En el Perú, El Comercio S.A. es dueño de casi el 80% de los periódicos

Democracia Vs concentración mediática

17/12/2013
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“… ¿Porqué en RPP[1] sólo hablan de Fujimori y
no dicen nada de lo que pasó en Bagua?”[2]
 
La reciente compra de los medios de comunicación masivos, agrupados en el consorcio “Epensa” por parte del grupo empresarial mediático “EL Comercio” S. A. generó que esta empresa se adueñe de casi el 80% del mercado nacional de los periódicos del país sin mencionar la concentración que tiene de los medios televisivos. Este hecho histórico ha levantado el debate sobre la concentración mediática en el Perú y los peligros que ésta supone no solo para la libertad de expresión, el derecho a la información o a la libertad de opinión sino para la consolidación de una democracia que permita que las grandes mayorías puedan participar de la disputa política en igualdad de condiciones.
 
El creciente poder mediático y político del que gozan los medios masivos de comunicación concentrados en cuatro grupos empresariales: Grupo RPP –familia Delgado Parker; Grupo “Epensa” – familia los Agois-; Grupo el Comercio, -familia Los Miroquesada; y el Grupo ATV supone reflexionar sobre el rol que ejercen estos grupos de poder fácticos y la necesidad de promover una lectura crítica de los mismos. En este artículo pretendemos reflexionar sobre algunos roles que la concentración mediática asume.
 
Medios y el poder de hacerte sentir “bien”
 
Cuando te la hacen creer, cuando asumes posturas contra tus propios intereses, cuando con tu apoyo ellos se legitiman, estás siendo víctima de la violencia simbólica que los medios hegemónicos de comunicación ejecutan. Lo peor de todo, es que no te das cuenta, todo lo contrario, lo defiendes. Pierre Bordieu hacía referencia a ese tipo de violencia como resultado del uso del poder simbólico y lo describía como “todo poder que logra imponer significados e imponerlos como legítimos disimulando las relaciones de fuerza en que se funda su propia fuerza simbólica”[3]. Abordar esta dimensión no niega dejar de reconocer que los ciudadanos y ciudadanas podamos tener un rol activo en los procesos de comunicación y levantar un juicio crítico al mensaje hegemónico.
 
Sin embargo, la preocupación pasa por las relaciones de poder, de fuerza solapada, que establecen estos medios hegemónicos de comunicación, como El Comercio, con el vecino Juan o con doña María, quienes preocupados por la sobrevivencia diaria, se “informan” de lo que sucede en el país por estos medios que difunden los mismos tópicos, y es ahí cuando el denominado “libre juicio” se relativiza.
 
No sólo se usa la fuerza sino también a los medios
 
El ejercicio del poder simbólico por estos grupos fácticos no tiene un fin en sí mismo, tiene un objetivo y es el de contribuir con mantener y defender la hegemonía neoliberal construida desde los años 90 en el Perú. Tomando en cuenta que este modelo no es sólo económico sino también cultural y que ha llegado a constituirse en una forma de vivir y de ser; es pues cuando los medios adquieren un rol clave.
 
Diversos estudios señalan que el neoliberalismo ha tenido su impacto en lo cultural. Duárez señala, interpretando a Gonzalo Portocarrero, que a partir de los años noventa se exaltó al individuo que no asume ningún deber para con los demás y que solo es responsable de sí mismo, orientaciones que suponen un mundo integrado por individuos que compiten entre sí en función del éxito económico y la realización individual; así, la ideología neoliberal mitificó lo privado, una sociedad de mercado[4].
 
Es pues en esta construcción neoliberal que los medios masivos hegemónicos, tales como El Grupo El Comercio, juegan un rol clave. Antonio Gramsci señala que la supremacía de la burguesía no se debe únicamente a la existencia de un aparato de coerción (Estado) sino que logra mantener su poder mediante una compleja red de instituciones y organismos que organizan el consenso de las clases subalternas, para la reproducción del sistema de dominación[5], uno de ellos son las corporaciones mediáticas.
 
Estos medios, o aparatos de la sociedad civil, son los que mediante la construcción de consensos van generando corrientes de opinión pública favorable a la hegemonía neoliberal económica y cultural actual hasta naturalizarlas. En este sentido, no es raro leer y escuchar en los diferentes medios impresos, radiales y televisivos de este conglomerado mediático difundir ideas fuerzas uniformes en relación por ejemplo al modelo económico que señalan “sin inversión no hay crecimiento ni empleo”.
 
Es verdad porque salió en el periódico
 
Otra reflexión relacionada a la concentración mediática y sus peligros es la referida a su vínculo con los procesos políticos. Resulta ya hasta ridículo escuchar a El Comercio hablar de “objetividad” en la noticia, expresión además cínica. Hace ya mucho tiempo, y cada vez con más desfachatez, que dejaron de respetar un principio básico en el periodismo y es el de “informar respetando la veracidad”.
 
Son en las situaciones de conflictos sociales cuando se evidencia mejor el rol político que asumen, tomando posición sobre las candidaturas que garantizan la continuidad de sus inversiones, sumándose a campañas de desprestigio, distorsionando los hechos, afirmando situaciones sin previa investigación,  realizando supuestas denuncias sin contrastar la información; o no informando simplemente.
 
También, en los momentos de polarización electoral o cuando está en riesgo la continuidad neoliberal y/o la continuidad de su dominación mediante el control del aparato estatal que tienen es cuando estos medios evidencian su rol político revelando la articulación política que realizan con otros sujetos hegemónicos a través de la difusión de discursos homogéneos compartidos que defienden el neoliberalismo.
 
Uno de sus recursos discursivos que usan estos medios, en ambas situaciones, como también frente a regímenes políticos no neoliberales, es la demonización. Los medios estigmatizan a quienes protestan o presentan candidaturas o regímenes políticos alternativos. No es raro ver en estos medios entrevistas a los mismos líderes de opinión pública que refuerzan sus valoraciones, es decir políticos fujimoristas, apristas o pepecistas, “especialistas”, congresistas, empresarios, etc., o difundiendo encuestas tendenciosas que reafirman sus posiciones. Un claro ejemplo de todo esto, es el comportamiento político de El Comercio en las elecciones presidenciales del 2006 o frente a la revocatoria contra la gestión municipal de la actual alcaldesa Susana Villarán. 
 
Lo más complicado es que, con la crisis de los partidos políticos en el país, la gente forma su opinión política sobre lo que sucede en el espacio mediático. “Lo escuché en la televisión” “Eso dicen los periódicos”, señalan cuando se les pregunta dónde se informaron de tal o cual suceso o porqué opinan de tal manera.
 
Varias preguntas y una sola reacción
 
¿Puede doña Rosa y el vecino Juan ejercer en igualdad de condiciones su derecho a la libertad de expresión, información y opinión con que lo hace el Grupo el Comercio? ¿Qué hace el Estado para regular e impedir la conformación de monopolios empresariales? ¿Puede la autoregulación poner límites a la concentración empresarial? ¿Puede convertirse la información, bien público, en un producto de mercado publicitario? Finalmente, ¿Qué podemos hacer los ciudadanos y ciudadanas que a diario sufrimos el bombardeo mediático de estos grupos empresariales?
 
La respuesta está entre todos y todas tomando en cuenta los tres roles señalados, y que asumen las corporaciones mediáticas concentradas por El Comercio, como son cuando usan su poder simbólico, reproducen hegemonías y asumen el rol de actor político. Por todo ello urge reaccionar pues de lo contrario la mayoría seguirá sufriendo la violencia simbólica asolapada del “Decano”.
 
 
Raquel Palomino
Periodista virtual, comunicadora, activista de derechos humanos y militante política.
 


[1] RPP es la sigla de una de las emisoras más poderosas del Perú. Radio Programas del Perú pertenece al Grupo empresarial mediático RPP. Esta emisora privada es la única emisora que tiene una cobertura nacional.
 
[2] Testimonio de una víctima de la represión policial ocurrida el 05 de junio de 2009 en Bagua, Amazonas, Perú
 
[3] Pierre Bordieu “La Reproducción”.
 
[4] Jorge Luis Duarez Mendoza “Neoliberalismo y Disputas durante el 2do gobierno aprista. Un análisis desde la teoría de la hegemonía”. FLACSO. 2012.
 
[5] Mabel Thwaites Rey. “La Noción Gramsciana de Hegemonía en el Convulsionado Fin de Siglo. Acerca de las bases materiales del consenso”.
https://www.alainet.org/pt/node/81777?language=es
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