Se generaliza la lucha andino-amazónica contra la recolonización

21/07/2009
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Alan García…algunos meses atrás les dijo a sus soldados y policías  “tiren y piensen después”. De este modo, no hay que ser adivinos  para suponer que podríamos ver más violencia y muertes debidamente anunciadas.  Rodrigo Montoya Rojas, “Solidaridad con el movimiento indígena amazónico”. http://alainet.org
18/08/2008.

Es un momento histórico caracterizado por que en medio de la generalización de la crisis multidimensional del capitalismo y de Occidente, de la mundialización-neoliberalismo-financiarización, la derecha continental se reorganiza para recuperar posiciones perdidas y el Imperio bajo la dirección de Obama pretende recuperar hegemonía sobre América Latina a partir de sus más firmes aliados localizados a lo largo del Pacífico: Colombia, México, Perú y Chile, utilizando viejas y nuevas formas de dominación y recolonización. El problema que confrontan es que la descolonización ha comenzado desde lo más profundo de los pueblos y la resistencia va haciéndose permanente. Hoy le toco al Perú estar en el centro de la tormenta, los pueblos amazónicos articulados a los andinos y por un momento en un movimiento societal único resisten a la recolonización y la respuesta gubernamental ha sido el genocidio etnocida fríamente planificado. Presidente, Gabinete, Partidos, Congreso, poder judicial, poderes regionales y locales y los medios son los principales culpables y el responsable más importante es Alan García Pérez que tomo la decisión en coordinación con la base militar El Milagro de Bagua.

Alan García con la paranoia forjada durante su primer Gobierno caracterizado por la crisis económica, la violencia ilimitada y la corrupción; en esta nueva administración trabaja para imitar e imponer el modelo “socialista neoliberal chileno”, crecimiento económico en base a las inversiones de las corporaciones internacionales con estabilidad económica y legitimidad política. Con el aporte criollo y muy peruano: el enriquecimiento partidario que generaliza la corrupción del sistema político. Tres años atrás García pensaba que tenía el plan perfecto: abandonar su crítica al neoliberalismo, traicionar a los votantes y adoptar la desposesión como proyecto, cuando las materias primas estaban al alza. Fujimori y Toledo habían vendido las empresas y sólo faltaba el territorio, los recursos naturales y la biodiversidad incluyendo mares, ríos, lagos, fauna, flora, conocimientos, universidades y todo lo posible de ser mercantilizado. Con ello lograba crecimiento y mayor empleo, quedaba bien con Estados Unidos y conseguía su objetivo de terminar no sólo impune por corrupción y sus crímenes de lesa humanidad, sino protección imperial para todo su futuro. Maquiavélicamente tampoco le interesó aliarse para ello con la oligarquía, los fujimoristas y la derecha racista y cavernaria que él considera deberían sucederlo garantizando impunidad. Nunca calculó que su aliado Fujimori terminara en la cárcel y menos que llegara la crisis ecológica, económica y energética a todo el sistema poniendo en cuestión el proyecto neoliberal, que ha terminado de desregular la economía y el medio ambiente en beneficio de las trasnacionales y lo está llevando a otras crisis: la del sistema político pues ya nadie cree en los políticos y partidos, la justicia, los medios.

En la amazonía se desata la crisis de sobrevivencia humana por la destrucción territorial y contaminación de los recursos vitales de los pueblos indígenas y crisis económica asociada a su carácter primario exportador en medio de la gran crisis que vive el capitalismo. La desconfianza en occidente y su cultura obligaba a los pueblos a retomar la memoria de su lucha anticolonial y sus naturales formas de organización horizontal para responder a estas agresiones. Organizaciones y ONG que hacían más digerible al neoliberalismo, dedicadas a la salud y educación (AIDESEP), a la defensa de la contaminación minera (CONACAMI), a los problemas agrarios (CNA-CCP) se van convirtiendo en organizaciones indígenas contra el saqueo y la depredación conviviendo aún con prácticas políticas occidentales como el burocratismo, el caudillismo y la escasa autonomía determinada por las ONG. El Perú esta convulsionado las luchas se dan en todas las regiones, en todos los sectores, los pueblos se oponen al neoliberalismo y al sistema político. Mineros, campesinos, maestros, cocaleros, estudiantes, portuarios, médicos están en el combate.

Como decíamos García fue electo por que prometió acabar con el neoliberalismo pero optó por el modelo Pinochet. Y no obstante el crecimiento que hubo en los años anteriores, éste adolece de una extrema fragilidad, hoy el 58% rechaza la política económica según encuesta de la Universidad Católica. En abril de 2009 la bolsa de valores se desplomaba, el sector manufacturero decrecía en 13.14%, las exportaciones caían en 37,2%, la recaudación disminuye en 21.1% y la población hambrienta pasaba el 33%. El 92% considera que los pueblos amazónicos debieron ser consultados antes de imponer decretos legislativos. Ante este desastre el Presidente sigue pensando que la mayoría lo apoya pero no se manifiesta y sólo falta que los beneficiarios de su política económica lo acompañen en su guerra contra los enemigos externos y los 50 mil opositores internos.1

Quizás los combatientes aún sean minoría, pero la potencialidad emancipatoria es enorme. Lo más importante de la época es que los movimientos societales se van configurando en torno a la descolonización. La declaración de Mama Quta Titikaka lo expresa en estos términos: “…asistimos a una profunda crisis de la civilización occidental capitalista donde se superponen las crisis ambiental, energética, de exclusión social, hambrunas como expresión del fracaso de eurocentrismo y de la modernidad colonialista nacida desde el etnocidio y que ahora lleva a la humanidad entera al etnocidio”2 Bajo la consigna de reconstruir los territorios ancestrales y la organización de la minga con horizontalidad e interculturalidad las organizaciones indígenas asumen la defensa de los pueblos y de la tierra. Es una estrategia de lucha anticolonial.

La matanza de Bagua. El responsable del genocidio: Alan García Pérez

Las primeras noticias elaboradas, en medio del caos creado por la sanguinaria represión, por los servicios de inteligencia estatales difundidas por la prensa filoaprista y neolibertal hablaron de 24 policías y 6 indígenas muertos, haciendo coro a García que además acusaba a terroristas, Gobiernos y ONG de ser los instigadores. Hoy son buscados un millar de indígenas “desaparecidos”.3 El estado de emergencia y la represión continua, la investigación de la masacre está prohibida, las radios han sido silenciadas. Los familiares de los policías caídos tampoco pueden pedir autopsias y Los Umalistas y la vieja izquierda “caviar” instalada en la CGTP, al inicio reticentes en el apoyo a los pueblos amazónicos, después se solidarizaron con las luchas en su búsqueda de votos pero sin siquiera contabilizar las víctimas.

Cuando García responsabiliza a Evo Morales y a Hugo Chávez, a los terroristas de SL o del MRTA, a Umala o a las ONG sólo pretende a) engañar a los analistas y a la opinión pública internacional, b) que la prensa “chicha” (principalmente La Razón, Expreso y Correo) lo amplifique internamente y c) que le sirva de legitimación ante un posible juicio por crímenes de lesa humanidad acumulados. En Perú –como en Chile, Colombia y otros países- el Estado terrorista que se crea hace un cuarto de siglo no sólo no está disuelto sino que está más vigente que nunca y el control a través de la prensa, de los servicios de inteligencia y la violencia represiva son de uso cotidiano. Con esto queremos decir que García sabía perfectamente que detrás de estos movimientos está la memoria de despojo y resistencia, los movimientos societales indígenas latinoamericanos y algunas ONG que pugnan por una globalización humanizada, pero había que buscar responsables y legitimar la masacre. Ángel Páez en marzo denunciaba que una empresa de seguridad, Business Track de propiedad de un connotado militar que trabajaba con Montesinos espiaba a las organizaciones sociales para el Gobierno y trasnacionales mineras y petroleras, entre otras, con el objeto de liquidar cualquier oposición a los siniestros planes gubernamentales de acabar con la soberanía.4

Al escuchar las primeras informaciones de los hechos de Bagua sabíamos que se trataba de otra acción genocida de García. Su espíritu criminal demostrado fehacientemente entre 1985-1990 –con su mayor matanza de más de 300 presos políticos indefensos en tres penales en 1986- renacía con la misma alevosía que antes. Debe de quedar claramente establecido que García es el principal responsable del genocidio y no el TLC, ni el neoliberalismo en abstracto. La violación de las facultades delegadas por el Congreso en muchos de los 99 Decretos Legislativos no respondían a las exigencias del TLC pero sí a los negociados con las trasnacionales (la prensa lo llamó el faenón petrolero). Incluso el propio Gobierno o el Congreso norteamericano a solicitud y presión de la oposición pudiesen condenar y hasta sancionar al Estado peruano por violación de convenios internacionales y la legalidad peruana ante un posible alboroto internacional mayor.

En el estilo de García fueron asesinados hasta hoy selectivamente 150 dirigentes, se obstruyo la evacuación de víctimas, desaparecieron cadáveres, secuestraron heridos de los hospitales, cazaron indígenas disparándoles por la espalda, ultimaron heridos, los enterraron en fosas comunes, utilizando la experiencia asesina de Cayara y decenas de matanzas en los años 80.

La actitud etnocida de este sujeto, su partido (APRA) y aliados como los fujimoristas se sustenta en la sicología racista del clasemediero blancoide peruano que se siente criollo y desprecia profundamente al indígena, pero más que todo en una ideología –la aprista- que sostiene que el imperialismo tiene un lado malo y otro bueno: el capital y el progreso. Adaptada a los tiempos que vivimos y a la ideología cepalina según ellos la globalización puede ser buena y aprovechable, sólo si acabamos con el indígena “perro del hortelano” que no come ni deja invertir. Con la ideología de conquistador que además considera que el 15% de la población no es electoralmente significativa, prepara el saqueo sabiendo que los seis departamentos amazónicos solo general el 6% del PBI nacional. Este dato que muestra el bajo valor de retorno de esas inversiones es la mejor prueba de que Alan García no promulgó la centena de DL para favorecer el desarrollo o el TLC, sino para el enriquecimiento de la élite política corrupta que gobierna con él.

Pero es más, este criminal ya venía con fama de corrupto y se habría beneficiado con las coimas y arreglos con las trasnacionales como lo prueba el escándalo de los petroaudios y otros eventos. La empresa minera Dorato Perú subsidiaria de una trasnacional canadiense instalada en la Cordillera del Cóndor y gerenciada por Carlos Ballón (asesor de García en temas mineros) no obstante carecer de permiso. Contratos firmados sin consulta como el que se estableció con la empresa HOCOL o la defensa de Repsol-YPF ante la declaratoria como reserva territorial a favor de pueblos indígenas tramitado desde el 2003. Otro claro ejemplo de indicios de corrupción es el de la empresa Petrotech que dejo de pagar 270 millones de dólares en impuestos y nadie se atreve a cobrárselos. A nivel más general el argumento presidencial de que la minería o los hidrocarburos benefician al país es una falacia pues los impuestos que pagan y las regalías no suman más del 5%. Entonces todo hace suponer que los grandes beneficiarios son las trasnacionales y quienes promueven las leyes en su favor. Ya está probado que en más de un siglo la explotación del caucho, de la madera o las vías marginales solo han traído sangre y etnocidio colonial a la gran región amazónica. Pero además paradójicamente García en su locura ególatra cree que mientras más sangre se derrame más se legitiman las matanzas de su primer Gobierno.

Antecedentes y contexto

Creemos correcta la afirmación de Amin de que el capitalismo desde que nace y se implanta es imperialista y colonial. Los explotadores del caucho, de la madera, del oro, de los hidrocarburos sucesivamente han despojado a los indígenas amazónicos de su territorio ancestral. La misma creación de la República peruana desconoce la preexistencia de los pueblos indígenas y en 1974 el Gobierno progresista de Velasco Alvarado dicta la Ley de comunidades nativas y de Promoción Agropecuaria de las regiones de selva y ceja de selva para incorporar en condiciones equitativas a las comunidades indígenas. El Gobierno del General apristoide Morales Bermúdez (1975-1980) en 1978 las clasifica como comunidades nativas (decretando su primitivismo y otorgándole solo el derecho a la tierra) y entre otros aportes a la doctrina aprista separó el derecho sobre el suelo del derecho de uso forestal. De ahí que el paquete de decretos TLC de García que sólo es una pieza dentro de la estrategia global de saqueo del Perú tiene como particularidad el colocar al Estado con dominio inobjetable sobre la amazonía y excluir a los indígenas como agentes económicos, desconocer su territorialidad originaria y colocar su tierra y recursos en el mercado mundial para la exportación. Con 100 decretos desagregaron la territorialidad en otros tantos elementos a privatizar desconociendo todos los instrumentos jurídicos de defensa indígena. No importó que desde 1993 el Perú haya adoptado el Convenio 169 de la OIT o que en el 2007 la Asamblea General de la ONU haya acordado la Declaración sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas de carácter vinculante.

Desde que entra García al Gobierno los conflictos crecen y sólo en mayo de 2009 eran más de 250. Las protestas tienen que ver con el rechazo a los diversos paquetes neoliberales que se han ido dosificando a intervalos: el minero, agrario, amazónico, ley de cuotas de pesca, el de puertos y empresas públicas, el de reducción de derechos laborales en pequeñas empresas, etc. La defensoría del pueblo ese mes contabilizó 268 la mitad de los cuales socioambientales y relacionados a trasnacionales, la otra mitad son contra la corrupción neoliberal de los gobiernos locales y regionales o por reivindicaciones laborales.5 El 28 de junio del 2008 se da el paquetazo de decretos que descomponen los derechos indígenas sobre sus territorios como fuente de energía, poder y continuidad para desconocerlos, una verdadera política de tierra arrasada:
·        EL DL 994 declara que todas las tierras eriazas con aptitud agrícola que no tengan título de propiedad serán de propiedad del Estado quien podrá subastarla.
·        El DL 1064 elimina el requisito de negociación previa para otorgar a particulares derechos de servidumbre sobre un terreno, lo que significa reclasificar los derechos comunales y afecta al régimen agrario, subordinando los pueblos indígenas a los individuos, colonos y empresas, evitándoles la consulta local;
·        el DL 1073 desconoce la propiedad intelectual, el DL 1078 enfatiza en los sistemas de evaluación de impacto ambiental, el DL 1079 aborda las Áreas Naturales Protegidas, el DL 1081 se refiere a los recursos hídricos.
·        El DL 1083 favorece la privatización del agua a grandes usuarios como las empresas mineras. Y también los DL 1081, 1079 y 1020 favorecen la explotación minera, maderera y de hidrocarburos.
·        El DL 1085 y el 1090 sobre el régimen forestal y de fauna y su organismo supervisor, apuntando a reducir el territorio amazónico cubierto por el sistema de protección del patrimonio forestal del Perú abriendo 45 millones de hectáreas (64% de los bosques peruanos) al desarrollo económico promovido por las trasnacionales;
·        el DL 1089 trata de la formalización de predios rurales a través del COFOPRI, promoviendo la titulación de la propiedad individual frente a la colectiva;
·        los DL 1015 y 1073 facilitan el fraccionamiento de tierras comunales mediante simple mayoría en lugar de los dos tercios, el 1035 de adecuación al acuerdo sobre inversiones relacionadas a la OMC, etc.
Luego de años de unificar las luchas, de centralizar la protesta amazónica, en los últimos dos AIDESEP adquiere protagonismo al definirse por la defensa de los 67 millones de hectáreas6 de bosques amazónicos7 que el Gobierno ya había comenzado a lotizar entre las trasnacionales y al comandar las revueltas de agosto de 2008 cuando los pueblos Awajun, Wampis, Matsiguenka y Shipibo cercaron a la empresa argentina Perú-Petro, una hidroeléctrica y bloquearon carreteras en Bagua y Utcubamba en Amazonas, Datem en Loreto, Echarate en Cusco y en Iparia, Ucayali. Bloquearon vías fluviales y de transporte cortando el flujo con la costa. El gobierno respondió con la suspensión de garantías constitucionales y decenas de heridos. 8 Mientras en el Sur bloquearon las instalaciones de gas natural de Camisea, plataformas de exploración y un proyecto de represa hidroeléctrica.

Los pueblos amazónicos exigían se deroguen 30 decretos y el Congreso revocó los decretos 1073 y 1015. El TLC fue suscrito entre García y Bush en diciembre de 2007. El 8 de diciembre de 2005 y en enero de 2009 entra en vigor. Los seis primeros meses del 2008 García prepara su artillería jurídica privatizadora, en febrero de ese año se produce el paro nacional agrario con ocupación de rutas en todo el país a lo que responde con el Estado de Emergencia y varios muertos. El 8 de abril 1350 comunidades de Amazonas, Loreto, Ucayali Madre de Dios, Cusco y Junín lanzan una nueva campaña contra los mencionados decretos de García. Bloquean los ríos Napo y Corrientes. Cuando los indígenas cuestionan las grandes inversiones, bloquean gasoductos, niegan la autoridad del Gobierno y se declaran el estado de insurgencia García recurre al emergencia decidido a escarmentar a los rebeldes. En realidad los indígenas sólo querían dialogar.9

Los numerosos pronunciamientos e informes técnicos eran desestimados por el Gobierno. Los análisis contra los decretos-TLC de Aidesep, CAAAP, informe Eguiguren de la Universidad, de la Defensoría del Pueblo contra el Decreto 1015, ONG y organismos especializados como DAR, Racimos de Ungurahui, Oxfan América, Tsiroti, Servindi, etc.10 Es importante destacar que desde ese entonces Oxfam ya denunciaba que mucha de la normatividad no tenía relación con el TLC y era inconstitucional. Una prueba de que había otros oscuros intereses personales y de grupo tras los decretos legislativos. Los pueblos amazónicos lograron derogar dos decretos 1015 y 1073 que habilitaban la venta de tierras comunales y que los DL 994 y el 1090 (conocido como ley de la selva) sean declarados inconstitucionales en mayo de 2009 por la Comisión de Constitución. El Gobierno peruano ha sido cuestionado por organizaciones internacionales como el Foro Permanente de las Naciones Unidas sobre Cuestiones Indígenas, el Observatorio para la Protección de los derechos humanos, programa conjunto de la Federación Internacional de Derechos Humanos y la Organización Mundial Contra la Tortura, el Centro amazónico de Antropología y Aplicación Práctica, etc. etc.

El periódico Plos One (Universidad de Duke y el grupo Tierra es Vida de Mássachussets) llama la atención a los Gobiernos sobre la explotación de energéticos señala que 35 compañías de hidrocarburos operan más de 180 bloques en la amazonía de Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Brasil abarcando 688,000 Km2. De ellos 64 (58 en territorios indígenas) están en Perú cubriendo el 72% del territorio amazónico.11 Miguel Palacín representante de la Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas (CAOI) denuncia que este proceso de ocupación involucra a 65 naciones indígenas , 1200 poblaciones y 17 millones de Has.

Salomón Aguanash, dirigente de AIDESEP, relata que el día 5 de junio fueron engañados estando en tregua. Cuando se vieron amenazados y estaban dispuestos a desalojar por acuerdo con los jefes militares fueron atacados por órdenes superiores. O sea que la orden provenía de un Ministro o de la misma Presidencia. El Foro Permanente de Naciones Unidas para las Cuestiones Indígenas invocaba al Gobierno peruano de no intervenir militarmente. Cuando este organismo presente su informe de seguro será calificado de aliado del terrorismo internacional. El. Dr. Stavenhagen ya adelantó sus primeras impresiones mostrando evidencias de genocidio premeditado.

Después de la sanguinaria actuación de García la prensa fascista peruana del tipo Diario Correo insulta cotidianamente a Evo Morales y Chávez y reclama el uso de armas como los fusiles AKM, bombas NAPALM para exterminar a los pueblos amazónicos enemigos de la nación. Otros, como Ollanta Humala sólo atinan a proponer que se permita a los nativos ser accionistas en las explotaciones petroleras

Cual victoria?

Tenemos varias situaciones a considerar para no apresurarnos a hablar de victoria o derrota del movimiento amazónico. El triunfo sólo puede consistir en la salida de los vendepatrias del Gobierno, la revisión de los contratos petroleros, gasíferos, madereros, mineros y otros bajo nuevas condiciones soberanas. Sin embargo son innegables los avances, los más de 50 días de combates y el derramamiento de sangre configuran un momento de ruptura difícil de borrar.

1. Alan García no ha sido derrotado en la amazonía, más bien sus clientes pueden estar preocupados pero seguros de que tienen un buen defensor que viene dando muestras de que seguirá luchando sin importarle los que según él son reducidos grupos opositores. García aceptó la derogación cuando la Cumbre Amazónica acordó una huelga general indefinida para el 11 de junio. Su llamado post combate de Bagua a la guerra fría contra el estatismo y a la formación de un frente de los beneficiados del modelo para tal efecto quiere dar seguridades a la inversión privada y a lo que gastaron en mediadores.

2. De acuerdo con Roger Rumrill,12 el mejor conocedor de la Amazonía, los temas fundamentales aún no han sido discutidos como los 63 lotes con contratos petroleros que abarcan 500 mil KM2 sobrepuestos en muchos casos a comunidades indígenas y áreas de conservación.13 El 70% de la amazonía ya ha sido repartida a empresas petroleras y mineras, agrícolas y de servicios. Tampoco se discute que la venta de la mayor parte de la amazonía es para biocombustibles y servicios ambientales. Una hectárea de bosque tiene 600 TM de bióxido de carbono cuyo costo en la bolsa de valores de Londres es de 3 dólares TM.

3. Los verdaderos logros de acuerdo al análisis de Rumrill son por un lado la alianza estratégica andino-amazónica y la visibilización del mundo amazónico tan despreciado hasta hoy. Por otro lado está el fin del mito del progreso a través de la sierra exportadora y del perro del hortelano, la deslegitimación del poder político ahogado en la corrupción propiciada por las trasnacionales y el Estado: la Presidencia llega al 78% de rechazo y le siguen el Congreso, los partidos, las Regiones amazónicas, los alcaldes.

4. El Gobierno peruano ha legislado para adaptarse al TLC y privatizar para enriquecerse como grupo, sin reciprocidad mediante un centenar de decretos sobre derechos humanos, indígenas, propiedad intelectual, recursos naturales, agua, semillas, soberanía alimentaria, transgénicos, propiedad de la tierra, etc. bajo el presupuesto colonialista de que los indígenas son improductivos e ignorando la legislación nacional e internacional sobre derechos indígenas. Engañosamente se dispersan las normas para ocultar sus objetivos, se acompaña de la militarización del país y criminalización de las luchas, se difunde una ideología racista de la mendicidad, ignorancia ya que a pesar de poseer excesivas tierras continúan en la pobreza.

5. Los pueblos indígenas han perdido 150 dirigentes y 1550 están en la cárcel, los que sobreviven están perseguidos y criminalizados, acusados sedición y motín. García ha ordenado la detención de decenas y quiere encerrarlos 6 años. Están sometidos a maltratos físicos, tortura, presión sicológica. Los pobladores de Bagua estiman en un mínimo de 200 a 300 los muertos.

La descolonización se instala en el imaginario colectivo

Lo que no entiende el APRA, la derecha y un sector de la centro izquierda que le ofrece un apoyo crítico son las relaciones coloniales inherentes a la fase imperialista que vivimos. Gran parte de la obra de Marx está orientada a desenmascarar las falsas naturalizaciones y fetichizaciones de las relaciones sociales así como la fatalidad de ciertos procesos capitalistas, como en nuestros tiempos la globalización, el libre comercio o la especialización. Categorías como recolonización, colonialismo interno y colonialidad del poder ayudan a esclarecer una historia de recolonizción continua, de violencia, etnocidio y racismo sobre los países y pueblos indígenas y afroamericanos. Pablo González Casanova, Guillermo Bonfil y Anibal Quijano y los teóricos de la dependencia tienen aportes que nos deben servir para esclarecer la luchan por la descolonización que enarbolan los pueblos indígenas.

La colonialidad del poder, a decir de Aníbal Quijano, es uno de los elementos constitutivos y específicos del patrón mundial de poder capitalista. Se funda en la imposición de una clasificación racial / étnica de la población del mundo como piedra angular de dicho patrón de poder y opera en cada uno de los planos, ámbitos y dimensiones, materiales y subjetivos, de la existencia social cotidiana y a escala societal. Se origina y mundializa a partir de América. Con la constitución de América (Latina), en el mismo momento y en el mismo movimiento históricos, el emergente poder capitalista se hace mundial, sus centros hegemónicos se localizan en las zonas situadas sobre el Atlántico —que después se identificarán como Europa— y como ejes centrales de su nuevo patrón de dominación se establecen también la colonialidad y la modernidad.14 Formas de dominación y privilegio conservadores de un colonialismo interno-externo y abigarrado inscritos en la memoria, imaginarios, formas de representación, religiosidad, educación, cultura, que niega capacidades y potencialidades, minoriza a las mayorías, ocultas y encubiertas en las ideas de igualdad, ciudadanía, estado de derecho, multiculturalidad, postcolonialismo , etc. permiten reproducir las estructuras coloniales de opresión y renovar la condición colonial a cada momento. Bonfil Batalla señala que la independencia no elimino la estructura colonial interna de un grupo invasor civilizador que consolida una empresa de explotación, que impone un orden excluyente, niega y excluye la cultura del colonizado, lo desindianiza destruyendo la identidad colectiva, lo adapta como vencido, mantiene la diferencia basada en la inferioridad natural y el mal, la violencia que redime al vencido y el clero lo justifica y ejerce control.15

Por su parte, Pablo González Casanova, sostiene que colonialismo y estructura colonial son nociones intercambiables y que el colonialismo es un fenómeno interno. Y aludimos a esta relación si hablamos de poblaciones que no han podido administrase a sí mismas, de economías primario-exportadoras complementarias a la metrópoli, de mercados de bienes y fuerza de trabajo controlados, de concesiones y permisos de inversión a la empresa trasnacional, de niveles de vida inferiores a la metrópoli, predominio de sistemas represivos en la solución de conflictos, explotación combinada acompañada de racismo y discriminación entre europeos evolucionados e indígenas arcaicos deshumanizados, políticas de manipulación y discriminación jurídicas, educacionales, lingüísticas , administrativas que sancionan el dominio. Es más específico cuando el concepto lo relaciona más directamente con la población indígena expresadas en tres formas:

1. Monopolio y dependencia de la metrópoli en comercio, créditos, monocultivo, aislamiento, deformación, descapitalización, migración y reforzamiento político militar de ese monopolio.

2. Relaciones de producción y discriminación: relaciones de explotación combinada, despojo de tierras comunales, salarios diferenciales, explotación artesana, discriminación social, lingüística, jurídica, política, sindical, agraria, en inversiones, créditos y sobre ello desplazamiento del indígena por el ladino y reforzamiento político de los sistemas combinados de explotación.

3. Cultura y niveles de vida: economía de subsistencia y técnicas atrasadas, tierras pobres, agricultura y ganadería deficientes, baja productividad, niveles de vida inferiores y carencia de servicios, cultura mágico religiosa, objeto de manipulación económica y política, alcoholismo y prostitución, rutinarismo, conformismo, tradicionalismo, agresividad entre comunidades y reforzamiento político de todas estas relaciones. 16

Las primeras visiones son más históricas y totalizantes que las francamente estructuralistas de González. Lo cierto es que las estructuras coloniales en países indígenas han variado muy poco e históricamente la recolonización es un proceso permanente. Es así como se van configurando las nuevas identidades societales de la colonialidad y las relaciones intersubjetivas correspondientes, que funden las experiencias del colonialismo y la colonialidad con las necesidades del capitalismo en las renovadas formas de dominación hasta la actualidad. Cuando el mismo Quijano define el poder tal como lo conocemos ahora, apunta: es un espacio y una malla de relaciones sociales de explotación/dominación/conflicto articulados, básicamente, en función y en torno de la disputa por el control de los siguientes ámbitos de existencia social: (1) el trabajo y sus productos; (2) en dependencia del anterior, la “naturaleza” y sus recursos de producción; (3) el sexo, sus productos y la reproducción de la especie; (4) la subjetividad y sus productos materiales e intersubjetivos, incluido el conocimiento; (5) la autoridad y sus instrumentos, de coerción en particular, para asegurar ese patrón de relaciones sociales y regular sus cambios.17

La colonialidad del poder es un patrón colonial que ha configurado la propia estructura estatal republicana y que no se puede inteligir sin el concepto de recolonización, incluyendo al régimen y al sistema político. La separación Estado/sociedad no es producto del desarrollo capitalista —como ocurrió en Europa—, sino una imposición que corresponde a la clasificación social y política colonial. Los criollos construyeron al Estado y reiniciaron el proceso colonial de expropiación de territorios, recursos naturales, crearon las rentas precapitalistas y, en general, del poder del “otro” apoyados en la violencia. La construcción de las fuerzas armadas y policiales, del poder judicial y su estrecha asociación al poder espiritual y material a la Iglesia obedecen al viejo patrón colonial y hasta hoy son poderes que permanecen apartados de la sociedad, excepto para someterla. Ésta nunca decidió sobre estos poderes al naturalizarse la percepción del lugar que ocupa el Estado sobre la sociedad.

De este modo, en cada ámbito de la existencia social cuyo control se disputan agrupaciones sociales y de cuya correlación de fuerzas y conflictos se forman las relaciones de explotación/dominación/resistencia sus elementos son siempre múltiples, discontinuos, heterogéneos y se van naturalizando en clasificaciones, experiencias, identidades y relaciones históricas de la colonialidad y distribución geocultural colonial del poder capitalista mundial.

La compleja clasificación del trabajo y la división racista de las sociedades coloniales, implican profundas y articuladas relaciones de poder que asociaban lo económico y lo extraeconómico en una totalidad que conjunta procesos de larga duración donde las agrupaciones sociales se disputan el control de los ámbitos esenciales de la existencia social que configuran un patrón de distribución del poder históricamente determinado. Es así como la constitución de los sujetos sociales es un problema histórico de conflictos, una memoria de las luchas que define la identidad y la desidentidad, la experiencia heterogénea y discontinua convertida en subjetividad colectiva.

De acuerdo con Quijano, los procesos de subjetificación cuyo sentido es el conflicto en torno a la explotación/dominación/conflicto pueden clasificar a la sociedad y en el capitalismo mundial son el trabajo, la raza y el género las tres instancias ordenadoras centrales. La más importante es el trabajo, y la dominación es la que hace posible la explotación, pero verlas separadas sólo ha servido para mantener la dominación. Igualmente les sirve la naturalización de estas relaciones.

La justificación de la categoría “raza” para el patrón de poder mundial capitalista eurocéntrico y colonial moderno, es fundamental en la historia de América Latina y del mundo colonial, dice nuestro autor.

La atribución de las nuevas identidades sociales resultantes y su distribución en las relaciones de poder mundial capitalista, se estableció y se reprodujo como la forma básica de la clasificación societal universal del capitalismo mundial, y como el fundamento de las nuevas identidades geoculturales y de sus relaciones de poder en el mundo. Y, asimismo llegó a ser el trasfondo de la producción de las nuevas relaciones intersubjetivas de dominación y de una perspectiva de conocimiento mundialmente impuesta como la única racional. La racialización de las relaciones de poder entre las nuevas identidades sociales y geoculturales, fue el sustento y la referencia legitimatoria fundamental de carácter eurocentrado del patrón de poder material e intersubjetivo. Es decir, de su colonialidad.18

La categoría “colonialidad del poder” tiene una enorme potencialidad, cuyo desarrollo es una tarea pendiente. Constituido el Estado sin vínculos con la soberanía o con la autodeterminación, será sucesivamente sometido a las potencias hegemónicas, primero Inglaterra y después los Estados Unidos. La dominación económica y política sobre los estados del espacio andino-amazónico les otorgan carácter de semicoloniales.

De este modo, los países de la periferia colonial no han salido del patrón de dominación como estados coloniales dependientes en diversas formas históricas, donde los dominantes son capitalistas tributarios y/o asociados dependientes, y los dominados son desde esclavos hasta asalariados, formas de explotación impuestas a partir de la destrucción de la estructura societal y el despojo de saberes intelectuales y sus expresiones. Sobre esta base la hegemonía eurocéntrica implicó una doble fetichización, la del capitalismo y la del colonialismo, un imaginario mitológico que naturaliza instituciones y categorías que ordenan las relaciones de poder impuestas por los vencedores dominadores. Como señala Walter Mignolo:
El imaginario del mundo moderno /colonial surgió de la compleja articulación de fuerzas, de voces oídas o apagadas, de memorias compactas o fracturadas, de historias contadas desde un sólo lado que suprimieron otras memorias y de historias que se contaron y cuentan desde la doble conciencia que genera la conciencia colonial... El principio de doble-conciencia es, en mi argumento, la característica del imaginario del mundo moderno/colonial desde las márgenes de los imperios.19

Sólo cabría remarcar la diferencia entre colonialidad y colonialismo. La categoría “colonialismo”, y sus derivaciones intermedias, el semicolonialismo y el neocolonialismo, se refieren a la política de los países imperialistas y a la estructura de dominación / explotación resultante, donde el control del poder político, del trabajo y de los recursos del país colonizado lo detenta la burguesía del Estado imperial en conjunción con la lumpenburguesía criolla. Cuando la autoridad y el Estado son administrados directamente por otra jurisdicción territorial, estamos pensando en el viejo colonialismo. La dominación política por parte de un Estado sobre poblaciones no adscritas a él ha sufrido modificaciones en torno a la soberanía jurídica para facilitar las operaciones trasnacionales que van acompañadas de la creación de reglas e instituciones al interior y alrededor de los estados dominados, para que éstos quieran lo que conviene a Estados Unidos y otras potencias imperiales.

Imperialismo y hegemonía no son términos opuestos, y creemos que es posible hablar de hegemonía imperialista, lo que significa “dominación en la jerarquía de los estados y en la economía mundial”, agregándosele la territorialidad y el control estratégico, colonialismo e ingeniería institucional trasnacional. La relación de igualdad soberana entre estados, es la misma que se da entre sujetos iguales en el mercado: una relación de desiguales. En el caso de los estados, esta visión esconde las relaciones de poder imperialista que bajo la ficción de la soberanía estatal ocultan el control de un Estado sobre la economía, la política, la cultura y las fuerzas armadas de otros estados. En términos de sujetos sociales, estamos hablando de la articulación de la gran burguesía de los Estados Unidos con las burguesías trasnacionalizadas de los países del espacio andino- amazónico de América Latina de origen criollo, étnicamente diferenciadas de las grandes mayorías de trabajadores, principalmente indígenas, negros y mestizos.

Para examinar la relación entre colonialidad y colonialismo hay que partir, por un lado, de reconocer que el capitalismo siempre fue imperialista y por lo tanto colonialista; y, por otro, de que minorías de origen europeo monopolizaron el poder de los estados latinoamericanos, fueron portadoras de la colonialidad del poder y con distinta intensidad y capacidad hegemónica vehículos de la dominación y la dependencia histórico estructural. El colonialismo es una relación de dependencia que posibilita la dominación/explotación/supremacía de un país sobre otro. Es la forma que adquiere la expansión europea sobre el resto del mundo desde el siglo xvi. Primero fue mercantilista y luego estuvo asociado a la revolución industrial y al desarrollo del imperialismo contemporáneo. En este último caso, tras una formal independencia política está la permanente subordinación y el intervencionismo económico, político, cultural y militar condicionada por la exportación de capitales, la fuerza cada vez mayor de las trasnacionales y la división territorial del mundo. Colonialismo son los proyectos y procesos de expansión de los estados-nación, en virtud de su superioridad económica, política y militar, con el objeto de ampliar su ámbito de poder y renovar continuamente el sometimiento para persistir con la explotación.

Estados Unidos ha sido, durante más de un siglo, la potencia imperial dominante en América Latina. Sin embargo, desde la segunda posguerra venía perdiendo influencia de manera lenta pero constante, a pesar de controlar poderosas instituciones internacionales y su fuerte control sobre otros estados. Durante las dos últimas décadas el gobierno y la elite empresarial, impulsados por la competencia y la sed de ganancias, deciden globalizarse y recolonizar América Latina. Esto significó para la región la modificación de los estados semisoberanos como mecanismos de dominación. Es decir, con nuevos medios se vienen transformando los entornos nacionales e internacionales de los estados nacionales.

Estos cambios son impulsados por el neoliberalismo, que afirmado en la colonialidad del poder, desplaza “las relaciones sociales internas dentro de los estados a favor de intereses de los acreedores y rentistas, subordina los sectores y priva a la inmensa mayoría de trabajadores de poder, riqueza y seguridad”.20 El teórico marxista recientemente fallecido Peter Gowan agrega que la transformación del entorno externo de los estados lleva el nombre de globalización e implica la apertura de la economía política del Estado a productos, empresas, flujos, agentes financieros procedentes de los países del centro de la economía capitalista mundial, haciendo las políticas públicas dependientes de acontecimientos y decisiones tomadas en Washington. De acuerdo a este autor, el sistema nervioso central de la globalización se encuentra en el modo en el que se han rediseñado y gestionado las relaciones monetarias y financieras internacionales en el último cuarto del siglo xx, un proyecto y un resultado estrictamente político de decisiones tomadas por los sucesivos gobiernos de un Estado: los Estados Unidos de Norteamérica. El régimen monetario internacional ha operado, por un lado, como “régimen económico” internacional y, por otro, como instrumento potencial de acción política susceptible de modificar las condiciones económicas y como instrumento al servicio de una política de dominación.21 La importancia de la investigación de Gowan radica en que muestra detalladamente la relación dinámica entre los agentes privados de los mercados financieros y la política del dólar del gobierno estadounidense. Muestra cómo el proyecto global imperialista de la posguerra fría implica nuevos medios de alterar los entornos internos y externos de los estados en direcciones que les inducirán a seguir aceptando la dominación política y económica del imperio.

Un medio es la transformación del entorno exterior, que consiste en la apertura de la economía política del Estado a la entrada de productos, empresas, flujos y agentes financieros procedentes de los países del centro del capitalismo mundial. Examinar este ámbito permite conocer los recursos, oportunidades y opciones de poder que se generan a partir de múltiples factores que configuran el plano geopolítico: la potencia militar, el poder económico, la geografía, la demografía, la distribución del poder y los agentes transterritoriales. Los agentes internacionales —como las organizaciones estatales— bm-bid-fmi-omc, son puntas de lanza neoliberales. Estas instituciones van asociadas al poder de los medios y otras, ocultas, que forman redes de poder invisible y se objetivan como grandes mafias trasnacionales. Otro medio es la transformación de los entornos nacionales de los estados, lo cual exige desplazar las relaciones sociales internas dentro de éstos a favor de acreedores y rentistas, subordinando el sector productivo al financiero y privando a la mayoría de la población de poder, riqueza y seguridad. En el entorno interno y el espacio social de la política recolonizadora hay que revisar los cambios en los estados, mercados y las configuraciones sociales que se han modificado institucionalmente y reconfigurado sus pilares. El mercado se ha expandido en la vida social, las fundaciones y ong han adquirido presencia en la sociedad civil, y los agentes sociales, en cuanto clases e identidades categoriales se han transformado. Aquí es donde las ideas políticas adquieren gran influencia a través del sistema político, de las Fuerzas Armadas y los medios, que merecen un examen aparte.

Los cambios en los Estados se consolidan en los nuevos regímenes, en los cuales los nuevos dirigentes estatales coinciden con lo que quieren los líderes de Occidente, apoyándose en la colonialidad del poder, justificaciones ideológicas y hábitos de subordinación. Los estados se reestructuran sin mayor oposición ante la retirada de los trabajadores y de la izquierda del escenario del conflicto y usando los instrumentos políticos para modificar las realidades económicas y de gestión.

La globalización provoca una aceleración y profundización de la expansión capitalista, modificando las relaciones de poder, esto es, las relaciones de dominación, de explotación, de territorialización y de conflicto. También diversifica y aumenta las formas de desigualdad, de polarización y de identidad engendrando mayor violencia social y política. El capitalismo imperialista se establece como un sistema mundial de control de los recursos globales, principalmente del mundo colonial, exacerbándose con la globalización la mercantilización de las relaciones sociales y las crisis.

Hegemonía y geoestrategias territoriales

La estrategia recolonizadora no es más que una estrategia moldeada según las necesidades económicas de los Estados Unidos para extraer beneficios a través de las relaciones comerciales, inversiones, intereses y royalties que mejoren su competitividad y economía política. La imposición de la política exterior norteamericana corresponde a la penetración que ha logrado en los niveles superiores del aparato militar, los servicios de inteligencia, la tecnoburocracia, los empresarios, el Ejecutivo y el sistema político de los diferentes estados; en nuestro caso, de esta región de América Latina. A los controles financieros ejercidos por la banca norteamericana, en particular con base en la deuda externa y el papel del bm-fmi, se agrega el control militar directo a través del Comando Sur, las embajadas, el Departamento de Estado, fbi-cia-dea, que llegan a decidir candidatos, ministros y asesores aceptables, configurando una estructura de dominio directo.

Se fortalece la recolonización al intensificarse la explotación, la imposición del libre cambio y la lucha contra el terrorismo continental. Las trasnacionales controlan la industria, los recursos naturales y los servicios. Venden desde productos culturales hasta drogas y armas, desde bienes y servicios de la comunicación y la informática hasta el comercio minorista. La militarización asegura las compras bélicas. En el plano ideológico e institucional, la ideología del pensamiento único y las ong, se convierten en pilares de esta forma de dominación.

Algunos datos pueden ilustrar estas aseveraciones. Entre los años 1974-1995 América Latina ha transferido (por servicio de la deuda, transferencias unilaterales, términos de intercambio, regalías, fugas de capital y omisiones) a los países centrales 2 billones 100 mil millones de dólares, excluyendo ganancias de las trasnacionales y subfacturación. Las reinversiones fueron el 50 por ciento de la inversión directa extranjera. El 57 por ciento de las exportaciones latinoamericanas son hechas por las trasnacionales intrafirma y 49 centavos de cada dólar es gastado en bienes y servicios importados de Norteamérica. Finalmente, América Latina exporta más petróleo a Estados Unidos que el Oriente Medio.22

En el nuevo sistema mercantilista imperial, basado en el saqueo, el fmi actúa como representante de los grandes consorcios financieros e instrumento de los sectores productivo, tecnológico, comercial y financiero, mientras los planes anexionistas son representados por los TLC, por un lado y la tríada Plan Puebla-Panamá-Mérida (México), Plan Colombia e Iniciativa Andina por el otro, completando la estrategia. En este sentido, el Estado imperialista garantiza los procesos de reestructuración económica que resulten de la intensificación de los procesos comerciales, los flujos financieros y los cambios en la actividad productiva, imponiendo un reparto violento del mundo: el militarismo de Estado. Éste además le reditúa en la recuperación de influencias perdidas y salir de la crisis interna.

El 11 de septiembre del 2001 —al margen de la autoría— es un parteaguas; sin embargo, más de un año antes de esa fecha, en junio del 2000, el ejército de los Estados Unidos difundió su visión estratégica del poder mundial: Joint Vision 2020, dirección de políticas y planes estratégicos del ejército.23 En este documento, se propone Alcanzar la dominación del espectro total mediante el uso de fuerzas multilaterales, organizaciones regionales, Organizaciones No Gubernamentales y las organizaciones privadas voluntarias de la sociedad civil. Las operaciones conjuntas deben apoyar a las autoridades civiles en función de los intereses globales de Estados Unidos. Se pone énfasis en las tecnologías de información, en las vías de comunicación, la integración de los socios y en la interoperabilidad en una posible guerra que ponga en evidencia la hegemonía de los Estados Unidos sobre el proceso global de acumulación.

La configuración del poder que ha entrado en crisis es resultado de una guerra de clases ganada por las fuerzas imperiales y sus aliados domésticos; no fue obra del mercado. La dependencia histórico estructural derivada de la colonialidad del poder ha servido como el punto de extracción de excedentes y de las relaciones Estado-clase que la han sustentado. Es así que en los años setenta aparece el neoliberalismo bajo las armas de los militares y el tutelaje de la cia y el Pentágono. Luego de la derrota de la lucha antiimperialista de las guerrillas que se expandían por casi toda América Latina, atacaron con salvajismo a obreros y campesinos y demolieron el viejo Estado. Los préstamos de las instituciones financieras internacionales, el flujo de inversiones trasnacionales y los préstamos privados consolidaron el dominio militar —pilar de la colonialidad del poder, junto a la Iglesia— y lo legitimaron hasta la llegada de las nuevas crisis. En los años ochenta la crisis de estanflación llevó al colapso, a la desacumulación y a la transición pactada, al neoliberalismo. Las privatizaciones y la reducción del gasto social precedieron a la vuelta del capital bajo la forma de inversión especulativa, mientras continuaba la desarticulación y destrucción de las organizaciones de clase de los trabajadores.

Así vemos que la recolonización es un proceso que se renueva constantemente desde la llamada “descolonización”, reactualizando la colonialidad del poder sobre la autoridad, el racismo, el género y el trabajo; adoptando cada vez nuevos mecanismos pero conservando otros. La recolonización contemporánea del último cuarto del siglo XX articula varios procesos económicos:

1) pago de intereses a largo plazo de la deuda externa;

2) transferencias por inversión directa y en cartera;

3) compra de empresas públicas lucrativas privatizadas y otras empresas nacionales con problemas;

4) inversiones en maquiladoras de sobreexplotación, en recursos naturales y energéticos, en manufactura e industria de servicios de bajos salarios, destruyendo la industria regional nacional;

5) rentas por regalías sobre productos, patentes y mercancías culturales; y

6) cuentas corrientes favorables basadas en el dominio de corporaciones y bancos norteamericanos. En el plano de lo político la recolonización consiste en la injerencia externa, imperialista, para impedir la libre autodeterminación de los pueblos y la capacidad para decidir su condición política y su destino histórico. El neoliberalismo menoscaba la soberanía y la independencia de los países e incluso quebranta la integridad territorial. En lo militar, la presencia imperialista se hace patente en los enclaves militares (bases, escuelas), en los tratados, la ayuda militar, en las maniobras y en las intervenciones.

Ana Esther Ceceña profundiza en el análisis de las estrategias de construcción de la dominación y señala que la expansión y límites del capitalismo están construidos sobre la base de la concurrencia, el incremento constante de las ganancias, la lucha por el poder y la apropiación ilimitada de recursos de todos los tipos; de ahí nacen los contenidos y alcances de la conformación del sistema mundial. Muestra los planos de la hegemonía, concebida como el reconocimiento de un orden social natural e inapelable, mediante la incorporación de sus valores como universales y la construcción simultánea, desde lo militar, lo económico, lo político y lo cultural:
·        Militar, creando las condiciones reales e imaginarias de invencibilidad;
·        económico, constituyéndose en paradigma de referencia y en sancionador, en última instancia;
·        político, colocándose como constructor y árbitro de las decisiones mundiales;
·        cultural, convirtiendo la propia concepción del mundo y sus valores en la perspectiva civilizatoria reconocida universalmente.24
La alta burguesía trasnacional, asentada en Estados Unidos después de una fuerte disputa por el liderazgo con Europa y Asia —agrega— logra recomponer las condiciones de superioridad y dirección al fijar un nuevo paradigma tecnológico y controlar recursos y territorios estratégicos. De este modo consigue constituir a ese país en paradigma del capitalismo en el imaginario mundial, apareciendo bajo la forma de grandes empresas trasnacionales, flujos de capital financiero y el Estado norteamericano como portador general de valores universales.

Para los generales del Departamento de Defensa de los Estados Unidos, su misión es defender sus intereses nacionales en cualquier circunstancia y lugar. Para ello protegen su soberanía, evitan la emergencia de hegemonías hostiles, aseguran el acceso a mercados decisivos —estratégicos— disuaden o derrotan cualquier agresión y garantizan la libertad de comunicarse. Por su lado, ellos aseguran que: promueven la estabilidad regional, reducen los conflictos, disuaden agresiones y exportan democracia representativa y economía de mercado, que son adoptados en muchos lugares. Finalmente, también participan en la modernización tecnológica investigando y vinculándose con la industria especializada en nuevas tecnologías en electrónica e informática avanzada.

Más claros no pueden ser: nos presentan las formas de dominación reales y fetichizadas. Por ello, Ceceña nos recuerda que la economía de libre concurrencia y la concentración de capital son insuficientes para explicar la dominación del Estado burgués. Seguimos fetichizando, mientras el Estado imperial busca la anexión de América Latina.

Los cambios en el modelo y en la dinámica productiva de México —nos explica Ceceña— incorporan a ese país en la dinámica y en la reconversión productiva del capital norteamericano; se asientan en la modificación de los criterios sobre el uso de los recursos estratégicos de la nación, en la reconversión de la industria hacia la producción de maquila, en la redefinición del mercado de trabajo y de la distribución del ingreso y en la reorganización económica del territorio y la vida; y son el paradigma para el resto de América Latina.25

Se trata, en fin, de un cambio civilizatorio tan trascendental como el de hace cinco siglos, pues la competencia y la velocidad del cambio tecnológico exige la posesión de territorios complejos. Las privatizaciones o la dominación del capital comercial y financiero se han mostrado insuficientes; ahora el Estado y las instancias supranacionales deben definir nuevas políticas, mecanismos y medios generales de reordenamiento de la soberanía, del poder y el saber, en una nueva territorialidad. Ésta pasa por el control de la moneda, la justicia, la paz social, la sociedad civil, las elecciones, los derechos humanos.26

Las necesidades de expansión capitalista van más allá de los recursos naturales y de la fuerza de trabajo barata, de la demanda intensificada por la competencia y de la reconversión industrial. Ahora es necesario que el Estado y las empresas trasnacionales reorganicen económicamente los territorios, pues éstas buscan controlar la economía global y requieren poner a su disposición toda la geografía: el agua, el aire, la biodiversidad (farmacia, bioinformática, nueva tecnología genética), la tierra, los recursos estratégicos y el monopolio en el tráfico de capitales y mercancías.27

La importante investigación de Ana Esther Ceceña, nos explica el porqué de las nuevas modalidades de la expansión imperialista expresadas en la geoestrategia de las altas burguesías, de las trasnacionales, de los estados de las grandes potencias y del gendarme mayor: Estados Unidos de Norteamérica. Muchas veces el énfasis colocado en este último, nos hace dejar a un lado otras importantes relaciones internacionales de poder generadas por la expansión de las trasnacionales. El caso de la empresa trasnacional Enron es típica de los tiempos de la globalización. Son saqueadoras globales operando en una diversidad de redes de negocios: la producción y comercio, operaciones financieras, armas, etc., y todas están articuladas al sistema y régimen político para aumentar sus ganancias, poder, posición estratégica. También todas arrancan de la explotación del trabajo asalariado en el mundo entero y movilizan enormes cantidades de capital; sin embargo, ante las crisis financieras por las transferencias especulativas al mercado financiero, retornan a la actividad productiva. Los fraudes, los engaños y la violencia son instrumentos que utilizan frecuentemente.

Ante la nueva crisis en Estados Unidos y el fracaso del neoliberalismo en cuanto a frenar la resistencia, que siempre acompañó a la recolonización, el gobierno usa distintas tácticas e instrumentos para eliminar al enemigo y apuntalar a los regímenes clientes. De este modo pretende revertir el deterioro de su influencia política y su dominio económico, para consolidar y extender su poder imperial combinando regímenes vasallos y bases militares. Los gobiernos están desacreditados ante el fracaso del modelo neoliberal y con ello han arrastrado a todo el sistema de partidos y a la clase política, sin embargo aun hay necios que pudiendo haber apostado por la descolonización no lo hicieron.

La resistencia de los movimientos populares anticoloniales vuelve a crecer y reaparece el sentimiento anticapitalista con gobiernos de centroizquierda que de modo desigual confrontan al imperio. Ante ellos reaparece una nueva geoestrategia de poder regional neoliberal, una estrategia estatista que atrae a los partidos electoralistas de izquierda y centroizquierda, incrementa el control de los movimientos y la militarización, potencia a las ONG del sistema y construyen enormes aparatos de desinformación.

Bibliografía

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NOTAS
1.       Alan García, “A la fe de la inmensa mayoría”, Expreso, 28/06/2009.
2.       Declaración de Mama Quta Titikaka, Llapa Runaq Hatanriynin, 34 Inti Raymi 2009. http://luchaindigena.wordpress.com.
3.       El semanario Nor Oriente informa que el 5 de junio hubo una verdadera matanza decidida en las altas esferas (según afirma el Ex Ministro del Interior Fernando Rospigliosi en La República del 14 de junio de 2008) con helicópteros, tanques y tanquetas que ametrallaron, lanzaron bombas de fósforo, con repaso de heridos, incinerados junto a cadáveres, lanzamiento desde los helicópteros, etc. Denuncia que la persecución continuaba.
4.       Ángel Páez (IPS), “Una empresa de seguridad espiaba a organizaciones sociales en Perú”, en WWW.rebelion.org , 11/03/2009.
5.       Víctor Caballero, El rayo que no cesa. Conflicto y conflictividad social 2009,….
6.       55 millones de hectáreas han sido repartidas entre trasnacionales como Repsol, Perenco, Petrobrás, Pluspetrol, Global Steel Holding, Emerald Energy, Maple Gas Corporation, Goleen Oil Corporation, Jindal Steel y Power, Petro-Tech, Petrolífera Petroleum Limited, etc. Pero además están los grandes negociados cuando se trata de tratos cuasi personales caso de Petro Perú cuando entrego bajo negociaciones directas: Pluspetrol Norte, Korea Nacional Oil, Corporation Daewoo Internacional, SK Corporation, Maple Production, Burlington-Conocophillips,, Barret, Hunt Oil Company, Occidental Petrolífera, Pan Andean, CCP. Hocol, Amerada Hess, Cespa, Taliaman, Repsol Petrobrás. Y el 14% del territorio nacional esta en manos de las trasnacionales mineras. El 30% de la inversión en el Perú es chilena.
7.       Margarita Benavides, "Perú: El reclamo de la selva", 9 de Junio de 2009
8.       Rodrigo Montoya Rojas, “Solidaridad con el movimiento indígena amazónico”. 18/08/2008
9.       Sam Urquhart, “La trascendencia global de la protesta en la Amazonía peruana, www.rebelion.org 15/06/2009.
10.    Pedro García Hierro, “Reflexiones sobre la protesta indígena”, , 20/08/2008.
11.    Ernesto Carmona, “¿Qué reclaman los pueblos indígenas?. www.rebelion.org , 18/06/2009.
12.    Yasser Gómez, Entrevista a Roger Rumrill, www.boletínmariategui.org 24/06/2009
13.    Ejemplos de esto: el lote 117 propiedad de Petrobrás esta sobrepuesto a la Reserva Nacional Wepi sobre 100 comunidades Secollas del Alto Río Putumayo y Kichwas del Alto Río Napo, el lote 76 es de Hunt Oil que abarca zonas del Parque Nacional Wawajasonene del Parque Nacional de Manú, de la Reserva Nacvional Tambopata Cándamo y totalmente a Reserva Comunal Amaracaire. Miles de Has. se están entregando para biocombustibles y se vienen tramitando 10 millones de Has. más para las transnacionales. La petroleras han talado 20 mil Has. de bosque virgen, 166 helipuertos, 1948 zonas de descarga y 166 campamentos solo en el departamento de Madre de Dios
14.    Quijano, Aníbal, “Colonialidad del poder y clasificación social”, , p. 1.
15.    Guillermo Bonfil Batalla, México profundo, una civilización negada, Lecturas Mexicanas, CONACULTA México 2001.
16.    Pablo González Casanova, Sociología de la explotación, CLACSO, Buenos Aires, 2006, pp. 185-205.
17.    Ibíd., p. 3.
18.    Ibíd., p. 17.
19.    Mignolo, Walter, “La colonialidad a lo largo y a lo ancho, en La colonialidad del saber: eurocentrismo y ciencias sociales, Edgardo Lander editor, Ed. faces/ucv-unesco, Caracas, 2000, pp. 90-91.
20.    Peter Gowan, La apuesta por la globalización, Akal Ed., Madrid, 2000, p. 12.
21.    Ibíd., pp. 20-21.
22.    Entrevista a John Saxe-Fernández por Karina Moreno en Revista www.herramienta.com .
23.    www.rebelión.org , 22/02/2002.
24.    AnaEsther Ceceña, “Estrategias de dominación y mapas de construcción de la hegemonía mundial”, www.fsm.org , 2002.
25.    Ana Esther Ceceña, “Modernización neoliberal en México, nueva valoración del territorio y sus recursos”, en El ajuste estructural en América Latina, clacso, Buenos Aires.
26.    Ana Esther Ceceña, “La territorialidad de la dominación, Estados Unidos y América Latina”, en Chiapas N° 12, pp. 7-28. Ed. Era, México, 2001.
27.    Ibíd., pp. 68-69. 
https://www.alainet.org/fr/node/135223
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