte.
 
Es una palabra de compromiso sí, pero a la vez una invitación a luchar juntos por la unidad de los pueblos; valorar y respetar la riqueza y el aporte de las diferentes culturas para la vida y luchar contra todo proyecto de muerte que se imponga.  Es lo que puedo compartir desde mi experiencia de ir caminando con los pueblos de Guatemala, de Mesoamérica y América Latina.
 
Día 4 Aurora-Amanecer[3]
Guatemala, 28 de enero de 2014
 
Ernestina López Bac, Comisión Nacional de Pastoral Indígena, Guatemala.
 
 
[1]Mensaje del Papa Juan Pablo II en su encuentro con los pueblos indígenas, el 31 de enero de 1985: cuando dijo: "¡Qué feliz día! aquel, en que vuestras comunidades puedan estar servidas por misioneros y misioneras, por sacerdotes y obispos de vuestra sangre, para que junto con los hermanos de otros pueblos, podáis adorar al único y verdadero Dios, cada cual con sus propias características, pero unidos en la misma fe y en un mismo amor
[2]Mensaje final del VII Encuentro Continental de Teología India, La Buena Noticia  de Pujilí:
“Palabras de aliento y esperanza para nuestras naciones originarias y para toda la humanidad”. Cantón Pujilí, diócesis de Latacunga, Ecuador del 14 al 18 de octubre de 2013.
[3]Los pueblos Indígenas de México, Guatemala, El Salvador y Honduras–descendientes de los pueblos Mayas- y muchos otros pueblos de nuestra América Latina, mantienen la vigencia y el uso de sus calendarios: lunar, solar, agrícola, ritual y por consiguiente base de su ser humano-espiritual: en relación armónica con Dios Madre-Padre, Corazón del Cielo-corazón de la Tierra, Creador-Formador.  En relación armónica con la Madre Naturaleza, la Madre Tierra y con los demás seres humanos.  En esa cuenta del Calendario Maya, este día es el día 4 Aurora -Amanecer.  En la que la oscuridad, la noche, se desvanece para dar paso al amanecer, a la luz, a la claridad.  Nos invita a la esperanza frente a la espesa noche de la realidad que vivimos.  El amanecer, la aurora,  es vínculo entre la luz y la oscuridad. (Tzolkin, Península de Yucatán 2013 y Cholq’ij ,Guatemala 2014)
https://www.alainet.org/en/node/84142
Subscribe to America Latina en Movimiento - RSS