Decapitar la ciencia, la conciencia y desgarrar los territorios

En pleno siglo XXI después del golpe militar en Honduras del año 2009 hemos tenido un proceso de retroceso histórico en el cual la minería a cielo abierto ha contribuido a los golpes de estado.

29/07/2021
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Según las tres verdades de Gandhi: La primera, “La verdad es el objetivo y el amor es el medio”; la explotación minera hiere el planeta, por lo tanto, decir la verdad al pueblo, sobre los daños ocasionados por esta industria es un gran objetivo para conocer y transformar la realidad para lograr un balance armónico en las relaciones metabólicas sociedad naturaleza y en las relaciones sociales entre las personas y el medio ambiente. En el fundamento de esta existencia está el agua, que es una unidad que mantiene la totalidad de la vida sobre todo aquella que corresponde a la comunidad del buen vivir en el conjunto de fuerzas que contribuyen a la armonía que es la unidad del caos y el orden en las relaciones sociales con la Madre Tierra, en consecuencia, la minería contamina y destruye la unidad viviente que es el agua.

 

Gandhi considera la segunda verdad: “Dura como el diamante y delicada como la flor del melocotonero”; las comunidades y los pueblos han sufrido por decir con dureza la verdad sobre los crímenes, corrupción e injusticia que han producido las industrias mineras que han explotado los territorios y han encarcelado y asesinado a los dirigentes ambientales y defensores de los derechos humanos.

 

La tercera verdad de Gandhi: “Engullimos de un sorbo la mentira que nos adula y bebemos gota a gota la verdad que nos amarga”; las grandes empresas mediáticas siguen siendo un instrumento poderoso para promover la mentira acerca de la contribución de la minería al desarrollo sustentable y de progreso sobre todo de los países pobres y de esta manera no ética nuestros pueblos oprimidos se han tragado esta gran mentira y cuando sufren las consecuencias de la devastación ecológica y las enfermedades que causan tanto la minería a cielo abierto como la subterránea es un trago amargo gota a gota.

 

Según la historia escrita por los conquistadores nosotros no teníamos alma y por lo tanto éramos seres inferiores cercanos a los animales, nuestros bienes naturales sobre todo los minerales fueron extraídos por la explotación humana de indígenas y africanos que fueron convertidos en esclavos. Los bienes naturales de los pueblos colonizados contribuyeron al desarrollo y acumulación del capital de las naciones europeas.

 

Con el apoderamiento de la mitad del territorio mexicano y la conquista del Mar Pacifico y Atlántico por los Estados Unidos, este país, se convierte en la primera potencia militar y económica mundial desplazando al imperio británico y desarrollando el destino manifiesto y la doctrina de Monroe. Por lo cual, este poder establece en Honduras los enclaves mineros y bananeros.

 

El desarrollo minero transnacional se impone a través de la fuerza militar de Estados Unidos y otras potencias. A finales del siglo XX al caer la Unión Soviética el mundo se torna multipolar porque se desarrolla la potencia económica de China, Rusia y la India, sin embargo, Estados Unidos conserva la hegemonía militar y sus intereses más inmediatos son América Latina y el Caribe.

 

Honduras es un típico ejemplo neocolonialista y racista de las ciudades Chárter, (zonas especiales de desarrollo económico) porque ha sido violentada con el desgarro y fragmentación de los territorios y venta en pedazos de la tierra como resultado de la política del destino manifiesto y la doctrina de Monroe.

 

La supremacía blanca estadounidense ha producido el bloqueo antihumano a países como Cuba, Venezuela, Nicaragua, Bolivia, Ecuador, Colombia y Haití por poseer estos países procesos de carácter revolucionario y en algunos la riqueza de petróleo, níquel y otros minerales estratégicos en tecnología informática y en la guerra.

 

Asimismo, esta agresión ocurre también contra Honduras, Guatemala, El Salvador, Nicaragua y Panamá por tener una posición estratégica interoceánica.

 

Sartre, consideraba la diferencia entre un científico y un intelectual, y daba como ejemplo a los físicos creadores del proyecto de las bombas atómicas que cuando tenían un conocimiento sin importarles las implicaciones éticas, de las bombas atómicas podríamos llamarlos No Intelectuales y aquellos que asumía una responsabilidad moral y ética de la ciencia con conciencia al servicio de la vida en cualquier campo particularmente en este caso, los químicos, biólogos, ecólogos y sociólogos que son partidarios de la explotación capitalista, es decir, de una ciencia sin conciencia, no son verdaderos científicos ni intelectuales.

 

En pleno siglo XXI después del golpe militar en Honduras del año 2009 hemos tenido un proceso de retroceso histórico en el cual la minería a cielo abierto ha contribuido a los golpes de estado, ha decapitado la ciencia, la conciencia, para descuartizar los territorios e instaurar mediante la ocupación militar del Pentágono y el establecimiento de un estado militarizado en casi todas las instituciones, el fraude electoral y un régimen mandadero de las políticas caracterizadas por una agresión extrema que nos convierte en uno de los países más violentos a causa del sistema capitalista en donde bajo el pretexto del narcotráfico y el agravamiento del sistema precario de salud generado por el neoliberalismo que ha privatizado la salud y la educación dándole prioridad a los gastos militares apoyando a la industria minera la construcción de múltiples represas y la instauración de políticas corruptas de nuestro gobierno y también del gobierno hegemónico de Estados Unidos particularmente durante el mandato de Donald Trump y con una migración que es causada históricamente por la desigualdad y extrema pobreza que genera tratados comerciales y militares que existen entre Honduras y las grandes potencias norteamericanas Estados Unidos y Canadá.

 

La respuesta ante esta situación es la unidad organizada de todo nuestro pueblo para cambiar esta situación que viola nuestra carta magna y que podemos autoconvocarnos a una insurrección civil pacífica según indica la constitución de la República y que el poder constituyente instale una Asamblea Nacional Constituyente derivada, y que transforme esta democracia representativa tradicional que no responde al clamor del pueblo y a un buen sentido democrático más real y justo.

 

La defensa de la vida y la dignidad histórica de los pueblos de América Latina y del Caribe, es una demanda justa y solidaria de todas y todos los Hondureños para romper con la hegemonía imperial de Estados Unidos y de las grandes empresas transnacionales que asesinaron a Berta Cáceres han gestado el asesinato de más de un centenar de ambientalistas y más de veinte mil jóvenes hombres y mujeres defensores de los Derechos Humanos juventudes estudiantiles así como la desaparición forzada de garífunas de la organización OFRANEH y la existencia de presos políticos, campesinos (Guapinol), indígenas, Misquitos y miembros de la clase trabajadora y la alta tasa de femicidios con la consecuente impunidad.

 

Esta forma pacífica de insurrección, corresponde al llamado de Gandhi, a luchar contra la violencia del modelo económico imperialista en el mundo globalizado del neoliberalismo.

 

Tegucigalpa, Honduras 22 de Julio de 202

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/213266
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