El Salvador: desafíos en el Bicentenario de la independencia

El Salvador debe seguir luchando por las libertades económicas, políticas y sociales.No estamos donde estábamos hace 200 años, pero no estamos donde queremos llegar, a tener un país libre y soberano.

16/09/2021
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Este 15 de septiembre de 2021 se cumplieron 200 años de la independencia patria, fue la fecha en que El Salvador y Centroamérica se liberaron de la corona española, de un régimen de esclavitud y de saqueo de las pocas riquezas de nuestros pueblos, de un régimen de sometimiento y trato salvaje. Sin embargo, en el marco del bicentenario a pesar de las grandes transformaciones y cambios logrados por la lucha de los pueblos, todavía existen grupos y personajes que pretenden retroceder en la historia reviviendo la dictadura y el régimen político de sometimiento irrespetando los derechos fundamentales de las personas.

 

200 años se dicen fácil, pero la historia de este tiempo ha sido muy dura para los sectores populares, sigue siendo esa historia de los pueblos “atados por arriba y sueltos por abajo”. Es decir, una historia de dominio y sometimiento político y con una economía inestable y de carencias permanente producto del subdesarrollo y dependencia que caracterizan a los países del sur o de la periferia como los de la región de América latina y el Caribe.

 

El Salvador ha pasado por diferentes etapas con un sistema político de dominación como por ejemplo dinastías, dictaduras militares, guerras civiles, dictaduras civiles empresariales, democracias electorales y representativas, dictaduras judiciales como las de hoy en día. Desde luego, para cambiar esa historia adversa a los intereses populares el verdadero protagonista ha sido el pueblo organizado y consciente de la lucha que no ha escatimado esfuerzos para hacer las acciones que el momento ha demandado para tener el país que queremos. Sin embargo, a 200 años de la independencia hay señales de retroceso a regímenes políticos de dictadura y de sometimiento sin respeto a las leyes y a la voluntad del pueblo.

 

La independencia es un hecho histórico que puso fin al dominio colonial de España y un acontecimiento que por tradición se conmemora cada 15 de septiembre de cada año y se rinde culto a los “supuestos próceres”. Sin embargo, no se analiza la verdadera realidad de esos hechos, más bien, se hace una especie de rosario o recital de fechas y personajes que firmaron el acta de independencia y se comercializa su celebración como si fuera una fiesta y de paso se dice que es una fiesta cívica en la que se rinde homenaje a unos pocos llamados próceres, debería rendirse culto u homenaje al pueblo salvadoreño que en realidad es el verdadero protagonista.

 

Recordemos que la independencia política es la capacidad de un Estado para ejercer su libertad política, económica y administrativa sin depender de otros Estados o instituciones formales. En ese sentido, los Estados suelen alcanzar la independencia después de largos procesos históricos que implican la fusión entre Estados, la descolonización o la separación de territorios de un poder central. Desde luego, la independencia política es un concepto político que surge como reacción al colonialismo europeo en el continente americano. Apareció por primera vez en la Declaración de Independencia de los Estados Unidos, en 1776.

 

Es importante destacar que el movimiento independentista que surge después de 1776 se extendió al resto de América e impulsó la independencia de Haití frente a Francia. También influyó en las independencias de los países dominados políticamente por España, desde México, pasando por Venezuela, Colombia y Perú, hasta Argentina y Chile. Además, hoy en día, la independencia también se vincula con el principio de no intervención y el derecho de autodeterminación de los pueblos. Desde luego, este principio es vulnerado por las potencias imperiales que buscan mantener su dominio a como dé lugar a los países pobres y periféricos que siguen siendo tratados como colonias.

 

A 200 años de independencia política de España, El Salvador sigue siendo un país que lucha por su libertad, la democracia, la soberanía y la autodeterminación del pueblo puesto que hay plagas y grupos de interés económico y político que buscan retroceder en la historia hacia épocas de oscurantismo, represión, esclavitud, violación de derechos humanos, persecución política y dictaduras militares. Desde luego, el pueblo resiste, se desarrolla y avanza en la búsqueda de la libertad, la democracia y la justicia social.

 

El Bicentenario debe servir para reflexionar en que tanto a cambiado El Salvador en todos los sentidos, pero principalmente en lo político, económico y social. Desde luego, uno de los aspectos importantes de defender y perfeccionar es el ejercicio de la democracia como forma de vida y cumplir la agenda de los objetivos de desarrollo sostenible y lograr la justicia social para toda la población.

 

El bicentenario es un momento histórico que debe aprovecharse para hacer un recorrido histórico de lo que ha pasado en diferentes aspectos de la vida y en ese orden promover la reflexión y el análisis de El Salvador que tenemos y El Salvador que necesitamos. El Salvador sigue siendo un pais pobre, subdesarrollado y dependiente a pesar de la independencia política de España de hace 200 años. El Salvador de hoy es un país democrático pero con muchas debilidades y con visos de retroceso al pasado de dictadura y con una economía en crisis sin un sistema y un modelo solido que permita empleos decentes, salarios justos, pensiones dignas para los trabajadores.

 

El Salvador debe seguir luchando por las libertades económicas, políticas y sociales. En ese orden se necesita un país con soberanía alimentaria, con democracia sólida y con participación ciudadana activa. Desde luego, hay que resolver la inseguridad, el desempleo, las pensiones, el salario mínimo, la persecución política, combatir la corrupción, el nepotismo y otros problemas que aquejan a la población si se quiere un país en donde se pueda vivir dignamente. Es decir, no estamos donde estábamos hace 200 años, pero no estamos donde queremos llegar, a tener un país libre y soberano.

 

https://www.alainet.org/es/articulo/213855
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