Ucrania-Unión Europea: La puerta de entrada a la OTAN

23/03/2014
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Si bien actualmente la entrada de Ucrania a la OTAN está muy lejos de concretarse, el romance apresurado que ahora Ucrania inicia con la UE perfectamente podría conducir a una futura incorporación de Ucrania a la órbita de la OTAN o los intereses oscuros de Occidente. Pero para que eso suceda el gobierno de Ucrania deberá necesariamente pasar por varias etapas, cuya primera y principal será tener pleno respaldo del pueblo ucraniano a las directrices adoptadas por su clase gobernante. Teniendo el respaldo popular podrían estar las condiciones mínimas para que haya estabilidad política. Por lo que los resultados de las próximas elecciones en Ucrania serán claves para visualizar el futuro del romance Ucrania-UE.
 
Lamentablemente no es para nada auspicioso para el pueblo ucraniano el romance entre Ucrania y la UE.
 
Dentro de un harén siempre existirán las “preferidas”; y los dueños del harén obviamente tendrán los mayores privilegios. ¿Ucrania será una de las preferidas dentro del harén (UE)?
 
El pueblo ucraniano debe hacerse las siguientes preguntas:
 
El romance apresurado buscado por la UE con Ucrania ¿no será un ardid para acorralar aún más a Rusia y fortalecer así la órbita de la OTAN? ¿No será más sensato fortalecer los lazos ya existentes con Rusia que empezar de “cero” una nueva relación, pero ahora dentro de un harén? ¿La clase gobernante en Ucrania está realmente abogando por los intereses de su pueblo o por los propios? ¿Sabemos lo que podría significar dejar atrás la influencia rusa y adoptar las famosas recetas de la UE y el FMI?
 
Occidente en conjunto con sus aparatos de “información” deberían echar menos leña al fuego, y aceptar que el pueblo de Crimea democráticamente eligió adheriste a Rusia sin ningún derramamiento de sangre. Europa sabe bien de guerras mundiales... Su mejor aliado (EEUU) es el que aún no sabe lo que es tener un territorio en ruinas. Tratar de invalidar esa decisión popular no es más que complicar la situación y evidenciar, por parte de Occidente, sus ansias desesperadas por ampliar sus zonas de influencia en la región.
 
Occidente, y especialmente la UE, deben analizar de mejor forma lo que significa para sus propios intereses el querer dar la espalda a una Rusia que es clave en el abastecimiento de energía a Europa y que ha trabajado de cierta manera por la seguridad de Europa (Irán y Siria son claros ejemplos).
 
Fue un error, por parte de la UE, el haber firmado acercamientos políticos con Ucrania, teniendo, aún, a un gobierno interino, no elegido en las urnas y con clara tendencia ultra-nacionalista. Si quiso (UE) dar una señal contundente hacia la respuesta de Rusia con respecto a Crimea, se equivocaron. ¿Por qué no haber esperado a un gobierno elegido democráticamente en las urnas para hacer dichos acercamientos? ¿Acaso no son tan “democráticos” como nos pintan? Eso sólo da cuenta de la desesperación de Occidente por amarrar de inmediato una zona a sus propios intereses.
 
Obviamente la UE se ha abstenido de poner sobre la mesa las recetas económicas, ya que quizá han calculado que de hacerlo, antes de las elecciones programadas para finales de mayo, podrían jugarle en contra. En cambio, han optado por el apoyo político-monetario para no tener que esperar otra cosa, adversa a sus intereses ¿Se podría imaginar una escena tan vergonzosa de un pueblo votar en contra de los acercamientos a la UE y, en cambio, votar por fortalecer sus lazos con Rusia, después de haber armado todo este chillido mediático?
 
El principal desafío para Occidente, ahora, será aplacar la fiebre ultra-nacionalista en Ucrania, que en el fondo fue la causante de la escisión de Crimea. ¿“Prohibir la lengua rusa a sus propios habitantes”?
 
 En estos momentos no ayuda en nada la efervescencia ultra-nacionalista a las pretensiones de Occidente. Al contrario, solo ayudan a estropear el romance con la UE y a empujar a otras zonas de ucrania a seguir los mismos pasos de Crimea.
 
Por momento no es recomendable que Rusia apoye a pueblos que quieran seguir los pasos de Crimea. Ya se ganó una zona geoestratégica fundamental para los intereses de Rusia. Ahora lo aconsejable sería concentrarse en validar internacionalmente el deseo del pueblo de Crimea (conseguir, por ejemplo, el apoyo de una potencia aliada como China) y brindar apoyo político-monetario-militar de forma subrepticia a favor de alguna tendencia política pro-rusa que quiera disputar el poder en Ucrania, en contra de las facciones pro-occidentales y ultra-nacionalistas. Esto último es la parte más compleja, ya que mediáticamente Rusia deberá (debería) rechazar las apresuradas elecciones a celebrarse en mayo próximo. Apoyarlas sería legitimar al actual gobierno. Y en caso de un hipotético apoyo militar a alguna fuerza política pro-rusa, tendría que darse primero la obstaculización política a una determinada fuerza que quiera disputarse el poder por la vía democrática.
 
¿Se obstaculizarán los caminos que llevan a Rusia?
 
Rusia por el momento tiene la mayor ventaja frente a Occidente: los intereses rusos asentados en Ucrania no son ninguna pinturita, ni la herencia cultural ni su historia más reciente.
 
De suceder lo contrario, que se impongan en las urnas los sectores pro-occidentales y ultra-nacionalistas de Ucrania en las próximas elecciones, lo más seguro, y natural, es que se podría dar paso a una escalada progresiva de nuevas Crimea.
 
Occidente, y básicamente Europa, ¿apostará por arriesgar su propia seguridad por ir a complacer los designios de un EEUU que no se resigna a perder el trono en el escenario internacional? Nuevamente... ¿Europa estará dispuesta a poner los muertos frente a una nueva confrontación internacional?
 
Níkolas Stolpkin
Analista político nacional e internacional - Political Analyst - Crítico de política y Cultura Contemporánea, autodidacta
 
 
https://www.alainet.org/es/articulo/84217
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